Rosarosae
Las redes estallan contra Rosa Benito por sus críticas a la lengua valenciana
Publicado
hace 3 añosen
Sigue dando que hablar la boda de la influencer Marta Lozano con el odontólogo Lorenzo Remohí, su pareja desde hace cinco años.
El enlace reunió a algunos de los rostros más conocidos del panorama nacional, como Dulceida, María Pombo, Laura Escanes y Risto Mejide que no quisieron perder la oportunidad de acompañar a los novios en un día tan especial.
Aunque en esta ocasión la noticia no tiene que ver con el enlace de manera directa, más bien con el lugar donde tuvo lugar.
La ceremonia se celebró en el municipio alicantino de Xàbia, donde los novios se conocieron y donde han veraneado desde siempre. Muchos han sido los espacios que han abierto el pasado fin de semana con la boda. Una de las tertulias televisivas donde se ha comentado ha sido en el programa ‘Ya es mediodía’, en el que también se ha analizado la ubicación escogida por Marta Lozano y Lorenzo Remohí para darse el ‘sí, quiero’.
Rosa Benito contra el valenciano
Durante el debate, la colaboradora Rosa Benito ha hecho alusión al municipio alicantino, cuestionando su pronunciación en valenciano: «Ya está bien de cambiarle los nombres a los sitios. Toda la vida ha sido Jávea», se ha quejado la colaboradora sobre la referencia en medios a Xàbia.
Al parecer, esta vez la colaboradora no estaba de acuerdo con el rótulo que aparecía en pantalla durante la tertulia en ‘Ya es mediodía’, donde se leía que la celebración había sido en ‘Xàbia’, ante lo cual Benito ha dicho el polémico comentario.
«Basta ya, ya está bien de tanta ‘x’ en todos los sitios, de verdad. Dices Xàbia y no sabe nadie dónde está», argumentaba Benito sobre el nombre en valenciano del municipio. «Me da igual que me critiquen», se defendía la colaboradora, que además recordaba a la audiencia que nació en Alicante: «Yo soy de Alicante, Alacant, no», continuaba. «El problema es que al decir Xàbia hay muchos espectadores que no saben a dónde nos estamos refiriendo y a lo mejor se creen que está fuera de España. ¡Y estamos hablando de Jávea de toda la vida!», decía la ganadora de ‘Supervivientes 2011’
Quan al fitur poses Javea, al fullets turístics poses Javea i a l’entrada del teu poble poses Javea (junt a Xàbia), després passa el que passa. pic.twitter.com/k3WYSIafmB
— Fus (@pepalfus) May 30, 2022
La cosa no quedaba ahí y la cuñada de la Jurado también criticaba la acentuación valenciana en Valencia: «València lo ponen… que estamos en España. Vamos a hablar que todos nos entendamos», se quejaba Benito. Ante su discurso, la presentadora Sonsoles Ónega ha salido en defensa del valenciano: «Son idiomas que forman parte de la riqueza del español», contraponía.
Benito no se daba por vencida y seguía argumentando su punto de vista: «Mi abuela me ha hablado toda la vida en valenciano. Venían mis amigas y le decía: ‘Iaia, no les hables (en valenciano) que no te entienden», contaba, antes de asegurar que ella lo entiende perfectamente y que cuando ella estudió «eran dialectos», mientras que ahora «son idiomas cooficiales».
Las redes pronto han reaccionado contra la colaboradora.
Rosa Benito, eres ignorante y paleta hasta decir basta.
Tu país tiene otros idiomas, a parte del CASTELLANO (que tu no sabes ni hablarlo). Y esos idiomas, son riqueza cultural. No hay IDIOMA ESPAÑOL.
BOBA#YaEsMediodía30M
— Velvet Rose 👠 (@VelvetR13883371) May 30, 2022
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Rosarosae
8 años sin Chiquito, el creador del idioma ‘Grijarder’
Publicado
hace 16 horasen
19 noviembre, 2025
Como cada año por estas fechas, los medios de comunicación sacaremos las «listas del año»: que si las mejores películas, las canciones más escuchadas en la plataforma de moda. Incluso hay recuento de las palabras más utilizadas en cada país.
Precisamente, por estas fechas, un día como hoy de hace ocho años fallecía un humorista capaz de revolucionar por completo el Diccionario de la Real Academia de la Lengua.
Necesitábamos revolucionar nuestro lenguaje, sin necesidad de que lo hicieran desde fuera con nuevos vocablos. Y de eso se encargó, por la gloria de mi madre, Chiquito de la Calzada.
El humorista, cantaor y actor cómico revolucionó nuestra lengua. Todo el mundo niños, mayores, ancianos; ricos y pobres; perros y gatos. Nadie podía evitar contagiarse de esos vocablos que nos traía ese hombre y su nueva lengua, el grijander. Porque si esta persona fue capaz por aquel entonces de batir con más de cuatro millones de espectadores de audiencia un partido de Champions del todopoderoso Real Madrid, seguro que es capaz de terminar con la lengua de Shakespeare en un abrir y cerrar de ojos.
Así creo que sería justo que Chiquito de la Calzada tuviera una silla en la Real Academia Española (RAE) para darle aires nuevos a nuestra lengua y dejar de tomar palabras de otras.
¿Para qué queremos el spanglish? Ya puestos a inventar e incluir palabras nuevas prefiero que por lo menos sean graciosas.
Aquí van los motivos que refrendan el movimiento #chiquitoalarae
Palabra de Chiquito (de la Calzada)
Te das cuen; Quietorr; por la gloria de mi madre; al ataquerr; cobarde; pecador de la pradera; Bambino; jaaarl; era el año 4; ese caballo que viene de Bonansa; mamarl; no puedorl; asexuar; no te digo trigo por no llamarte Rodrigo; apitican de morenau; no puede sé; torpedor; y un largo, largo etcétera.
