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El parricidio de Godella, a juicio desde este lunes

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València, 30 may (EFE).- Un tribunal popular juzga desde este lunes a un hombre y a una mujer de 27 y 25 años acusados de dos delitos de asesinato cometidos sobre sus dos hijos, menores de edad, el 14 de marzo de 2019, en la casa en la que vivía la familia en la localidad valenciana de Godella.

La Fiscalía sostiene que el procesado inculcó a la mujer la creencia de que la única forma de proteger a sus dos hijos, niño de 3 años y medio y una bebé de apenas cinco meses, era someterlos a un «baño purificador» y terminar con sus vidas para que, posteriormente, pudieran «revivir».

La acusación pública mantiene asimismo que los padres se pusieron de acuerdo para bañar a los niños en la piscina de la vivienda ocupada en la que vivían, y posteriormente causarles la muerte golpeándoles en la cabeza.

Los hechos se produjeron el 14 de marzo de 2019, cuando primero se dio por desaparecidos a los menores y después fueron hallados muertos y enterrados cerca de la vivienda; el hallazgo se produjo nueve horas después de que la madre, que fue hallada desnuda y oculta en un bidón, confesase su ubicación.

Los cuerpos fueron enterrados en dos fosas, una a unos 75 metros de la vivienda que ocupaba la familia de forma ilegal, y el otro a unos 150 metros, en el suelo.

En los días posteriores a este suceso, la madre fue objeto de varios análisis médicos para tratar de determinar si sufre alguna enfermedad mental, y finalmente al menos dos informes psiquiátricos, que ya obran en la causa, han determinado que sufre esquizofrenia paranoide, motivo por el cual está intensamente medicada.

En el informe remitido al juzgado por el grupo de Homicidios de la Guardia Civil se constata el hallazgo de sangre del hijo mayor en el bordillo de la piscina de la vivienda en la que residían y también en la chaqueta que vestía la madre cuando ambos fueron asesinados, presumiblemente a golpes con un objeto contundente.

Los especialistas de la Guardia Civil no descartan que fuese en el borde de la piscina donde el niño recibió los golpes que acabaron con su vida.

Por el contrario, los agentes no han podido hallar restos de sangre de los menores en las prendas encontradas dentro de un barreño de agua en el interior de la vivienda, aunque en su informe detallan una «leve» reacción al ser tratadas con productos químicos a tal efecto.

El informe no menciona el hallazgo de sangre de los menores en las ropas del padre, que también se encuentra en prisión preventiva por este caso.

El fiscal cree que en el momento de cometer el crimen la madre «padecía una esquizofrenia de tipo paranoide, que se encontraba en fase de brote agudo, y que anulaba las bases psicobiológicas de su imputabilidad (inteligencia y voluntad)».

Los hechos descritos son, a juicio del Ministerio Público, constitutivos de dos delitos de asesinato, de los que son autores materiales los padres de los menores, con la agravante de parentesco pero, en el caso de la madre, con la eximente completa de anomalía psíquica.

Por ello, únicamente pide pena de prisión (de 50 años, 25 por cada delito) para el padre, mientras que para la madre reclama el internamiento en un centro especializado por el mismo periodo, con un máximo de cumplimiento de 40 años en ambos casos, en virtud de lo contemplado en el artículo 76.1 del Código Penal.

El padre, que tiene doble nacionalidad belga y mexicana (sin antecedentes penales), y la madre, española (con antecedentes no computables a efectos de reincidencia), eran pareja de hecho desde finales de 2011.

Siempre según el escrito de calificación del fiscal, ambos vivieron en diversos ligares de Europa y España y entre febrero y marzo de 2017 se instalaron en una casa de campo de Godella, que «arreglaron hasta hacerla habitable» pero «sin consentimiento de su titular».

Fruto de la relación de los acusados nacieron dos hijos, el primero en noviembre de 2015 y la segunda en septiembre de 2018.

El fiscal cree que ambos «tenían y compartían creencias místico-religiosas, que habían aprendido e interiorizado» y que concretamente creían en la regresión, en la purificación de las almas mediante los baños de agua y en el renacimiento de las almas tras la muerte.

Durante los meses iniciales de 2019 esas creencias se vieron incrementadas por dos acontecimientos: el ser denunciados por la ocupación ilegal de la vivienda que ocupaban y el hecho de que la madre de María, viendo la actitud y conducta de los acusados, estuviese pendiente de ellos «por el temor de que algo pudiese sucederle a sus nietos».

