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Cultura

La primera semifinal de Benidorm Fest encumbra a Chanel y Tanxugueiras con polémica

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Tanxugueiras
Las integrantes del grupo Tanxugueiras durante su participación este miércoles en la primera semifinal del Benidorm Fest, en el que España se dispone a elegir a su representante para Eurovisión 2022. EFE/RTVE

OFFICIAL PRESSS/ Javier Herrero (EFE)

Benidorm (Alicante), 26 ene (EFE).- En una primera semifinal de vértigo para Benidorm Fest, el trampolín español a Eurovisión 2022, la exhibición de actitud y coreografía de Chanel ha sido encumbrada por delante incluso de Tanxugueiras, grandes favoritas, que por un momento se han asomado al abismo de la eliminación.

Finalmente, ambas candidaturas han logrado su pase a la final del próximo sábado con 110 y 93 puntos respectivamente, junto a la magia y sencillez de Blanca Paloma (79) y el orgullo hortera y vacilón de Varry Brava (74). Sin plaza se han quedado Azúcar Moreno (69) y Unique (55).

«¡Toda Europa está pendiente de nosotros!», ha proclamado Màxim Huerta, presentador junto a Alaska e Inés Hernand de esta primera gala que, desde el Palau d’Esport L’Illa de Benidorm (Alicante), ha estado marcada por una gran expectación, como muestran las más de 10.000 peticiones que RTVE recibió para asistir como público y el número 1 de España en las apuestas para el festival europeo.

Tras la inesperada retirada de Luna Ki hace solo unos días, la presión del arranque ha recaído sobre Varry Brava. Entre cabellos rubio platino en homenaje a «Raffaella» (Carrá), los murcianos han barrido de un plumazo los nubarrones de viejas preselecciones con una puesta en escena divertida y preñada de rojos que ha hecho recuperar la fe en que RTVE quiere jugar al nivel de Eurovisión.

Encarnado ha sido también el fondo flamenco elegido por Azúcar Moreno, que se han traído su estilo racial al siglo del «Postureo», pisando seguras y empoderadas el escenario junto a sus bailarinas. Esa visceralidad ha ayudado al contrapunto emocional de Blanca Paloma, una ninfa del lago que ha erizado vellos con su «Secreto de agua» desde la sencillez y la ingravidez.

Tras ella, Unique tenía el difícil papel con «Mejores» de recuperar la magia de las coreografías y armonías vocales de las «boy bands» . Sin embargo, tras un batiburrillo de elementos que ha incluido el cameo por unos segundos de un piano, lo más llamativo han sido las piruetas de uno de sus miembros y un inesperado beso.

Las grandes favoritas de la primera semifinal, Tanxugueiras, han irrumpido entonces con un espectáculo que ha conjugado el tributo al legado de las pandereteiras del pasado con una estética moderna y estilizada. En ese juego visual, las sacudidas originales de la percusión, aquí a cargo de un hercúleo baterista eléctrico, han quedado algo difuminadas respecto al aquelarre esperado.

En ese ni frío ni calor que a menudo provocan las altas o bajas expectativas, Chanel se ha ganado el título de la Eleni Foureira de esta ronda con una ejecución aeróbica de «SloMo», un tema que no despertaba pasiones, pero que en vivo ha ganado fuerza, narrativa y muchos adeptos.

De hecho, esta cubana afincada desde los 3 años en Madrid y bregada en musicales se ha hecho con la máxima puntuación del jurado demoscópico, integrado por más de 300 personas seleccionadas por criterios de edad, género y comunidad autónoma. De sus manos ha recibido 30 puntos, seguida de Tanxugueiras (25), Blanca Paloma (20) y Azúcar Moreno (18). Varry Brava ha recibido 15 y Unique, 12.

«Con las votaciones me ha explotado la cabeza», ha asegurado Chanel, antes de revelar en la rueda de prensa posterior que entrenó en una cinta de correr con los mismos zapatos de tacón de la gala para prepararse para su actuación, «pulida como para ir a la final de Turín».

La artista también ha sido aupada con 55 puntos por el jurado profesional, cuya opinión pesa un 50 % en las notas finales. La sorpresa ha llegado cuando este ha dejado fuera de sus cuatro favoritos a Tanxugueiras, con 38 puntos, 1 por detrás de Azúcar Moreno y Varry Brava, lo que ha despertado las iras de parte del público.

Al final ha sido el televoto de la audiencia a través de SMS y llamadas el que ha recuperado a las gallegas de las profundidades con su puntuación máxima, 30 puntos. Además ha premiado a Chanel (25), Varry Brava (20) y Blanca Paloma (18). 12 puntos han sido para las hermanas Salazar y 15 para Unique.

«España está preparada para enviar un proyecto diverso, inclusivo y que hable en las lenguas cooficiales», ha celebrado el trío de pandereteiras, que ha pronosticado que «Galicia va a estar a tope con el televoto» en la final, a diferencia del jurado. «Tienen las cosas bastante claras y cada uno tiene sus gustos», han dicho, antes de pedirles que «abran un poquito las miras».

