Cultura
Tesoros valencianos: San Vicente de Llíria
Publicado
hace 4 mesesen
«Creixerà i minvarà, però per a beure mai en faltarà» («crecerá y menguará, pero para beber nunca faltará»). Cuenta la tradición que San Vicente Ferrer, el 30 de agosto de 1410 al pronunciar estas palabras cerca de un olivo ubicado entre la ermita y la fuente, hizo brotar de nuevo el agua que estaba seca.
En señal de gratitud esta fuente natural lleva su nombre. Aquel tronco de olivo donde San Vicente Ferrer predicó y obró el milagro lo encontramos cercado próximo al manantial una vez cruzamos el puente.
San Vicente de Llíria
El Parque Municipal San Vicente de Llíria es un lugar especial, mágico en el que siglos antes ya los romanos habían erigido aquí un templo dedicado a las ninfas, las diosas del agua. Porque el agua es un elemento que está presente en todo momento en este paraje desde sus orígenes hasta nuestros días.
A tan solo una media hora desde el centro de València nos encontramos con esta joya natural, un oasis de naturaleza aislado de la civilización, ubicado en el término municipal de Llíria. El Parque Municipal San Vicente de Llíria es un pulmón verde en el que desconectar en un entorno único. Allí el agua es la gran protagonista, agua que emana de una serie de “ullals”, situados en el suelo del lago.
Ideal para pasar el día con amigos, en pareja, en familia o a solas, practicar deporte, jugar, caminar, recorrer su bosque en busca de buena sombra, centrarse en el sonido de la naturaleza y disfrutar de sus numerosos merenderos de un delicioso picnic. Sin duda, el plan perfecto para cargar las pilas el fin de semana.
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Rico en especies botánicas, caminar entre centenarios algarrobos, olivos, pinos, cipreses, eucaliptos, plátanos de sombra, olmos, chopos y sauces es todo un lujo que nos ofrece este rincón en el que viven animales, como ardillas que corretean por todos lados, palomas y una gran variedad de pájaros que anidan en sus ramas y copas.
En sus aguas cristalinas y sonoras habita una variada fauna acuática compuesta por peces, sobre todo carpas, y aves, así como patos de diferentes tipologías. Aguas llenas de vida y que dan vida regando y abasteciendo al pueblo y a la huerta de Llíria.

Foto: Hugo Román
Entre tanta vegetación y naturaleza se erige la ermita dedicada a San Vicente Ferrer, construida por los cristianos en el siglo XVIII.
Esta sencilla construcción cuenta con elementos barrocos y neoclásicos, distribuidos sobre planta rectangular y nave única. Su peculiar forma le confiere una personalidad especial y una belleza que resplandece en medio del paraje.

Sobre ese mismo suelo en época medieval hubo una ermita dedicada a la Mare de Déu de la Font. Según queda reflejado en un documento de 1758, en el año 1505 la Villa de Liria inicia las obras de la ermita de San Vicente. Y es en el año 1750 cuando se ordena el derribo de la vieja ermita para comenzar las obras en 1751 con la colocación de la primera piedra de la nueva ermita finalizando las obras en el año 1762, llegando hasta nuestros días como se muestra actualmente.
Sin duda el parque de San Vicente es un espacio mágico, lleno de energía, de historia, que durante siglos ha acogido a aquellos que buscaban un remanso de paz lleno de belleza. Todo un tesoro de la naturaleza.
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Alfonso Ussía, uno de los escritores y periodistas más influyentes de la prensa española de las últimas décadas, ha fallecido en Ruiloba, Cantabria, a los 77 años. Su muerte pone fin a una trayectoria marcada por el ingenio, la sátira y una fidelidad absoluta a sus lectores, especialmente en ABC, La Razón y en sus últimos años en El Debate, donde siguió publicando hasta el final de su vida.
Alfonso de Ussía y Muñoz-Seca nació en Madrid el 12 de febrero de 1948 y falleció en Ruiloba, Cantabria, el 5 de diciembre de 2025. Fue escritor, periodista y una de las firmas más reconocidas de la prensa española durante más de cinco décadas. Su estilo satírico, su defensa de la monarquía y su mirada crítica marcaron a generaciones de lectores.
Durante su vida profesional brilló especialmente en ABC y, en los últimos años, en El Debate, donde publicó diariamente hasta sus últimos días. También trabajó en radio, televisión, semanarios y colaboró con diferentes medios. Era autor de la exitosa serie del marqués de Sotoancho, ilustrada por su amigo Barca, con quince volúmenes publicados.
Estaba casado con Pili Hornedo Muguiro, con quien tuvo tres hijos y ocho nietos. Su familia fue decisiva tanto en su vida personal como en su forma de trabajar, especialmente en sus últimos años, cuando ya no podía escribir físicamente y dictaba sus textos.
Su compromiso con la escritura hasta el final
La escritura fue su motor vital. Cuando su salud se debilitó, continuó dictando artículos a su hija Isabel hasta quedarse sin voz. Tras recibir la extremaunción aún siguió escribiendo, convencido de que su columna diaria era su forma de mantenerse en contacto con sus lectores. El último día en que dictó un artículo fue el martes anterior a su fallecimiento.
Su fidelidad a El Debate fue absoluta desde el 1 de octubre de 2021, fecha del relanzamiento del diario. Su audiencia digital demostraba diariamente el enorme seguimiento que conservaba, incluso en los nuevos formatos periodísticos.
