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Valencia

El Colegio Ausiàs March de València tiene confinados 222 residentes, a la espera de PCR

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València, 22 abr (EFE).- El colegio mayor Ausiàs March de València, aislado tras detectarse un brote con al menos doce personas contagiadas, tiene confinados 222 residentes, además de los trabajadores del centro y está a la espera de conocer el resultado de las PCR a las que se han sometido.

Así lo ha explicado la consellera de Sanidad, Ana Barceló, a preguntas de los periodistas en la rueda de prensa tras la reunión de la Comisión de la Interdepartamental para la prevención y Actuación ante la covid-19, en la que se han anunciado novedades en las restricciones en la Comunitat Valenciana.

«Estamos a la espera de conocer los resultados de las PCR, ahora mismo han confinados 222 personas, más los trabajadores de la propia residencia», ha apuntado Barceló.

Respecto al posible origen del brote, ha apuntado que «todavía se está llevando a cabo el estudio de trazabilidad para conocer cual es el origen y saber si esta controlado o ha tenido lugar fuera de la residencia».

Tras conocerse el brote, la Conselleria de Sanidad ordenó el aislamiento preventivo durante diez días de los residentes y los trabajadores del colegio mayor, a la espera de la realización de un cribado pasivo para detectar otros posibles casos positivos.

En este colegio mayor ya se registró un brote en octubre del año pasado con 78 positivos entre sus 327 residentes que llevó a ocho días de confinamiento.

La dirección del centro, en un comunicado, ha descartado que el brote «esté relacionado con algún evento de concentración en sus instalaciones».

 

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Valencia

Este es el ingenioso método para librarse de los flamencos en la Albufera

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flamencos en la Albufera cocodrilos
Un grupo de flamencos se alimenta en uno de los pocos campos de arroz que aún permanece con una pequeña cantidad de agua en el entorno del Parque Natural de La Albufera. Archivo/ EFE/Manuel Bruque

¿Cocodrilos en la Albufera de Valencia? Suena extraño, pero sí. Desde hace un tiempo en l´Albufera pueden verse ejemplares de cocodrilos descansando bajo el sol, aunque unos muy especiales: hinchables, con asas y cuerda, fabricados con plástico y que pueden comprarse en la mayoría de bazares por 10 o 15 euros.

¿Resultan efectivos? Los caimanes hinchables son un intento a la desesperada por blindar sus arrozales. Que resulten más o menos efectivos es algo que todavía está por comprobar. La Cadena COPE explica que el año pasado ya se instalaron dos muñecos de plástico a modo de prueba y que, aparentemente, las zonas en las que estaban sufrieron menos pérdidas causadas por los flamencos.

Para salir de dudas y saber si los buenos resultados se repetirán habrá que esperar a que lleguen las bandadas de aves, que en diciembre dejaron imágenes fascinantes en el parque valenciano, con casi 30.000 ejemplares anidados en el humedal.

 

Los flamencos en la Albufera

Los arroceros han reclamado medidas ante la multiplicación de flamencos en la Albufera, y han advertido de que si no se toman medidas antes de la próxima campaña del arroz, los flamencos van a hacer «un daño terrible» a las cosechas y al sector.

«Estamos asustados», ha asegurado en un comunicado el responsable de la sectorial del arroz de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), José Pascual Fortea.

La organización agraria ha recordado que las bandadas de flamencos han ocasionado graves daños en los últimos años, que se suman a los perjuicios que ya venían provocando los patos, pero ha destacado de que la cría y multiplicación de ejemplares en el paraje amenazan con incrementar las pérdidas en el sector.

Ha señalado que en primavera, los flamencos «pisotean los campos recién sembrados con tal virulencia que los agricultores no sólo pierden esas plantas, sino que, en muchos casos, no resiembran porque no vale la pena, ya que la producción recolectada en la siega resulta tan exigua que no compensa los costes de producción».

Por ello, AVA-ASAJA ha reclamado a las administraciones que tomen cartas en el asunto, y o reducen la población de flamencos «a unos niveles razonables que permitan compatibilizarla con la actividad arrocera» o establecen «una línea de compensaciones con una suficiente cuantía económica para cubrir los daños totales en el cultivo».

«La situación es muy preocupante y quedarse de brazos cruzados no es una opción si queremos seguir produciendo arroz, un cultivo que contribuye de manera decisiva al mantenimiento del parque natural», ha manifestado.

Las consecuencias en los arrozales

El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, ha añadido que la sociedad «está muy contenta de que haya miles y miles de flamencos en nuestro territorio, pero ha de saber que eso tiene unas consecuencias en los campos de cultivo, que es donde van a comer».

«En aquellos arrozales que los flamencos invaden, los agricultores posiblemente pierden toda la cosecha de un año, lo que supone una auténtica ruina», ha afirmado Aguado, quien ha defendido que «más vale prevenir que curar».

En este sentido, ha instado a las administraciones a «mostrarse conscientes y responsables, adelantarse al problema y preparar los planes que sean necesarios para garantizar todas las actividades que preservan este tesoro medioambiental que es la Albufera».

 

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