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InterAgrupación de Fallas: «No se puede enarbolar la bandera de que somos Patrimonio y tratarnos como si fuéramos una fiesta vulgar sin importancia»

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Sumidos en una absoluta tristeza, la InterAgrupación de Fallas ha convocado este jueves una rueda de prensa para informar de la situación que se está viviendo desde el corazón de la fiesta: las fallas. Su presidente Guillermo Serrano ha defendido el papel intachable de los falleros durante la pandemia de la COVID y ha pedido que se trate a la fiesta como merece, unas Fallas que son Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO y que, en ocasiones, a las instituciones se les olvida.

Guillermo Serrano, presidente InterAgrupación
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Este es el comunicado íntegro de la InterAgrupación de Fallas:

10 de marzo de 2020, hace un año que empezó la pandemia. Desde el minuto uno la InterAgrupación de Fallas de Valencia hemos trabajado para que el colectivo fallero y todo el tejido festivo que hay alrededor de las fallas busquemos la mejor solución a los diversos problemas que nos ha dado esta pandemia.

Siempre hemos buscado, desde el diálogo y la moderación, las soluciones a las situaciones que en una realidad cambiante iban surgiendo. Los falleros nos hemos adaptado y lo haremos las veces que sean necesarias con el único fin de volver a plantar en nuestras demarcaciones esas fallas que siguen guardadas, en el momento la situación sanitaria lo permita.

Hemos tenido siempre presente que lo importante es la responsabilidad y el sacrificio, como parte de esta sociedad, de algunas de las actividades que hasta la fecha se habían llevado a cabo en las celebraciones de años anteriores.

Me gustaría resaltar el comportamiento ejemplar que ha tenido el colectivo fallero desde el minuto 1 de esta terrible pandemia, acatando siempre con respeto las normas dictadas desde sanidad, y en algunos momentos poniendo tranquilidad a situaciones que podían generar tensiones.

A lo largo de este camino hemos sentido la empatía de gran parte de la sociedad y de las instituciones valencianas, pero en muchas ocasiones el colectivo ha sido observado con demasiado recelo y de forma injusta.

Es necesario ahora más que nunca que desde las instituciones entiendan que nuestra fiesta tiene una inmensa parte cultural. No se puede enarbolar la bandera de que somos Patrimonio Cultural de la Humanidad y luego tratarnos como si fuéramos una fiesta vulgar y sin importancia.

Desde el pasado verano, con la entrada en junio del decreto de nueva normalidad, el colectivo fallero ha hecho muchas actividades cumpliendo con todas y cada de las normas y recomendaciones establecidas por las autoridades sanitarias.

 La celebración de más de 500 actos en el colectivo fallero no conllevó ningún contagio, ni brote en su desarrollo, pues las fallas también somos cultura y la cultura es segura. En el mes de septiembre, fue el propio colectivo fallero quien solicitó a salud pública un protocolo de actuación que nos dotara de herramientas y directrices para poder celebrar cualquier acto propio de las comisiones desde la responsabilidad, la seguridad y el cumplimiento de las normas.

Dicho protocolo propuesto por el mundo fallero ha sido utilizado para todas las sedes festeras de la comunidad, y ha sido cumplido por cada una de ellas de manera ejemplar. Los datos así lo demuestran.

También a propuesta de las fallas se generó una mesa de seguimiento de sanidad y fallas, con el fin de crear un plan sanitario que contenga todos los escenarios y condicionantes para una futura celebración de unas fallas seguras.

Las comisiones queremos celebrar nuestras FALLAS, pero queremos celebrarlas de manera segura. Y estamos convencidos que con la ayuda y el acatamiento de las normas que se ha demostrado hasta la fecha por el colectivo fallero, se podrán celebrar más pronto que tarde.

Como conclusión positiva de esta situación generada por la pandemia, cabría destacar, la vertebración de todas las comisiones de la comunidad valenciana para afrontar los diferentes problemas surgidos de forma conjunta, dado que el fin de todas estas comisiones es el mismo.

Fruto de ello fue la configuración de dicha de mesa de seguimiento compuesta por falleros y falleras de diferentes localidades de la comunidad, que han entregado su tiempo para buscar una salida a esta situación.

Como muestra del trabajo de esta mesa de seguimiento, el próximo 17 de marzo tendrá lugar la primera conferencia de alcaldes de municipios que plantan falla, con la presencia del President de la Generalitat, Ximo Puig.

Han sido 365 días en los que con el fin de tomar el pulso de las fallas y recibir ciertas propuestas de gente experta, hemos realizado reuniones con patronales y asociaciones de empresarios, sectores productivos de las fallas, partidos políticos e instituciones municipales, provinciales y autonómicas.

