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Valencia

Soler ve «precipitada» e «imprudente» la tasa turística

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València, 19 oct (EFE/OP).- El conseller de Hacienda, Vicent Soler, considera «precipitado» hablar en estos momentos de la imposición de una tasa turística en la Comunitat Valenciana y ha advertido de que un tratamiento «uniforme» de esta medida sería «imprudente» y «contrario a los intereses del sector» turístico.

Soler ha hecho estas declaraciones a los periodistas antes de comparecer en la comisión de Economía de Les Corts, a petición del grupo parlamentario del PP, para informar sobre la postura del Consell en relación con la tasa turística, y ha dicho que la posición del Gobierno valenciano al respecto se ha concretado en la ley de acompañamiento de los Presupuestos de la Generalitat.

Ahora bien, ha precisado que aunque los presupuestos no incorporan esta figura tributaria es una medida de la que «habrá que hablar y hablamos» porque está implantada en otras regiones europeas.

Soler considera «precipitado» hablar en este momento de esta medida que «tiene más de política turística que recaudatoria» y que el sector turístico, el que más ha padecido la crisis, «no ve claro».

Ha argumentado asimismo que, a diferencia de otras comunidades autónomas, los modelos turísticos valencianos «son muy diversos», por lo que hablar en este momento de una figura tributaria de estas características «es inviable» y si se plantea tendría que tener una lectura «muy local, municipalista y diversa».

«Un tratamiento uniforme de este tema sería no solo imprudente sino además contrario a los intereses de un sector importantísimo para la Comunitat, que se está recuperando de un periodo enormemente dramático», ha insistido.

A juicio de Soler, un planteamiento «uniforme» de la medida para todo el territorio sería «absolutamente inadecuado, imprudente y atentatorio contra los intereses del sector», que a su juicio tendría que participar también en el debate.

Al respecto, la síndica adjunta de Compromís en Les Corts, Aitana Mas, ha manifestado, en declaraciones a los periodistas en los pasillos la Cámara, que el debate «no está en si tasa turística sí o no sino en cómo hacemos esa tasa turística».

Mas ha defendido que Compromís está dispuesto a abrir el debate «que viene aplazado de otros años» y cree que «este es uno de los años propicios para hablar y ver cuándo se puede implantar esta tasa y de qué manera hacerlo para que todo el mundo esté cómodo en esa opción» y pueda ser una realidad a finales de 2022 o principios de 2023.

Preguntada sobre si influirá en la aprobación de los presupuestos, ha contestado que el PSPV «ya ha dicho que no tiene inconveniente -de abordar la tasa- siempre y cuando miremos de qué manera y cómo, por lo que no contemplamos todavía esa opción» y el debate se trasladará a Les Corts.

Por su parte, la síndica de Unides Podem, Pilar Lima, ha manifestado al respecto que su formación espera que la tasa «sea una realidad» y se «pase de las palabras a los hechos para empezar a aplicarla lo antes posible» y recaudar fondos para otro tipo de inversiones como políticas de vivienda para los jóvenes o medioambientales.

El diputado popular Rubén Ibáñez ha lamentado la comparecencia del conseller de Hacienda, Vicent Soler, en la comisión de Economía para explicar la postura del Consell sobre la tasa turística, en lugar del vicepresidente segundo y conseller de Vivienda, Hector Illueca, como había solicitado su formación.

Ibáñez ha criticado que el Gobierno valenciano «tiene descentrada y descolocada a la ciudadanía con una inseguridad jurídica más que manifiesta, porque la parte comunista del Consell dice que sí a la tasa y la socialista dice que no lo saben» y lo que les une es «recaudar más recursos» ante el aumento del número de sus asesores.

La síndica de Ciudadanos, Ruth Merino, ha manifestado al respecto que su formación se opone a la subida de impuestos y más a la implantación de nuevos que además «gravan a un pilar fundamental de la economía valenciana como es el turístico» y espera que el PSPV «no se deje embaucar por estos cantos de sirena que no quieren el bien para el turismo de esta comunidad y se mantenga firme» contra esta medida.

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Cultura

Muere a los 47 años el valenciano Azuquita, creador del Rumbakalao e icono de la Ruta del Bacalao

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Azuquita
Azuquita-INSTAGRAM

El mundo de la música en España llora la pérdida de Pedro Bermúdez, conocido artísticamente como Azuquita, fallecido a los 47 años en Palma de Mallorca, ciudad en la que residía en los últimos años. La noticia fue confirmada por la prensa balear en la mañana del sábado 6 de septiembre de 2025 y rápidamente se difundió entre seguidores y compañeros de profesión.

Azuquita deja tras de sí un legado musical muy singular, marcado por la creación del Rumbakalao, un estilo híbrido que en los años 90 unió la rumba con los sonidos electrónicos de la mítica Ruta del Bacalao. Con esta fusión, el artista valenciano alcanzó una gran popularidad y se convirtió en uno de los nombres propios de aquella época.

El origen del Rumbakalao: la rumba se cruza con la Ruta del Bacalao

En plena efervescencia de la Ruta del Bacalao, un movimiento musical y cultural que marcó la Comunitat Valenciana y se extendió por toda España en los 80 y 90, surgió la figura de Azuquita. Mientras los clubes de Valencia y alrededores vibraban con el techno, el dance y el house, él apostó por un camino alternativo: versionar los grandes éxitos de la música de discoteca desde un prisma rumbero.

