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Salud y Bienestar

Las señales que indican que tienes el hígado inflamado

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El hígado es un órgano de un tamaño similar a un balón de fútbol. Se encuentra justo debajo de la caja torácica en el lado derecho del abdomen. El hígado es esencial para digerir los alimentos y eliminar las sustancias tóxicas del organismo. Por ello, es importante que conozcas cuáles son las señales que indican que tienes el hígado inflamado.

Hígado, Medicina Interna, Médico

El hígado inflamado o también denominado como hepatomegalia o inflamación hepática, se trata de una infección que se produce en tu cuerpo en el momento en el que dicho órgano aumenta de tamaño. En aquel momento, es cuando los síntomas aparecen en forma de infección en dicha área del cuerpo.

Actualmente, la hepatomegalia, cada vez es una afección más frecuente. La cual, cuando aparece nos indica o advierte de un enfermedad de base del hígado o de otros órganos. Por lo tanto, enfermedades cardiovasculares en su gran mayoría como el corazón.Afortunadamente, podría modificarse el problema positivamente si se trata correctamente al tratar el problema subyacente.

Órgano clave

El hígado es un órgano sólido que se encuentra situado en el extremo derecho del abdomen, por debajo del diafragma. El hígado se divide en dos lóbulos: el izquierdo y el derecho. Dichos lóbulos accesorios son conocidos como el cuadrado y el de Spigel, de acuerdo con una publicación de EMC – Técnicas Quirúrgicas – Aparato Digestivo.

Este órgano posee una gran red de venas y filtros enzimáticos. Lo cual, permite cumplir  con distintas funciones respecto al metabolismo en el cuerpo humano y trabaja con eficacia su función de depuración.  El modo del que actúa es del siguiente:

  • Su papel de colaborador contra las infecciones.
  • Limpia la sangre.
  • Desintoxica el organismo.
  • Almacena vitaminas para el buen funcionamiento del cuerpo y para su energía necesaria en su proceso.
  • Segrega la bilis, una sustancia para la buena digestión de las grasas consumidas.

De esta manera, tenemos la garantía principal de tener una buena calidad de vida. Cualquier alteración dentro del proceso que altere su funcionamiento y en sí, su estructura, podrá hacer que se produzcan cambios negativos en todo el conjunto del organismo.

La hepatomegalia

Si el tamaño del hígado aumenta su tamaño, a este fenómeno biológico se le denomina«hepatomegalia». Este suceso se trataría de un signo de problema subyacente. Como hemos mencionado anteriormente, a esto se le denomina afección, pero en concreto, se estaría hablando de que se trata de una afección de fondo.

Según un estudio de la revista Clinical Liver Disease, se describe al  hígado normal del adulto con un peso aproximado de 1.400 gramos en mujeres, mientras que en el de los hombres es de 1.800 gramos.Tomando como referencia la línea medioclavicular, el primero mide 12 centímetros de largo en la mujer y 15 centímetros en el hombre, suponiendo que la diferencia es del 2%.

Pero, lo cierto es que la hepatomegalia  no solo se produce tras la alteración del tamaño del hígado, si no que, a su vez, también significa que dicho órgano superará los límites considerados como normales. Por lo que, puede llegar a causar muchas molestias. De esta manera, la tendencia que tiene el cuerpo humano ante este previo aviso es enviar un aviso al resto de órganos de su al rededor debido al fallo del sistema. Es decir, los demás órganos que se encuentran a su alrededor, dejarán de funcionar o a actuar en peores condiciones hasta que se corrija el error. Es por ello, que es tan importante el hígado, es como la pieza clave de cualquier sistema. Si este no responde como debería, los órganos de su alrededor tampoco podrán seguir el ritmo del organismo.

Las señales que indican que tienes el hígado inflamado

En el caso en el que quisieras saber  si tienes el hígado inflamado, debes de fijarte en algunas molestias que nos indicarán si es tu situación o no. Después de conocer los siguientes signos que rebelaremos a continuación, te recomendamos que solicites cuanto antes una consulta médica.

1. Dolor

Al cabo de días, si sientes dolor podría seguir intensificándose. Lo característico de este malestar radica en su ubicación, debido a que siempre se encontrará en el lado superior derecho del abdomen.Pero, esta molestia podría llegar a extenderse por la zona lumbar o dorso derecho.