365 días en los que hemos constatado, que si no vamos unidos es difícil exhibir la fuerza de un colectivo, porque unidos los falleros con todos aquellos que hacen posible el espectáculo sin igual que son las fallas, somos muy fuertes.

Me refiero a todos los sectores productivos que directa o indirectamente van de la mano con nosotros, artistas falleros, indumentaristas, pirotécnicos, músicos y un largo etcétera de oficios entregados a las fallas.

Estoy convencido que el colectivo fallero hará todo lo posible para seguir todos juntos de la mano. Os necesitamos. Que nadie duda que, si ciertos oficios que son autóctonos de nuestra tierra son abandonados a su suerte, desaparecerán y estaremos dejando un legado de todos los valencianos.

A veces nos cuesta acertar a entender qué nos diferencia a los falleros del resto de la sociedad, pues sufrimos agravios constantes e injustificados. Y eso debe cambiar. Y hoy queremos hacer un llamamiento a las instituciones para ello.

Debemos ser capaces de transmitir lo bueno que tiene nuestra fiesta, que es mucho. Somos la red asociativa más importante de Europa. Una red que nos ayuda a transmitir generación, tras generación el conocimiento de una tradición de un valor incalculable.

El colectivo fallero, como así se nos transmite, tiene la percepción de vivir aislado de las medidas establecidas, haciendo una isla con las sedes festeras, pagando un peaje que no sabemos si tiene justificación, pero de tenerla, nos bastaría con que la expusieran públicamente.

Algo que hasta el día de hoy no ha pasado. Nos gustaría exponer qué son las fallas, a las altas instancias, pues cuando una fiesta es el evento que más beneficio genera en la ciudad y en la Comunitat, tal vez no hayamos sabido o no nos hayan dejado explicar sus virtudes y sus fortalezas, que son muchas. (¡Al parecer POR FIN! hoy nos han notificado que podremos hacerlo el próximo 23 de marzo).

Las fallas como motor económico de la Comunidad Valenciana, no tienen el reconocimiento ni la visibilidad suficientes, pero quizás el silencio de las calles en marzo de estos dos últimos años haga más ruido que el propio bullicio festivo.

La Valencia sin fallas a la que se apelaba como reivindicación utópica, ya existe, la tienen delante de ustedes y quedarse parado ante tal destroza, no puede ser posible para nuestros gobernantes.

Los falleros no tenemos nada que celebrar estos días, no hay nada que celebrar ni dentro ni fuera de los casales, cuando lo que nos cuesta es sonreír. Preocupados por cuándo podremos volver a plantar, como sacar adelante el próximo ejercicio, como paralizar la sangría de bajas galopante, sinceramente, aun pudiendo, no nos quedan ganas para celebrar nada este marzo, en muchos casos, esperamos que llegue el final del mes, pues para algunos supone un segundo mal sueño.

Siempre hemos querido ayudar, y sabemos que la labor de un político a día de hoy es harto complicada, nos hemos puesto muchas veces en sus zapatos generando el malestar y recelos de nuestros falleros y falleras a quienes debemos defender y que la incertidumbre nos mata.

Prueba de esa colaboración fue el ofrecimiento a la Conselleria de Sanitat i Salut Pública de nuestros casales para desarrollar la campaña de vacunación, así como se vienen utilizando desde hace tiempo para hacer donaciones de sangre, las fallas queremos ser y nos sentimos parte de esta sociedad.

Quizás el sonsonete de los 800 millones y los que fueron 100.000 falleros que hoy son menos de 90.000, les suene a alguna fábula inventada, pero es el relato de una fiesta, la cual debería ser orgullo de sus gobernantes, que se desangra, herida por la nulidad de ingresos y la falta de empatía.

Nunca hemos pedido más que los demás ni nos vamos a comparar con los demás, entendemos que todos los sectores de esta sociedad han tenido que sacrificar parte de su ser para subsistir o al menos para continuar.

Seguiremos elevando la necesidad de reconocer a las fallas como lo que son, entidades culturales sin ánimo de lucro y por ende se nos aplique la normativa de locales o centros culturales.

Seguiremos reivindicando la labor social, cultural y de guardianes y garantes del patrimonio que son las fallas, porque el patrimonio no es pin para colocárselo en la solapa, conlleva el cuidado diario, soporte y salvaguarda de todos los elementos recogidos en la declaración de patrimonio inmaterial de la humanidad.

Por ello solicitamos que se vuelva a considerar de manera urgente la posible apertura de los casales de falla como centros culturales que son.

 Las comisiones necesitan realizar actividades administrativas para realizar el cierre del ejercicio fallero, dando por supuesto que tendremos que cumplir las normativas sanitarias necesarias. Algo que en lo anteriormente expuesto queda sobradamente demostrado que hemos realizado.

