Firmas
Lo que son 25 años, por @aguedabayarri
Publicado
hace 8 añosen
Águeda Bayarri
Pasa que 25 años no son nada o son muchos. Pasa que a los 25 años nos “comemos el mundo”, a los 25 años los matrimonios celebran las bodas de plata y a los 25 te ves más cerca de la treintena.
A mí me pasó que el colegio donde estudié, en mi pueblo, en Puçol, cumplía 25 años, sí 25, y a mí me parecía que no había pasado el tiempo, ¡ni tanto tiempo! En realidad “mi “ colegio, el Col·legi Públic Bisbe Hervás cumplía 25 años en su versión renovada porque el cole tiene muchos años más. Fue el primero del pueblo, al lado de la Iglesia, en el casco antiguo…nos encantaba, pero ya era viejo y construyeron uno nuevo, muy cerquita, pero en otro barrio, en El Barrio. Pues este viernes celebramos los 25 años del nuevo edificio y nos invitaron a la fiesta a todas las promociones que estudiamos en esas instalaciones. A mí el cambio me pilló en sexto de EGB, con once o doce años, por lo que mis compañeros de promoción ya éramos de los veteranos en la celebración. Solo había dos cursos por encima.
Una de las cosas bonitas de haber estudiado en el colegio del pueblo es que la mayoría de alumnos estamos más o menos cerca, nos vemos a menudo y sabemos los unos de los otros, pero, a veces, son necesarios estos encuentros para recordar vivencias y juntarnos con las personas con las que tenemos menos relación pero sí ganas de ver.
Especial ilusión me hizo encontrarme con Doña Carmen Franco. Toda una vida dedicada a la docencia. Doña Carmen era severa, imponía, era seria pero tremendamente cercana. Nos enseñaba contenidos y nos enseñaba de la vida. Lo mismo nos enseñaba a recitar poemas que nos daba clase de gimnasia. Cuando no existía, ni estaba pensado en el sistema educativo, lo que ahora es la educación para la ciudadanía, ella, los viernes por la tarde nos daba convivencia. También, estudiábamos Puçol, la historia, costumbres y gastronomía de nuestro pueblo para saber de dónde veníamos y el por qué de las fiestas y costumbres locales. Con ella dábamos canto y hacíamos turrón de yema en Navidad. Maika y Carolina que tenían jardín en sus casas traían flores el mes de Mayo para decorar la clase. Por las mañanas pedíamos y dábamos gracias y estudiábamos y mucho. Y daba tiempo a todo. Era cariñosa y seria. Nos enseñó a enfrentarnos a la realidad. Nos venía a ver a casa cuando estábamos enfermos. Cuando tomamos la Primera Comunión también nos visitaba en casa las semanas previas y nos regalaba un libro dedicado. A cada alumno, una dedicatoria personalizada. Visitaba a nuestros padres, nos conocía a todos. Así, sabía como tratarnos a cada uno. Con Ignacio le fue genial el método, él lo reconoce, ¡ quién nos iba a decir cuando nos sentábamos en el grupo cuatro que iba a ser ingeniero !. Y Doña Carmen está muy orgullosa de él, y de todos. Yo ya iba a clase con mis amigas Inma y Paqui, las favoritas de Doña Carmen, le compraban el almuerzo en Casa Amalia, una tienda de ultramarinos cercana, porque las dejaba salir del colegio a la hora del recreo, no era como ahora, y ya en tercero, cuarto y quinto de EGB eran las listas y responsables. A Paqui la recuerdo toda la vida escolar como delegada de la clase. Y a Inma, en la pizarra, con las tizas, porque ella quería ser maestra. Y es tan lista que estudió telecomunicaciones para acabar siendo maestra. Lo que ya quería ser cuando Doña Carmen pedía voluntarios para salir a la pizarra y ella siempre era voluntaria para escribir con la tiza.
Es de mis mejores amigas, por eso no le va a importar que coja el montaje que ha hecho de la cena del 25 Aniversario con las fotos de nuestra promoción. Yo llegué tarde a la cena, me incorporé ya a la fiesta, tenía trabajo, pero no me quería perder el ratito de estar con mis compañeros de clase con los que pasé toda mi infancia, con mis hermanos y con todas las personas que pasamos por esas aulas y tuvimos a los mismos profesores. Había gente de todas las edades y todos estábamos muy contentos y agradecidos y eso es porque el Bisbe Hervás, deja huella, o como se dice en Valencià y decía el lema de los organizadores, deixa empremta.