Por su parte, la hepatomegalia también causa distensión de la cápsula hepática, pero respecto al dolor, como se menciona en el libro Clinical Methods, se trata de un dolor sordo no muy agudo que puede confundirse con un síntoma de pesadez en las áreas mencionadas anteriormente.

2. Distensión abdominal

Uno de los síntomas más frecuentes es sentir hinchazón abdominal. La indigestión o pesadez al digerir alimentos es lo que es más frecuente en estos casos. Este tipo de inflamación, suele aumentar a medida en la que pasa el tiempo sin ponerle un remedio pautado por un médico especialista.

3. Fiebre

La infecciones de hígado, pueden derivar a sentir tal malestar que finalmente experimentes el fenómeno de la fiebre por virus, bacterias o demás parásitos. Pero, también puede estar relacionada con el órgano en cuestión, que es en este caso, el hígado. Si tu hígado está inflamado, es normal tener fiebre con regularidad. Una de las causas más comunes de fiebre es la hepatitis viral y agrandamiento hepático, según una de las publicaciones de Stat Pearls.

4. Ictericia

La ictericia está vinculada con la salud del hígado. Si tu hígado no está en buen estado, te darás cuenta poco a poco de que tus ojos se volverán de un tono amarillento en lugar de ser blanco su color habitual y lo mismo sucederá con tu tono de piel. La aprecia mejor cuando los niveles de bilirrubina alcanzan más de 3 mg/dl. Dichos síntomas se general tras un aumento de la bilirrubina en sangre. La cual, se encontrará situada por encima de 1 mg/dl.

El hígado metaboliza la bilirrubina y ayuda a su excreción. Pero, cuando hay una afección del órgano en cuestión, la bilirrubina se acumula en el cuerpo.

5. Náuseas

 El hígado hace la función de eliminar toxinas y sustancias que nuestro cuerpo no es capaz de procesar. Otro síntoma característico de este problema son las náuseas.

Si el hígado acaba fallando, serán dificiles de digerir algunas comidas. Puede hasta causar náuseas y malestar general si esto sucede. Este es el caso de alimentos que contienen grasas, sal, harinas y muy sazonadas o aliñadas.

6. Heces

Se puede comprobar la salud de nuestro organismo a través de las heces y la horina. Cuando este órgano está en alerta roja, las heces serán blanquecinas o de un color claro. Esto es debido a una disfunción hepática y biliar en la excreción de la bilis y la bilirrubina. Ya que, la última mencionada es la encargada detransmitir el color a las heces, según una publicación de Stat Pearls.

Los especialistas mencionan que las patologías que se asocian a la inflamación del hígado, como es el caso de la cirrosis, donde se produce un aumento en la excreción de grasa en las heces o «esteatorrea». Es decir, las heces se apreciarán pálidas y ocuparán un gran volumen. Serán malolientes y de tacto blando. Lo más probable es que floten  en el inodoro.

7. Mal sabor de la boca

Este también es un síntoma frecuente de la inflamación del hígado. Aunque, existen más patologías que pueden indicar dicho estado. Esto sucede cuando existe una afección de dicho órgano que empieza a acumular toxinas y sustancias de desecho.Es lo que produce ese mal aliento, que está acompañado de un sabor amargo y poco agradable en nuestra boca. De hecho, un estudio del Acta Odontológica Venezolana cuenta que algunos trastornos sistémicos, como el fallo hepático, se caracteriza por producir un aliento parecido al olor del azufre.

8. Problemas digestivos

El hígado, como ya sabemos, participa en la digestión de múltiples alimentos  que ingerimos, y en mayor medida, las grasas. Cuando existe una dificultad durante el proceso de la digestión, suele apuntar hacia un fallo en el funcionamiento del hígado.

Las personas con cirrosis pueden manifestar los siguientes síntomas:

  • Sensación de pesadez.
  • Saciedad precoz.
  • Gases y flatulencias.
  • Malestar abdominal.

9. Exceso de cansancio

Las enfermedades hepáticas, suelen venir acompañadas de un excesivo cansancio. De acuerdo con la Asociación Catalana de Pacientes Hepáticos, los investigadores desconocen la causa exacta de esta manifestación. Pero, la hipotesis a la que han llegado con su previo estudio es que aparece debido a la alteración hormonal y de la química cerebral.

El cansancio o fatiga, son más notorios durante las mañanas. Esto se debe a que el hígado, al igual que el sistema linfático, ejercita sus funciones depurativas por la noche.

