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Fallas

El lazo rojo que unirá a Consuelo Llobell y su Corte hasta la Fonteta

Publicado

en

Pepa Gómez

 

Unidas por una historia sin precedentes, Consuelo Llobell y su Corte de Honor llegan este sábado a La Fonteta. El templo de las despedidas tiene si cabe un significado especial en esta ocasión, tras dos ejercicios de vicisitudes.

 

En la elección de 2019 -con anécdota incluida en aquella noche, con el equívoco de uno de los nombres- no imaginaban lo que tendrían por delante.  Justo aquella noche comenzó a gestarse un lazo. Literalmente, de hecho. La madre de Déborah Pascual pensó en regalar a la Fallera Mayor de Valencia y la Corte de Honor un lazo rojo para que les diera buena suerte. Y, según como se mire, así ha sido: persistir en dos años de pandemia con una sonrisa y el ánimo intacto, lo es.

 

Superada la polémica sobre cierta indumentaria y con el techo del Palau de la Música en el suelo, comenzaban a sumarse las razones y experiencias para forjar una fuerte amistad. Fue en la salida del AVE hacia Madrid en su visita a Fitur, en enero de 2020, cuando Déborah hizo entrega a sus compañeras de este detalle y desde ese momento ha continuado viajando con ellas.

 

Están desgastados, están vividos. Y esa es parte de su gracia, más aún, y para no faltar a lo que ya es una tradición para Consuelo y su Corte, un día como el de la vuelta a la Fonteta, donde todo empezó.

 

Este lazo rojo representa el hilo que une invisiblemente en un mundo de distancia social, a Helena, Anna, Déborah, Andrea C., Yasmine, Paula, Andrea G., Claudia, Jéssica, Marta, Marina, Raquel y Consuelo. Simboliza la pasión con la que han llorado y reído, el sentimiento común con que volverán a desfilar por la pista, en esta ocasión como la Fallera Mayor y Corte de Honor que han escrito un episodio fallero sin precedentes.

 

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Fallas

Fallece Carmen Bueso, alma de «Flor» y referente histórico de la indumentaria valenciana

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Fallece Carmen Bueso
Carmen Bueso

La indumentarista que marcó una época deja un legado imborrable en el arte de vestir a las falleras mayores y cortes de honor de València

VALÈNCIA, 29 MARZO 2025 – La indumentaria tradicional valenciana está de luto. Carmen Bueso, conocida por todos como Carmen “Flor”, ha fallecido dejando un vacío imposible de llenar en el corazón de las Fallas. Su nombre ha estado unido durante décadas a la elegancia, la excelencia artesanal y el profundo respeto por la tradición. Con su partida, València pierde a una de las figuras más queridas y relevantes del mundo fallero.

Aunque recientemente se había jubilado tras cerrar su tienda de la calle Conde Altea, su legado sigue vivo en cientos de trajes que continúan desfilando por la ciudad cada mes de marzo. Su marca, “Flor. Carmen Bueso”, fue sinónimo de calidad, estilo y cariño por los detalles.

De una paquetería de barrio a vestir a las falleras mayores de València

El germen de su trayectoria profesional nació en la Paquetería Flor, un pequeño comercio junto al Mercado de Colón gestionado por la familia de su esposo, Manuel Flor. En su acogedora esquina de Conde Salvatierra, Carmen comenzó haciendo composturas y arreglos, hasta que un día decidió ir más allá: empezó a confeccionar trajes a medida con un pequeño equipo en Benimàmet, mucho antes de que el concepto de “tienda de indumentaria fallera” estuviese consolidado.

Su trabajo pronto se hizo conocido entre clientas exigentes del Pla del Remei y la Gran Vía, y su habilidad con el hilo y la aguja la catapultó a lo más alto del sector.

El espolín «Soto» y un momento para la historia

Uno de los momentos más emblemáticos de su carrera llegó en 1999, cuando su sobrina, Lola Flor Bustos, fue proclamada fallera mayor de València del año 2000. Fue Carmen quien la vistió de arriba a abajo, confeccionando con su equipo en Benimàmet el histórico espolín “Soto” de color paja, tejido por Garín. Fue, además, el último traje de exaltación no entregado por el Ayuntamiento, en una época en la que las falleras mayores aún vestían trajes confeccionados por familiares o indumentaristas de confianza.

Ese momento marcó el paso de Carmen Bueso de modista a icono.

Lola Flor

El salto a su tienda en Conde Altea y una clientela de élite fallera

Con el nuevo milenio, Carmen decidió dar un paso más y abrir su propia tienda bajo su nombre: “Flor. Carmen Bueso”. Durante más de dos décadas, este espacio fue referente indiscutible en el sector de la indumentaria valenciana, por donde pasaron falleras mayores como Sara Martín, Lucía Gil, Gloria Martínez, Marta Reglero, Nela Ayora o Inmaculada Asensi, así como decenas de componentes de las cortes de honor.

Incluso fue pionera en diseñar los primeros justillos para la “dansà” en el año 2008, cuando esa prenda no era aún habitual.

La tradición familiar también continuó con las nuevas generaciones: su sobrina nieta, Lola López Flor, hija de la fallera mayor del año 2000, fue componentede la corte de honor infantil de 2024. Un legado que se ha transmitido con orgullo y pasión.

Una jubilación que no pudo disfrutar

En 2024, Carmen bajó la persiana de su tienda con la satisfacción del deber cumplido. Se retiraba para disfrutar de una merecida jubilación, traspasando el negocio y cerrando un capítulo brillante de su vida. Lamentablemente, su fallecimiento prematuro ha impedido que disfrute plenamente de esa nueva etapa.

GALERÍA| La espectacular indumentaria de los hijos de Lola Flor

Reconocimiento en vida: premio Joia del Gremio de Sastres y Modistas

En junio de 2023, Carmen Bueso recibió uno de los galardones más emotivos: el premio Joia del Gremio de Sastres y Modistas de la Comunitat Valenciana, en reconocimiento a una vida entera dedicada al arte textil.

“Nunca hubiera imaginado un final así a mi trayectoria profesional, rodeada de tanta gente que quiero, de personas maravillosas que me he encontrado a lo largo de este camino”, escribió entonces, visiblemente emocionada por el homenaje.

Un legado que se viste, no se olvida

A diferencia de otras disciplinas efímeras de la fiesta, como la pirotecnia o la creación de monumentos falleros, el arte de la indumentaria permanece. Los trajes de valenciana confeccionados por Carmen seguirán vivos en cada desfile, cada exaltación y cada “mascletà”, recordándonos que fue ella quien los hizo posibles.

Cada vez que uno de sus espolines salga del armario, alguien recordará: «Esto es un Flor».

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