Comparte esto:
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
Relacionado
Te podría gustar

José Luis Fortea
………….corría el verano de 1975, aquel en el que no cesaba de sonar en las radios el Bimbó de Georgie Dann, que acabaría siendo declarada oficialmente la canción del verano, aquel en el que Televisión Española emitía su series detectivescas de moda, las de “Tony Baretta” y “Kojak” y que amenizaba desde el pasado mes de abril, la noche de los sábados, con un nuevo programa llamado “Directísimo”, presentado por un joven bilbaíno de treinta y tres años, de grandes bigotes, llamado José María Íñigo Gómez.
Bernard Thévenet
Aquel verano, en el que ganaba el tour, contra todo pronóstico, el francés Bernard Thévenet, imponiéndose a un Eddy Merckx, líder desde la sexta jornada, que había sido golpeado por un espectador en su costado derecho en el ascenso al Puy de Dome, presentando desde entonces unas molestias que le harían perder a partir de aquella etapa, la decimocuarta, el maillot amarillo y que no lo volvería a recuperar, de un periodo estival más que sofocante y tórrido, en el que una caña en aquellos días costaba entonces diez pesetas, de aquel verano, el del 75, el último del jefe del Estado español, que fallecería cinco meses más tarde.
Qué pasó un 22 de julio
El martes 22 de julio, de un día como hoy, de hace más de cuarenta años , a unos cincuenta y tres kilómetros de Sevilla, en el término municipal de Paradas, iba a tener lugar uno de los sucesos más trágicos de los últimos tiempos, que acabaría por convulsionar la vida de sus cerca de ocho mil habitantes, de un terrible episodio que en los juzgados terminaría conociéndose como el expediente 20/75.
A unos cuatro kilómetros de la mencionada población de Paradas, se encuentra la finca de los Galindos, perteneciente, desde hace seis años, a Gonzalo Fernández de Córdoba y Topete, marqués de Grañina, donde suele acudir esporádicamente, en tiempo estival, sin la compañía de su mujer, María de las Mercedes Delgado Durán. Al frente del aludido inmueble, se encuentra Manuel Zapata Villanueva, de cincuenta y nueve años, antiguo legionario y miembro de la Guardia Civil, que allí vive junto a su mujer Juana Martín Macías, de cincuenta y tres años, desempeñando las tareas de capataz, en unos terrenos dedicados principalmente al cultivo de la aceituna.
En el cortijo trabajan siete personas, tres tractoristas y cuatro temporeros, que a eso de las ocho de la mañana, de aquel martes día 22, ya se encuentran allí para ponerse a bregar, antes de que el sol les ajusticie con esos 49 ºC que alcanzarán a lo largo de aquella misma mañana. Zapata, como de costumbre, es quien distribuye “la faena”, mandando a las alpacas, a medio kilometro de la finca, al tractorista José González Jiménez, a un segundo tractor, junto con tres braceros, a la parte posterior del cerro y al tercer tractorista Ramón Parrilla a regar garrotes (que son los troncos de los olivos metidos en bolsas con tierra) de una jornada laboral que se prolongará hasta la una, momento en el que harán un alto en el camino para almorzar, durante cerca de media hora, y proseguir hasta eso de las cuatro de la tarde, cuando el mercurio se encarame en lo más alto de los termómetros respondiendo al calor abrasivo de esos casi cincuenta grados.
Y es entonces, sobre esa hora de las cuatro de la tarde, cuando el grupo de los tres temporeros que se encuentran en la parte del cerro observan salir un humo negro y espeso del cortijo, dirigiéndose rápidamente hacia allí.
