Salud y Bienestar
Alexitimia: qué es, síntomas y posible tratamiento

Publicado
hace 3 mesesen
¿Alguna vez te has sentido desconectado de tus emociones o has tenido dificultades para expresar lo que sientes? La alexitimia es un término que quizás no hayas escuchado antes, pero puede tener un impacto significativo en la forma en la que experimentamos y comprendemos nuestras emociones. En este artículo, exploraremos en profundidad la alexitimia, su significado, causas, consecuencias y cómo puede afectar incluso a nuestra vida sexual. Si alguna vez te has preguntado «¿Tengo alexitimia?» o buscas comprender mejor este fenómeno, estás en el lugar adecuado.
La alexitimia es un término que proviene del griego «a» (sin) y «lexis» (palabra), y significa literalmente «sin palabras para las emociones». En otras palabras, las personas con alexitimia tienen dificultades para identificar, expresar y comprender sus propias emociones. Esta condición afecta a la forma en la que procesamos y nos relacionamos con el mundo emocional que nos rodea.
La alexitimia es más que una simple incapacidad para expresar sentimientos; es una dificultad en la conexión entre nuestras experiencias emocionales y la capacidad de verbalizarlas. Las personas con alexitimia a menudo experimentan emociones de manera intensa pero experimentan una lucha para ponerlas en palabras. Esto puede llevar a una sensación de frustración y desconexión consigo mismos y con los demás.
Identificar si padeces alexitimia es fundamental para buscar ayuda adecuada. Algunos síntomas comunes incluyen:
Experimentas emociones pero luchas por ponerles palabras.
Puedes sentir emociones pero no siempre entiendes lo que sientes.
Puedes tener problemas para comprender las emociones de los demás.
Puedes parecer frío o indiferente en situaciones emocionales.
Si te identificas con varias de estas señales y estas se repiten de manera continuada, es importante buscar la ayuda de un profesional de la salud mental para una evaluación adecuada.
La alexitimia es un concepto algo complejo de entender en la práctica y para comprenderlo mejor te mostramos aquí algunos ejemplos concretos:
Una persona con alexitimia podría decir a menudo: «Me siento mal, pero no sé por qué».
Pueden mostrar expresiones faciales limitadas, lo que dificulta que los demás comprendan por este medio lo que están sintiendo.
La alexitimia puede generar dificultades en las relaciones, ya que la comunicación emocional es fundamental para el entendimiento mutuo.
La alexitimia puede tener múltiples orígenes. Entre las principales causas se incluyen:
La predisposición genética podría influir en la aparición de la alexitimia.
Eventos traumáticos en la infancia podrían desencadenar esta condición.
Algunos problemas neurológicos podrían afectar la conexión emocional.
Las consecuencias de la alexitimia pueden tener un profundo impacto en diversas áreas:
La alexitimia puede contribuir al desarrollo de problemas de ansiedad, depresión y estrés crónico.
Las dificultades en la comunicación emocional pueden afectar a las relaciones interpersonales.
La incapacidad para conectar emocionalmente puede influir en la satisfacción sexual.
La relación entre la alexitimia y la sexualidad es un tema relevante. La incapacidad para conectarse emocionalmente puede influir en la satisfacción sexual y las relaciones íntimas.
La incapacidad para expresar emociones puede afectar a la conexión emocional en las relaciones sexuales con otras personas.
La alexitimia puede influir en la calidad de las experiencias sexuales.
La pregunta que muchos se hacen es si existe una cura para la alexitimia. Si bien no hay una solución mágica, hay enfoques que pueden ayudar a lidiar con sus síntoma.
La alexitimia es un desafío emocional, pero no es insuperable. La clave está en comprender que no se trata de una «cura» en el sentido tradicional, sino de aprender a convivir con la alexitimia de una manera más saludable e informada.
El tratamiento psicológico es una herramienta valiosa para quienes enfrentan la alexitimia. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es un enfoque efectivo para ello, que se centra en:
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una herramienta poderosa en el abordaje de la alexitimia. Aquí te explicamos cómo funciona:
Ayuda a identificar y comprender las emociones, aunque inicialmente esto parezca muy complicado.
