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La Generalitat pagará 150.000 euros por la celebración de la Copa Davis en València

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VALÈNCIA, 28 Mar. (EUROPA PRESS) – La Generalitat aportará 150.000 euros por la celebración en València de los cuartos de final de la Copa Davis entre España y Alemania con promoción del evento a través de la Agència Valenciana de Turisme. Asimismo, contribuirá posteriormente al canon de 300.000 euros fijado por la Federación de Tenis y abonados por el Ayuntamiento de la ciudad a través de Turismo València con publicidad de la ciudad y dentro del convenio suscrito entre esta fundación y la Agència Valenciana de Turisme.

Así lo ha detallado este miércoles la primera teniente de alcalde en el consistorio y concejala de Turismo, Sandra Gómez, que ha señalado que «al contrario» de lo que sucedió con «otras grandes eventos» desarrollados en València cuando gobernaba el PP ahora se sabe el coste.

«Con otros grandes eventos los valencianos no sabemos cuánto nos costaron ni qué repercusión económica tuvieron para la ciudad o la Comunitat Valenciana. Nosotros trabajamos de otra forma», ha dicho Gómez, que ha hablado de la celebración de la Davis en declaraciones a los medios de comunicación y durante el pleno ordinario de marzo celebrado esta jornada en el consistorio.

Gómez, que ha dicho que hay que estar de «enhorabuena» porque en la citada prueba deportiva «va a jugar Rafa Nadal, una figura de referencia internacional que va a proyectar València a muchos países del mundo», ha explicado que «la Agència Valenciana de Turisme se ha comprometido a hacer un paquete de promoción y publicidad que asciende a 150.000 euros» por la Copa Davis.

«La Generalitat se ha comprometido con la ciudad de València como destino urbano que está tirando mucho del sector turístico de la Comunitat», ha afirmado la edil. Así, ha precisado dentro de ese compromiso para «apoyar València como destino que puede atraer este tipo de eventos que repercuten en la buena imagen de la ciudad y de la Comunitat» se enmarca el acuerdo para contribuir al coste del canon.

Gómez ha comentado que esa aportación se hará «a través del convenio entre Turismo València y la Agència Valenciana» y ha dicho que de esa manera se «aportará más dinero que ayudará al canon». «Serán casi 150.00 euros o más», ha expuesto la concejala, que ha recordado que la Diputación de Valencia participa poniendo a disposición de la Federación de Tenis la Plaza de Toros como sede de los cuartos de final de la Copa Davis.

Durante el pleno, la primera teniente de alcalde ha hablado de nuevo de este acontecimiento en respuesta a la pregunta formulada por el concejal del grupo municipal del PP Cristóbal Grau, que ha pedido conocer «el coste real de la Copa Davis» y el que tiene para el Ayuntamiento.

Grau, que ha estimado una «buena noticia» la celebración de estos cuartos de final en la capital valenciana y la presencia de Rafa Nadal, ha lamentado «mentiras» por parte del gobierno local que conforman Compromís, PSPV y València en Comú al hablar del coste del evento.

«Comenzó diciendo que el canon, de 300.000 euros, lo iban a pagar a partes iguales Diputación, Generalitat y Ayuntamiento. Pero ahora las informaciones de las que disponemos, porque no hay expediente abierto, es que el Ayuntamiento sufragará esa cantidad aunque el alcalde –Joan Ribó– dijo que la Generalitat pagaría 150.000 euros» correspondientes a la mitad y para «restar del canon».

«Ahora dicen que ese dinero es para promoción», ha agregado el concejal del PP, que ha considerado que la «forma fácil» de gestionar esto hubiera sido «decir lo que costaba –la competición– y abrir expediente».

«LÍO MONUMENTAL»
En el pleno, Cristóbal Grau ha dicho que con el «lío monumental» que tiene sobre este tema ya no sabía si formular su pregunta al primer edil, a la primera teniente de alcalde y portavoz socialista o a la segunda y portavoz de València en Comú, María Oliver. Finalmente, ha decidido preguntar a Oliver, que ha dicho que responderá por escrito y ha pasado el testigo a Gómez.

«No estoy discutiendo el dinero, es una buena decisión acoger la Copa Davis, pero se nos miente y hay lío en torno a este evento. Era sencillo decir lo que pone cada uno sin entrar a valorar la fórmula por la que se ha optado para resolver el problema. Aclaren qué vale esto y cuánto pone el Ayuntamiento», ha insistido el edil del grupo municipal del PP.