Al llegar al lado de la verja de la entrada, encuentran restos de lo que parece un reguero de sangre, que les hace presagiar que alguien pudiera haber resultado herido, de un rastro abundante que dibujando un movimiento sobre la tierra serpenteante poco a poco se va diluyendo hasta llegar a desaparecer, por lo que Antonio Escobar, uno de aquellos trabajadores, acude raudo hacia el cuartel de la Guardia Civil, para dar el pertinente aviso, mientras Antonio Fenet Pastor, que lleva cinco años trabajando las tierras de Los Galindos, divisa lo que le da la sensación son dos cuerpos mutilados en aquel fuego que acelerado con gasolina desprende un olor más que nauseabundo, decidiendo no indagar más, hasta la llegada de la Benemérita.
No tardan mucho en personarse en el cortijo el cabo Raúl Fernández acompañado de un número de la Guardia Civil, para realizar las primeras diligencias de investigación. Al entrar en la casa, observan, al lado de una mesa camilla, otro gran charco de sangre, cuyo rastro se dirige pasillo arriba, hacia donde se encuentra la puerta de una habitación cerrada con un candado, colocado en la parte exterior, que fuerzan para poder acceder a su interior, encontrándose una vez dentro, el cuerpo de Juana Martín, la mujer del capataz, con la cabeza destrozada, golpeada por algún objeto romo, no hallándose nada más reseñable en la vivienda.
En el exterior, donde todavía permanece encendido aquel fuego, aparecen los restos casi calcinados del tractorista José González, Pepe, de 27 años y su esposa Asunción Peralta, seis años mayor que él, de 34 años, a quien al parecer había ido a recoger al pueblo para traerla allí, en algún momento de aquel día, aparcando su seiscientos de color crema en la entrada del cortijo, desconociéndose los motivos.
En la cuneta del llamado Camino de Rodales, cubierto con un montón de paja, se descubre un cuarto cuerpo sin vida, el del jornalero Ramón Parrilla, de 40 años de edad, tractorista eventual de la finca, muerto de un disparo de escopeta.
De Zapata, el capataz de la finca de Los Galindos, no hay rastro alguno, por lo que las primeras sospechas recaen sobre este, emitiéndose incluso, a la mañana siguiente, por el recién llegado juez del juzgado de Écija (al estar el de Carmona de vacaciones) Andrés Márquez Aranda la pertinente orden de busca y captura.
Al parecer, en los mentideros del pueblo, se decía que las relaciones entre el capataz y el tractorista Pepe no eran todo lo buenamente deseables que podían ser, fruto de un intento de José González por cortejar a una de las hijas de Zapata, negándose este a dicha relación, enemistando en cierta manera a ambos. Lo cual fue considerado como un posible móvil de aquel crimen, aunque no resolvía las dudas existentes sobre las restantes muertes.
Y fue entonces cuando tres días más tarde, el 25 de julio apareció el cadáver del capataz, que tras la autopsia realizada determinaría que había resultado ser la primera de las víctimas de aquel crimen que ya sumaba con esta, cinco muertes, desarbolando la hipótesis que se había venido considerando como probable.
El sumario del caso, el denominado expediente número 20 de 1975, con más de mil trescientos folios, ha dado a lo largo de la historia numerosas elucubraciones y teorías que no han podido resultar finalmente probadas, recayendo durante años las sospechas, tras haber sido encontrado el cuerpo de Manuel Zapata, sobre José González Jiménez que juzgado y condenado por el pueblo tendría que esperar hasta la exhumación de los cadáveres mediante orden emitida por el juez Heriberto Asensio que acabaría determinando que el “sospechoso” era, de igual forma, triste víctima de este suceso, y que además en opinión del prestigioso médico forense Luis Frontela Carreras, estudiando aquellas manchas de sangre en el piso encontradas, concluiría que a –“Juana la arrastraron desde el comedor hasta el dormitorio entre dos personas por lo menos”- .
Transcurrido los plazos legales previstos sin encontrarse el culpable de estos hechos, la causa quedaría archivada en el año 1988, y siguiendo el principio que extingue la responsabilidad criminal por el transcurso del tiempo, siendo para este tipo de delitos el previsto de veinte años, fue por tanto declarado su prescripción en 1995, a los veinte años de haberse cometido.
Puedes seguir toda la actualidad visitando Official Press o en nuestras redes sociales: Facebook, Twitter o Instagram y también puedes suscribirte a nuestro canal de WhatsApp.
Comparte esto:
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
Tienes que estar registrado para comentar Acceder