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Cultura

Así es el exitoso documental «Wuhan Zona Cero» que pronto se verá en España

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Isabel Laguna

Cádiz, 12 feb (EFE).- El gaditano Luis Galán (Barbate, 1979) dirige «Wuhan Zona Cero», un documental que se sumerge en los primeros momentos de la pandemia del coronavirus para retratar, desde su punto de origen y de sus primeros testigos, el impacto de un virus que, desde entonces y sin descanso, mantiene sobrecogido al mundo.

«Creo que el documental va a despertar nuevos conceptos sobre China y su población», mantiene, en una entrevista telefónica con Efe, Luis Galán, quien asegura que no ha tenido ninguna injerencia para elaborar un relato visual que tiene sobre todo «un enfoque muy humano». «Honestamente, no he tenido presiones», insiste.

El documental recorre la incertidumbre y la lucha de un país desde el 25 de enero del 2020, día del Año Nuevo chino, cuando en paralelo a las masivas celebraciones, los hospitales de Wuhan empezaron a llenarse de enfermos con desconcertantes patologías relacionadas con los pulmones; hasta el 30 de junio, cuando, tras un inédito confinamiento que se repitió después en el resto del mundo, el país comenzó a recuperar una cierta normalidad de sus rutinas.

«The First Outbreak», como se titula fuera de España, acaba de empezar un exitoso recorrido por festivales internacionales en el que no deja de recoger premios. Los dos últimos los primeros premios del PIMFF de Praga y del Virgin Spring Cinefest de Calcuta, que se suman a los que ha recibido antes en el AIMAFF de Atenas y a otro en «L’Age d’Or International Arthouse Film Festival» de la misma ciudad india.

Y ya es finalista en otros festivales de cuatro continentes: desde Roma hasta California, o Venezuela.

«Es sorprendente la acogida que está teniendo, asombroso. Nunca había visto un producto que lo seleccionen en todos los festivales a los que se presenta y que le estén premiando en todos», dice este director, nacido y criado en Barbate, hasta que a los 18 años se marchó a Sevilla, después a Málaga y finalmente a Madrid para formarse en el mundo de la interpretación y la creación audiovisual.

Sus cortometrajes de ficción le han llevado tres veces al festival de Cannes, y «AnorMal», un corto documental sobre la pobreza infantil, ganó 34 premios en 107 festivales de 34 países.

En sus manos acabó el año pasado, a través de la productora segoviana CropTV, un disco duro con cuatro terabytes de imágenes grabadas por HubeiTV, una televisión china local cuyos equipos, al principio jugándose el pellejo sin saber qué estaba sucediendo, se adentraron en los hospitales en medio de la incertidumbre por la llegada masiva de enfermos con afecciones pulmonares de origen desconocido para dar testimonio de que «algo raro estaba pasando».

De aquel disco duro ha emergido este documental de 52 minutos, que se adentra en las UCI donde sanitarios y enfermos luchaban sin cuartel, y ofrece las vivencias de un gran abanico de testigos. «El 99 por ciento es un relato en primera persona», explica el director.

Además de sumergirse en «el ojo del huracán» de esta histórica pandemia mundial, el documental quiere dar luz sobre la población que primero la sufrió y que no ha dejado tampoco en esta situación de sufrir estereotipos y prejuicios.

«Un director de cine me comentaba tras ver el documental que nunca había visto a un chino expresar sentimientos, sufrir, llorar. Hay también un racismo global», explica Luis Galán, que conoció el país oriental, antes de esta pandemia, durante la grabación de otro documental y sabe que las emociones no tienen fronteras aunque en China «son más poéticas, eso sí».

Por eso ha tratado de dar «un enfoque muy humano» a esta cinta.

Y también dar voz a temas «de los que prácticamente no se habla nada, que no salen mucho en los medios», como los «terribles» efectos secundarios que padecen muchos supervivientes.

Luis Galán, que ha escrito, editado, y, junto a Ramón Campoamor, dirigido este documental cree que «si todo va bien», «Wuhan Zona Cero» se verá «relativamente pronto» en la televisión en España.

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Cultura

Muere a los 55 años Esther Uria, actriz de ‘Hospital Central’ y ‘Cuéntame cómo pasó’ 

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Esther Uria
Esther Uria, en una imagen del sindicato vasco de actores. (Euskal Aktoreen Batasuna)

El mundo de la interpretación y la cultura vasca llora la pérdida de Esther Uria, actriz y pedagoga donostiarra conocida por sus papeles en series de televisión tan emblemáticas como Hospital Central, Cuéntame cómo pasó, Doctor Mateo o El comisario.
La intérprete falleció el pasado jueves 23 de octubre a los 55 años, en el Hospital Donostia, tras sufrir una breve enfermedad que sorprendió a familiares, compañeros de profesión y antiguos alumnos.

