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Cultura

Descubre el origen del murciélago del escudo de Valencia

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Descubre el origen del murciélago de Valencia
Foto: VISIT VALENCIA

Estamos acostumbrados a verlo coronando el escudo de Valencia; esculpido en la piedra de numerosos edificios y monumentos, incluso en las camisetas de los equipos deportivos de la ciudad del Turia. Pero, ¿sabes cuál es el origen del murciélago de Valencia? Official Press te acerca las diversas teorías y leyenda sobre lo rat penat.

Descubre el origen del murciélago de Valencia

¿Cuándo aparece el escudo?

Corona de Aragón. Después de la concesión de Pedro el Ceremonioso, el escudo de la ciudad se basó en la Señal Real de Aragón. Más tarde con el tiempo al escudo se le fueron añadiendo elementos relacionados con las armas personales de Jaime II de Aragón, quien logró la incorporación de la ciudad a la Corona. La pertenencia del Reino de València a la Corona de Aragón queda representada por las barras rojas sobre fondo amarillo del escudo.

Dos veces leal. Te habrás dado cuenta que en el escudo aparecen dos eles. ¿Cuál es su significado? Para descubrirlo debemos viajar hasta el siglo XVII que es cuando se incorpora la doble ele a cada lado del escudo y cuyo significado es “dos veces leal”. Este honor le fue otorgado por Pedro el Ceremonioso a la ciudad del Turia por su lealtad a Aragón en la guerra contra Castilla (Guerra de los Dos Pedros (1356-1365) donde recibió y repelió un doble asalto.

Como otra curiosidad, desde la Guerra de la Independencia Española, al escudo se le añaden dos ramas de laurel como símbolo de la defensa de la ciudad.

Descubre el origen del murciélago de Valencia

Jaume I Foto: valencia.es

La leyenda del origen del murciélago del escudo de Valencia

Los orígenes del murciélago está siempre vinculada a la figura del Rey Jaime I El Conquistador. La figura del animal aparece por primera vez a comienzos del 1500. Son muchas las leyendas y teorías pero todas ellas apuntan al monarca nacido en Montpellier.

El murciélago salvador. Una de las leyendas más conocidas cuenta que el rey, antes de entrar a València, acampó en los alrededores del cauce del río Turia.

En ese instante un murciélago se posó sobre su tienda de campaña y el rey ordenó matarlo porque consideraba que estos animales traían mala suerte. Sin embargo unas noches más tarde fue un murciélago el que despertó al rey y a sus soldados con sus ruidos ante la llegada de los musulmanes que querían atacarlos por sorpresa durante la noche.

Gracias al ruido de este animal se despertaron y ganaron la batalla. El rey Jaume I en señal de gratitud mandó cubrirlo de honores y colocarlo en la cúspide del escudo de València, un símbolo que se ha mantenido hasta hoy en día.

Muchos historiadores encuentran cierta similitud entre esta leyenda y otra mallorquina. En ella se dice que el rey protegió a un murciélago que se encontraba dentro de la primera mezquita consagrada como iglesia de la ciudad de Mallorca, la actual iglesia de San Miguel.

El murciélago es también protagonista en las Islas Baleares, Cataluña y Aragón (el escudo de Teruel).

El dragón del rey. Otra de las hipótesis cuenta que el origen del murciélago como símbolo tiene que ver con la vibra o dragón de la cimera del rey Pedro el Ceremonioso. La vibra era un dragón que antes coronaba los escudos de algunas ciudades más importantes de la Corona de Aragón, como Palma de Mallorca, Valencia y Barcelona. Con el paso de los años la antigua vibra se llegó a identificar con la figura de un murciélago y tomó también la forma.

Hacia el siglo XVII comenzó el uso del murciélago en sustitución del dragón y éste se impuso plenamente durante el siglo XIX.

 

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Cultura

Muere a los 55 años Esther Uria, actriz de ‘Hospital Central’ y ‘Cuéntame cómo pasó’ 

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Esther Uria
Esther Uria, en una imagen del sindicato vasco de actores. (Euskal Aktoreen Batasuna)

El mundo de la interpretación y la cultura vasca llora la pérdida de Esther Uria, actriz y pedagoga donostiarra conocida por sus papeles en series de televisión tan emblemáticas como Hospital Central, Cuéntame cómo pasó, Doctor Mateo o El comisario.
La intérprete falleció el pasado jueves 23 de octubre a los 55 años, en el Hospital Donostia, tras sufrir una breve enfermedad que sorprendió a familiares, compañeros de profesión y antiguos alumnos.

