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Salud y Bienestar

Realizar esta actividad antes de acostarse puede provocar insomnio crónico

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insomnio crónico tecnologia
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Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), un 25-35% de la población adulta padece insomnio transitorio y entre un 10 y un 15% -lo que supone más de cuatro millones de adultos españoles- sufre de insomnio crónico.

El insomnio, además de afectar al estado de ánimo, también puede repercutir en la salud y en la calidad de vida, debilitando incluso el sistema inmunológico.

La doctora Susana Soler, responsable de la unidad de neurofisiología y de la Unidad del Sueño del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, afirma que “encontrar las causas cuando el problema limita la calidad de vida, implica un estudio multidisciplinar a nivel médico en una unidad especializada, ya que el insomnio puede ser el problema principal o puede estar asociado a otras patologías, medicamentos…. Por eso, si el problema se prolonga en el tiempo se debe tratar por un profesional”, subraya la especialista.

Insomnio crónico

El insomnio crónico siempre está precedido por un insomnio situacional como resultado de acontecimientos vitales estresantes. Pero que no consigue mejorar ni cuándo se han eliminado los factores causantes. “La valoración que hacemos desde la unidad con un enfoque multidisciplinar de la dificultad inicial para dormir, -comenta la profesional-, es un factor clave para que el insomnio sea un problema transitorio o un trastorno crónico. Para poder romper ese círculo, es importante cambiar los hábitos inadecuados, así como los pensamientos erróneos que aumentan la preocupación, y reducir la elevada activación emocional asociada a estas variables”.

Esta intervención costa de tres componentes. Cambio de conductas, cambio de pensamientos y reducción de la activación. “Un tratamiento que ayudará al paciente a desarrollar habilidades para el autocontrol del insomnio y a recuperar el control sobre el sueño, de manera que pueda manejar las ocasionales dificultades para dormir. Todo esto requiere tiempo, paciencia y esfuerzo”, concluye la doctora Soler.

Insomnio tecnológico

En parte, el aumento del porcentaje de esta patología en la actualidad se debe al uso excesivo de aparatos tecnológicos. Según la especialista, “la luz azul de las pantallas tiene efectos inmediatos sobre nuestro organismo y es que, determinadas células de la retina son muy sensibles a estos tonos y se altera el ritmo de secreción de melatonina (encargada de regular el reloj biológico) y por tanto a conciliar el sueño. Además, estos aparatos activan las neuronas por lo que nos activamos más nosotros, lo que impide conciliar el sueño. A partir de ese momento comenzará una espiral de estrés primero derivado por la excitación causada por los dispositivos y luego por la ansiedad causada por la imposibilidad de conciliar el sueño”.

Sufrir más episodios de pesadillas

“Esta alteración en nuestro cerebro trae como consecuencia el no poder conciliar el sueño adecuadamente e incluso sufrir más episodios de pesadillas e interrupciones durante la noche, lo cual es científicamente conocido como parasomnia”, subraya la doctora Soler.

Para evitar el insomnio es clave una buena higiene del sueño. “Rehuir del uso de pantallas de luz azul (móviles, tablets, ordenadores) antes de acostarse, ir atenuando las luces de la casa por la noche, así como evitar tomar estimulantes a partir de las 16 horas (bebidas con cafeína o teína) y en caso de hacer siestas que estas no duren más de 20-30 minutos”.

¿Es bueno ver la televisión antes de dormir?

Respecto a la televisión, quiere destacar la doctora Soler “verla de una manera comedida, ya que es importante mantenerse informado, pero no cargar nuestra mente con demasiada información estresante o negativa. Una buena opción es ver las noticas al mediodía, pero no antes de acostarse. Esto permite disminuir la ansiedad y reducir las preocupaciones antes de ir a la cama. Lo ideal es, antes de acostarse, realizar sesiones de relajación, meditación, o simplemente leer para evadirnos de la actualidad y recuperar energía”.

Rutinas

La rutina juega un papel primordial en conseguir una óptima calidad de sueño. Según la responsable de la unidad, “mantener las rutinas de comida, realizar ejercicio físico al menos 3 horas antes de irse a dormir, y establecer un ritual pre-sueño que implique realizar diariamente las mismas actividades antes de acostarse siempre que sean relajantes, ayudará a mantener una estabilidad mental y un sueño reparador”.

Para la especialista, además, es importante “reforzar el reloj biológico marcándose unas rutinas a la hora de levantarse y acostarse, así como la exposición a la luz solar un rato al día que ayudará a disminuir la fatiga y recargar nuestro organismo con vitamina D”.