Este jueves tendrá lugar la segunda semifinal, en la que competirán por las otras cuatro plazas de la final: Rigoberta Bandini (con «Ay Mama»), Rayden («Calle de la llorería»), Javiera Mena («Culpa»), Marta Sango («Sigues en mi mente»), Xeinn («Eco»), Gonzalo Hermida («Quién lo diría») y Sara Deop («Make you say»).

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Cultura

Muere a los 55 años Esther Uria, actriz de ‘Hospital Central’ y ‘Cuéntame cómo pasó’ 

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Esther Uria
Esther Uria, en una imagen del sindicato vasco de actores. (Euskal Aktoreen Batasuna)

El mundo de la interpretación y la cultura vasca llora la pérdida de Esther Uria, actriz y pedagoga donostiarra conocida por sus papeles en series de televisión tan emblemáticas como Hospital Central, Cuéntame cómo pasó, Doctor Mateo o El comisario.
La intérprete falleció el pasado jueves 23 de octubre a los 55 años, en el Hospital Donostia, tras sufrir una breve enfermedad que sorprendió a familiares, compañeros de profesión y antiguos alumnos.

Su muerte ha provocado un hondo pesar en el sector audiovisual y educativo, donde era muy querida por su doble faceta como actriz y docente.


Una artista con alma de educadora

Nacida en San Sebastián, Esther Uria se formó en Arte Dramático y dedicó buena parte de su vida a unir dos de sus grandes pasiones: el teatro y la educación.
En el escenario, destacó por su talento natural, su versatilidad y su compromiso con los textos clásicos y contemporáneos. Participó en obras como La cacatúa verde y La importancia de llamarse Ernesto, donde demostró una sólida técnica interpretativa.

Su rostro también se hizo familiar en la pequeña pantalla, con participaciones en algunas de las series más populares de la televisión española.
Entre ellas, Cuéntame cómo pasó, El comisario, Doctor Mateo y Hospital Central, donde interpretó a personajes secundarios cargados de humanidad y cercanía.


Una nueva etapa dedicada a la investigación y la enseñanza

En 2008, en el punto álgido de su carrera artística, decidió dar un giro radical y retomar sus estudios universitarios. Su inquietud intelectual la llevó a obtener el Premio Extraordinario en Educación Especial y la Licenciatura en Psicopedagogía con Premio Fin de Carrera.
Posteriormente, cursó un Máster de Formación del Profesorado en Secundaria (2012) y una beca internacional en la Universidad de Victoria (Canadá) para desarrollar una tesis sobre el teatro como herramienta pedagógica para fomentar la convivencia en las aulas.

Esa investigación culminó en 2018 con su doctorado en la Universidad del País Vasco (EHU/UPV), bajo el título:
Diseño, desarrollo y evaluación de un programa basado en las técnicas del sistema teatral para el fomento de la convivencia positiva en el alumnado de secundaria del País Vasco.

Con este trabajo, Esther Uria consolidó una línea de investigación pionera sobre el poder del teatro como motor educativo y emocional.


Teatro, pedagogía y vida: su legado

Pese a su dedicación a la docencia, Esther Uria nunca abandonó del todo los escenarios. En 2013, junto a su pareja y colaborador artístico Edu Errondosoro, estrenó la obra Cada día es solo una vez al día, un montaje íntimo y reflexivo sobre la importancia de la risa, el amor y el presente.

En una entrevista concedida a El Diario Vasco, Uria resumía su filosofía vital con una frase que hoy resuena con fuerza:

“No nos lamentamos del pasado, tenemos el presente y una forma muy positiva de vivirlo es empezar a hacerlo con humor reflexivo. Vivamos el presente con humor y amor.”

Esta obra representaba fielmente su manera de entender la existencia: optimismo, resiliencia y humanidad. A través de su trabajo, defendía que el teatro no solo debía emocionar, sino también educar y sanar.


Una figura querida en Donostia y en el ámbito cultural vasco

En el País Vasco, su figura trascendía el ámbito artístico. Esther Uria fue reconocida por su compromiso con la cultura local, la enseñanza inclusiva y la promoción del arte como herramienta de convivencia.
Sus compañeros de la Universidad del País Vasco la definen como “una mujer brillante, entusiasta y profundamente humana”.

También numerosos intérpretes que coincidieron con ella en platós y escenarios han expresado su tristeza en redes sociales, recordando su sonrisa constante, su humildad y su forma de hacer del teatro un espacio de encuentro.


El adiós a una vida dedicada al arte y la educación

La muerte de Esther Uria deja un vacío en el panorama cultural español, pero también un legado de inspiración para nuevas generaciones de actores, docentes y creadores.
Su vida fue una lección sobre cómo reinventarse sin perder la esencia, y cómo el arte puede convertirse en una herramienta de transformación personal y social.

El funeral se celebrará en Donostia-San Sebastián en la más estricta intimidad familiar, aunque sus allegados no descartan organizar más adelante un acto público de homenaje para celebrar su vida y su obra.

A los 55 años, Esther Uria se despide dejando tras de sí una huella imborrable: la de una mujer que hizo del teatro una forma de entender el mundo y del humor una forma de resistirlo.

Las tragedias de los protagonistas de la serie Hospital Central

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