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Valencia

Fran Ferri: «Hasta después de Navidades no se tratará mi sustitución en Compromís»

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Fran Ferri

València, 20 dic (EFE).- El todavía síndic de Compromís en Les Corts Valencianes, Fran Ferri, ha afirmado este lunes que hasta después de las Navidades no se celebrará la reunión del grupo parlamentario en la que se elegirá a la persona que le sustituirá tras su decisión de dejar el escaño en la primera quincena de enero y regresar a su profesión.

En declaraciones en los pasillos de Les Corts antes de participar en su último pleno, Ferri ha ironizado con que todavía está «de cuerpo presente», por lo que «es raro» hablar de quién va a sustituirle, y ha insistido en que esa decisión la deja a sus compañeros de grupo, que «seguro» que tomarán «la mejor posible».

Ha recordado que el grupo de Compromís tiene 17 diputados y diputadas, algunos de los cuales forman parte del Gobierno valenciano como consellers, y ha insistido en que todavía no se ha hablado de plazos para sustituirle y en que esta semana lo importante es aprobar los presupuestos de la Generalitat para 2022 y la ley de acompañamiento.

Ferri ha indicado que, cuando pasen las fiestas navideñas, hablará con el resto de portavoces y convocará una reunión del grupo cuando «les venga bien a todos» los diputados, donde se marcará el calendario e imagina que se procederá a elegir al nuevo o la nueva síndica de Compromís en Les Corts.

Ha confesado que vive con emoción este pleno, el último en el que va a participar como diputado, y que está nervioso, como si fueran sus primeras sesiones plenarias, pero se ha mostrado agradecido de poder trabajar por los valencianos «una última vez», en particular con la aprobación de unas leyes que «mejorarán la vida de los valencianos en 2022».

Ferri ha asegurado que está orgulloso de haber estado cuatro años en la oposición a un Consell del PP que «estaba agotado y que hacía más daño que bien a lo valencianos», y de que en estos seis años de Gobierno del Botànic se haya «mejorado mucho» la vida de los valencianos y se hayan ampliado sus derechos.

Ha considerado que el mejor momento en su trayectoria como parlamentario autonómico fue la aprobación de las leyes LGTB, dado que entró en política desde el activismo LGTB, y ha confesado que entonces pensó que ya se podía «retirar tranquilo».

Por su parte, la portavoz adjunta del grupo Aitana Mas ha indicado al ser preguntada sobre si estaría dispuesta a ser la síndica que ella se presentó a unas primarias de Compromís en Alicante para liderar un proyecto político, y que quien entra en política quiere «liderar un grupo», por lo que está a disposición de sus compañeros.

Mas ha considerado no obstante que en el grupo parlamentario hay «gente muy capacitada» y «cualquier persona» podría ocupar esa responsabilidad, y ha indicado que dado que hasta el 15 de enero no se va Ferri quedan tres semanas para tomar una decisión con «calma» y que se vote en el grupo, como «siempre» se ha hecho y así «debe seguir».

La también portavoz adjunta Mónica Álvaro se ha limitado a señalar que «quedan muchas semanas por delante» para cubrir la vacante de Ferri; ha negado que su marcha pueda abrir una crisis en el seno del grupo, y ha indicado que espera que la nueva persona que ocupe la sindicatura sea elegida «con el apoyo de todos y todas» en el grupo.

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Valencia

El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita

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El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita
El president de la Generalitat, Carlos Mazón. EFE/ Biel Alino/Archivo

La catástrofe desencadenada por la DANA del 29 de octubre de 2024 en la Comunitat Valenciana, que dejó un lacerante saldo de más de 229 víctimas, no puede quedar impune. Más allá del dolor humano y de la reconstrucción material, está la responsabilidad política. Y en ese terreno, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, acumula mentiras, contradicciones y el profundo desgarro de quienes lo perdieron todo. Por dignidad, por ética y por justicia, Mazón debe dimitir.

Una gestión inexcusable

Cuando la alerta roja estaba activada, Mazón estaba ausente del lugar que le correspondía. Según los informes oficiales, llegó al comité de crisis (CECOPI) a las 20:28 horas, cuando ya se había emitido la alerta a la población minutos antes. No fue un “error de agenda”, sino un fallo estructural que costó vidas.

Mientras Valencia vivía una riada devastadora, el presidente se encontraba en una comida privada en lugar de supervisar la emergencia. Su entorno lo justificó como una reunión de trabajo, pero el contexto lo desmiente: fue ausencia, negligencia y falta de liderazgo.

La falta de movilización de efectivos tampoco puede justificarse. Los informes cruzados detectan irregularidades en el número de bomberos y medios activados. Cuando una emergencia reclama transparencia, los datos confusos o manipulados son una afrenta.

Mentiras, contradicciones y silencio

Mazón ha intentado derivar responsabilidades hacia la Agencia Estatal de Meteorología o la Confederación Hidrográfica del Júcar, en lugar de asumir el liderazgo que su cargo exige. Cuando el caos se instala, quien gobierna debe estar al frente, no buscando culpables.

Peor aún, ha ofrecido versiones cambiantes sobre su paradero, sus llamadas y las decisiones adoptadas aquel día. La investigación judicial avanza con pruebas que desmontan la versión oficial. Cuando un líder debe explicar dónde estaba durante una tragedia, el problema ya no es circunstancial: es estructural.

Las víctimas, traicionadas

No basta con lamentar lo sucedido cuando la dignidad exige acción. Las asociaciones de víctimas han expresado su malestar y exigido respeto ante la falta de explicaciones claras. “Estar con las víctimas también implica asumir responsabilidades”, repiten familiares que aún esperan una disculpa sincera.

No es solo la ausencia inicial. Es el desfile de versiones, el silencio, la falta de empatía y la reconstrucción lenta. Mientras las familias siguen llorando, el presidente intenta sostener su imagen pública como si nada hubiera ocurrido.

La única salida digna: la dimisión

Integridad política. Quien incumple los principios básicos de responsabilidad pierde la legitimidad para seguir al frente.

Justicia para las víctimas. Pedir perdón no basta cuando no se explica con claridad, cuando no se asumen errores ni se ofrecen soluciones. Las víctimas merecen que se depuren responsabilidades reales.

Confianza institucional. La credibilidad de la Generalitat se resquebraja cuando su presidente ofrece explicaciones tardías, contradictorias y evasivas. Eso no solo afecta a Mazón, afecta a toda la Comunitat Valenciana.

Renovación del liderazgo. El desastre del 29-O no puede cerrarse con un “sigo al mando”. Hace falta un relevo que reconstruya no solo los territorios inundados, sino también la confianza de los ciudadanos.

La responsabilidad compartida

Los silencios cómplices también pesan. Los partidos que sostienen a Mazón deben preguntarse si su apoyo es ético o meramente político. Cada día que pasa sin rendir cuentas es una herida más para las víctimas y una mancha más para las instituciones.

La dimisión no sería una derrota política, sino un acto de respeto hacia los que sufrieron, hacia los que murieron y hacia toda una sociedad que exige transparencia y verdad.

La tragedia del 29 de octubre no son solo cifras. Son vidas, familias, municipios arrasados y una sociedad herida. Carlos Mazón mantuvo su comida en El Ventorro cuando la provincia se inundaba, cambió versiones cuando se investigaba y continúa en el cargo pese al clamor ciudadano.

Por integridad, por dignidad, por justicia: Carlos Mazón debe dimitir.
Y quienes lo sostienen, deberían preguntarse si su silencio también los convierte en responsables.

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