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Salud y Bienestar

Un estudio valenciano abre camino a nuevos tratamientos personalizados del cáncer infantil más frecuente

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VALÈNCIA, 14 May. (EUROPA PRESS) –

Un estudio de la doctora Rosa Noguera Salvá, del Grupo de Investigación Translacional de Tumores Sólidos Pediátricos de Incliva, podría abrir paso a nuevos tratamientos personalizados para el neuroblastoma, el tipo de cáncer infantil más frecuente.

Los trabajos de la investigación ‘1p36 deletion results in a decrease in glycosaminoglycans which is associated with aggressiveness in neuroblastic tumors’, han sido publicados en la revista ‘Histology and Histopathology’. El estudio se centra en los glucosaminoglucanos, un tipo de azúcares que se encuentran en la matriz extracelular y cuya presencia es más baja en los tumores con peor pronóstico, según ha informado el Incliva en un comunicado.

Los datos obtenidos por la doctora Noguera permiten plantear nuevos tratamientos para algunos neuroblastomas agresivos consistentes en «equilibrar» la presencia de este componente a través de la inducción de su síntesis por nanotecnología o restaurando el gen B3GALT6, vinculado a su producción.

Como ocurre con la gran mayoría de los tumores pediátricos, los neuroblastomas son considerados tumores del desarrollo. Sólo aparecen en la infancia, siendo los tumores sólidos más frecuentes en el primer año de vida y los terceros más comunes en época infantil. En el caso de los adultos, prácticamente no existen.

Los neuroblastomas están provocados por alteraciones genéticas en las células cuando se dividen activa y continuamente para formar los órganos, en este caso concreto, el sistema nervioso simpático. Se trata de un tipo de tumor «en el que no influyen factores exógenos o, dicho de otra forma, que no podemos prevenir», ha detallado. Por lo tanto, todas las investigaciones buscan mejorar los tratamientos y terapias para los pacientes.

Puesto que se trata de un tipo de tumores muy amplios, la personalización «es clave para poder luchar contra la enfermedad, sobre todo en los casos más agresivos». «El diagnóstico del neuroblastoma está bastante estandarizado. Actualmente tenemos muchos parámetros y variables y, en cuanto un niño es diagnosticado, oncólogos, radiólogos, patólogos y genetistas hacemos una estratificación pre-tratamiento», ha explicado.

En pacientes con bajo riesgo, las terapias actuales «funcionan bien y estamos teniendo buenos resultados, con tasas de supervivencia altas. Avances como los de este estudio se orientan a casos de alto riesgo (HR), con tumores de agresividad extrema o metástasis. En este caso concreto, hemos detectado que en los neuroblastomas más agresivos los glucosaminoglucanos son escasos y eso nos da pie a buscar terapias basadas en su aumento», señala la experta.

Hasta ahora no se daba demasiada importancia al espacio y componentes que había entre las células. Sin embargo, existen evidencias de que este entorno «está íntimamente relacionado con su matriz nuclear y citoplásmica». «La tendencia era pensar que los cambios genéticos que ocurren en la matriz del núcleo y los cambios de expresión y de genotipo en el citoplasma eran los que nos iban a marcar nuevas dianas terapéuticas. Sin embargo, cada vez está más claro que lo que hay entre medio de las células, lo que llamamos matriz extracelular tiene mucho que ver con las propias características y agresividad de la célula», ha descrito Noguera.

Estas características modifican la matriz citoplásmica «estableciendo una relación indivisible e íntima entre espacio intracelular y extracelular». En la matriz extracelular hay múltiples elementos y entre ellos están los glucosaminoglucanos, el tipo de azúcares analizados que cuando disminuyen existe una mayor agresividad en el tumor.

ANALIZADO EN OTROS TUMORES
El estudio de los glucosaminoglucanos se había realizado en otros tumores, como por ejemplo el melanoma, aunque es la primera vez que se utiliza en el neuroblastoma. «En esta investigación hemos definido el patrón o la cantidad de este azúcar en tumores neuroblásticos agresivos y no agresivos, y hemos visto que en los segundos hay un aumento de esta sustancia», ha detallado.

Para realizar este patrón se ha utilizado el análisis de imagen digital microscópica y cuantificado elementos de la matriz extracelular. «Gracias a estos patrones se puede intentar reproducir el patrón poco agresivo en tumores con mayor agresividad. Si no podemos eliminar el cáncer totalmente, podemos convertirlo en una enfermedad crónica intentando que el tejido celular de los tumores más graves se asemejen al de los tumores menos agresivos para que el paciente responda de manera positiva a la terapia», concluye la doctora.

Los descubrimientos de la especialista no se aplican únicamente al tratamiento del neuroblastoma. «Desde INCLIVA investigamos otros tumores sólidos pediátricos. El neuroblastoma es uno de los que más estudiamos porque su frecuencia es mayor, aunque todos los tumores pediátricos son raros. El objetivo de estos estudios es conocer mejor los elementos de la matriz extracelular comparándolos con tumores de adultos y buscar similitudes que nos permitan encontrar nuevas dianas y personalizar los tratamientos», ha subrayado.

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¿Qué pasa cuando te comes un yogur caducado?

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¿Qué pasa cuando te comes un yogur caducado?
¿Qué pasa cuando te comes un yogur caducado?-FREEPIK

El yogur es un alimento fermentado que tiene una vida útil relativamente larga debido a la presencia de bacterias beneficiosas. Sin embargo, consumir yogur más allá de su fecha de caducidad puede tener consecuencias para la salud que es importante considerar.

Riesgos de salud

Consumir yogur caducado puede llevar a una serie de problemas gastrointestinales debido al crecimiento de bacterias nocivas como Staphylococcus, Salmonella y Listeria. Estos patógenos pueden causar síntomas de intoxicación alimentaria que van desde náuseas y vómitos hasta diarrea y dolor abdominal. En casos severos, puede provocar deshidratación y fiebre​.

Señales de deterioro

Antes de decidir consumir un yogur caducado, es crucial verificar signos de deterioro. El yogur que ha pasado su mejor momento puede desarrollar un olor agrio, texturas inusuales como grumos o separación de líquidos, y en casos extremos, moho visible. Si detectas cualquiera de estos signos, es mejor desechar el producto para evitar riesgos de salud​​.

Consejos para evitar el consumo de yogur caducado

  1. Almacenamiento adecuado: Guarda el yogur en el refrigerador a una temperatura de 4°C o menos para prevenir el crecimiento de bacterias. Evita almacenar yogur en la puerta del refrigerador, ya que esta es la zona más cálida​.
  2. Consumo oportuno: Intenta consumir el yogur dentro de la fecha de «mejor antes» indicada en el envase. Si tienes dudas sobre su frescura, es mejor no arriesgarse y descartarlo​​.
  3. Verificación de integridad del envase: Asegúrate de que el envase no esté dañado, ya que esto podría haber comprometido la seguridad del producto.

Alternativas seguras

Si tienes yogur caducado que parece todavía comestible, una opción segura puede ser usarlo en la cocina, como en recetas que requieran cocción, ya que el calor puede destruir las bacterias potencialmente dañinas. También puedes usarlo para aplicaciones tópicas, como mascarillas faciales, siempre que no presente moho ni mal olor​​.

En resumen, mientras que algunos yogures pueden ser seguros para consumir poco después de la fecha de caducidad si no muestran signos de deterioro, siempre es mejor prevenir que lamentar. Los riesgos de intoxicación alimentaria pueden ser serios, especialmente para personas vulnerables como niños pequeños, ancianos y mujeres embarazadas.

Qué alimentos se pueden comer caducados

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