10. Cambios en la orina

Los trastornos hepatobiliares son asociados a altos niveles de bilirrubina en sangre. La orina suele ser filtrada en el riñón, en forma de urobilinógeno, y alcanza niveles detectables en orina. De esta manera, las micciones se vuelven de un color muy oscuro, adquiriendo un pH ácido.

11. Escozor en la piel

El picazón sobre la piel se debe a la acumulación de la bilirrubina en las capas cutáneas a  través de la ictericia, que como mencionamos anteriormente, es la que asocia el tamaño del hígado con una afección. Según una revisión de la revista Medicina Integral.

12. Inflamación en el abdomen y miembros inferiores

Los edemas o también denominado como «ascitis», aparecen por consecuencia de enfermedades hepáticas es algo habitual y normal, sobre todo el edema abdominal. Estos no son más que una  la extravasación de líquido a un tercer espacio corporal. El edema abdominal es muy común en estas dolencias, por lo que es posible observarlo si se tiene el hígado inflamado.

13. Pérdida de peso

Las enfermedades hepáticas crónicas, tardan en manifestar la inflamación del hígado y pérdida de peso. Como todo, en algunas personas, la perdida de peso puede ser más lenta que en otros casos, haciendo así que su cambio sea notorio tan solo al cabo de algunos años. La causa comunmente más conocida, se debe a la pérdida del apetito. Ya que, está directamente ligado a los problemas gastrointestinales.

14. Las alteraciones de sueño

Un estudio de la revista The Lancet menciona que la alteración del sueño y la vigilia están implicadas en la patogenia de la enfermedad hepática crónica. Especialmente a las personas que poseen un hígado graso y cirrosis. Es por ello que normalmente tienen dificultad para conciliar y mantener el ciclo del sueño. El insomnio empeora de forma paulatina y disminuye la calidad de vida.

¿Qué causas pueden ocasionar la inflamación del hígado?

El hígado es un órgano que se encuentra unido a todos los procesos del organismo. por lo que se puede ver afectado por condiciones locales o afecciones sistémicas. Algunos de los factores que favorecen la inflamación del hígado son las siguientes:

  • Sobrepeso y obesidad.
  • Infecciones bacterianas.
  • Hepatitis virales.
  • Cirrosis.
  • Cáncer de hígado.
  • Obstrucción de las vías biliares.
  • Acumulación anormal de sustancias como grasa, proteínas, hierro o cobre.
  • Hepatitis tóxica
  • Quiste hepáticos.
  • Insuficiencia cardíaca congestiva.
  • Alcoholismo.
  • Enfermedad del hígado graso alcohólico y no alcohólico.
  • Paludismo y Leishmaniasis.
  • Intoxicación por medicamentos o plantas.
  • Leucemia y linfoma.

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¿Sabes por qué no hay que chupar las cabezas de las gambas?

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chupar cabezas de gambas
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Las gambas son uno de los mariscos más populares en la gastronomía, especialmente en celebraciones y cenas festivas. Su carne tierna y sabrosa es un manjar que muchos disfrutan en una gran variedad de platos, pero una parte de la gamba que causa controversia es su cabeza. Hay quienes disfrutan chupar las cabezas de las gambas para aprovechar todo su sabor, mientras que otros se abstienen de hacerlo por diversas razones. Entonces, ¿es seguro chupar las cabezas de las gambas? Aquí te contamos por qué es recomendable evitar esta práctica.

Las cabezas de las gambas: ¿una fuente de sabor o de riesgo?

Las cabezas de las gambas contienen una gran cantidad de jugos y una sustancia gelatinosa que, para muchos, tiene un sabor muy intenso y delicioso. Sin embargo, esta «delicadeza» puede ser más problemática de lo que parece.

1. Posibles contaminantes y toxinas

Una de las razones principales para evitar chupar las cabezas de las gambas es que estas partes del marisco pueden concentrar una gran cantidad de contaminantes. Las gambas, como otros mariscos, filtran el agua mientras se alimentan, lo que significa que las toxinas, los metales pesados, los pesticidas y los productos químicos presentes en el agua pueden acumularse en sus sistemas digestivos, especialmente en las cabezas.

Cadmio: el peligro oculto

Uno de los metales pesados más peligrosos que se acumula en las cabezas de los crustáceos es el cadmio, un metal tóxico que puede tener efectos nocivos a largo plazo. El cadmio se encuentra principalmente en la cabeza de las gambas, cigalas, langostinos, cangrejos y otros crustáceos, ya que es una zona donde se concentra una mayor cantidad de residuos provenientes de su sistema digestivo.

Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), es conveniente «limitar en la medida de lo posible» el consumo de la carne localizada en la cabeza de estos crustáceos para evitar la acumulación de cadmio en nuestro organismo. Este metal pesado es altamente perjudicial para la salud humana, ya que se acumula lentamente en los órganos, principalmente en el hígado y los riñones.

El cadmio tiene un potencial cancerígeno y su eliminación del organismo es extremadamente lenta, lo que significa que puede permanecer en el cuerpo durante años, incluso décadas. El cadmio tarda entre 10 y 30 años en eliminarse, lo que incrementa su peligrosidad con el paso del tiempo.

2. Bacterias y parásitos

El consumo de mariscos crudos o mal cocidos, incluida la práctica de chupar las cabezas, puede aumentar el riesgo de contraer infecciones bacterianas o parasitarias. Las gambas pueden albergar bacterias como Vibrio o Salmonella, que son responsables de enfermedades transmitidas por alimentos. Aunque el proceso de cocción suele eliminar estas bacterias, algunas veces los jugos concentrados en las cabezas pueden no estar completamente libres de bacterias, especialmente si las gambas no se han cocinado de manera adecuada.

3. El sistema digestivo de las gambas

En el sistema digestivo de las gambas, particularmente en las cabezas, se encuentran restos de su alimentación, como pequeños organismos o residuos que no siempre son visibles a simple vista. Al chupar la cabeza, podrías estar ingiriendo estos residuos, que, aunque no sean peligrosos en su mayoría, pueden resultar poco agradables o incluso causar malestar digestivo en algunas personas, sobre todo si el marisco no ha sido completamente fresco.

4. El impacto en la salud de los consumidores vulnerables

Para ciertos grupos de personas, como las mujeres embarazadas, los niños pequeños, las personas con sistemas inmunológicos comprometidos o las personas mayores, el riesgo asociado a consumir mariscos en mal estado o mal cocidos es aún mayor. Las toxinas, bacterias y parásitos presentes en las gambas pueden ser peligrosos para su salud, por lo que se recomienda tener precauciones adicionales en el consumo de mariscos, especialmente de las partes más propensas a concentrar estos riesgos, como las cabezas.

Beneficios de evitar chupar las cabezas de las gambas

  • Reducción del riesgo de enfermedades: Al evitar chupar las cabezas, reduces la posibilidad de ingerir contaminantes y bacterias presentes en los jugos o residuos del sistema digestivo de la gamba.
  • Sabor más controlado: Si bien las cabezas de las gambas pueden tener un sabor fuerte, se pueden aprovechar de forma más segura en caldos o sopas, donde el sabor se extrae y se distribuye en toda la preparación. De esta forma, puedes disfrutar del sabor sin los riesgos asociados.
  • Mejor digestión: Al no consumir las partes menos apetitosas de la gamba, como los residuos de su sistema digestivo, tu sistema digestivo podrá trabajar de forma más eficiente.

¿Es necesario evitarlo por completo?

Si bien no es necesario evitar por completo chupar las cabezas de las gambas, es importante ser consciente de los riesgos potenciales. Para quienes no quieran prescindir de esta costumbre, es fundamental asegurarse de que las gambas estén bien cocidas y sean de buena calidad, procedentes de fuentes fiables y limpias.

Si eres una persona que disfruta de este ritual, ten en cuenta que la seguridad alimentaria siempre debe ser la prioridad. Si tienes dudas sobre la frescura o la procedencia de las gambas, lo mejor es optar por disfrutarlas de manera más segura, como en platos cocidos donde los contaminantes puedan ser eliminados mediante un buen proceso de cocción.

Conclusión

Si bien las cabezas de las gambas pueden parecer deliciosas y ofrecer un sabor profundo, existen riesgos asociados con chuparlas, especialmente en cuanto a toxinas, bacterias y otros contaminantes que pueden concentrarse en esa parte del marisco. El cadmio, un metal pesado presente en las cabezas de los crustáceos, es uno de los principales peligros, ya que puede acumularse en el organismo y tener efectos tóxicos a largo plazo. La mejor opción es disfrutar de las gambas de manera segura, cocinándolas adecuadamente y considerando aprovechar sus cabezas en caldos o sopas para extraer su sabor de manera más controlada y saludable.

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