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Los alimentos infalibles para prevenir resfriados

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Esta es la hortaliza saludable que debes tomar a diario para prevenir los resfriados en invierno
PEXELS

La tradición popular atribuye propiedades curativas a los alimentos con vitamina C, pero ¿sabemos cuáles son los alimentos para prevenir resfriados?

Algunos como el ajo, la sopa de pollo o la miel frente al resfriado, la tos, la congestión o la gripe. Sin embargo, en la actualidad no hay ninguna prueba científica que demuestre que su consumo sea beneficioso para este objetivo.

Según ha explicado la doctora Laura Arranz, profesora del Departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimenación y Gastronomía de la Universidad de Barcelona, lo que realmente contribuye a prevenir estas enfermedades, e incluso a aliviar sus síntomas, es seguir hábitos de vida saludables y una alimentación equilibrada.

La doctora ha precisado que «más allá de la vitamina C hay muchos nutrientes imprescindibles para el sistema inmunitario. Todas las vitaminas, minerales como el zinc, antioxidantes como los polifenoles o los betacarotenos, grasas como los Omega-3 y las fibras (sobre todo de tipo soluble) son básicos en un cóctel de salud».

MINERALES Y VITAMINAS
Las vitaminas A, C y E, el magnesio, el cobre, el manganeso o el hierro son algunos de los elementos clave en los procesos celurares que ayudan a neutralizar los radicales libres y el estrés oxidativo.

La doctora Arranz ha aclarado que «el funcionamiento correcto del metabolismo y de las defensas antioxidantes requiere la presencia de estos nutrientes en cantidades suficientes». La pregunta que subyace es qué alimentos propocionan estos nutrientes.

Según la experta, «los alimentos de origen vegetal son ricos en antioxidantes, pero especialmente la fruta, las hortalizas, las verduras de hoja verde, las semillas y los frutos secos». Además, ha aconsejado «consumir una buena parte de estos vegetales en crudo o con tiempos de cocción adecuado para que la ingesta de antioxidantes se amayor».

EL ZINC COMO REGULADOR DEL SISTEMA INMUNE
La doctora Arranz ha explicado que «el zinc es un oligoelemento esencial que juega un papel clave en más de 300 enzimas y está involucrado en la comunicación celular, además de desempeñar un importante papel en la regulación del sistema inmune».

Ha añadido, además, que «el déficit de zinc, que afecta al 20% de la población mundial, se asocia a la disminución del sistema inmunitario». Entre los alimentos que contienen zinc se encuentran las carnes, el pescado, los moluscos, las espinacas o los frutos secos.

OMEGA-3: GUARDIÁN DE LAS DEFENSAS
Las grasas Omega-3 son importantes para el sistema inmunitario, para la salud cardiovascular y para la salud visual y cerebral pero además intervienen como precursores de las moléculas antiinflamatorias.

La experta ha detallado que «si queremos cuidar las defensas, debemos aumentar la ingesta de frutos secos, especialmente nueces y almendras, para conseguir un aporte diario de dos gramos de ácido alfa-linolénico y pescado azul para conseguir 200 gramos de ácido docosahexaenoico (ácido graso poliinsaturado omega-3)».

LA FIBRA, UNA COMPAÑERA ALIADA
La nutricionista ha revelado que «la fibra ayuda a la nutrición y el bienestar de las bacterías beneficiosas que residen en el intestino y que juegan a un rol principal en el sistema inmunitario, por lo es imprescindible en el día a día».

Además, la fibra dietética proviene de los alimenos de origen vegetal tales como las legumbres, las semillas, los frutas secos, las verduras o las frutas.

Sin embargo, la doctora ha advertido que las legumbres «puedencausar problemas de flatulencia debido a la gran cantidad de fibra que aportan». Por ello, para evitar este problema ha aconsejado «tomar raciones pequeñas tres veces pro semana en lugar del tradicional plato de legumbres solo un día a la semana».

Alimentos para prevenir resfriados

La lista de alimentos que ayudan a prevenir gripes, catarros y resfriados es larga… Educo nos la detalla.

1. Pescados, un gran aporte de Omega-3

Los pescados, entre los que destaca el pescado azul, aportan proteínas y Omega-3 al organismo. Estas sustancias ayudan al organismo a proteger los pulmones de las infecciones respiratorias al sintetizar anticuerpos. Ya ves: incluye pescado en el menú semanal. Dos porciones semanales de salmón ayudarán a levantar tus defensas.

