Síguenos

PORTADA OFFICIAL PRESS

La lluvia empapa la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París

Publicado

en

Ceremonia inaugural Juegos Olímpicos 2024

El cielo se rebeló

El cielo se rebeló y desató su furia. El diluvio privó a París de su hora dorada, pero no impidió que mostrara lo mejor de sí: su belleza, historia y cultura. Mientras las aguas del Sena, emblema de una vieja Europa en aparente desvanecimiento, se confundían con las del cielo, la capital francesa logró ofrecer al olimpismo sus escenarios más monumentales, transformados en un estadio al aire libre.

Casa Real

Un final impresionante

El final de la ceremonia fluvial fue lo más impresionante: el relevo final de la antorcha, con Zinedine Zidane y Rafael Nadal, y el encendido del pebetero olímpico, acompañado por el Himno al amor de Édith Piaf, cantado por Céline Dion. Un cierre impecable tras cuatro horas de espectáculo francés con guiños a la historia, la revolución, las tradiciones y la música, con toda la grandiosidad habitual del país, pero también con un toque original y moderno.

Inicio del baile olímpico

El barco griego inició el baile olímpico desde el puente de Austerlitz, el kilómetro cero de los seis, con los colores de la bandera francesa y La foule de Édith Piaf, que abrió y cerró el acto.

Las actuaciones

El equipo de refugiados olímpicos siguió, esta vez con Serge Gainsbourg de fondo. Luego vinieron las actuaciones de Lady Gaga, la maliense Aya Nakamura, más de Piaf, Imagine de John Lennon, Maurice Ravel y Carmen de Bizet. Hubo acróbatas y bailarines de rosa, como La vie en rose, cancanes del Moulin Rouge, coros militares, raperos y drag queens en una pasarela de moda. Sonó La Marsellesa y, al anochecer, se encendió una nueva luz sobre el río.

El recorrido por el Sena

En ese recorrido de seis kilómetros por el Sena se hallaban los puntos cardinales de lo que es Francia y Occidente: la Catedral de Notre-Dame, el Museo del Louvre, Los Inválidos con la tumba de Napoleón, y la Torre Eiffel. A estos cuatro puntos se añadió el deporte, en el centro.

Los discursos

Hubo breves discursos del presidente del CIO, Thomas Bach, y de Paris 2024, Tony Estanguet. Este último saludó la «gran historia de amor entre Francia y los Juegos». «Cuando amas los Juegos, no te dejas impresionar por unas gotas de lluvia», dijo. Emmanuel Macron dio por inaugurados los Juegos entre pitidos.

El desfile de los atletas

Por el agua, y sobre todo bajo el agua, desfilaron más de 7.000 atletas de los 10.500 convocados en los Juegos, en 85 barcos de 205 delegaciones.

La lluvia inesperada

Hacía semanas que no llovía así en la capital. No paró durante casi cuatro horas de espectáculo, solo dio tregua al final, como si quisiera dar espacio a la voz de Céline Dion, quien lleva años fuera de los escenarios por un cáncer. De todos los problemas previstos, la lluvia fue el que menos preocupó. Se impuso, revolucionaria, porque París también es eso. Meses de inquietudes culminaron en este enorme desafío de hacer una ceremonia olímpica en el río: la contaminación del agua del Sena, la inseguridad, la amenaza terrorista… Que la ceremonia de los Juegos fuera un éxito era crucial para lo que comienza ahora: ceder parte de esos escenarios a las pruebas deportivas.

Distinción francesa

Francia siempre ha querido distinguirse: en los Juegos de 1900, los primeros que acogió, participaron mujeres por primera vez, y los de 1924, hace un siglo, fueron los primeros con una villa olímpica.

