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Misa de San José: todos los detalles

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misa de san jose

La misa de San José estará presidida por el arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, este domingo, 19 de marzo, en la Catedral, la misa del IV Domingo de Cuaresma en la que se hará una mención muy especial a San José y a las Fallas. Tendrá lugar a las 12 horas, organizada por Junta Central Fallera y el Gremio de Carpinteros.

Misa de San José

Igualmente, este domingo, antes de participar en la misa solemne en la Catedral, las Falleras Mayores de Valencia y sus Cortes de Honor realizarán, a las 11 horas, una ofrenda de flores ante la imagen de San José ubicada en el Puente de San José de Valencia.

Del mismo modo, las Falleras Mayores y sus Cortes de Honor participarán en la misa solemne en la que la Coral Catedralicia solemnizará con sus cantos la eucaristía.

Asimismo, en el momento de la Comunión será interpretado el motete “Querubines encendidos”, un villancico eucarístico recuperado del Archivo de la Catedral, del maestro Pascual Fuentes, del siglo XVIII y natural de Aldaya, según ha indicado Luis Garrido, director de la Coral Catedralicia.

Carta del Arzobispo

UN SANTO EXTRAORDINARIO Y OCULTO

         En muchos pueblos y ciudades de nuestra diócesis estamos estos días de fiesta. La celebración de la solemnidad de san José ocupa un lugar importante en nuestro calendario festivo. Me gustaría que el ambiente externo que se respira en nuestras calles no nos lleve a olvidar la grandeza de este santo tan cercano para el pueblo cristiano. A pesar de que los textos evangélicos lo mencionan en pocas ocasiones, por lo que su figura queda oculta si la comparamos con otros personajes, nos ofrecen suficientes datos para comprender la grandeza de su fe y la importancia de su misión en la Historia de la Salvación.

A sus contemporáneos, que seguramente desconocían los acontecimientos relativos a la concepción y el nacimiento de Jesús, la persona y la vida de José no les llamaría la atención. Lo verían como un hombre justo; como buen padre de familia, que cuidaba de su esposa y de su hijo, piadoso y observante de su ley; como un carpintero honrado vivía de su trabajo. Por eso su figura resulta cercana a la mayoría de los cristianos que viven su fe de un modo discreto, sin ningún afán de protagonismo, sin hacer cosas externamente llamativas y que a ojos del mundo pasan desapercibidos. No es extraño, por tanto, que sea un santo tan amado por el pueblo cristiano, y que despierte tanta confianza en los creyentes sencillos que en los momentos decisivos de la vida y, de un modo especial en la hora de la muerte, se encomiendan a él.

Sin embargo, el hecho de estar en un segundo plano no significa que su tarea fuera secundaria a los ojos de Dios, que había pensado en él para una misión única, complementaria y en cierto modo semejante a la que tenía que realizar María: ser el esposo de la Madre del Señor y asumir la tarea de ser su padre humano. Vivió esta paternidad sin ningún protagonismo, convirtiendo su vocación humana a formar una familia en una oblación sobrehumana y poniendo su capacidad de amar al servicio de María y de Jesús.

Cuando Dios elige a alguien para una misión especial nunca lo obliga a la fuerza, sino que pide su consentimiento, poniendo así a prueba su fe. Para ser padre de un gran pueblo, Abraham debe mostrar su fe obedeciendo a Dios cuando le pide a su hijo Isaac en sacrificio. La fe de María la descubrimos en el momento de la Anunciación: su respuesta al ángel es un acto de fe, de confianza y de obediencia a Dios, a pesar de que no todo resulta claro. También a José se le pide un acto de fe: en el momento de mayor desconcierto de su vida, Dios le pide que acoja a María y al niño que ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. En esa situación de oscuridad se manifiesta la grandeza de la fe de José, que se traduce en una obediencia a Dios en toda circunstancia: en la huida a Egipto, en el regreso a la tierra de Israel y en la decisión de establecerse en Nazaret.

José vivió una fe plena porque toda su vida fue una obediencia de Dios. Aprendamos de él que la grandeza de la fe no se mide por las apariencias externas, sino por la autenticidad de la obediencia a la voluntad de Dios en la vida de cada día.

+ Enrique Benavent Vidal, arzobispo de València.