Su muerte ha provocado un hondo pesar en el sector audiovisual y educativo, donde era muy querida por su doble faceta como actriz y docente.


Una artista con alma de educadora

Nacida en San Sebastián, Esther Uria se formó en Arte Dramático y dedicó buena parte de su vida a unir dos de sus grandes pasiones: el teatro y la educación.
En el escenario, destacó por su talento natural, su versatilidad y su compromiso con los textos clásicos y contemporáneos. Participó en obras como La cacatúa verde y La importancia de llamarse Ernesto, donde demostró una sólida técnica interpretativa.

Su rostro también se hizo familiar en la pequeña pantalla, con participaciones en algunas de las series más populares de la televisión española.
Entre ellas, Cuéntame cómo pasó, El comisario, Doctor Mateo y Hospital Central, donde interpretó a personajes secundarios cargados de humanidad y cercanía.


Una nueva etapa dedicada a la investigación y la enseñanza

En 2008, en el punto álgido de su carrera artística, decidió dar un giro radical y retomar sus estudios universitarios. Su inquietud intelectual la llevó a obtener el Premio Extraordinario en Educación Especial y la Licenciatura en Psicopedagogía con Premio Fin de Carrera.
Posteriormente, cursó un Máster de Formación del Profesorado en Secundaria (2012) y una beca internacional en la Universidad de Victoria (Canadá) para desarrollar una tesis sobre el teatro como herramienta pedagógica para fomentar la convivencia en las aulas.

Esa investigación culminó en 2018 con su doctorado en la Universidad del País Vasco (EHU/UPV), bajo el título:
Diseño, desarrollo y evaluación de un programa basado en las técnicas del sistema teatral para el fomento de la convivencia positiva en el alumnado de secundaria del País Vasco.

Con este trabajo, Esther Uria consolidó una línea de investigación pionera sobre el poder del teatro como motor educativo y emocional.


Teatro, pedagogía y vida: su legado

Pese a su dedicación a la docencia, Esther Uria nunca abandonó del todo los escenarios. En 2013, junto a su pareja y colaborador artístico Edu Errondosoro, estrenó la obra Cada día es solo una vez al día, un montaje íntimo y reflexivo sobre la importancia de la risa, el amor y el presente.

En una entrevista concedida a El Diario Vasco, Uria resumía su filosofía vital con una frase que hoy resuena con fuerza:

“No nos lamentamos del pasado, tenemos el presente y una forma muy positiva de vivirlo es empezar a hacerlo con humor reflexivo. Vivamos el presente con humor y amor.”

Esta obra representaba fielmente su manera de entender la existencia: optimismo, resiliencia y humanidad. A través de su trabajo, defendía que el teatro no solo debía emocionar, sino también educar y sanar.


Una figura querida en Donostia y en el ámbito cultural vasco

En el País Vasco, su figura trascendía el ámbito artístico. Esther Uria fue reconocida por su compromiso con la cultura local, la enseñanza inclusiva y la promoción del arte como herramienta de convivencia.
Sus compañeros de la Universidad del País Vasco la definen como “una mujer brillante, entusiasta y profundamente humana”.

También numerosos intérpretes que coincidieron con ella en platós y escenarios han expresado su tristeza en redes sociales, recordando su sonrisa constante, su humildad y su forma de hacer del teatro un espacio de encuentro.


El adiós a una vida dedicada al arte y la educación

La muerte de Esther Uria deja un vacío en el panorama cultural español, pero también un legado de inspiración para nuevas generaciones de actores, docentes y creadores.
Su vida fue una lección sobre cómo reinventarse sin perder la esencia, y cómo el arte puede convertirse en una herramienta de transformación personal y social.

El funeral se celebrará en Donostia-San Sebastián en la más estricta intimidad familiar, aunque sus allegados no descartan organizar más adelante un acto público de homenaje para celebrar su vida y su obra.

A los 55 años, Esther Uria se despide dejando tras de sí una huella imborrable: la de una mujer que hizo del teatro una forma de entender el mundo y del humor una forma de resistirlo.

Las tragedias de los protagonistas de la serie Hospital Central

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