2. Cítricos, el consejo de la abuela

¡Y cuánta razón tiene la abuela! Los cítricos son ricos en vitamina C, un nutrientes que puede ayudar a frenar el avance de un resfriado. ¿Lo mejor? Alternar los cítricos consumiendo naranja (muy rica en vitamina C), mandarina (rica en betacarotenes) y limón (gran valor antiséptico que lo convierte en un remedio natural contra el dolor de garganta y la tos).

3. Huevos: proteínas, vitaminas y minerales

Los huevos son un comodín en la cocina, no dudes en prepararlos un par de veces por semana. Un huevo contiene casi 7 gramos de proteína, pero además aporta al organismo vitaminas y minerales, entre los que destacan las vitaminas B6 y B12, el selenio y el zinc, ¡fundamentales para mantener fuerte el sistema inmunológico!

4. Yogur, el poder de los probióticos

Hoy en día se habla mucho de probióticos en la publicidad, pero ¿qué son? Los yogures tienen cultivos vivos que ayudan al sistema inmunológico a evitar que las bacterias malas progresen dentro del cuerpo. ¿Cómo? Muy fácil: si las bacterias buenas son más que las malas, ¡la guerra por la salud está ganada!

5. Verduras de hojas oscuras para reducir el tiempo de la enfermedad

La mayoría de nosotros piensa en un zumo de naranja para ingerir vitamina C. ¿Qué me dirías si te digo que las espinacas, las coles de Bruselas, la lechuga y el brócoli tienen más vitamina C que los cítricos? Incluye estas verduras en la dieta de los peques y si los niños se niegan a comer verduras, ¡disfrázalas! En el enlace te damos ideas al respecto.

6. Calabaza, la reina del beta-caroteno

El betacaroteno es esencial para el organismo ya que cuando éste lo absorbe, se transforma en vitamina A, un nutriente que mejora las defensas y ayuda a prevenir enfermedades. Dale a tus hijos calabaza asada, en crema, mezclada con arroz o en puré, ¡es rica y súper nutritiva! Si a tu hijo no le gusta la calabaza pero sí la zanahoria, ¡a por ella! Las zanahorias también tienen mucho beta-caroteno, motivo por el cual su acción es similar a la de la calabaza.

7.  Kiwi, vitamina C al por mayor

Un kiwi aporta al cuerpo más vitamina C que una naranja. Es cierto que puede ser más difícil para los peques comer un kiwi que beber un zumo pero ¡con intentar no se pierde nada!

8. Cebolla y ajo, antibióticos naturales

Tanto la cebolla como el ajo ayudan a prevenir y curar la gripe y los resfriados. Ambos tienen propiedades mucolíticas que ayudan a expulsar secreciones. ¿Un consejo? A los peques suele molestarles más la textura que el sabor de estos alimentos, por eso te recomendamos trocearlos y cocinarlos hasta que no sean perceptibles en el paladar. No abuses de ellos y verás que los peques los comen sin casi darse cuenta.

9. Miel, efecto antitusivo ¡y preventivo!

Incluir la miel en el desayuno de los niños mayores (recuerda que los niños menores de 3 años no deben consumir miel por el riesgo de botulismo) puede ser una gran idea. La miel tiene un efecto preventivo al aumentar las defensas naturales y antitusivo, aliviando la molesta picazón de garganta. Sírvele a tu hijo una tostada con miel o coloca un poco de miel en la leche, ¡le encantará!

10. Frutos secos y legumbres para mantener el calor corporal

Parece una locura pero no lo es: en invierno, perdemos fácilmente el calor corporal, exponiéndonos a toda clase de enfermedades. Los alimentos híper calóricos como las legumbres y los frutos secos aportan la energía necesaria para mantener la temperatura corporal correcta, manteniendo a raya a las enfermedades. Además, tanto los unos como los otros aportan hierro y antioxidantes, fundamentales para mantener el sistema inmunológico fuerte.

11. Frutos rojos, vitamina C en pequeñas dosis

Los frutos rojos aportan vitamina C aunque para que sean realmente efectivos es necesario consumir gran cantidad. Los mencionamos porque ¡son fáciles de incluir en la dieta y a los peques les encantan! ¿Quién puede resistirse a las fresas, las moras y los arándanos? Incorpóralos al yogur o haz un rico batido de frutos rojos con leche.

12. Setas, propiedades antibacterianas

Las diversas setas, hongos y champiñones tienen propiedades antibacterianas que ayudan a combatir las enfermedades. Utilízalos en tostadas, cremas o como acompañamiento para carnes. Una buena alimentación es tan importante como un buen abrigo. Este invierno no lo dudes y prepara un menú equilibrado que incluya estos alimentos para prevenir gripes, catarros y resfriados.

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