Que levante la mano aquel que no haya dicho ninguna palabra salida de esa brillante y lúcida mente.
Mi duda es, si la gente hizo suyo ese lenguaje, ¿por qué ninguno de esos términos está en el diccionario?
El idioma Grijander o chiquitistaní
En un país como España en el que todo el mundo tiene nivel medio de inglés aunque luego no sepa ni preguntar la hora, el grijander sería el segundo idioma que tanto nos exigen. Porque Chiquito tiene un método mucho mejor que Vaughan.
Ya imagino esos diccionarios de Español-Grijander/ Grijander-Español.
¿Podría ser el grijander ese idioma esperanto con el que todo el mundo pudiera entenderse con un simple “¡Jaaarl!”?
Su conjugación y formación de palabras es muy sencilla: simplemente basta con añadir las terminaciones “rr” (¿cómorr?), “rl” (fuegorl),… y otras muchas que el espíritu chiquitistaní nos sugiera.
Con el idioma Grijander no existirían las discusiones de si hay que llevar una canción a eurovisión en español o en inglés. Imaginad una versión del “La, la, la” de Massiel. No sería difícil: “Jarl, jarl, jarl”. ¡Nos votarían hasta los países del este! (Que tomen nota los del BenidormFest)
El doctor Grijander
Si hay un médico famoso en nuestro país, ese es el doctor Grijander.
Pupitas en el fistro de abajo; revisiones del diodeno; amatomas sexuales;… no había especialidad que se le resistiera.
Por muy asustado que estuviera el paciente, el doctor Grijander siempre sabía cómo tranquilizarlo con su “¡reláaajese usted!” o el “¡Ten cuidadín no te hagas pupita en el fistro duodenaaal!”
Insultar con gracia
Chiquito te ofrecía la posibilidad de decirle a tu jefe en toda su cara “Me cago en tus muelars… Eres un fistro-pecador-cobarde” Y no solo no te despedía, sino que te subían el sueldo y te ascendían a director.
Fácil de aprender (no requiere de un nivel alto de estudios)
Por aquel entonces sin internet, wikipedias, ni redes sociales, todos sabíamos de memoria sus consignas ya fueras muy listo o no tan listo. Tal vez no recordáramos ya los afluentes del Tajo pero sí que el sastre de Tarzán trabajaba poco; que había un hombre que había nacido después de los dolores; que había gente que en vez del graduado tenía una etiqueta de anís del mono o que se podía freír un huevo con saliva.
Gromenauer, Peich,… números y letras fáciles de recordar. ¿Para cuándo unos Cuadernos Rubio?
Sensualidad y sexualidad
Las novelas eróticas que están tan de moda en la actualidad no serían los mismo si se escribiera en el idioma de Chiquito (serían mejores):
“El señor Grey la recibirá ahora para borrarle el cerito mientras hacen guarreridas españolas con el fistro sexual. Después irán en helicopteror hasta su habitación roja donde allí le hará la caidita de Roma varias veces hasta que grite: ¡Por la gloriaa de mi madrer!”.
¿Y los anuncios de colonias? También cambiarían ligeramente. La imagen en blanco y negro de ese hombre perfectamente esculpido en busca de su camisa en un interminable vestidor mientras camina dando pequeños saltitos con la mano en sus lumbares. Una vez vestido, mirada a cámara frunciendo el ceño en plan malote y grito: ¡¡¡Al ataaqueeerrr!!!
¿Os imagináis a Kate Moss en un anuncio de “A-canemor”, la fragancia para ella”?
El movimiento chiquito
No me refiero a ningún partido, moda o grupo social. Me refiero a esos pequeños saltitos que hacía el señor Chiquito para caminar con la mano colocada en las lumbares como si tuviera un terrible dolor. Esa perfecta coreografía no era algo banal ni superfluo, era una forma de ser. Una forma de vida. One lifestyle que dirían otros.
Si el siglo XXI nos ha traído a los metrosexuales y a los hipster, los últimos años del siglo pasado nos dejó el chiquitismo como forma de ver las cosas y afrontar el día a día. ¿Por qué no recuperarlo ahora?
Si el chiquitismo hubiera surgido hoy en día en pleno auge de las redes sociales y sus vídeos virales, estoy seguro que hasta el mismísimo Obama habría aparecido en la portada de la revista Time con el titular: “I can´t, can´t”.
Incluso las crisis económicas se podrían afrontar de una manera bien distinta.
–Periodistas: ¿Cómo esta el asunto?
–Político: La cosa está muy malitaaaar.
–Periodistas: ¿Sabría decirnos cuándo saldremos de la crisis?
–Político: No puedorr, no puedorr… ¡jaaaarl!
Y la sociedad ante eso habría reaccionado de otra manera seguro: “nos hemos quedado sin trabajo pero ¡nos hemos reído!”, comentarían por las calles los ciudadanos entre lágrimas de alegría.
Expresiones llenas de sabiduría popular
Tengo más nervios que un filete de cinco pesetas; Trabajas menos que el sobaco de un churrero; Te mueves más que los precios;…
Son solo unos pocos ejemplos de las cientos y cientos de expresiones que a mediados de los 90 invadieron nuestras conversaciones. Contar la comparación más ocurrente se convirtió en deporte nacional, creciendo de paso el ingenio lingüístico de los españoles.
Por eso, desde aquí pido (exigir me parece demasiado) una silla en la RAE para don Chiquito de la Calzada, con el fin de salvar nuestra lengua de la invasión anglosajona.
Él que tanto hizo revolucionando nuestro lenguaje merece un asiento o incluso un tresillo. El de la letra Peich.
¡Hasta luego… Lucas!
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