Ofrece estrategias para expresar emociones de manera más efectiva.
La TCC puede marcar una gran diferencia en la satisfacción emocional y en las relaciones interpersonales.
La alexitimia es una condición que afecta profundamente la forma en la que experimentamos y expresamos nuestras emociones. Puede tener un impacto significativo en nuestras relaciones personales, nuestra salud mental y nuestra vida sexual. Si te preguntas si podrías tener alexitimia o estás interesado en comprender mejor esta condición, es esencial buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. La terapia puede ofrecer herramientas y estrategias para mejorar la consciencia emocional y vivir una vida más plena y conectada con tus emociones.
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Publicado
hace 6 díasen
25 junio, 2025Especialistas del Departamento de Salud de la Ribera alertan de que una incorrecta conservación de los medicamentos en verano puede provocar importantes problemas de salud en el organismo al verse alteradas las características de calidad y eficacia de los fármacos.
Teniendo en cuenta las altas temperaturas que suelen alcanzarse en estos meses, el personal especializado advierte de la necesidad de llevar a cabo una correcta utilización de los fármacos, con especial atención a aquellos medicamentos que deben conservarse en frío o deben utilizarse tan pronto se hayan sacado de la nevera.
Según los farmacéuticos de Atención Primaria del Departamento de Salud de la Ribera, Miguel Murcia y Rocío Broseta, “las condiciones de conservación que indica un medicamento, se establecen según los ensayos realizados antes de ser comercializados, por lo que deben respetarse para no perder su eficacia y seguridad”.
Por ello, antes de consumir cualquier medicamento, se debe comprobar su estado y su apariencia exterior, sobre todo en cremas, colirios, supositorios u óvulos, ya que por su aspecto se puede conocer su estabilidad.
Cuando nunca debes consumirlos
Si no se ha conservado correctamente o el producto ha cambiado al abrirlo, el medicamento no debe ser consumido bajo ningún concepto, ya que podrían estar alteradas las propiedades del fármaco.
Por lo que respecta a la conservación en casa, es aconsejable mantener los medicamentos en sitios frescos y secos, evitando la exposición directa a la luz solar.
Por ello, el personal experto recomienda no guardarlos en la cocina o el baño, estancias de la casa que, por lo general, suelen acumular más calor a lo largo del día, y siempre lejos del alcance de los niños.
En cualquier caso, es importante que antes de tomar un medicamento se consulte con profesionales sanitarios y se evite la automedicación.
Igualmente, cuando se adquiera por primera vez, se recomienda leer el envase y el prospecto para conocer la temperatura a la que debe conservarse.
En los trayectos por carretera, es recomendable no llevar los medicamentos en el maletero o la guantera del coche, ya que pueden llegar a alcanzar altas temperaturas.
Es imprescindible mantener las condiciones de transporte específicas para cada medicamento; es decir, los fármacos a conservar entre los 2ºC y 8ºC, deben conservarse siempre en nevera y, por tanto, transportarse en embalaje isotérmico refrigerado (sin llegar a congelar); por su parte, los fármacos que deben permanecer a una temperatura de entre 25ºC y 30ºC, han de transportarse en un embalaje isotérmico no refrigerado para evitar que puedan alcanzar temperaturas mayores.
Por otro lado, el personal especializado advierte de que algunos medicamentos pueden acentuar los efectos de las altas temperaturas, agravar el síndrome de agotamiento-deshidratación, propiciar los golpes de calor o inducir una hipertermia.
En este grupo de medicamentos se encuentran los diuréticos, los antiinflamatorios no esteroideos, los antihipertensivos, algunos antibióticos y antivirales, los antiarrítimicos, algunos antidiabéticos, los hipolipemiantes (empleados para regular el colesterol), los antidepresivos, los antihistamínicos y los antipsicóticos.
“Hay que estar atentos al estado general de aquellos pacientes que toman este tipo de medicamentos, así como propiciar una serie de medidas que ayude a controlar su temperatura corporal: ambiente fresco, buena ventilación y aireación, y continua hidratación.
Es importante resaltar que, a pesar de las altas temperaturas, en ningún caso se deben suspender los tratamientos establecidos por los facultativos”, concluyen Murcia y Broseta.
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