 

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Fallas

Fallece Carmen Bueso, alma de «Flor» y referente histórico de la indumentaria valenciana

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Fallece Carmen Bueso
Carmen Bueso

La indumentarista que marcó una época deja un legado imborrable en el arte de vestir a las falleras mayores y cortes de honor de València

VALÈNCIA, 29 MARZO 2025 – La indumentaria tradicional valenciana está de luto. Carmen Bueso, conocida por todos como Carmen “Flor”, ha fallecido dejando un vacío imposible de llenar en el corazón de las Fallas. Su nombre ha estado unido durante décadas a la elegancia, la excelencia artesanal y el profundo respeto por la tradición. Con su partida, València pierde a una de las figuras más queridas y relevantes del mundo fallero.

Aunque recientemente se había jubilado tras cerrar su tienda de la calle Conde Altea, su legado sigue vivo en cientos de trajes que continúan desfilando por la ciudad cada mes de marzo. Su marca, “Flor. Carmen Bueso”, fue sinónimo de calidad, estilo y cariño por los detalles.

De una paquetería de barrio a vestir a las falleras mayores de València

El germen de su trayectoria profesional nació en la Paquetería Flor, un pequeño comercio junto al Mercado de Colón gestionado por la familia de su esposo, Manuel Flor. En su acogedora esquina de Conde Salvatierra, Carmen comenzó haciendo composturas y arreglos, hasta que un día decidió ir más allá: empezó a confeccionar trajes a medida con un pequeño equipo en Benimàmet, mucho antes de que el concepto de “tienda de indumentaria fallera” estuviese consolidado.

Su trabajo pronto se hizo conocido entre clientas exigentes del Pla del Remei y la Gran Vía, y su habilidad con el hilo y la aguja la catapultó a lo más alto del sector.

El espolín «Soto» y un momento para la historia

Uno de los momentos más emblemáticos de su carrera llegó en 1999, cuando su sobrina, Lola Flor Bustos, fue proclamada fallera mayor de València del año 2000. Fue Carmen quien la vistió de arriba a abajo, confeccionando con su equipo en Benimàmet el histórico espolín “Soto” de color paja, tejido por Garín. Fue, además, el último traje de exaltación no entregado por el Ayuntamiento, en una época en la que las falleras mayores aún vestían trajes confeccionados por familiares o indumentaristas de confianza.

Ese momento marcó el paso de Carmen Bueso de modista a icono.

Lola Flor

El salto a su tienda en Conde Altea y una clientela de élite fallera

Con el nuevo milenio, Carmen decidió dar un paso más y abrir su propia tienda bajo su nombre: “Flor. Carmen Bueso”. Durante más de dos décadas, este espacio fue referente indiscutible en el sector de la indumentaria valenciana, por donde pasaron falleras mayores como Sara Martín, Lucía Gil, Gloria Martínez, Marta Reglero, Nela Ayora o Inmaculada Asensi, así como decenas de componentes de las cortes de honor.

Incluso fue pionera en diseñar los primeros justillos para la “dansà” en el año 2008, cuando esa prenda no era aún habitual.

La tradición familiar también continuó con las nuevas generaciones: su sobrina nieta, Lola López Flor, hija de la fallera mayor del año 2000, fue componentede la corte de honor infantil de 2024. Un legado que se ha transmitido con orgullo y pasión.

Una jubilación que no pudo disfrutar

En 2024, Carmen bajó la persiana de su tienda con la satisfacción del deber cumplido. Se retiraba para disfrutar de una merecida jubilación, traspasando el negocio y cerrando un capítulo brillante de su vida. Lamentablemente, su fallecimiento prematuro ha impedido que disfrute plenamente de esa nueva etapa.

GALERÍA| La espectacular indumentaria de los hijos de Lola Flor

Reconocimiento en vida: premio Joia del Gremio de Sastres y Modistas

En junio de 2023, Carmen Bueso recibió uno de los galardones más emotivos: el premio Joia del Gremio de Sastres y Modistas de la Comunitat Valenciana, en reconocimiento a una vida entera dedicada al arte textil.

“Nunca hubiera imaginado un final así a mi trayectoria profesional, rodeada de tanta gente que quiero, de personas maravillosas que me he encontrado a lo largo de este camino”, escribió entonces, visiblemente emocionada por el homenaje.

Un legado que se viste, no se olvida

A diferencia de otras disciplinas efímeras de la fiesta, como la pirotecnia o la creación de monumentos falleros, el arte de la indumentaria permanece. Los trajes de valenciana confeccionados por Carmen seguirán vivos en cada desfile, cada exaltación y cada “mascletà”, recordándonos que fue ella quien los hizo posibles.

Cada vez que uno de sus espolines salga del armario, alguien recordará: «Esto es un Flor».

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