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Los volcanes dormidos de la Comunitat Valenciana

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Los volcanes dormidos de la Comunitat
ARCHIVO PEXELS

¿Hay volcanes dormidos en la Comunitat? Esta es una de las preguntas que más se ha escuchado últimamente en la calle, en el trabajo o en cualquier tertulia. Y la respuesta, aunque tal vez muchos no lo sepan, es afirmativa. El territorio valenciano de hecho concentra dos de las cuatro zonas volcánicas de la Península Ibérica. Pero no hay que alarmarse ya que los expertos descartan que exista riesgo alguno de que entren en erupción.

¿Dónde se encuentran? Nuestra comunidad cuenta con tres vestigios de actividad volcánica, en Cofrentes, Picassent y en las Islas Columbretes.

Los volcanes dormidos de la Comunitat Valenciana:

Cofrentes

Según los expertos el volcán Cerro de Agrás, con una altura de 527 metros, erupcionó por última vez hace unos dos millones de años. La investigación se llevó a cabo a mediados de los años setenta, debido a la próxima construcción de la Central Nuclear de Cofrentes. Pero aunque se considera que está dormido, mantiene cierta actividad  en sus entrañas de las cual se aprovecha el manantial de Hervideros. Para aprovechar los gases que salen a la superficie mediante burbujas de vapor se levantó en ese lugar el Balneario de Hervideros en el siglo XIX.

El cono característico del volcán desapareció en la década de los ochenta del siglo XX debido a la explotación de una cementera y que dejó el cerro con la apariencia actual.

Picassent

¿Existe un volcán en esta localidad? Puede que muchos desconocieran este dato y en parte es debido a que no se aprecia con la forma característica de este fenómeno de la naturaleza. Lo único que hay son unas piedras que confirman que hace muchos siglos debió de existir en la zona algún tipo de volcán. Con 8 millones de antigüedad es el volcán más antiguo del territorio valenciano según la datación de dichas rocas.

Islas Columbretes

Frente a la costa de la provincia de Castellón nos encontramos con estas islas de origen volcánico. En la llamada Illa Grossa, una de las que forman este pequeño archipiélago, tuvo lugar la última actividad volcánica hace 300.000 años.

¿Qué es un volcán dormido?

La expresión «volcán dormido» se utiliza coloquialmente para describir un volcán que está inactivo, es decir, que no ha tenido erupciones recientes y no muestra signos de actividad eruptiva en el momento. Sin embargo, es importante destacar que el término «dormido» puede ser un poco engañoso, ya que los volcanes no duermen en el sentido literal.

Los volcanes pueden pasar largos períodos de tiempo sin mostrar actividad eruptiva, pero eso no significa que estén completamente inactivos o que no puedan despertar en el futuro. Los científicos utilizan términos más precisos como «inactivo» o «extinto» para describir la condición de un volcán.

  • Volcán inactivo: Se refiere a un volcán que no ha tenido erupciones durante un largo período de tiempo, pero aún podría reactivarse en el futuro.
  • Volcán extinto: Se refiere a un volcán que se considera que ya no está activo y que no es probable que vuelva a entrar en erupción.

En resumen, el término «volcán dormido» es más una expresión popular que una categoría técnica y se utiliza para transmitir la idea de que un volcán no está activo en un momento determinado. Sin embargo, la actividad volcánica puede cambiar con el tiempo, y la condición de un volcán debería evaluarse en función de la evidencia científica y los estudios geológicos.

¿Qué probabilidad hay de que despierte un volcán?

Determinar la probabilidad de que un volcán «dormido» entre en erupción es un desafío complejo y depende de varios factores. Los científicos utilizan diversos métodos para evaluar la actividad volcánica y predecir posibles erupciones, pero la predicción precisa sigue siendo difícil debido a la naturaleza dinámica de los procesos geológicos.

Algunos de los factores que los vulcanólogos consideran al evaluar la probabilidad de actividad volcánica incluyen:

  1. Historial de erupciones: Analizar los patrones de erupciones anteriores de un volcán puede proporcionar información valiosa sobre su comportamiento pasado. Sin embargo, esto no garantiza que se pueda prever con certeza cuándo ocurrirá la próxima erupción.
  2. Actividad sísmica: Los sismos y la actividad sísmica son señales de que algo está sucediendo bajo la superficie. Los científicos pueden monitorear la actividad sísmica cerca de un volcán para detectar cambios que puedan indicar una posible erupción.
  3. Emisión de gases: Los cambios en la composición y la cantidad de gases emitidos por un volcán pueden ser indicadores de actividad magmática. El monitoreo de estas emisiones puede ayudar a los científicos a evaluar el riesgo de una erupción.
  4. Deformación del terreno: Cambios en la forma de la tierra alrededor del volcán pueden indicar la acumulación de magma bajo la superficie.

