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Llegan los gallineros domotizados ‘made in Valencia’

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gallineros domotizados
Los ingenieros Alex Pena y Javier Albalate, creadores de la cooperativa Voluta.coop

València, 6 jun (EFE).- En pleno estado de alarma por la pandemia del coronavirus, los ingenieros afincados en la Comunitat Valenciana Alex Pena y Javier Albalate crearon la cooperativa Voluta.coop, con la que han generalizado el uso del Internet de las Cosas (IoT) en la cría de gallinas.

La cooperativa ofrece diferentes productos y servicios entre los que destaca el kit «eGallinero Open Source», un hardware junto a un código abierto que permite domotizar un gallinero tradicional y al que se le pueden añadir diferentes periféricos para su uso en cualquier espacio urbano.

Esta es la primera cooperativa a nivel nacional que oferta bienes y servicios rurales gracias a un modelo de negocio basado en la economía circular, la sostenibilidad y la domótica: «Montar una cooperativa permite demostrar los valores democráticos y el reparto equitativo de los beneficios», señalan a EFE.

EMPRENDER EN EL MUNDO RURAL: AUNAR GALLINEROS Y TECNOLOGÍA

Alex Pena, ingeniero industrial con experiencia en el mundo de las consultoras, decidió cambiar el rumbo de su futuro laboral durante el estado de alarma de 2020 y, junto a su amigo Javier Albalate, emprendió este proyecto que aúna gallineros y tecnología.

Poco a poco, desarrollaron su idea con prototipos «cada vez mejores», según Albalate, que es ingeniero eléctrico y que asegura que la pandemia les obligó a trabajar desde casa e incorporar el teletrabajo en su día a día porque además, Javier vive en Castellón y Alex en el municipio valenciano de Aras de los Olmos.

Pena puntualiza que la forma jurídica de cooperativa es la ideal para «desmarcarse de las empresas ‘Business As Usual’» y defiende que les mueve «cambiar el modelo de negocio y la visión que tienen las empresas».

UN PROYECTO SOCIAL Y RURAL

La cooperativa ofrece el servicio «Proyecto Ecosocial Rurban», un modelo de arrendamientos de gallineros y gallinas orientado a residencias de mayores o menores, campamentos, «campings» y «coworkings», además de apostar por la terapia ocupacional con gallinas, a través de talleres y actividades.

El gallinero está fabricado con materiales antiparasitarios, aislantes y resistentes a las condiciones climatológicas adversas, tiene capacidad para cinco gallinas, es desmontable y ergonómico.

Sus creadores defienden que su proyecto no es «un gallinero con gallinas» sino que persigue un fin social, ya que está manufacturado por personas en riesgo de exclusión social y utilizan redes de pesca o plásticos reutilizables para su construcción.

Desde Voluta también promueven un curso de iniciación al autoconsumo de huevos de gallina, espacio de intercambio para resolver dudas a «perfiles urbanos que nunca han tenido gallinas e incluso alguno de ellos no ha visto una gallina en su vida», resaltan, ya que muchas personas tienen «una barrera psicológica».

Por ello mantienen reuniones periódicas con los interesados: «Todos sabemos como cuidar a un perro o un gato, pero no sabemos tanto de las gallinas”, explica Pena a EFE.

UN GALLINERO DE CÓDIGO ABIERTO

El servicio más tecnológico que ofrece Voluta.coop es el «Taller Iot» para familiarizarse con el Internet de las Cosas, que gracias a la cooperativa ha dado un salto al mundo rural y permite a los menos aventajados adentrarse en el mundo de la programación.

En el taller de montaje, los usuarios aprenden a montar el gallinero e incorporar los dispositivos electrónicos, aunque «pueden comprar el kit sin el taller, les llegan los componentes electrónicos a casa y así lo pueden montar en los gallineros que ofrecemos o los que tengan ellos», aclara Pena, posibilidad dirigida a «perfiles más técnicos».

El taller se dirige a escuelas rurales para llevar «el mundo urbano al mundo rural», pues defienden que los escolares «que van a heredar las empresas del primer sector se van a tener que digitalizar».

El «eGallinero” nace como un sistema de apertura automática de la puerta de un gallinero al que se le puedan añadir periféricos con conexión WiFi, aunque sus creadores creen que tiene posibilidades «infinitas», y para aumentar las modificaciones posibles, el kit «eGallinero Open Source» es un código abierto para que los usuarios compartan sus avances y mejoras.

A través del móvil y de la aplicación Telegram, el usuario monitoriza el gallinero gracias a los avisos recibidos del bot de la aplicación, que avisa del nivel del agua y pienso de los animales, además de otras opciones existentes.

Voluta ha recibido ideas por parte de los clientes a tener en cuenta como la posibilidad de instalar cámaras de vigilancia para controlar a los animales e incluso detectar depredadores, lo que demuestra las posibilidades que aporta a la cooperativa su fórmula de código abierto.

«Conocemos a mucha gente que está pensando en irse al mundo rural y nuestros valores les animan a predicar con el ejemplo y olvidarse de los coches, de la polución y del estrés de la ciudad», sentencia Pena.

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Cristina Bernabé, la influencer que se tatuó a Pedro Sánchez, responde a las críticas

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La influencer murciana Cristina Bernabé se ha convertido en protagonista de la actualidad tras mostrar en redes sociales su nuevo tatuaje: un corazón en la pierna con el nombre de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. La joven, que cuenta con 40 matrículas de honor tras estudiar Educación Social y un máster, ha sido muy criticada en internet, pero también defendida por sus seguidores.

El tatuaje de Pedro Sánchez y la polémica en redes sociales

Las publicaciones de Cristina Bernabé en defensa del feminismo y del propio Pedro Sánchez la han hecho viral en plataformas como Instagram y X (antes Twitter). Sin embargo, su decisión de tatuarse el nombre del líder del PSOE le ha costado una oleada de insultos y comentarios machistas.

La influencer asegura que el tatuaje no es el verdadero motivo de la polémica:

«Es una minucia tatuarse a Pedro Sánchez cuando realmente mi viralidad viene de tener 40 matrículas de honor y haber dicho que soy una mujer guapa y lista», señaló en el programa En boca de todos.

«Un tatuaje contra el odio»

Bernabé explicó que se tatuó el corazón con el nombre de Pedro Sánchez poco antes de las elecciones generales de 2023:

«Lo hice frente al auge de odio de extrema derecha que estaba acechando. Fue de manera inocente y no me arrepiento de nada».

Además, aseguró que volvería a hacerlo con otros referentes políticos:

«Me tatuaría a Gabriel Rufián, a Óscar Matute, a Irene Montero y a Yolanda Díaz. Cuando llevas 30 tatuajes ya no lo haces con tanta trascendencia».

Una crítica política detrás del tatuaje

Cristina sostiene que muchos de los ataques que recibe en redes sociales no tienen que ver con su decisión personal, sino con el rechazo hacia el presidente del Gobierno. «Me critican para proyectar ese odio contra Pedro Sánchez», afirmó.

La joven recordó ejemplos de esa hostilidad, como los cánticos e insultos al jefe del Ejecutivo que se han escuchado en algunas fiestas populares este verano.

La viralidad de Cristina Bernabé

Más allá del tatuaje, la murciana defiende que su notoriedad en redes se debe a su discurso académico y social:

  • 40 matrículas de honor en Educación Social.

  • Un máster completado con éxito.

  • Su posicionamiento feminista y político.

Pese a las críticas, Cristina Bernabé ha dejado claro que no tiene intención de borrar el tatuaje y que lo considera una muestra de coherencia con sus ideales.

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