Y para un futuro pedimos que de una vez por todas nuestras instituciones crean que las fallas son CULTURA. Pese a la ansiedad y la frustración, llamamos a la calma a todos los falleros, al mismo tiempo que les invitamos a que si tienen que mostrar su desazón lo hagan desde sus balcones o desde sus redes sociales, pero no generando concentraciones innecesarias que tan sólo podrían complicar la situación sanitaria en un momento clave como este a pocas semanas del comienzo de la campaña de vacunación masiva que tanto necesitan las fallas para su celebración.

Queremos seguir viendo la luz al final del túnel, quizás estemos muy cerca, aunque el cansancio vaya haciendo mella en alguno de nosotros. Nos quedan muchas fallas que contar. Nos quedan muchas fallas que plantar, Tornarem.

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GALERÍA| El emotivo encuentro de la Corte de 1998

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Corte de Honor 1998
Corte de Honor y Fallera Mayor de Valencia 1998-OFFICIAL PRESS

El pasado sábado, trece mujeres se reunieron para celebrar un evento cargado de recuerdos y emociones. Estas mujeres, que en 1998 fueron elegidas como Corte de Honor y Fallera Mayor de Valencia, se reencontraron 26 años después para rememorar uno de los momentos más significativos de sus vidas.

La Corte de Honor 1998

Corte y Fallera Mayor de Valencia 1998-Foto: JUNTA CENTRAL FALLERA

Inés Fresneda, Merche Ballester, Loles Fernández, Vicky Martínez, Gloria Torres, Victoria Bayarri, Auxi Pérez, Teresa Moret, Mª José Romero, Mónica Taberner, Marigi Usano, Vanessa Arnal y Susana Remohí fueron las representantes del mundo fallero en 1998.

Un año inolvidable

Para estas mujeres, el año 1998 marcó un antes y un después. Ser elegidas para formar parte de la Corte de Honor y, especialmente, ser nombrada Fallera Mayor de Valencia, es un honor que pocas pueden experimentar. Durante aquel año, compartieron experiencias únicas, desfiles, actos oficiales y una conexión especial que las unió de por vida. Las Fallas, más que una fiesta, son una tradición que tiene el poder de crear lazos profundos y duraderos entre quienes las viven intensamente.

Un reencuentro cargado de emociones

El reencuentro se celebró con una comida a la que asistieron no solo las trece integrantes de la Corte de 1998, sino también sus padres, parejas y los más pequeños. Este encuentro permitió que cada una compartiera cómo había cambiado su vida desde aquel entonces, y cómo la experiencia de ser parte de la Corte de Honor había influido en sus trayectorias personales y profesionales.

Aunque no todos los padres y parejas pudieron asistir, ya que la vida inevitablemente se lleva a personas queridas, la reunión fue un homenaje a los momentos compartidos y a aquellos que ya no están. Las ausencias fueron sentidas profundamente, pero también se celebró la alegría de poder reencontrarse y recordar juntos aquellos días especiales.

Las Fallas: Una tradición que une y transforma

Las Fallas son mucho más que una celebración; son una manifestación cultural que une a las personas y transforma vidas. Para estas trece mujeres, ser parte de la Corte de Honor no solo les dio la oportunidad de representar a Valencia y su tradición, sino que también les proporcionó una experiencia compartida que ha perdurado a lo largo de los años.

Durante la comida, se compartieron anécdotas, risas y, cómo no, algunas lágrimas de nostalgia. Cada una recordó con cariño los momentos vividos juntas, desde los preparativos hasta los actos oficiales, pasando por los momentos únicos que solo pueden vivir ellas y apoyo mutuo. Las Fallas de 1998 no solo las unieron como compañeras, sino como amigas que han mantenido el contacto y la conexión a lo largo de más de dos décadas.

Un vínculo inquebrantable

El reencuentro de la Corte de 1998 es un testimonio del poder de las Fallas para crear vínculos duraderos. Para estas mujeres, la experiencia de ser parte de la Corte de Honor fue un momento que marcó sus vidas de manera profunda y significativa.

El emotivo encuentro de la Corte de 1998 es una muestra más de cómo las Fallas pueden cambiar vidas y unir a las personas en una experiencia compartida de celebración, cultura y tradición. Aunque el tiempo pase y las circunstancias cambien, los lazos creados en torno a esta fiesta tan especial permanecen fuertes y significativos.

La capacidad de unir personas

Este reencuentro no solo fue una oportunidad para recordar el pasado, sino también para celebrar el presente y mirar hacia el futuro con la esperanza de seguir compartiendo momentos inolvidables. Las Fallas, una vez más, demostraron su capacidad para unir a las personas y transformar vidas, creando recuerdos que perduran para siempre.

El emotivo encuentro de la Corte de 1998, en imágenes:

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