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Salud y Bienestar

Este es uno de los problemas más dolorosos en los pies en verano, según los expertos

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dolor pies en verano

El llamado ‘crack epidérmico’, grietas que aparecen principalmente en la piel del talón, es uno de los problemas más dolorosos de los pies en verano, afecta tanto a hombres como a mujeres en edad adulta y puede ser más frecuente en la ancianas y adquirir mayor gravedad en el caso de las personas diabéticas.

Así lo han advertido desde el Colegio Oficial de Podología de la Comunidad Valenciana, que en un comunicado indican que entre los factores que predisponen a padecerlo son la edad, la falta de hidratación, el sobrepeso grave, sufrir algunas enfermedades (diabetes, problemas circulatorios o psoriasis, entre otras) y tener carencias nutricionales de hierro, calcio, vitamina E, ácidos grasos Omega 3 y zinc.

El ‘crack epidérmico’, uno de los problemas más dolorosos en los pies en verano

“En el caso de las personas diabéticas es muy importante evitar todos los factores que puedan predisponer a la aparición del crack epidérmico puesto que tienen problemas para la cicatrización y pueden convertirse en un foco de infección y derivar en úlcera”, ha explicado Jorge Escoto, podólogo y miembro de la junta directiva del Colegio de Podología.

Escoto señala que en el caso de las personas mayores, cuando se envejece la grasa protectora con la que está formada la planta del pie se vuelve más sutil y se da una pérdida de este amortiguamiento natural, lo que puede aumentar el estrés de la piel y causar callosidad o ‘crack epidérmico’.

Más allá de que estas fisuras sean estéticamente desagradables, producen dolor y pueden ser incapacitantes puesto que generan dificultad para calzarse, estar de pie y se agravan pueden causar lesiones sangrantes e infecciones.

“La sintomatología más común que produce el crack epidérmico es sequedad de la piel con descamación, picor, dolor y sensibilidad. Esto se nota principalmente al caminar», ha explicado Escoto, que añade que, además, se observa un endurecimiento cutáneo, piel áspera y esta falta de humedad «favorece el retardo de la curación de las fisuras”.

Ante la aparición de esta alteración cutánea «lo primero que se debe hacer es acudir al podólogo para que evalúe el alcance de las lesiones», ha indicado Escoto.

Ha añadido que sobre todo en las personas ancianas y diabéticas, debe de estar bien controlado para ayudarles a que reconstituyan la barrera cutánea alterada de la forma más rápida y segura posible mediante los tratamientos que prescriba el podólogo, que variarán dependiendo del grado y profundidad de las lesiones.

«Habitualmente se retira todo el exceso de hiperqueratosis y se pauta un tratamiento que suele ser tópico”, ha concluido Jorge Escoto.

Por lo que, para evitar su aparición, los expertos aconsejan hidratación diaria de los pies, especialmente en la zona de los talones, realizar revisiones periódicas en el podólogo para eliminar la hiperqueratosis de las zonas afectadas, evitar el sedentarismo y tener una alimentación sana y equilibrada.

Desde el Colegio de Podología recuerdan que para garantizar que estamos en manos de un profesional de la Podología y evitar ser víctimas del intrusismo hay que asegurarse que la clínica donde van a ser tratados dispone de número de registro sanitario y el podólogo está colegiado.

 

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Salud y Bienestar

Cuidado, así afecta el calor del verano a los medicamentos

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Cuidado, así afecta el calor del verano a los medicamentos

Especialistas del Departamento de Salud de la Ribera alertan de que una incorrecta conservación de los medicamentos en verano puede provocar importantes problemas de salud en el organismo al verse alteradas las características de calidad y eficacia de los fármacos.

Efectos nocivos que el calor puede provocar en los medicamentos

Teniendo en cuenta las altas temperaturas que suelen alcanzarse en estos meses, el personal especializado advierte de la necesidad de llevar a cabo una correcta utilización de los fármacos, con especial atención a aquellos medicamentos que deben conservarse en frío o deben utilizarse tan pronto se hayan sacado de la nevera.

Según los farmacéuticos de Atención Primaria del Departamento de Salud de la Ribera, Miguel Murcia y Rocío Broseta, “las condiciones de conservación que indica un medicamento, se establecen según los ensayos realizados antes de ser comercializados, por lo que deben respetarse para no perder su eficacia y seguridad”.

Por ello, antes de consumir cualquier medicamento, se debe comprobar su estado y su apariencia exterior, sobre todo en cremas, colirios, supositorios u óvulos, ya que por su aspecto se puede conocer su estabilidad.

Cuando nunca debes consumirlos

Si no se ha conservado correctamente o el producto ha cambiado al abrirlo, el medicamento no debe ser consumido bajo ningún concepto, ya que podrían estar alteradas las propiedades del fármaco.

Por lo que respecta a la conservación en casa, es aconsejable mantener los medicamentos en sitios frescos y secos, evitando la exposición directa a la luz solar.

Por ello, el personal experto recomienda no guardarlos en la cocina o el baño, estancias de la casa que, por lo general, suelen acumular más calor a lo largo del día, y siempre lejos del alcance de los niños.

En cualquier caso, es importante que antes de tomar un medicamento se consulte con  profesionales sanitarios y se evite la automedicación.

Igualmente, cuando se adquiera por primera vez, se recomienda leer el envase y el prospecto para conocer la temperatura a la que debe conservarse.

Viajar con medicamentos

En los trayectos por carretera, es recomendable no llevar los medicamentos en el maletero o la guantera del coche, ya que pueden llegar a alcanzar altas temperaturas.

Es imprescindible mantener las condiciones de transporte específicas para cada medicamento; es decir, los fármacos a conservar entre los 2ºC y 8ºC, deben conservarse siempre en nevera y, por tanto, transportarse en embalaje isotérmico refrigerado (sin llegar a congelar); por su parte, los fármacos que deben permanecer a una temperatura de entre 25ºC y 30ºC, han de transportarse en un embalaje isotérmico no refrigerado para evitar que puedan alcanzar temperaturas mayores.

Síndrome de agotamiento y golpe de calor

Por otro lado,  el personal especializado advierte de que algunos medicamentos pueden acentuar los efectos de las altas temperaturas, agravar el síndrome de agotamiento-deshidratación, propiciar los golpes de calor o inducir una hipertermia.

En este grupo de medicamentos se encuentran los diuréticos, los antiinflamatorios no esteroideos, los antihipertensivos, algunos antibióticos y antivirales, los antiarrítimicos, algunos antidiabéticos, los hipolipemiantes (empleados para regular el colesterol), los antidepresivos, los antihistamínicos y los antipsicóticos.

“Hay que estar atentos al estado general de aquellos pacientes que toman este tipo de medicamentos, así como propiciar una serie de medidas que ayude a controlar su temperatura corporal: ambiente fresco, buena ventilación y aireación, y continua hidratación.

Es importante resaltar que, a pesar de las altas temperaturas, en ningún caso se deben suspender los tratamientos establecidos por los facultativos”, concluyen Murcia y Broseta.

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