Su muerte ha provocado un hondo pesar en el sector audiovisual y educativo, donde era muy querida por su doble faceta como actriz y docente.


Una artista con alma de educadora

Nacida en San Sebastián, Esther Uria se formó en Arte Dramático y dedicó buena parte de su vida a unir dos de sus grandes pasiones: el teatro y la educación.
En el escenario, destacó por su talento natural, su versatilidad y su compromiso con los textos clásicos y contemporáneos. Participó en obras como La cacatúa verde y La importancia de llamarse Ernesto, donde demostró una sólida técnica interpretativa.

Su rostro también se hizo familiar en la pequeña pantalla, con participaciones en algunas de las series más populares de la televisión española.
Entre ellas, Cuéntame cómo pasó, El comisario, Doctor Mateo y Hospital Central, donde interpretó a personajes secundarios cargados de humanidad y cercanía.


Una nueva etapa dedicada a la investigación y la enseñanza

En 2008, en el punto álgido de su carrera artística, decidió dar un giro radical y retomar sus estudios universitarios. Su inquietud intelectual la llevó a obtener el Premio Extraordinario en Educación Especial y la Licenciatura en Psicopedagogía con Premio Fin de Carrera.
Posteriormente, cursó un Máster de Formación del Profesorado en Secundaria (2012) y una beca internacional en la Universidad de Victoria (Canadá) para desarrollar una tesis sobre el teatro como herramienta pedagógica para fomentar la convivencia en las aulas.

Esa investigación culminó en 2018 con su doctorado en la Universidad del País Vasco (EHU/UPV), bajo el título:
Diseño, desarrollo y evaluación de un programa basado en las técnicas del sistema teatral para el fomento de la convivencia positiva en el alumnado de secundaria del País Vasco.

Con este trabajo, Esther Uria consolidó una línea de investigación pionera sobre el poder del teatro como motor educativo y emocional.


Teatro, pedagogía y vida: su legado

Pese a su dedicación a la docencia, Esther Uria nunca abandonó del todo los escenarios. En 2013, junto a su pareja y colaborador artístico Edu Errondosoro, estrenó la obra Cada día es solo una vez al día, un montaje íntimo y reflexivo sobre la importancia de la risa, el amor y el presente.

En una entrevista concedida a El Diario Vasco, Uria resumía su filosofía vital con una frase que hoy resuena con fuerza:

“No nos lamentamos del pasado, tenemos el presente y una forma muy positiva de vivirlo es empezar a hacerlo con humor reflexivo. Vivamos el presente con humor y amor.”

Esta obra representaba fielmente su manera de entender la existencia: optimismo, resiliencia y humanidad. A través de su trabajo, defendía que el teatro no solo debía emocionar, sino también educar y sanar.


Una figura querida en Donostia y en el ámbito cultural vasco

En el País Vasco, su figura trascendía el ámbito artístico. Esther Uria fue reconocida por su compromiso con la cultura local, la enseñanza inclusiva y la promoción del arte como herramienta de convivencia.
Sus compañeros de la Universidad del País Vasco la definen como “una mujer brillante, entusiasta y profundamente humana”.

También numerosos intérpretes que coincidieron con ella en platós y escenarios han expresado su tristeza en redes sociales, recordando su sonrisa constante, su humildad y su forma de hacer del teatro un espacio de encuentro.


El adiós a una vida dedicada al arte y la educación

La muerte de Esther Uria deja un vacío en el panorama cultural español, pero también un legado de inspiración para nuevas generaciones de actores, docentes y creadores.
Su vida fue una lección sobre cómo reinventarse sin perder la esencia, y cómo el arte puede convertirse en una herramienta de transformación personal y social.

El funeral se celebrará en Donostia-San Sebastián en la más estricta intimidad familiar, aunque sus allegados no descartan organizar más adelante un acto público de homenaje para celebrar su vida y su obra.

A los 55 años, Esther Uria se despide dejando tras de sí una huella imborrable: la de una mujer que hizo del teatro una forma de entender el mundo y del humor una forma de resistirlo.

Las tragedias de los protagonistas de la serie Hospital Central

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