A pesar de estos métodos de monitoreo, predecir con precisión cuándo un volcán entrará en erupción sigue siendo un desafío. Los volcanes son sistemas dinámicos y pueden experimentar cambios repentinos. La mejor práctica es mantener un monitoreo constante, especialmente en áreas propensas a la actividad volcánica, y estar preparado para responder rápidamente a cualquier señal de riesgo.

 

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Valencia

Denuncian “el colapso insostenible” de Urgencias del General de València con hasta cuatro días de espera para ingreso

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colapso hospital general denuncia
Fotografía de un paciente. Archivo/EFE/ Alberto Valdes[-

El Sindicato de Enfermería, SATSE, denuncia, un año más, la situación “crítica” que vive el servicio de Urgencias del Hospital General de València, convertido en un espacio “permanentemente desbordado” y con 42 pacientes ingresados sin habitación asignada, uno de ellos hasta cuatro días, según señala el sindicato en un comunicado.

Desde la organización sindical alertan de que este escenario no es puntual, sino que se repite de forma estructural, agravándose especialmente durante los meses de invierno, cuando aumentan las patologías respiratorias y la presión asistencial sobre el sistema sanitario público valenciano.

Pacientes hacinados en zonas no adecuadas de Urgencias

En concreto, SATSE señala que estos pacientes “se encuentran repartidos en diferentes áreas que conforman las Urgencias, en condiciones claramente inadecuadas, hacinados y viendo vulnerada su intimidad”.

La distribución actual de los pacientes ingresados sin habitación asignada es la siguiente:

  • 12 pacientes en la zona de Tratamientos

  • 9 pacientes en Observación A

  • 16 pacientes en Observación B

  • 5 pacientes en el barracón denominado Pernocta, situado en el patio central junto a las Urgencias y destinado a enfermos psiquiátricos que entran por Urgencias

El sindicato subraya que estos espacios no están diseñados para estancias prolongadas, lo que repercute directamente en la dignidad, el bienestar y la seguridad de los pacientes.

Más pacientes esperando cama en la Unidad de Hospitalización Transitoria

Además de los pacientes ubicados en Urgencias, SATSE advierte de que en la Unidad de Hospitalización Transitoria (UHT) hay 21 pacientes más ingresados también a la espera de una habitación en planta.

Esta unidad se ha ubicado recientemente en lo que anteriormente era el Hospital de Día, una medida que el sindicato considera un parche más ante un problema estructural que no se ha resuelto con el paso del tiempo.

Infecciones respiratorias y falta de recursos humanos

Al respecto, SATSE señala que el aumento de las infecciones respiratorias en la población, unido a unas infraestructuras “claramente insuficientes” y a la falta de contratación de una plantilla dimensionada a las necesidades reales, está teniendo un impacto directo y muy negativo en la calidad asistencial.

El Hospital General de València atiende a una población de más de 350.000 cartillas asignadas, una cifra que, según el sindicato, no se corresponde con los recursos humanos y materiales disponibles en el servicio de Urgencias.

Sobrecarga asistencial extrema para los profesionales

Por ello, los pacientes que deberían estar ingresados en planta “continúan ubicados físicamente en Urgencias por la falta de habitaciones disponibles”, siendo atendidos por el mismo personal del servicio.

SATSE denuncia que los profesionales “apenas pueden hacer frente a la sobrecarga asistencial extrema e inasumible”, una situación que se prolonga en el tiempo y que afecta tanto a la atención prestada como a la salud laboral del personal sanitario.

“Esta presión constante compromete gravemente la seguridad de los pacientes y sitúa a los profesionales en unos niveles de estrés gravísimos”, advierte el sindicato.

Denuncia ante la Inspección Sanitaria

SATSE recuerda que ha interpuesto una denuncia ante la Inspección Sanitaria de la Conselleria de Sanidad por “el estrés prolongado al que está sometido el personal del Servicio de Urgencias”.

El sindicato insiste en que “no se puede seguir poniendo en riesgo ni la salud de los profesionales ni el derecho de los pacientes a una atención segura, digna y de calidad”, y reclama una respuesta inmediata por parte de la administración sanitaria.

Una crisis estructural que se repite cada año

El Sindicato de Enfermería recalca que lleva años alertando a la Gerencia del hospital y a la Conselleria de Sanidad de esta crisis estructural que se repite año tras año sin solución.

Aunque el colapso se produce durante los doce meses del año, SATSE señala que la situación se agrava especialmente en invierno, coincidiendo con el aumento de casos de gripe, covid y otras patologías respiratorias.

SATSE exige medidas inmediatas y efectivas

Ante esta situación “límite”, el Sindicato de Enfermería exige medidas inmediatas y efectivas, comenzando por:

  • El refuerzo urgente de las plantillas

  • La adecuación de los espacios asistenciales

  • Una planificación realista para afrontar los meses de mayor presión asistencial

“La sanidad pública no puede seguir funcionando a base de parches mientras el colapso se cronifica”, concluye SATSE, que reclama soluciones estructurales para garantizar una atención sanitaria segura y de calidad en el Hospital General de València.

 

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