Ese experimento dio lugar al Rumbakalao, un género propio que unía el ritmo festivo y cercano de la rumba con la energía electrónica que dominaba las pistas de baile. Fue en 1993, con apenas 17 años, cuando Azuquita saltó a la fama al versionar “Así me gusta a mí” de Chimo Bayo, uno de los himnos indiscutibles de la Ruta. Su propuesta sorprendió y conectó con un público que buscaba nuevas formas de vivir la música.

Azuquita, un artista que rompió moldes en los 90

Con su estilo desenfadado, su humor característico y una personalidad cercana, Azuquita logró hacerse un hueco en la escena musical de los 90. Sus versiones convertían los éxitos electrónicos en temas que podían sonar tanto en una discoteca como en una verbena popular, lo que ampliaba enormemente su público.

Durante esa década lanzó tres discos:

  • Rumbakalao (1994)

  • Escucha que te digo (1995)

  • Sinelo Kalo (1997)

Cada uno de estos álbumes reforzaba su propuesta musical y consolidaba su imagen de artista rompedor. Su voz y su particular manera de interpretar canciones lo convirtieron en un referente de un estilo único que, aunque surgido en un contexto muy concreto, sigue siendo recordado por quienes vivieron aquella época.

La Ruta del Bacalao: un fenómeno cultural más allá de la música

Para entender la relevancia de Azuquita, es necesario recordar lo que supuso la Ruta del Bacalao. Más que un movimiento musical, fue una auténtica revolución cultural en la Comunitat Valenciana que tuvo su epicentro en discotecas míticas como Barraca, Spook, Puzzle o ACTV. Allí sonaban sesiones maratonianas de música electrónica que marcaron a toda una generación.

En ese ambiente dominado por el techno y el dance, irrumpió Azuquita con un toque inesperado: fusionar ese sonido de club con la rumba valenciana. Su propuesta, lejos de pasar desapercibida, ofreció un soplo de aire fresco y demostró que la Ruta también podía reinterpretarse desde otros estilos.

El Rumbakalao se convirtió así en un símbolo paralelo al fenómeno de la Ruta, con un aire más desenfadado y popular, que lo acercaba tanto a la cultura de la calle como a la de las discotecas.

Colaboraciones y proyección internacional

Aunque su época dorada estuvo en los 90, Azuquita no se quedó anclado en el pasado. Ya en los 2000, participó en proyectos que le llevaron más allá de España. Una de las colaboraciones más destacadas fue con el alemán Matthias Reim, lo que le permitió acercarse al público centroeuropeo.

Su versatilidad musical y su capacidad para adaptarse a diferentes estilos lo convirtieron en un artista querido dentro y fuera de la Comunitat Valenciana.

Azuquita y Los Rumba Kings: su etapa más reciente

En los últimos años, Azuquita formaba parte de Los Rumba Kings, un grupo que mantenía vivo el espíritu de la rumba española y con el que continuaba actuando en fiestas, conciertos y festivales. Desde Mallorca, su lugar de residencia, seguía compartiendo música y demostrando que su pasión por el escenario permanecía intacta.

Para sus seguidores, cada actuación era un viaje en el tiempo que recordaba la frescura de los años 90 y la época dorada del Rumbakalao.

El legado de Azuquita en la memoria musical valenciana

La muerte de Azuquita supone un golpe para quienes vivieron la Ruta del Bacalao y para los amantes de la música fusión en España. Su aportación fue única: logró unir dos mundos aparentemente opuestos, la rumba y la música electrónica, en un género propio que hoy sigue siendo recordado como una seña de identidad de los 90.

Además de su música, queda en el recuerdo su carácter alegre y su humor, que transmitía tanto en entrevistas como sobre el escenario. Su figura forma parte de la memoria colectiva de una generación que bailó sus versiones en discotecas, verbenas y fiestas populares.

La Ruta del Bacalao como patrimonio cultural

Hoy, con el paso del tiempo, la Ruta del Bacalao se reivindica como un fenómeno cultural que fue mucho más que ocio nocturno. Supuso un laboratorio musical, artístico y social que influyó en la música electrónica en España y dejó huella en generaciones posteriores.

En este contexto, artistas como Azuquita ayudaron a ampliar las fronteras de lo que podía ser la Ruta, demostrando que la innovación también cabía dentro de un movimiento ya de por sí experimental.

Un adiós con sabor a nostalgia

El fallecimiento de Azuquita a los 47 años deja un vacío en la música valenciana y en la historia reciente de la cultura popular española. Sus discos, sus versiones rumberas de clásicos de la Ruta del Bacalao y su papel en Los Rumba Kings forman parte de un legado que seguirá vivo en la memoria de sus seguidores.

En un momento en que se recupera la memoria de la Ruta y se organizan homenajes a aquel movimiento, la figura de Azuquita resurge como la de un artista que se atrevió a mezclar mundos y consiguió crear algo nuevo. Su Rumbakalao siempre será recordado como un sonido propio de los 90, un símbolo de una época irrepetible.

 

 

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