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Valencia

La Cabalgata de las Reinas Magas: más críticas que público

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cabalgata de las reinas magas 2023
Las magas de enero durante la octava cabalgata de las "Magues de Gener", que se ha celebrado este domingo bajo el lema Salvem el planeta. EFE/Kai Försterling

València, 15 ene (OFFICIAL PRESS-EFE).- La Cabalgata de las Reinas Magas 2023 ha tenido más llegada mediática que otros años, por los escándalos de última hora entre las magas y muchas críticas. En cuanto a los asistentes, siguen sin llegar a los valencianos.

La Cabalgata de las Reinas Magas 2023:

La octava edición de la cabalgata de las magas de enero ha recorrido este domingo las calles del centro de València en un tono festivo y musical hasta el Ayuntamiento, donde han sido recibidas por el alcalde Joan Ribó.

Pelea entra las reinas magas

Las mujeres que han encarnado a las magas son Maria Colomer (actriz) Àngela Escribano (formadora en prevención de violencia de género) y Irina Yellow (poetisa y pedagoga), que ha sustituido a la periodista Carmen Alonso, que ha renunciado a participar en el desfile tras acusar de transfóbica a Escribano.

Las tres magas son protagonistas de una fiesta dedicada a la infancia que organiza la Societat Coral Micalet y que simbolizan la libertad, la igualdad y la fraternidad-sororidad.

Los mensajes de las magas

En sus discursos, han hablado de los ideales que representan. La maga Libertad hizo un llamamiento “por la paz de todos los pueblos”; Igualdad declaró que su deseo es que todo el mundo “tenga las mismas oportunidades, las mismas condiciones y los mismos derechos”, mientras que Fraternidad-Sororidad declaró que “ofrecer nuestra mano a quien necesita ayuda y ejercer la tolerancia nos enriquece”.

Se han despedido de los asistentes con el grito de “Felicitat, pau i cultura”, con la compañía del alcalde de València, Joan Ribó.

Ángeles Escribano ha sido criticada en comunicado por «su posicionamiento y actitud transfóbica» por parte del colectivo Lambda.

En el recorrido de la cabalgata se han repartido cuentos, libretas o recortables, y el cantautor Pau Alabajos ha ofrecido una pequeña actuación.

También han participado en la cabalgata varias muixerangas y asociaciones culturales de toda la provincia, además de los tradicionales gigantes, dragones y cabezudos.

CRÍTICAS DEL PP Y CIUDADANOS

La portavoz del PP en el Ayuntamiento de València, María José Catalá, ha lamentado que el alcalde haya puesto de nuevo «toda la maquinaria municipal al servicio de las reinas magas, con cortes de tráfico, cesión de vallas, Policía Local y recepción en el Ayuntamiento», unas «prebendas», que asegura «terminarán con el PP en mayo».

“Mientras el Gobierno de Ribó y PSOE negó las sillas a los niños en el recorrido de la tradicional Cabalgata de Reyes de este año, ahora vuelve a poner al servicio de los organizadores de la cabalgata de las Magas toda la maquinaria municipal”, ha explicado la portavoz del PP en un comunicado.

La subvención que se llevan

Además, ha criticado de nuevo que el Gobierno de Ribó y PSOE apoye «con una subvención nominativa de 25.000 euros» esta cabalgata de magas que nunca fue tradición en la ciudad de Valencia.

Por su parte, el portavoz de Ciudadanos, Fernando Giner, ha lamentado que el gobierno de Ribó “haya estirado la cabalgata de las reinas magas hasta el final”, al tiempo que ha criticado el “falso empaque institucional” que se le ha intentado dar con el recorrido y la recepción del alcalde en el balcón del Ayuntamiento.

Ribó no asiste a actos como el día de la Virgen, pero luego sí que despeja un domingo en su agenda para dar pábulo a una cabalgata que no tiene el más mínimo arraigo tradicional en esta ciudad”, ha indicado en un comunicado.

