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Así será la ‘Mascletà Taronja’ que conmemorará el centenario del Valencia CF

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València.- En Fallas pasan cosas especiales. Por ejemplo, el 18 de marzo de 1919 cuatro falleros reunidos en un bar decidieron fundar un equipo de fútbol, el Valencia CF. Y un siglo después, el 18 de marzo de 2019, Amstel presenta ‘Amstel Mascletà Taronja’, un espectáculo pirotécnico -también especial- para reconocer los 100 años de trayectoria del equipo.

Como patrocinador del Valencia CF y de todas las mascletaes que se disparan en la Plaza del Ayuntamiento durante las Fallas, Amstel ha creado un homenaje pirotécnico al club. Es la ‘Amstel Mascletà Taronja’, diseñada en colaboración con José Manuel Crespo, maestro de Pirotécnica Valenciana.

Amstel, con el deporte y las fiestas valencianas

Amstel patrocina al Valencia CF dentro de su línea de apoyo al deporte valenciano, que se extiende al Levante UD.

Un compromiso que también mantiene con las fiestas valencianas. Desde hace más de 30 años, Amstel trabaja impulsando las Fallas, colaborando con las instituciones, patrocinando a JCF y grandes citas dentro del programa oficial de festejos, como todas las maslcetaes de la Plaza del Ayuntamiento.

Pero también crea iniciativas propias, que enriquecen las celebraciones, como el evento pirotécnico ‘Amstel Nit de Les Falles’, que el 23 de febrero hizo estremecer La Marina. O los Premi Amstel ‘Unes Falles de Categoria’, que ya van por su segunda edición. Estos galardones complementan los de la Junta Central Fallera (JCF) y se dedican a reconocer que las 382 fallas valencianas son especiales, poniendo en valor y visibilizando las historias de esfuerzo y pasión por estas tradiciones que se pueden encontrar en todos los casales valencianos.

Este vínculo con València se debe a que su historia en común arranca en los años 50, en la fábrica de El Águila instalada en El Cabanyal. En 1975 se trasladaron a Quart de Poblet y hoy día son la única gran cervecera con una fábrica en funcionamiento dentro de la Comunidad Valenciana, generando 300 empleos directos y unos 12.000 indirectos.

Sus instalaciones tienen 230.000 metros cuadrados, en los que cada año se elabora el equivalente a 1.000 millones de cañas de marcas como, entre otras, Amstel Oro, tostada con tres golpes de fuego, que encabeza el apoyo a las Fallas este año. O Amstel Original, cuya receta tiene origen valenciano porque ha sido creada por el maestro cervecero de la fábrica de Quart de Poblet, Rafael Sánchez.

Cerca de 75 años de arraigo en la región que explican el compromiso de Amstel con elementos destacados de la vida de la ciudad como son el Valencia CF y las Fallas.

Una mascletà con «corazón Ché»

José Manuel Crespo es un gran aficionado del Valencia CF y ya tuvo la oportunidad de disparar otra mascletà especial para celebrar el 90 centenario del equipo. Pero, sabiendo que el centenario es una ocasión mucho más señalada, ha recibido el proyecto de Amstel con mucho entusiasmo. “Muchos de los trabajadores de la pirotecnia son seguidores del club, hasta yo soy afiliado. Ha sido como un regalo poder participar en este reconocimiento”, afirma el maestro pirotécnico sobre ‘Amstel Mascletà Taronja’.

Con varios guiños al equipo, este espectáculo incluye innovadores efectos sonoros y visuales para un disparo de 6 minutos y medio, con cerca de 300 kilos de material pirotécnico. “No queremos desvelar demasiado para que la gente se acerque a verlo el lunes y se sorprenda con lo que hemos preparado”, comenta Crespo.

La iniciativa forma parte del programa oficial de actividades con las que se festejan los 100 años de vida del equipo, cuya trayectoria deportiva incluye una veintena de títulos y de la que forman futbolistas como Arias, Kempes, Ayala, Carboni, Mendieta o Albelda, entre otros muchos. Precisamente, todos ellos estarán representados en este disparo, cuyos truenos llevarán los nombres de los jugadores icónicos del equipo Ché.

A las 9:15h empiezan las actividades del centenario con una marcha que arranca de Mestalla y se dirige al lugar donde se situaba el Bar Torino, donde nació el club, para rendir homenaje a sus fundadores a las 10:30h. A las 14h la Plaza del Ayuntamiento se convertirá en epicentro de las celebraciones con la ‘Amstel Mascletà Taronja’, abierta al disfrute de todos los valencianos y valencianistas.

