Cultura
‘Púa’, la esperada novela de Lorenzo Silva
Publicado
hace 2 añosen
Lorenzo Silva vuelve con ‘Púa’ su último trabajo, un thriller épico y estremecedor sobre la guerra sucia y sus consecuencias que sale a la venta el 10 de mayo.
25 años novelando el crimen: de Bevilacqua a Púa
Tras veinticinco años novelando las calles y la historia criminal de nuestro país, Lorenzo Silva se adentra en su último thriller en el alma de quienes luchan cruzando la línea roja, al límite de la ley.
En esta historia opta por liberar al lector de nombres y fechas para mostrarle la guerra sucia contra el terrorismo que se libró en ciudades a uno y otro lado de una frontera que podría pertenecer a cualquier estado:
«Podría ser cualquiera de las que tenemos más cerca en el espacio y el tiempo, pero también podría suceder en otro país, otra época, frente a otros terrorismos».
Por el ritmo frenético de la narración, Púa supone un cambio de registro. Es un thriller oscuro en el que Silva toma el pulso de quienes participan de una lucha en la que no caben las medallas ni los honores, sabiendo que se les negará hasta la propia existencia.
Con una trayectoria impecable, el autor nunca ha desvelado sus fuentes a la hora de crear sus ficciones, pero siempre ha dejado claro en sus novelas que detrás de cada historia había mucho de realidad. Sus personajes respiran y sus historias se sienten. Con Púa logra una vez más que el lector se pregunte hasta dónde es capaz de llegar para escribir la parte más oscura de la historia reciente adentrándose para ello en la naturaleza humana.
—¿Y dónde estás, Púa?
—Donde los fines rectos pueden y a veces deben perseguirse por caminos torcidos. Lo entiendo, lo acepto y puedo vivir con ello.
Nota del autor
«Esta novela nace de la necesidad de abordar un relato sin concesiones sobre un fenómeno que se repite una y otra vez: la lucha por medios ilícitos contra quienes tratan de socavar la convivencia a través del terror.
No son pocas las sociedades, incluso democráticas y sujetas al imperio de la ley, cuyos servidores han sucumbido en algún momento a la tentación de buscar atajos delictivos para neutralizar a sus peores adversarios. Es algo que ha sucedido, sucede y seguramente seguirá sucediendo. Podría ser la historia de cualquier lugar donde la violencia terrorista atropella los derechos de las personas y alguien responde saltándose la ley.
El protagonista de este thriller, situado en un lugar y un tiempo indeterminados, es alguien que da ese paso y a partir de él completa un viaje cargado de peligros y dilemas morales, tras el que no sólo no volverá a ser el mismo, sino que quedará marcado y segregado para siempre de sus semejantes por el estigma de lo que hizo y de lo que vio hacer.»

‘Púa’, la novela de Lorenzo Silva
Con un manejo magistral de los tiempos, el autor da voz a un agente secreto que cuenta su historia cuando ya creía que la había enterrado: un testimonio estremecedor de alguien que no espera nada de la vida, que se ha blindado ante el mundo, que lidia en su conciencia con las consecuencias de sus actos. Pero a veces solo hacen falta cinco palabras para resucitar una vida:
«Púa, soy yo, te necesito.»
Cuando este mensaje llega a manos de un librero de viejo que lleva una vida tranquila entre libros que cambian de propietario bajo su atenta mirada, siente que algo despierta en su interior. Recuerda al joven cuya vida hubiera debido seguir otro rumbo, pero que se vio sacudida por la muerte de su hermano menor, al que el azar colocó ante una furgoneta con una bomba en el camino de vuelta del instituto. En ese instante nació Púa, porque solo es necesario un detonante y la vida de cualquiera puede dar un giro que lo convierta en una persona diferente, aunque aún tardará unos años en adoptar ese nombre, otorgado por su astucia, «una inteligencia demasiado afilada y malévola». Será cuando pase a formar parte de La Compañía, un grupo al margen de los cuerpos de seguridad envuelto en una guerra secreta contra el grupo terrorista que truncó la vida de su hermano y, por extensión, la de toda su familia.