Raíces familiares e influencias
Alfonso Ussía nació en una familia con identidad marcada y un legado literario. Su padre era vasco, y de él heredó la lealtad absoluta a la Corona y una profunda admiración por don Juan de Borbón, rey de derecho. Siempre estuvo a su lado, aunque nunca fue cortesano ante don Juan Carlos o don Felipe.
De su madre heredó la brillantez literaria y el espíritu satírico de su abuelo, don Pedro Muñoz Seca, figura clave del teatro español y asesinado en Paracuellos en 1936. Este vínculo marcó profundamente su personalidad, su estilo y su sentido de la responsabilidad cultural.
Formación y primeros pasos
Estudió en los colegios del Pilar y Alameda de Osuna, instituciones que moldearon su carácter. Inició las carreras de Derecho y Periodismo, aunque no llegó a terminarlas porque su vocación real era ser escritor. Esa profesión no tenía titulación oficial, pero sí le permitió vivir holgadamente y convertirse en un referente nacional.
Sus primeros trabajos fueron en los diarios Informaciones, Diario 16 y Ya, hasta que llegó a ABC, donde consolidó la etapa más sólida y reconocida de su carrera.
Poesía satírica y provocación inteligente
Su talento satírico destacaba tanto en prosa como en poesía. Era provocador, versátil y conocedor de los límites según el contexto. Una anécdota habitual recuerda una conferencia en Santander sobre poesía satírica española. Antes de iniciarla, preguntó si podía incluir unos versos polémicos sobre el marqués de Villaverde. Finalmente decidió no hacerlo, atendiendo a la prudencia solicitada.
También vivió una intensa pasión por el deporte, especialmente el Real Madrid, para el que llegó a presentarse como candidato a presidente. Perdió por escaso margen frente a Ramón Mendoza, y más tarde se conocería el escándalo de votos de socios fallecidos. Su ironía resumió aquello con una frase memorable: menos mal, qué follón ser presidente del Madrid.
Estrella indiscutible de ABC
Ussía fue una de las principales estrellas de ABC durante años. Sin embargo, cuando el periódico pasó a ser propiedad del grupo Vocento, su situación profesional se volvió más incómoda. La presión de amenazas terroristas le obligó a pedir seguridad, y él defendía que debía ser el diario quien asumiera esa responsabilidad, en coherencia con el riesgo generado por lo publicado.
Una de sus columnas más polémicas, El cerdo vasco, provocó su salida definitiva del periódico. Tras valorar diferentes propuestas, se incorporó a La Razón, donde volvió a convertirse en figura destacada. En aquella etapa se crearon los Premios Alfonso Ussía, con cinco categorías: Estudiante del año, Héroe del año, Conservación de la naturaleza, Personaje del año y Trayectoria profesional. Tras su marcha, los premios fueron suprimidos.
Su salida estuvo motivada por su negativa a formar parte de un grupo mediático que integraba tanto La Sexta como La Razón bajo la misma propiedad. Esa decisión reafirmó su independencia, pero lo dejó sin grandes apoyos empresariales, limitando sus colaboraciones a pequeños proyectos con los que apenas podía vivir.
El retiro en Ruiloba y una vida nueva
Apoyado siempre por su mujer Pili Hornedo, enfermera jubilada y compañera absoluta, la pareja decidió vender su casa en Madrid y mudarse a su vivienda en Ruiloba, junto a Comillas, en Cantabria. Allí vivían desde hacía años durante los veranos y, con el tiempo, encontraron un refugio definitivo para vivir con serenidad.
Regreso a El Debate en homenaje a su abuelo
El 29 de julio de 2021 fue invitado a almorzar en el Real Club Marítimo de Santander, donde recibió la propuesta de incorporarse al nuevo proyecto de El Debate. Su entusiasmo fue inmediato. La conexión familiar era profunda: don Pedro Muñoz Seca había sido una firma histórica del diario antes de su asesinato.
Aceptó con la única condición de evitar críticas directas al Papa, a lo que accedió sin problema. Su incorporación fue un impulso para el diario y consolidó el relanzamiento de El Debate dentro del panorama digital.
Principios inquebrantables
Alfonso Ussía fue un hombre de principios muy claros: la defensa de la Corona, la identidad nacional, el respeto a las Fuerzas Armadas y una visión cultural conservadora. Su trayectoria fue reconocida con distinciones como la Gran Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco y la Cruz de Plata al Mérito de la Guardia Civil.
La última distinción y la despedida
A finales de agosto de 2025, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, viajó hasta su casa en Ruiloba para entregarle el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid en Literatura. Era un reconocimiento íntimo, humano y muy emotivo, en un momento en el que ya sufría rotura de cadera y cáncer avanzado.
El encuentro fue breve, pero profundamente significativo. Era evidente que se trataba de su última gran distinción pública.
Semanas después conversó por última vez con amigos. Su voz era débil, pero todavía conservaba humor. La anécdota final que lo alegró especialmente fue la confesión del actor Antonio Resines, quien lo reconoció gracias a su retrato en El Debate y afirmó leerlo cada día. Aquello le emocionó profundamente.
Su muerte deja un vacío inmenso en el periodismo español, en la sátira contemporánea y en la literatura humorística. Para quienes lo siguieron durante décadas, Alfonso Ussía fue una compañía diaria cargada de ingenio, libertad y estilo.
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