Después, la jornada seguirá con una ofrenda floral a la patrona de la ciudad y una paella gigante a partir de las 15h en los exteriores del estadio del Valencia CF.

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Javi Guerra, 27-04-2023: radiografía de un gol que cambió el rumbo del Valencia

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Javi Guerra
La piña de compañeros, segundos después de haber marcado su celebrado tanto. EFE/ Kai Försterling/ARCHIVO

Nacho Herrero

València, 26 abr (OFFICIAL PRESS- EFE).- A las 21.25 del jueves 27 de abril de 2023, este sábado hace un año, Javi Guerra hizo estallar Mestalla con un gol en el descuento ante el Valladolid que sacó al Valencia del descenso y que en el imaginario colectivo del club ha quedado como punto de inflexión hacia una agónica salvación.

Cuando aquella tarde el autobús de la plantilla llegó a Mestalla sobre las 17.30, dos horas antes del choque de la jornada 31, le recibieron cientos de seguidores en la Avenida de Suecia, muchos de ellos jóvenes dada a hora.

Guerra, que tenía 19 años y cumplió 20 dieciséis días después, tenía sus cosas preparadas en el vestuario entre las de Alberto Marí y Jaume Doménech. No era una taquilla personalizada con su foto porque entonces tenía ficha del filial.

De hecho, llegaba con un escueto bagaje de 68 minutos en Primera que había conseguido en los anteriores once días y que se dividía entre los 18 en la derrota por 0-2 ante el Sevilla, incluidos ocho de descuento, y los 50, con cinco de prolongación y mucho más felices, del domingo anterior en Elche, donde hubo un desplazamiento masivo de aficionados.

Pese al 0-2 del Martínez Valero, el Valencia era decimoctavo, antepenúltimo, con 30 puntos, los mismos que el Almería, que era cuarto por la cola y que el día antes había aumentado la presión sobre los de Rubén Baraja al ganar en Getafe.

Aquella tarde, la angustia se disparó en Mestalla entre las 19.35 y las 20.43. Fueron casi setenta minutos en los que se asomó al abismo del descenso. A los seis de empezar el partido, un error de Mouctar Diakhaby en un control permitió a Cyle Larin adelantar al Valladolid. Cuarenta minutos después, Javi Puado marcó para el Espanyol en Vila-real. El equipo ‘perico’, que tenía 28 puntos, estuvo virtualmente durante media hora, con 31 y dejaba al Valencia penúltimo.

Antes de las 21 horas, la historia empezó a cambiar en los dos escenarios. Entre las 20.44 y las 20.54, Étienne Capoue y Dani Parejo le dieron la vuelta al marcador en La Cerámica. Sobre las 20.52 Mestalla había vivido su primera explosión de júbilo. Diakhaby remató un córner de cabeza sin aparente peligro pero el portero Jordi Masip, en otro error mayúsculo, pensó que iba fuera y dejó pasar el balón a su red.

Guerra lo vio desde el banquillo y saltó como un resorte. Se abrazó a Cenk Özkacar y a Marí, al que tenía a su izquierda en el banquillo tras haber salido a calentar su primer ‘vecino’, Diego López. En el asiento de la derecha tenía a Cristhian Mosquera.

Ese día acudieron a Mestalla 42.217 espectadores y un invitado: Kily González. El argentino había jugao su último partido oficial en Mestalla veinte años antes, cuando Guerra acababa de nacer. En verdad, los 27 de abril ya se veneraban en Mestalla antes del gol de Guerra y en parte era por él.

Aquel día pero en 2002, el Valencia recibió al Espanyol en la jornada 36. El equipo perico se adelantó, Amadeo Carboni fue expulsado y el sueño del título se esfumaba. Rafa Benítez dio entrada al Kily en el 66 y en el 78 el Valencia había enloquecido Mestalla con una remontada con dos asistencias suyas a Baraja. Ocho días después, el club conquistó la Liga tras más de treinta años de sequía.

De nuevo en 2023, pese a que el Espanyol ya perdía en Vila-real y el Valencia había recuperado un punto, el empate era poco consuelo. Se quedaba con 31 puntos, empatado con el Getafe en la frontera del descenso y ni eso parecía seguro. El Valladolid, inmerso también en la batalla por la permanencia, buscaba el triunfo e Iván Fresnada estrelló en el larguero el 1-2.