«Los acusados, impulsados por sus creencias, tomaron la determinación, que Gabriel inculcó a María, de que la única forma de proteger a sus hijos del asedio del que eran objeto era, previo baño purificador de sus almas, terminar con sus vidas y enviarlos al más allá para que posteriormente pudieran revivir», detalla el fiscal en su escrito de acusación.

A esta tesis se opone directamente la defensa del padre, que insiste en la necesidad de determinar «quién fue el autor material de los hechos» y cuestiona la capacidad de Gabriel para «convencerla de que mate a sus hijos».

Asimismo, insiste en que el informe psiquiátrico forense de la madre es claro: «Dice que lo que hizo tiene una causa directa en los delirios, voces y paranoias que sufría, en nada más, de modo que no se explica la participación de ninguna otra persona en el asesinato de los menores».

«Dudamos que sea posible ponerse de acuerdo con un esquizofrénico en pleno brote porque carece de inteligencia y voluntad», sostiene la defensa, que añade que fue la madre quien señaló a la Guardia Civil dónde se habían producido los enterramientos, porque «el padre no lo sabía, estaba dormido cuando se cometieron los asesinatos».

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Detenido un joven de 22 años por una presunta agresión sexual en una parada del tranvía de València

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agresión sexual tranvía València
Estación del tranvía de València, en una imagen de archivo - GVA - Archivo

Un joven de 22 años ha sido detenido en València como presunto autor de una agresión sexual a una mujer en una parada del tranvía situada en la avenida Vicent Zaragozà, en el barrio de Benimaclet. Los hechos ocurrieron a plena luz del día, alrededor de las 13.40 horas del pasado domingo, mientras la víctima esperaba la llegada del convoy.

La detención ha sido confirmada por la Policía Nacional, después de que el suceso fuera adelantado por el diario Levante-EMV. El arresto se produjo gracias a la rápida intervención del personal de seguridad de Metrovalencia y a la colaboración ciudadana.

Tocamientos en la parada de Vicent Zaragozà

Según han explicado fuentes policiales, el presunto agresor se aproximó a la mujer de forma sorpresiva y le realizó tocamientos con intencionalidad sexual mientras se encontraba en la estación de Vicent Zaragozà. La escena se produjo en un momento de gran afluencia, lo que incrementó la sensación de intimidación y miedo de la víctima.

Ante la situación, fue el marido de la mujer quien dio aviso inmediato al teléfono de emergencias 112, alertando de lo ocurrido mientras ambos se encontraban todavía en la parada del tranvía.

Intervención de los vigilantes de Metrovalencia

Tras la llamada, una pareja de vigilantes de seguridad de Metrovalencia se desplazó rápidamente hasta el lugar. Los agentes de seguridad interceptaron al presunto autor de los hechos y lograron retenerlo, evitando su huida, hasta la llegada de las patrullas de la Policía Nacional.

Una vez en el lugar, los efectivos policiales procedieron a la detención del joven y lo trasladaron a dependencias policiales para continuar con la investigación.

Investigación abierta para esclarecer los hechos

La Jefatura Superior de Policía de la Comunitat Valenciana ha confirmado que el detenido tiene 22 años y que el caso continúa bajo investigación. Como es habitual en este tipo de delitos, los agentes tratan ahora de determinar si el sospechoso podría estar implicado en otros hechos similares o si se trata de un episodio aislado.

Por el momento, no han trascendido más detalles sobre la situación judicial del arrestado.

Preocupación por el aumento de los delitos sexuales

Este suceso se produce en un contexto de aumento de los delitos sexuales en la Comunitat Valenciana. Según el último balance de criminalidad del Ministerio del Interior, correspondiente al periodo entre enero y septiembre, se han contabilizado más de 2.000 infracciones penales contra la libertad sexual, lo que supone un incremento del 7% respecto al mismo periodo del año anterior.

Especial preocupación generan las 441 violaciones registradas en ese intervalo, un delito que ha crecido un 6%, mientras que el resto de delitos sexuales, más de 1.600 casos, han experimentado un aumento superior al 7%.

Llamamiento a la denuncia y a la prevención

Desde las fuerzas de seguridad se insiste en la importancia de denunciar cualquier tipo de agresión sexual y de alertar de inmediato a los servicios de emergencia ante situaciones de riesgo, especialmente en espacios públicos y zonas de transporte.

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