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Fallas

VÍDEO| Las fallas infantiles sucumben al fuego entre lágrimas de los más pequeños

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València, 5 sep (EFE).- Hacía 901 días que los falleros y las falleras más pequeños no lloraban al arder sus fallas, las infantiles, en una «cremà» y este domingo, por fin, han dado rienda suelta a sus emociones mientras veían cómo la ternura, el humor, los miedos y los sueños de sus monumentos se reducían a cenizas.

Las cerca de 380 fallas infantiles permanecían guardadas en almacenes y naves desde el 10 de marzo de 2020, cuando la Generalitat suspendió las Fallas -casi todas ya estaban en las calles, a punto de la «plantà»- por el avance de la pandemia de coronavirus, hasta que a mediados del pasado mes de agosto salieron de nuevo a la luz para volverse a plantar ante la emoción renovada de la infancia fallera.

Este año, a causa del toque de queda en València dentro de las restricciones por la pandemia (de 1 a 6 de la mañana), la cremà de las Fallas se ha adelantado dos horas, con lo que el ritual del fuego de los monumentos infantiles repartidos por toda la ciudad ha comenzado a las ocho de la tarde, aún con luz diurna, ante miles de falleros y vecinos y en un ambiente plenamente veraniego.

Como curiosidad -otra más de estas atípicas Fallas-, algunas de las falleras mayores infantiles de cada comisión han crecido tanto desde que fueron elegidas para el cargo, en otoño de 2019 -sus reinados fueron prorrogados con la pandemia-, que ahora ya son adolescentes, como algunos presidentes infantiles de falla, que han cambiado hasta la voz. A todos les llega ahora el fin de su mandato.

Media hora más tarde ha sido el turno de la falla ganadora de este año, Convento Jerusalén-Matemático Marzal (que ha hecho doblete al coronarse también entre las «grandes»), el monumento titulado «Germans» (hermanos) del artista José Gallego Gallego que, con un presupuesto de 40.000 euros y de 3 metros de alto por 3 de base, quería transmitir a los más pequeños la importancia de la fraternidad y la familia a través de muchas manos para estar siempre unidos.

Y a las nueve ha comenzado a arder la falla municipal infantil -que, como la grande, no entra en competición con el resto-, una de las más visitadas y fotografiadas este año gracias al trabajo que han llevado a cabo los artistas José Luis Ceballos y Francisco Sanabria con el lema «Saps qui sóc?» (¿sabes quién soy?), homenaje a grandes personajes de la historia de la ciudad.

Desde Sorolla a Jaime I y de Berlanga a Isabel de Villena, pasando por «Tip», Carmen Alborch, Calatrava o Amparo Iturbi, los ninots se han ido reduciendo a cenizas -ya de noche- ante la llorosa mirada de la fallera mayor infantil, Carla García, y su corte de honor, acompañados por el alcalde, Joan Ribó, y el concejal de Fiestas y presidente de la Junta Central Fallera, Carlos Galiana.

Fotos: Antonio Cortés

La falla municipal infantil se ha prendido gracias a un murciélago (un «rat penat» en valenciano) de paja y cáscara de arroz fabricado en 3D en la Universitat Politècnica de València y bautizado como “Foc Penat”, el último de los resultados del equipo de la UPV que trabaja para conseguir nuevos materiales con los que construir monumentos falleros más ecológicos y respetuosos con el medio ambiente.

Ahora llega el turno de las fallas «grandes», que desde las diez de la noche empiezan a arder y a las once será el colofón con la «cremà» de la meditadora de la falla municipal, el gran icono de las atípicas Fallas de la pandemia que este septiembre cierran su ciclo para dar paso a las fiestas, según esperan y desean todos los sectores e instituciones, de marzo de 2022.

Carlos Bazarra

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Fallas

Homenaje al artista fallero Manuel Algarra en el corazón del barrio que vio crecer su arte

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homenaje artista fallero Algarra,
Fotos: TONI CORTÉS

VALÈNCIA, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, ha participado este sábado en el homenaje al artista fallero Manuel Algarra, fallecido en 2022, en un emotivo acto en el que se ha descubierto una placa en su memoria en la confluencia de las calles donde el creador alcanzó algunos de sus mayores éxitos. El acto ha reunido a su familia y a las comisiones Almirante Cadarso-Conde Altea y Maestro Gozalbo-Conde Altea, dos demarcaciones fundamentales en la carrera del artista y en las que dejó monumentos que hoy forman parte de la historia reciente de las Fallas.

La alcaldesa ha destacado la amplia trayectoria profesional de Manuel Algarra y ha subrayado el «respeto que se ganó de todo el gremio y el amor que desprendió de su trabajo y que iluminó nuestra fiesta más querida».

«Gracias por haber demostrado que la grandeza no se mide sólo en premios, sino en la huella que un artista deja. Y la huella de Manolo Algarra es profunda, luminosa y eterna», ha subrayado la alcaldesa, según ha informado el consistorio en un comunicado.

Un homenaje para un referente imprescindible del arte fallero

El acto ha simbolizado no solo el reconocimiento institucional, sino también el cariño del mundo fallero hacia uno de los artistas más queridos y admirados. La ubicación de la placa —en un enclave que tantas veces recorrió mientras supervisaba sus monumentos— convierte este punto de la ciudad en un nuevo espacio de memoria fallera, donde vecinos, falleros y visitantes podrán recordar su contribución a la fiesta.

Manuel Algarra fue uno de los artistas falleros con mayor proyección de las últimas décadas, autor de monumentos que se caracterizaban por la precisión técnica, el cuidado por la composición y una sensibilidad artística capaz de combinar sátira, belleza y narrativa visual. Los monumentos que firmó en secciones tan exigentes como la Especial lo consolidaron como un creador único, cuya evolución marcó un antes y un después en la estética fallera contemporánea.

Fotos: TONI CORTÉS

Un legado que sigue vivo en cada falla plantada

Durante el homenaje, familiares, amigos y representantes del sector han recordado su carácter humano, su capacidad de liderazgo en el taller y la pasión con la que afrontaba cada proyecto. Algarra no solo fue un artista premiado, sino un profesional respetado por varias generaciones de artesanos, que lo consideran un referente en técnica, creatividad y entrega.

El acto de este sábado se suma a las numerosas muestras de cariño recibidas desde su fallecimiento en 2022, y simboliza la voluntad de la ciudad de preservar su legado para las nuevas generaciones. Para muchos, Manuel Algarra no solo deja grandes fallas, sino una forma de entender el oficio basada en la humildad, el esfuerzo y el amor por la fiesta.

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