Sandra Gómez, que ha estimado «modesta» la inversión de 300.000 euros, ha respondido a Grau que no sabe «qué lío quiere armar» y ha reiterado que el equipo de gobierno es «claro», a diferencia del PP. «Ustedes no lo fueron con sus eventos. Ustedes pagaban millones de euros por hacerse una foto subidos a un Ferrari», ha indicado en alusión al Gran Premio de Fórmula 1 celebrado durante los años de mandato del PP. Asimismo, la edil ha señalado que entonces, por «el Open de Tenis se pagaron 17 millones de euros».

DOCUMENTO
Por su parte, el alcalde ha indicado antes del pleno, preguntado por el gasto de la Copa Davis que hay un «documento que está en el acta de la Junta de Gobierno Local» por el que «la Generalitat va a aportar 150.000 euros por diversos conceptos». «Eso consta en el acta. De esta manera está claro que todos aportamos la parte correspondiente, Generalitat, Diputación y gobierno municipal».

El primer edil ha valorado, por otro lado, la presencia de Rafa Nadal en los cuartos de final de la Davis en València. Ha dicho que esta «ya se ha notado en la compra de tickets», ha asegurado que «va a potenciar» el evento y ha confiado en que «permita superar muy bien» esa prueba deportiva.

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Javi Guerra, 27-04-2023: radiografía de un gol que cambió el rumbo del Valencia

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Javi Guerra
La piña de compañeros, segundos después de haber marcado su celebrado tanto. EFE/ Kai Försterling/ARCHIVO

Nacho Herrero

València, 26 abr (OFFICIAL PRESS- EFE).- A las 21.25 del jueves 27 de abril de 2023, este sábado hace un año, Javi Guerra hizo estallar Mestalla con un gol en el descuento ante el Valladolid que sacó al Valencia del descenso y que en el imaginario colectivo del club ha quedado como punto de inflexión hacia una agónica salvación.

Cuando aquella tarde el autobús de la plantilla llegó a Mestalla sobre las 17.30, dos horas antes del choque de la jornada 31, le recibieron cientos de seguidores en la Avenida de Suecia, muchos de ellos jóvenes dada a hora.

Guerra, que tenía 19 años y cumplió 20 dieciséis días después, tenía sus cosas preparadas en el vestuario entre las de Alberto Marí y Jaume Doménech. No era una taquilla personalizada con su foto porque entonces tenía ficha del filial.

De hecho, llegaba con un escueto bagaje de 68 minutos en Primera que había conseguido en los anteriores once días y que se dividía entre los 18 en la derrota por 0-2 ante el Sevilla, incluidos ocho de descuento, y los 50, con cinco de prolongación y mucho más felices, del domingo anterior en Elche, donde hubo un desplazamiento masivo de aficionados.

Pese al 0-2 del Martínez Valero, el Valencia era decimoctavo, antepenúltimo, con 30 puntos, los mismos que el Almería, que era cuarto por la cola y que el día antes había aumentado la presión sobre los de Rubén Baraja al ganar en Getafe.

Aquella tarde, la angustia se disparó en Mestalla entre las 19.35 y las 20.43. Fueron casi setenta minutos en los que se asomó al abismo del descenso. A los seis de empezar el partido, un error de Mouctar Diakhaby en un control permitió a Cyle Larin adelantar al Valladolid. Cuarenta minutos después, Javi Puado marcó para el Espanyol en Vila-real. El equipo ‘perico’, que tenía 28 puntos, estuvo virtualmente durante media hora, con 31 y dejaba al Valencia penúltimo.

Antes de las 21 horas, la historia empezó a cambiar en los dos escenarios. Entre las 20.44 y las 20.54, Étienne Capoue y Dani Parejo le dieron la vuelta al marcador en La Cerámica. Sobre las 20.52 Mestalla había vivido su primera explosión de júbilo. Diakhaby remató un córner de cabeza sin aparente peligro pero el portero Jordi Masip, en otro error mayúsculo, pensó que iba fuera y dejó pasar el balón a su red.

Guerra lo vio desde el banquillo y saltó como un resorte. Se abrazó a Cenk Özkacar y a Marí, al que tenía a su izquierda en el banquillo tras haber salido a calentar su primer ‘vecino’, Diego López. En el asiento de la derecha tenía a Cristhian Mosquera.

Ese día acudieron a Mestalla 42.217 espectadores y un invitado: Kily González. El argentino había jugao su último partido oficial en Mestalla veinte años antes, cuando Guerra acababa de nacer. En verdad, los 27 de abril ya se veneraban en Mestalla antes del gol de Guerra y en parte era por él.

Aquel día pero en 2002, el Valencia recibió al Espanyol en la jornada 36. El equipo perico se adelantó, Amadeo Carboni fue expulsado y el sueño del título se esfumaba. Rafa Benítez dio entrada al Kily en el 66 y en el 78 el Valencia había enloquecido Mestalla con una remontada con dos asistencias suyas a Baraja. Ocho días después, el club conquistó la Liga tras más de treinta años de sequía.

