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Valencia

La Generalitat denuncia ante la Policía un ciberataque al Registro de animales de compañía

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Generalitat ciberataque Registro animales de compañía
Dos perros se huelen los hocicos. EFE/Kai Försterling/Archivo
València, 3 oct (OFFICIAL PRESS-EFE).- La Generalitat ha interpuesto este martes una denuncia ante el Grupo de Delitos Telématicos del Cuerpo Nacional de Policía, tras notificar a la Agencia Española de Protección de Datos un ciberataque en el Registro Supramunicipal de Animales de Compañía, que gestiona el Consell de Col·legis Veterinaris.

El incidente de seguridad se produjo el pasado 7 de julio y se detectó el 29 de septiembre, cuando quedó bloqueado el ataque, por lo que las personas afectadas por el robo de datos identificativos están entre las que han realizado gestiones con ese Registro, como dar de alta a mascotas, hasta el pasado viernes a través de la aplicación RIVIA.

Ciberataque al Registro de animales de compañía

La Conselleria de Agricultura, Ganadería y Pesca ha informado de que el ciberataque sufrido en esa base de datos se ha efectuado con la aplicación informática conocida como RIVIA, y de que el acceso no autorizado debido al robo de credenciales comprende datos personales de titulares de mascotas como nombre, apellidos, dirección, teléfono, DNI y correo electrónico.

Ojo con los datos substraídos

Potencialmente, los datos substraídos pueden ser empleados para el envío de ofertas de publicidad no deseada, crear perfiles falsos o suplantar identidades, según expone el espacio con información habilitado por la Conselleria, que recomienda extremar las precauciones ante llamadas, correos electrónicos o cualquier comunicación no esperada y en las que se ofrezca la contratación de cualquier servicio o se soliciten datos personales.

Según explica la Generalitat, para bloquear el ciberataque se han aplicado las medidas técnicas oportunas y se ha diseñado un plan de acción para mejorar la seguridad global de la actual aplicación, mientras que se han adoptado de manera inmediata las medidas necesarias para minimizar los efectos negativos del ataque.

La aplicación informática RIVIA es de gestión externa a la Conselleria de Agricultura, por lo que el ciberataque no compromete a los sistemas informáticos de la DGTIC ni a otros sistemas de información de la Generalitat, según las mismas fuentes.

Pese a las múltiples medidas de seguridad que tenía implantadas la aplicación RIVIA, el ataque ha conseguido vulnerar el sistema, y ante delitos informáticos a los que estos sistemas están expuestos, no se puede garantizar la protección total, expone la Generalitat.

El Consell Valencià de Col.legis Veterinaris dispone desde el 1 de marzo de 2022 de un sistema de gestión de la calidad conforme a la Norma ISO 9001:2015 para la Gestión del Registro Informático Valenciano de Identificación Animal (RIVIA).

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Valencia

El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita

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El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita
El president de la Generalitat, Carlos Mazón. EFE/ Biel Alino/Archivo

La catástrofe desencadenada por la DANA del 29 de octubre de 2024 en la Comunitat Valenciana, que dejó un lacerante saldo de más de 229 víctimas, no puede quedar impune. Más allá del dolor humano y de la reconstrucción material, está la responsabilidad política. Y en ese terreno, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, acumula mentiras, contradicciones y el profundo desgarro de quienes lo perdieron todo. Por dignidad, por ética y por justicia, Mazón debe dimitir.

Una gestión inexcusable

Cuando la alerta roja estaba activada, Mazón estaba ausente del lugar que le correspondía. Según los informes oficiales, llegó al comité de crisis (CECOPI) a las 20:28 horas, cuando ya se había emitido la alerta a la población minutos antes. No fue un “error de agenda”, sino un fallo estructural que costó vidas.

Mientras Valencia vivía una riada devastadora, el presidente se encontraba en una comida privada en lugar de supervisar la emergencia. Su entorno lo justificó como una reunión de trabajo, pero el contexto lo desmiente: fue ausencia, negligencia y falta de liderazgo.

La falta de movilización de efectivos tampoco puede justificarse. Los informes cruzados detectan irregularidades en el número de bomberos y medios activados. Cuando una emergencia reclama transparencia, los datos confusos o manipulados son una afrenta.

Mentiras, contradicciones y silencio

Mazón ha intentado derivar responsabilidades hacia la Agencia Estatal de Meteorología o la Confederación Hidrográfica del Júcar, en lugar de asumir el liderazgo que su cargo exige. Cuando el caos se instala, quien gobierna debe estar al frente, no buscando culpables.

Peor aún, ha ofrecido versiones cambiantes sobre su paradero, sus llamadas y las decisiones adoptadas aquel día. La investigación judicial avanza con pruebas que desmontan la versión oficial. Cuando un líder debe explicar dónde estaba durante una tragedia, el problema ya no es circunstancial: es estructural.

Las víctimas, traicionadas

No basta con lamentar lo sucedido cuando la dignidad exige acción. Las asociaciones de víctimas han expresado su malestar y exigido respeto ante la falta de explicaciones claras. “Estar con las víctimas también implica asumir responsabilidades”, repiten familiares que aún esperan una disculpa sincera.

No es solo la ausencia inicial. Es el desfile de versiones, el silencio, la falta de empatía y la reconstrucción lenta. Mientras las familias siguen llorando, el presidente intenta sostener su imagen pública como si nada hubiera ocurrido.

La única salida digna: la dimisión

Integridad política. Quien incumple los principios básicos de responsabilidad pierde la legitimidad para seguir al frente.

Justicia para las víctimas. Pedir perdón no basta cuando no se explica con claridad, cuando no se asumen errores ni se ofrecen soluciones. Las víctimas merecen que se depuren responsabilidades reales.

Confianza institucional. La credibilidad de la Generalitat se resquebraja cuando su presidente ofrece explicaciones tardías, contradictorias y evasivas. Eso no solo afecta a Mazón, afecta a toda la Comunitat Valenciana.

Renovación del liderazgo. El desastre del 29-O no puede cerrarse con un “sigo al mando”. Hace falta un relevo que reconstruya no solo los territorios inundados, sino también la confianza de los ciudadanos.

La responsabilidad compartida

Los silencios cómplices también pesan. Los partidos que sostienen a Mazón deben preguntarse si su apoyo es ético o meramente político. Cada día que pasa sin rendir cuentas es una herida más para las víctimas y una mancha más para las instituciones.

La dimisión no sería una derrota política, sino un acto de respeto hacia los que sufrieron, hacia los que murieron y hacia toda una sociedad que exige transparencia y verdad.

La tragedia del 29 de octubre no son solo cifras. Son vidas, familias, municipios arrasados y una sociedad herida. Carlos Mazón mantuvo su comida en El Ventorro cuando la provincia se inundaba, cambió versiones cuando se investigaba y continúa en el cargo pese al clamor ciudadano.

Por integridad, por dignidad, por justicia: Carlos Mazón debe dimitir.
Y quienes lo sostienen, deberían preguntarse si su silencio también los convierte en responsables.

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