Allí ve su existencia unida a la de Mazo, junto al que librará una guerra oculta que los unirá como solo se unen los que deben su vida a otra persona. Convencido de que luchan por lo correcto, Púa estará donde los fines rectos pueden, y a veces deben, perseguirse por caminos torcidos. Lo entiende, lo acepta y vive con ello. Y se dará cuenta de que incluso los límites que uno cree que no deben cruzarse se convierten en polvo que se adhiere a la historia personal.
Púa no puede dejar de acudir a la llamada de su antiguo compañero, quien postrado en la cama de un hospital le pide ayuda para salvar a su única hija. Y él responde hasta las últimas consecuencias, atravesando su pasado y su futuro para lograrlo aunque eso suponga volver a ser un hombre sin rostro ni vida propia
«Uno termina dando siempre con lo que necesita, sobre todo cuando lo necesita desesperadamente.»
Vera no tiene relación alguna con su padre. Durante muchos años estuvo ausente: después regresó y siempre hubo algo que se interponía entre ellos. Eso la convirtió en una mujer fuerte, desconfiada, decidida. Una serpiente. O quizás un peón. Ahora necesita la ayuda de un hombre cuya única promesa es que no quiere nada de ella; ni ahora ni nunca. Y ella solo sabe que fue compañero y custodio de los secretos de su padre.
«Oficialmente no existís, ni vosotros ni vuestras acciones.»
Todos los lugares tienen unas cloacas. Nadie quiere mirarlas, pero ahí están. La Compañía es uno de esos sitios que no existen pero que cumplen una función. Sin juicios de valor hacen lo que sea necesario para lograr sus objetivos gracias a hombres que, sin nombre ni rostro, sacrifican sus vidas personales y parte de su identidad en el camino. Púa perteneció a La Compañía. Vera es hija de la organización; sin saberlo lleva en su nombre la conciencia de su padre. Un recordatorio constante de lo que hizo y que sabe que jamás podrá olvidar.
Entre ambos nacerá un vínculo como el que una vez tuvieron Púa y Mazo, una unión provocada por la necesidad de sobrevivir a las sombras del pasado y los peligros del presente en la que Lorenzo Silva deja que sea el lector quien emita su propio juicio, él solo da voz a la memoria de los que fueron entrenados para no hablar.
Lorenzo Silva
Lorenzo Silva (Madrid, 1966) es uno de los grandes referentes de la literatura contemporánea y sus novelas policíacas e históricas suman más de dos millones de lectores. Ha escrito, entre otras, La flaqueza del bolchevique (finalista del Premio Nadal 1997), Carta blanca (Premio Primavera 2004), Recordarán tu nombre, la «Trilogía de Getafe», Castellano y su reciente Nadie por delante. Es autor del libro de viajes Del Rif al Yebala (Premio Algaba de Ensayo). Suya es también la serie protagonizada por los investigadores Bevilacqua y Chamorro; El alquimista impaciente (Premio Nadal 2000), La marca del meridiano (Premio Planeta 2012) y La llama de Focea son algunas de las novelas que la integran. Junto con Noemí Trujillo, firma una serie policiaca que consta ya de dos entregas, Si esto es una mujer (2019) y La forja de una rebelde (2022).
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Cultura
Muere a los 55 años Esther Uria, actriz de ‘Hospital Central’ y ‘Cuéntame cómo pasó’
Publicado
hace 2 díasen
28 octubre, 2025
El mundo de la interpretación y la cultura vasca llora la pérdida de Esther Uria, actriz y pedagoga donostiarra conocida por sus papeles en series de televisión tan emblemáticas como Hospital Central, Cuéntame cómo pasó, Doctor Mateo o El comisario.
La intérprete falleció el pasado jueves 23 de octubre a los 55 años, en el Hospital Donostia, tras sufrir una breve enfermedad que sorprendió a familiares, compañeros de profesión y antiguos alumnos.
Su muerte ha provocado un hondo pesar en el sector audiovisual y educativo, donde era muy querida por su doble faceta como actriz y docente.