De nuevo en 2023, pese a que el Espanyol ya perdía en Vila-real y el Valencia había recuperado un punto, el empate era poco consuelo. Se quedaba con 31 puntos, empatado con el Getafe en la frontera del descenso y ni eso parecía seguro. El Valladolid, inmerso también en la batalla por la permanencia, buscaba el triunfo e Iván Fresnada estrelló en el larguero el 1-2.

En el minuto 83, Baraja hizo entrar a Diego López y a Ilaix Moriba. En ese momento mandó a Guerra a calentar, al parecer, más por precaución que por otra cosa, porque la activación previa suele ser mucho más larga. Pero André Almeida estaba muy fatigado.

Guerra no estuvo en la banda ni cuatro minutos e incluso su calentamiento ‘exprés’ fue algo más largo porque Baraja le tuvo que llamar dos veces. Cuando el reloj marcaba 86 minutos y 57 segundos, su primera señal para que regresara y saliera confundió al jugador. Veinticinco segundos después, contrariado, tuvo que repetir la llamada para poder sustituir al luso.

El joven llegó a la carrera y se puso la camiseta que ahora guarda en su casa de Gilet y que colgaba de su silla con el número 36, el que se le asignó en pretemporada. No fue Baraja, con el que apenas intercambió un par de palabras, sino su ayudante, Toni Seligrat, quien le dio indicaciones.

Finalmente, entró en el minuto 88 y 35 segundos y participó en tres acciones antes de la jugada decisiva. En ella, frenó un contragolpe pucelano al interceptar un pase de Robert Kennedy y soltó a Ilaix un balón que pasó por Diego López y de nuevo por Moriba antes de regresar a sus pies.

Controló la pelota con el izquierdo y con el primer toque con el derecho dejó atrás a Óscar Plano; con el segundo y el tercero avanzó y retomó la zurda para disparar desde la cruceta de la línea del área con su corona. Su trallazo cruzado pasó juntó a Joaquín Fernández y entró por el palo más alejado de Masip. Era el minuto 92 y 9 segundos y llevaba apenas 214 segundos en el campo.

Como veintiún años antes hiciera Baraja tras marcar contra el Espanyol en esa misma portería del fondo norte, Guerra abrió los brazos cuando vio la pelota en la red. Como le pasó al vallisoletano, la inercia de la diagonal que había trazado le llevó al córner más cercano a la tribuna. Ambos goles comparten lugar de celebración y piña colectiva.

Guerra, algo incrédulo, se giró a mitad de su carrera. El primero que le alcanzó fue el capitán José Luis Gayà pero pronto llegaron otros, incluso el portero Giorgi Mamardashvili, que se recorrió todo el campo. Mestalla había explotado y los vídeos y las fotografías muestran euforia, liberación y algún torrente de lágrimas incontrolable.

Sobre la bocina del minuto 95, sin añadir más de los cinco minutos previstos, José Luis Munuera Montero, señaló el final. Sus tres pitidos pillaron a Guerra en el medio campo y Toni Lato y Hugo Duro se lanzaron a abrazarle. De ahí fueron todos al fondo sur a agradecer el apoyo de la Grada de Animación.

Fue entonces cuando se le avisó de que era el elegido para la ‘Flash Interview’ de la televisión con derechos. “Me la ha dado Ilaix y tampoco veía un pase claro. He amagado, me he ido del defensor que tenía y me dio por tirar”, explicaba.

Esa temporada Guerra había acumulado 2164 minutos en Primera RFEF con un único gol, ante el Espanyol B. Tampoco había visto puerta ante el Sevilla y el Elche ni, al parecer, apenas en Paterna. “Javi Guerra no ha metido un gol en un entrenamiento, os lo juro”, escribió jocoso esa noche Hugo Duro en las redes sociales.

Antes de retirarse al vestuario, Guerra abrazó a sus padres y a su abuelo que le esperaban en la grada más cercana al túnel. Con el anciano empezó a jugar al fútbol en el jardín de una urbanización de Canet entre dos árboles, y era él quien le llevaba en tren a Vila-real, puesto que se formó en la cantera ‘grogueta’ hasta 2019.

Tras un nuevo estallido de alegría en el vestuario, regresó al césped. Era de los que menos había jugado y tuvo que hacer el ‘compensatorio’, un suave entrenamiento, ya con las gradas vacías.

Baraja había llegado a la sala de prensa y desde allí le recomendó que apagara el móvil, se fuera a casa y le diera un abrazo a sus padres. No le hizo caso y salió a cenar con sus amigos, que le esperaban en la Avenida de Suecia, donde cinco horas antes había comenzado todo.

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