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Valencia

El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita

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El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita
El president de la Generalitat, Carlos Mazón. EFE/ Biel Alino/Archivo

La catástrofe desencadenada por la DANA del 29 de octubre de 2024 en la Comunitat Valenciana, que dejó un lacerante saldo de más de 229 víctimas, no puede quedar impune. Más allá del dolor humano y de la reconstrucción material, está la responsabilidad política. Y en ese terreno, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, acumula mentiras, contradicciones y el profundo desgarro de quienes lo perdieron todo. Por dignidad, por ética y por justicia, Mazón debe dimitir.

Una gestión inexcusable

Cuando la alerta roja estaba activada, Mazón estaba ausente del lugar que le correspondía. Según los informes oficiales, llegó al comité de crisis (CECOPI) a las 20:28 horas, cuando ya se había emitido la alerta a la población minutos antes. No fue un “error de agenda”, sino un fallo estructural que costó vidas.

Mientras Valencia vivía una riada devastadora, el presidente se encontraba en una comida privada en lugar de supervisar la emergencia. Su entorno lo justificó como una reunión de trabajo, pero el contexto lo desmiente: fue ausencia, negligencia y falta de liderazgo.

La falta de movilización de efectivos tampoco puede justificarse. Los informes cruzados detectan irregularidades en el número de bomberos y medios activados. Cuando una emergencia reclama transparencia, los datos confusos o manipulados son una afrenta.

Mentiras, contradicciones y silencio

Mazón ha intentado derivar responsabilidades hacia la Agencia Estatal de Meteorología o la Confederación Hidrográfica del Júcar, en lugar de asumir el liderazgo que su cargo exige. Cuando el caos se instala, quien gobierna debe estar al frente, no buscando culpables.

Peor aún, ha ofrecido versiones cambiantes sobre su paradero, sus llamadas y las decisiones adoptadas aquel día. La investigación judicial avanza con pruebas que desmontan la versión oficial. Cuando un líder debe explicar dónde estaba durante una tragedia, el problema ya no es circunstancial: es estructural.

Las víctimas, traicionadas

No basta con lamentar lo sucedido cuando la dignidad exige acción. Las asociaciones de víctimas han expresado su malestar y exigido respeto ante la falta de explicaciones claras. “Estar con las víctimas también implica asumir responsabilidades”, repiten familiares que aún esperan una disculpa sincera.

No es solo la ausencia inicial. Es el desfile de versiones, el silencio, la falta de empatía y la reconstrucción lenta. Mientras las familias siguen llorando, el presidente intenta sostener su imagen pública como si nada hubiera ocurrido.

La única salida digna: la dimisión

Integridad política. Quien incumple los principios básicos de responsabilidad pierde la legitimidad para seguir al frente.

Justicia para las víctimas. Pedir perdón no basta cuando no se explica con claridad, cuando no se asumen errores ni se ofrecen soluciones. Las víctimas merecen que se depuren responsabilidades reales.

Confianza institucional. La credibilidad de la Generalitat se resquebraja cuando su presidente ofrece explicaciones tardías, contradictorias y evasivas. Eso no solo afecta a Mazón, afecta a toda la Comunitat Valenciana.

Renovación del liderazgo. El desastre del 29-O no puede cerrarse con un “sigo al mando”. Hace falta un relevo que reconstruya no solo los territorios inundados, sino también la confianza de los ciudadanos.

La responsabilidad compartida

Los silencios cómplices también pesan. Los partidos que sostienen a Mazón deben preguntarse si su apoyo es ético o meramente político. Cada día que pasa sin rendir cuentas es una herida más para las víctimas y una mancha más para las instituciones.

La dimisión no sería una derrota política, sino un acto de respeto hacia los que sufrieron, hacia los que murieron y hacia toda una sociedad que exige transparencia y verdad.

La tragedia del 29 de octubre no son solo cifras. Son vidas, familias, municipios arrasados y una sociedad herida. Carlos Mazón mantuvo su comida en El Ventorro cuando la provincia se inundaba, cambió versiones cuando se investigaba y continúa en el cargo pese al clamor ciudadano.

Por integridad, por dignidad, por justicia: Carlos Mazón debe dimitir.
Y quienes lo sostienen, deberían preguntarse si su silencio también los convierte en responsables.

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