Carla Ruiz Vilalta, Fallera Mayor 2024 de la Falla Císcar-Burriana, estrenó para su presentación el pasado 10 de febrero este precioso y elegante Espolín “Francia” en “Melocotón perlado”. Es un color que según la luz es rosa, salmón o melocotón, tejido por Garín con dos metales y unos 16 colores de trama en tonos pastel.
Es la primera vez que tejen un traje entero en ese color, Carla quería que fuese una joya para toda la vida y un color que no pasara de moda
Carla al ser elegida en el mes de mayo fue a elegir este cartonaje que se ha convertido en su traje favorito.
Este traje tan especial ha sido confeccionado por BG Atelier, en el siglo XVIII, complementado con unas delicadas manteletas de Viana de tul de algodón.
Para hacer más increíble este elegante espolín se han colocado puntillas traídas de un anticuario de París por la propia Carla.
El aderezo que luce Carla es modelo de balconet de Néstor Roda. Las peinetas de Castillo Cinceladores y, zapatos de Any y Ketty.
El espolín Francia de Carla Ruiz Vilalta:
Origen de los espolines:
Según el Colegio del Arte Mayor de la Seda la técnica del espolinado se utilizó por primera vez en España en el siglo XV para la elaboración de tejidos hispano-árabes. La tradición sedera de Valencia contribuyó a que los maestros «velluters» alcanzaran un gran dominio en esta técnica que se ha mantenido hasta el presente.
Características
El espolín es una tela estrecha, generalmente de 54 centímetros de ancho, fabricada con hilos de seda natural y de metal (oro, plata) que reproduce dibujos con motivos florales, guirnaldas geométricas y espigas.
Los dibujos provienen de cartones perforados antiguos que se han conservado, aunque también se han creado algunos cartones nuevos como los que lucen, en exclusiva, desde 2001 las Falleras Mayores y Falleras Mayores Infantiles de Valencia y que llevan ese nombre.
Lo que hace especial al tejido espolinado o espolín respecto a las sedas estrechas convencionales es la forma de tejerlo:
- se fabrican en telares manuales, con la misma técnica que en su origen;
- la fabricación manual permite dibujos con una variedad de colores ilimitada, elegidos uno a uno tanto para la urdimbre como para la trama y los dibujos; de un mismo dibujo de espolín pueden existir miles de variantes en función de los colores que se elijan;
- no es necesario que los motivos guarden simetría en la forma o el color, permitiendo diseños más complejos y ricos que con la producción mecánica, ya que cada hilo que conforma el dibujo es rematado al inicio y al final de la pasada sin llegar a la orilla como sí ocurre en los telares mecánicos. De hecho, una de las formas de diferenciar un espolín de una seda estrecha es observarlo por el revés. En una seda convencional los hilos de la trama y del dibujo forman franjas horizontales que van de lado a lado de la tela mientras que en el espolín se ve el mismo dibujo de que en el derecho pero con las imperfecciones del corte y remate de los hilos del dibujo;
- el peso de la pieza es menor que el de una tela de aspecto similar tejida en telar industrial al utilizar menor cantidad de hilo para hacer el dibujo;
- las orillas de la tela son más limpias, blandas y menos deshilachadas que en los tejidos de confección mecánica, ya que la trama del hilo no se corta al llegar al extremo sino que vuelve hacia el otro lado para continuar la confección.
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