Un desafío cumplido

El desafío de salir del estadio y abrirse al mundo parecía una locura. Han sido años de preparación, bajo la dirección del escenógrafo Thomas Jolly, encargado de diseñar el acto. Asistieron un centenar de jefes de Estado, entre ellos los Reyes de España. Se esperaba acoger a un millón de espectadores, pero se redujo a unos 320.000. Había varios planes en caso de ataque inminente, pero no fue necesario activarlos, ya que el dispositivo, el mayor desplegado en la capital, convirtió ese espacio en una burbuja segura.

Seguridad y colaboración internacional

Se cerró el espacio aéreo y en las calles había unos 45.000 agentes, propios y extranjeros. Se pidió ayuda a 45 países, que aportaron sus efectivos. También ondearon sus banderas a su manera, no sobre el Sena, pero sí para garantizar el espectáculo en el escenario irrepetible y algo apocalíptico del diluvio parisino.

 

 

 

Puedes seguir toda la actualidad visitando Official Press o en nuestras redes sociales: Facebook, Twitter o Instagram y también puedes suscribirte a nuestro canal de WhatsApp.

Advertisement
Click para comentar

Tienes que estar registrado para comentar Acceder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

PORTADA OFFICIAL PRESS

Antonio Tejero, en estado muy grave en un hospital de Carcaixent

Publicado

en

El autor del golpe de Estado del 23-F recibe la extremaunción y está acompañado por su familia mientras se desmienten los rumores sobre su muerte.

El teniente coronel Antonio Tejero, conocido por liderar el golpe de Estado del 23-F de 1981, se encuentra ingresado en estado muy grave en un hospital privado de Carcaixent (Valencia), según han confirmado fuentes sanitarias y gubernamentales. El exmilitar ha recibido la extremaunción, administrada por uno de sus hijos, sacerdote, y permanece acompañado por familiares cercanos.

Rumores sobre su fallecimiento

El delicado estado de salud de Tejero ha provocado la difusión de rumores sobre su fallecimiento, que algunos medios llegaron a publicar erróneamente. Sin embargo, fuentes del centro hospitalario han desmentido la noticia y han declinado ofrecer más información, remitiéndose a la Conselleria de Sanidad por motivos de confidencialidad.

Tejero residía hasta hace poco en casa de una de sus hijas en Alzira y está ingresado en el mismo hospital donde falleció su esposa años atrás. El centro mantiene su actividad habitual pese a la expectación mediática generada.

Una figura clave en la historia reciente de España

Nacido en Alhaurín el Grande (Málaga) en 1932, Tejero ingresó en la Guardia Civil en 1951 y alcanzó el grado de teniente coronel. Fue condenado a 30 años de prisión por rebelión militar tras su intento de golpe de Estado el 23 de febrero de 1981, aunque cumplió la mitad de la condena y fue puesto en libertad en 1996.

Antes del 23-F, Tejero ya había participado en la llamada Operación Galaxia (1978), otro intento frustrado de asaltar el Gobierno, por el que fue condenado a siete meses de prisión.

Su nombre quedó ligado para siempre a la historia de España cuando, el 23 de febrero de 1981, irrumpió en el Congreso de los Diputados al grito de “¡Quieto todo el mundo!”, interrumpiendo la votación para la investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo. Durante más de 17 horas, los diputados permanecieron retenidos mientras el país seguía expectante los acontecimientos.

El final del golpe del 23-F

El golpe se desmoronó tras la intervención televisada del Rey Juan Carlos I, quien, vestido con uniforme militar, reafirmó el compromiso de la Corona con la Constitución y la democracia. Sin apoyo político ni militar, Tejero y los guardias civiles se rindieron en la mañana del 24 de febrero.

Desde entonces, Tejero ha mantenido una vida discreta y alejada de los medios, residiendo principalmente en la Comunitat Valenciana. Su estado de salud actual marca el ocaso de una figura que simboliza uno de los episodios más tensos de la transición democrática española.


Puedes seguir toda la actualidad visitando Official Press o en nuestras redes sociales: Facebook, Twitter o Instagram y también puedes suscribirte a nuestro canal de WhatsApp.

 

Continuar leyendo