A día de hoy, la lucha contra el cáncer es una realidad que nos toca de cerca, ya sea de forma directa o indirecta, a través de algún familiar, amigo, conocido o de nosotros mismos, diagnosticados de esta enfermedad que parece invadir nuestra sociedad como si de una epidemia se tratara.
“En 2016, vitrificamos los óvulos de más de 100 mujeres diagnosticadas de cáncer, cerca de un 20% más que el año anterior. Este aumento evidencia la necesidad de un programa de Preservación de la Fertilidad como el nuestro, que permite conservar de forma gratuita los gametos de hombres y mujeres cuya prioridad se enfoca en superar esta enfermedad, pero que no desean renunciar a ser padres en un futuro con sus propios gametos”, explica el doctor Javier Domingo, director de IVI Las Palmas y coordinador del Programa gratuito de Preservación de Fertilidad por motivos oncológicos, Padre después del cáncer y Madre después del cáncer, dentro del programa de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de IVI.
Desde que IVI pusiera en marcha este programa en 2007, cerca de 1.000 mujeres han preservado su fertilidad antes de someterse a su tratamiento de quimio o radioterapia, el 64% de ellas diagnosticadas de cáncer de mama, el tumor más frecuente entre la población femenina que consulta para vitrificar sus ovocitos.
Se trata de mujeres jóvenes, con una edad media de 32,2 años, la mayoría de ellas –un 68%- sin pareja y con estudios universitarios –un 44%-. Todas estas pacientes se aferran con esperanza a una maternidad biológica que les da fuerzas para enfrentarse a su enfermedad.
“El camino será duro, pero los psicólogos han comprobado que el hecho de saber que sus óvulos están vitrificados y que tendrán una oportunidad de futuro para ser madres en caso de fallo ovárico les ayuda a enfrentar este trance con más optimismo. Antiguamente no había opción. Cáncer significaba infertilidad secundaria en muchos casos. Hoy la ciencia nos permite romper este binomio y abrir un halo de esperanza para estas pacientes”, añade el Dr. Domingo.
24 bebés y 4 en camino
Ya son 24 los bebés que han nacido después de que sus madres le ganaran la batalla al cáncer -15 de ellos tras un cáncer de mama-, y 4 más están a punto de llegar al mundo, fruto de la valentía y la perseverancia de sus madres.
En estos 10 años del programa, IVI ha vitrificado cerca de 10.000 ovocitos de pacientes oncológicas que permanecen conservados a la espera de ser utilizados una vez éstas sean dadas de alta por su oncólogo. La media de años que transcurre hasta que estos gametos son usados en un tratamiento posterior al cáncer se sitúa en los 3,8 años.
Técnicas para preservar la fertilidad
Una de las grandes ventajas que ofrece IVI a sus pacientes es el diagnóstico y tratamiento personalizado según cada caso.
“A la hora de valorar una técnica de preservación de la fertilidad, es importante trabajar de forma conjunta con el oncólogo para actuar de la manera más rápida y eficaz posible, evitando posibles retrasos o interferencias en el tratamiento oncológico correspondiente”, comenta el Dr. Domingo.
La técnica más utilizada hoy en día es la vitrificación de ovocitos, que consiste en la criopreservación –inmersión directa en nitrógeno líquido a una temperatura de -196ºC- de los óvulos maduros conseguidos tras la estimulación ovárica, para usarlos posteriormente con la misma calidad que presentaban en el momento de la vitrificación.
Otra opción es la congelación de corteza ovárica y su posterior trasplante una vez superada la enfermedad, que permitiría incluso conseguir gestaciones espontáneas al recuperar la paciente su función ovárica. Esta técnica es de elección en niñas prepúberes y en aquellos casos en los que no se puede posponer el inicio de la quimioterapia, ya que la estimulación ovárica requiere un plazo de casi dos semanas.
En el caso de los hombres, bastará con congelar una o varias muestras de semen para conservar sus gametos.
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