Una artista con alma de educadora
Nacida en San Sebastián, Esther Uria se formó en Arte Dramático y dedicó buena parte de su vida a unir dos de sus grandes pasiones: el teatro y la educación.
En el escenario, destacó por su talento natural, su versatilidad y su compromiso con los textos clásicos y contemporáneos. Participó en obras como La cacatúa verde y La importancia de llamarse Ernesto, donde demostró una sólida técnica interpretativa.
Su rostro también se hizo familiar en la pequeña pantalla, con participaciones en algunas de las series más populares de la televisión española.
Entre ellas, Cuéntame cómo pasó, El comisario, Doctor Mateo y Hospital Central, donde interpretó a personajes secundarios cargados de humanidad y cercanía.
Una nueva etapa dedicada a la investigación y la enseñanza
En 2008, en el punto álgido de su carrera artística, decidió dar un giro radical y retomar sus estudios universitarios. Su inquietud intelectual la llevó a obtener el Premio Extraordinario en Educación Especial y la Licenciatura en Psicopedagogía con Premio Fin de Carrera.
Posteriormente, cursó un Máster de Formación del Profesorado en Secundaria (2012) y una beca internacional en la Universidad de Victoria (Canadá) para desarrollar una tesis sobre el teatro como herramienta pedagógica para fomentar la convivencia en las aulas.
Esa investigación culminó en 2018 con su doctorado en la Universidad del País Vasco (EHU/UPV), bajo el título:
Diseño, desarrollo y evaluación de un programa basado en las técnicas del sistema teatral para el fomento de la convivencia positiva en el alumnado de secundaria del País Vasco.
Con este trabajo, Esther Uria consolidó una línea de investigación pionera sobre el poder del teatro como motor educativo y emocional.
Teatro, pedagogía y vida: su legado
Pese a su dedicación a la docencia, Esther Uria nunca abandonó del todo los escenarios. En 2013, junto a su pareja y colaborador artístico Edu Errondosoro, estrenó la obra Cada día es solo una vez al día, un montaje íntimo y reflexivo sobre la importancia de la risa, el amor y el presente.
En una entrevista concedida a El Diario Vasco, Uria resumía su filosofía vital con una frase que hoy resuena con fuerza:
“No nos lamentamos del pasado, tenemos el presente y una forma muy positiva de vivirlo es empezar a hacerlo con humor reflexivo. Vivamos el presente con humor y amor.”
Esta obra representaba fielmente su manera de entender la existencia: optimismo, resiliencia y humanidad. A través de su trabajo, defendía que el teatro no solo debía emocionar, sino también educar y sanar.
Una figura querida en Donostia y en el ámbito cultural vasco
En el País Vasco, su figura trascendía el ámbito artístico. Esther Uria fue reconocida por su compromiso con la cultura local, la enseñanza inclusiva y la promoción del arte como herramienta de convivencia.
Sus compañeros de la Universidad del País Vasco la definen como “una mujer brillante, entusiasta y profundamente humana”.
También numerosos intérpretes que coincidieron con ella en platós y escenarios han expresado su tristeza en redes sociales, recordando su sonrisa constante, su humildad y su forma de hacer del teatro un espacio de encuentro.
El adiós a una vida dedicada al arte y la educación
La muerte de Esther Uria deja un vacío en el panorama cultural español, pero también un legado de inspiración para nuevas generaciones de actores, docentes y creadores.
Su vida fue una lección sobre cómo reinventarse sin perder la esencia, y cómo el arte puede convertirse en una herramienta de transformación personal y social.
El funeral se celebrará en Donostia-San Sebastián en la más estricta intimidad familiar, aunque sus allegados no descartan organizar más adelante un acto público de homenaje para celebrar su vida y su obra.
A los 55 años, Esther Uria se despide dejando tras de sí una huella imborrable: la de una mujer que hizo del teatro una forma de entender el mundo y del humor una forma de resistirlo.
Las tragedias de los protagonistas de la serie Hospital Central
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