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Salud y Bienestar

Obtienen el mapa genómico completo del SARS-CoV-2

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EFE/EPA/SASCHA STEINBACH/Archivo

Redacción Ciencia, 11 may (EFE).- Pocos meses después de declarase la pandemia de covid-19, al inicio de 2020, los científicos secuenciaron el genoma del virus, el SARS-CoV-2, pero aún seguían sin conocerse muchos genes codificadores de proteínas. Ahora, un estudio de genómica comparativa ha permitido generar el mapa genético más preciso y completo del virus.

Hecho por investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y publicado este martes en la revista Nature Communications, el estudio ha confirmado varios genes codificadores de proteínas y ha descubierto que otros -que se habían propuesto como genes- no codificaban ninguna proteína.

«Pudimos utilizar este potente enfoque de genómica comparativa de firmas evolutivas para descubrir el verdadero contenido funcional de codificación de proteínas de este genoma de enorme importancia», destaca Manolis Kellis, autor principal del estudio y profesor de ciencias de la computación del MIT, y miembro del Instituto Broad del MIT y Harvard.

En una segunda parte del estudio, el equipo de investigación también analizó cerca de 2.000 mutaciones que han surgido en el SARS-CoV-2 desde el inicio de la pandemia, lo que les permitió evaluar la importancia que pueden tener esas mutaciones y su capacidad para evadir el sistema inmunitario o volverse más infeccioso.

Se sabía que, con casi 30.000 bases de ARN, el genoma del SARS-CoV-2 tiene varias regiones que codifican genes de proteínas y otras de las que había sospechas pero no se habían clasificado definitivamente.

Para determinar qué partes del genoma del SARS-CoV-2 contiene realmente genes, los investigadores recurrieron a la genómica comparativa, y compararon el SARS-CoV-2 (que pertenece a un subgénero de virus llamado Sarbecovirus, que infecta a los murciélagos) con el SARS-CoV (que causó el brote de SARS de 2003) y 42 cepas de sarbecovirus de murciélagos.

Así, confirmaron seis genes codificadores de proteínas en el genoma del SARS-CoV-2, además de los cinco que están bien establecidos en todos los coronavirus.

También determinaron que la región que codifica un gen llamado ORF3a también codifica un gen adicional, el ORF3c, que tiene bases de ARN que se solapan con el ORF3a, pero que están en un marco de lectura diferente, algo raro en los genomas grandes, pero común en muchos virus y que, en el caso del SARS-CoV-2, aún no se sabe qué función tiene.

Los investigadores también demostraron que otras cinco regiones que se habían propuesto como posibles genes no codifican proteínas funcionales, y descartaron que queden otros por descubrir.

Además, los autores vieron que muchos trabajos anteriores utilizaban no sólo conjuntos de genes incorrectos, sino también, a veces, nombres contradictorios, por lo que, en un artículo paralelo publicado recientemente en la revista Virology, presentaron unas recomendaciones para nombrar los genes del SARS-CoV-2.

En el estudio, los investigadores también analizaron más de 1.800 mutaciones que han surgido en el SARS-CoV-2 y descubrieron que, en la mayoría de los casos, los genes que evolucionaban rápidamente antes de la pandemia han seguido haciéndolo, y los que tendían a evolucionar lentamente han mantenido esa tendencia.

Asimismo, analizaron las mutaciones que han surgido en variantes preocupantes, como la cepa británica, la de Brasil y la de Sudáfrica y observaron que muchas de las mutaciones que hacen que esas variantes sean más peligrosas se encuentran en la proteína de la espiga, que ayuda al virus a propagarse con rapidez y a evitar el sistema inmunitario.

Sin embargo, cada una de esas variantes tiene «más de 20 mutaciones más, y es importante saber cuáles de ellas pueden hacer algo y cuáles no», advierte Irwin Jungreis, autor principal del estudio e investigador del MIT.

Para los autores estos datos podrían ayudar a otros científicos a centrar su atención en las mutaciones que parecen tener efectos más significativos en la infectividad del virus.

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¿Sueles tener los pies fríos? Estas son las enfermedades que pueden estar detrás

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pies fríos causas
Análisis de pies - ULE - Archivo

VALÈNCIA, 11 Dic. (EUROPA PRESS) – El Ilustre Colegio Oficial de Podología de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) ha resaltado que problemas circulatorios, neuropatía periférica, enfermedad de Raynaud, hipotiroidismo o anemia son algunas enfermedades que pueden generar sensación de pies fríos, así como el tabaquismo. Estas son las causas.