En el minuto 83, Baraja hizo entrar a Diego López y a Ilaix Moriba. En ese momento mandó a Guerra a calentar, al parecer, más por precaución que por otra cosa, porque la activación previa suele ser mucho más larga. Pero André Almeida estaba muy fatigado.

Guerra no estuvo en la banda ni cuatro minutos e incluso su calentamiento ‘exprés’ fue algo más largo porque Baraja le tuvo que llamar dos veces. Cuando el reloj marcaba 86 minutos y 57 segundos, su primera señal para que regresara y saliera confundió al jugador. Veinticinco segundos después, contrariado, tuvo que repetir la llamada para poder sustituir al luso.

El joven llegó a la carrera y se puso la camiseta que ahora guarda en su casa de Gilet y que colgaba de su silla con el número 36, el que se le asignó en pretemporada. No fue Baraja, con el que apenas intercambió un par de palabras, sino su ayudante, Toni Seligrat, quien le dio indicaciones.

Finalmente, entró en el minuto 88 y 35 segundos y participó en tres acciones antes de la jugada decisiva. En ella, frenó un contragolpe pucelano al interceptar un pase de Robert Kennedy y soltó a Ilaix un balón que pasó por Diego López y de nuevo por Moriba antes de regresar a sus pies.

Controló la pelota con el izquierdo y con el primer toque con el derecho dejó atrás a Óscar Plano; con el segundo y el tercero avanzó y retomó la zurda para disparar desde la cruceta de la línea del área con su corona. Su trallazo cruzado pasó juntó a Joaquín Fernández y entró por el palo más alejado de Masip. Era el minuto 92 y 9 segundos y llevaba apenas 214 segundos en el campo.

Como veintiún años antes hiciera Baraja tras marcar contra el Espanyol en esa misma portería del fondo norte, Guerra abrió los brazos cuando vio la pelota en la red. Como le pasó al vallisoletano, la inercia de la diagonal que había trazado le llevó al córner más cercano a la tribuna. Ambos goles comparten lugar de celebración y piña colectiva.

Guerra, algo incrédulo, se giró a mitad de su carrera. El primero que le alcanzó fue el capitán José Luis Gayà pero pronto llegaron otros, incluso el portero Giorgi Mamardashvili, que se recorrió todo el campo. Mestalla había explotado y los vídeos y las fotografías muestran euforia, liberación y algún torrente de lágrimas incontrolable.

Sobre la bocina del minuto 95, sin añadir más de los cinco minutos previstos, José Luis Munuera Montero, señaló el final. Sus tres pitidos pillaron a Guerra en el medio campo y Toni Lato y Hugo Duro se lanzaron a abrazarle. De ahí fueron todos al fondo sur a agradecer el apoyo de la Grada de Animación.

Fue entonces cuando se le avisó de que era el elegido para la ‘Flash Interview’ de la televisión con derechos. “Me la ha dado Ilaix y tampoco veía un pase claro. He amagado, me he ido del defensor que tenía y me dio por tirar”, explicaba.

Esa temporada Guerra había acumulado 2164 minutos en Primera RFEF con un único gol, ante el Espanyol B. Tampoco había visto puerta ante el Sevilla y el Elche ni, al parecer, apenas en Paterna. “Javi Guerra no ha metido un gol en un entrenamiento, os lo juro”, escribió jocoso esa noche Hugo Duro en las redes sociales.

Antes de retirarse al vestuario, Guerra abrazó a sus padres y a su abuelo que le esperaban en la grada más cercana al túnel. Con el anciano empezó a jugar al fútbol en el jardín de una urbanización de Canet entre dos árboles, y era él quien le llevaba en tren a Vila-real, puesto que se formó en la cantera ‘grogueta’ hasta 2019.

Tras un nuevo estallido de alegría en el vestuario, regresó al césped. Era de los que menos había jugado y tuvo que hacer el ‘compensatorio’, un suave entrenamiento, ya con las gradas vacías.

Baraja había llegado a la sala de prensa y desde allí le recomendó que apagara el móvil, se fuera a casa y le diera un abrazo a sus padres. No le hizo caso y salió a cenar con sus amigos, que le esperaban en la Avenida de Suecia, donde cinco horas antes había comenzado todo.

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