La causa más común: problemas circulatorios

En primer lugar, la patología más común es tener problemas circulatorios. “Esta patología suele progresar de forma silenciosa con la edad y la insuficiencia venosa dificulta el retorno de la sangre al corazón. Las venas pierden elasticidad y tienen dificultades para hacer subir la sangre contra la gravedad. Este estancamiento venoso enfría progresivamente los pies y provoca sensación de pies fríos”, ha explicado el podólogo y miembro de la junta directiva del ICOPCV, Jorge Escoto.

La arteriosclerosis, el endurecimiento de las arterias, también reduce su capacidad para transportar sangre caliente a las extremidades. Para ayudar a evitar los pies fríos por problemas circulatorios, los podólogos recomiendan estimular la circulación con ejercicios sencillos como flexionar los dedos de los pies o rotar los tobillos.
Estos movimientos activan la bomba muscular y favorecen el retorno venoso, evitando el círculo vicioso de que cuanto más frío se siente, menos se mueve la persona, ralentizando aún más la circulación.
Junto a ello, es “importante” eliminar hábitos tóxicos como el tabaquismo, ya que fumar endurece, inflama y obstruye las arterias.

Enfermedad de Raynaud: ataques isquémicos transitorios

En segundo lugar, la enfermedad de Raynaud es otra patología que podría estar detrás de esta sintomatología. Se trata de un ataque isquémico transitorio, es decir, un periodo breve en el que se detiene el flujo de sangre hacia los pies por obstrucción de las arterias, generando sensación de frío en los miembros inferiores.

En quienes la padecen, la llegada del frío acentúa la enfermedad: los vasos sanguíneos se contraen, los pies pueden verse blanquecinos o azulados, y aparece entumecimiento. Para aliviar los síntomas, el ICOPCV aconseja realizar ejercicios, usar medias que favorezcan la circulación y reducir la nicotina en personas fumadoras.

También se recomienda evitar braseros y fuentes de calor directo, ya que los cambios bruscos de temperatura agravan la clínica. Es esencial apostar por calzado con buena capacidad de aislamiento térmico y calcetines de lana de merino durante el invierno.

Neuropatía periférica: pies fríos que no están fríos al tacto

Otra enfermedad que genera sensación de pies fríos es la neuropatía periférica, originada por daño en los nervios que detectan la temperatura.
“Es importante destacar que, en estos casos, los pies se sienten fríos, pero al tocarlos en realidad no lo están. Esto es muy común en personas diabéticas y, por ello, se deben extremar las precauciones”, ha explicado Escoto.

La neuropatía reduce la capacidad para percibir calor o frío reales, lo que incrementa el riesgo de quemaduras o congelaciones sin que la persona lo perciba. Por este motivo, se recomienda:

  • Revisar los pies regularmente.

  • Evitar braseros y fuentes de calor directo.

  • Optar por baños con agua tibia.

  • Realizar revisiones podológicas periódicas para controlar el estado de las uñas, el calzado y las ortesis plantares.

  • No caminar descalzo y examinar los pies a diario en busca de cortes, ampollas o enrojecimiento, usando un espejo o ayuda familiar de ser necesario.

Además, es fundamental secar correctamente los espacios interdigitales, hidratar la piel y realizar un masaje suave tras el lavado diario.

Hipotiroidismo y anemia: patologías sistémicas que también enfrían los pies

Por último, tener los pies fríos de forma constante puede ser consecuencia de hipotiroidismo o anemia.

En el hipotiroidismo, la glándula tiroides no produce suficientes hormonas T3 y T4, esenciales para controlar el metabolismo y la producción de calor en las células. Esto provoca frialdad y sequedad en los pies.

En la anemia, la deficiencia de hierro limita la oxigenación y la capacidad del cuerpo para generar calor, produciendo una circulación sanguínea deficiente.

Escoto subraya la importancia de que los podólogos formen parte de unidades multidisciplinares, ya que una consulta podológica puede detectar patologías sistémicas o, a la inversa, muchas enfermedades generales tienen manifestaciones en los pies que requieren atención especializada.

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