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El cambio horario «no tiene ningún sentido», según los expertos

Publicado
hace 7 mesesen
València, 29 mar (OFFICIAL PRESS- EFE).- Somnolencia acumulada, falta de concentración e incluso un aumento de los accidentes de tráfico son algunas de las consecuencias del déficit de sueño que provoca el cambio horario, una modificación que, para un experto en trastornos del sueño, «no tiene ningún sentido. Lo ideal sería quedarnos en el horario de invierno«.
Así lo asegura a EFE Gonzalo Pin Arboledas, jefe de la Unidad del sueño del Hospital Quirónsalud Valencia, quien explica que el cambio horario que entra en vigor este fin de semana «nos da más luz por la noche y retrasa la hora de dormir, pero la hora de despertarnos sigue siendo la misma, lo que está asociado con el aumento del déficit crónico de sueño en general en la población».
La madrugada del sábado al domingo del próximo fin de semana los relojes pasarán de las 02:00 a las 03:00 horas, un adelanto horario que alargará las horas de luz pero que, al menos durante la primera semana, tendrá una «especial afectación» en bebés y ancianos.
Según el experto en trastornos del sueño, este cambio horario, en España, «nos separa todavía más de nuestra hora natural en cuanto al meridiano» y, en el caso de los grupos más sensibles, aconseja ir retrasando el inicio del sueño «de forma progresiva».»Van a tener más dificultades para iniciar el sueño y para mantenerlo, por lo que aproximadamente durante la primera semana tendrán mayor sensación de somnolencia», añade el también coordinador del servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Valencia.
Según explica, la luz exterior nos manda al cerebro el mensaje de que estamos cansados y llevamos mucho tiempo despiertos, pero que con esa luz «no es el momento de acostarse».
También en el resto de edades puede haber una «somnolencia acumulada», ya que perdemos cerca de media hora de sueño hasta que nuestro organismo se vuelve a adaptar, aunque en la edad madura «tenemos más herramientas para afrontar esa situación que en las dos etapas extremas de la vida».De hecho, señala Gonzalo Pin, algunas estadísticas inciden en que durante los primeros días posteriores al cambio horario se produce un incremento de los accidentes de tráfico debido a la somnolencia que produce la falta de sueño.
En el caso de los niños y adolescentes, también puede reducirse la concentración en las primeras horas del día, especialmente si tienen las asignaturas más duras, porque «a esas edades, que tienen la tendencia de retrasar su propio reloj biológico, se le retrasa todavía más si les ponemos más luz y más capacidad de distracción a última hora».
Preguntado sobre si sería partidario de no modificar la hora, Pin lo zanja rotundo: «Absolutamente, no tiene ningún sentido», y explica que todas las sociedades científicas consideran que «lo ideal, en contra de lo que la gente quiere, sería quedarnos con el horario de invierno, que nos acerca más a nuestro meridiano».»La gente dice que así tiene más horas de luz y puede salir más, pero eso en realidad es ganancia a corto plazo; el déficit crónico de sueño le cuesta al final al país tiempo y dinero porque aumenta la diabetes tipo 2, la obesidad y los accidentes. Esto tiene un coste para la sociedad», advierte.
Aunque la Unión Europea recomendó a los Estados miembros que acabaran con estos cambios horarios, lo hizo antes de la pandemia y la llegada del coronavirus evitó que pudiera adoptarse esa decisión.
Según Pin, dos de cada cuatro españoles tienen dificultades con el sueño, aunque no hay estadísticas que indiquen cuándo se incrementa la incidencia de estos problemas durante las semanas o meses siguientes a los cambios horarios.Lo que sí es cierto, añade, es que a consecuencia de la pandemia se ha producido un incremento de la asistencia de pacientes a las unidades del sueño por problemas para conciliarlo, algo que está «íntimamente relacionado» con la salud mental.
Según explica, España es el país con mayor consumo de hipnóticos, algo que está condicionado por nuestros horario, ya que los españoles solemos acostarnos tarde y, sin embargo, nos levantamos muy pronto.
«Dormimos unos 40 minutos menos que en el resto de países europeos por nuestros horarios de cena o de televisión tardíos, y este cambio de hora -advierte- favorece más esa pérdida de sueño».
Concha Tejerina
El cambio de hora en España 2025 ya tiene fecha oficial. Según confirma el Boletín Oficial del Estado (BOE), la madrugada del sábado 25 al domingo 26 de octubre se producirá el paso al horario de invierno.
En ese momento, cuando el reloj marque las 03:00 horas, habrá que atrasarlo una hora, de modo que volverán a ser las 02:00. Esto significa que esa noche dormiremos una hora más.
A partir de entonces, amanecerá más temprano —entre las 08:00 y las 08:30 en ciudades como Madrid o València—, pero también anochecerá antes, en torno a las 17:30 o 18:00 horas.
El Real Decreto 236/2002, de 1 de marzo, establece las fechas del cambio de hora en España conforme a la Directiva 2000/84/CE del Parlamento Europeo. Este decreto fija que:
La hora de verano comienza el último domingo de marzo, cuando se adelanta una hora el reloj.
El horario de invierno comienza el último domingo de octubre, cuando los relojes se atrasan sesenta minutos.
La última actualización publicada en la Orden PCM/186/2022, de 11 de marzo, confirma que los cambios de hora seguirán aplicándose hasta, al menos, el año 2026.
El cambio de hora no es algo reciente. Su origen se remonta al siglo XVIII, cuando Benjamin Franklin —embajador de Estados Unidos en Francia— propuso, de forma satírica, que los parisinos madrugaran más para ahorrar aceite y velas.
La medida comenzó a aplicarse en varios países durante la Primera Guerra Mundial como una forma de ahorrar energía, y se reimplantó de forma generalizada tras la crisis del petróleo de los años 70.
En España, el cambio horario se introdujo oficialmente en 1918, aunque su uso regular comenzó en 1974. Desde entonces, se repite dos veces al año: en marzo (para el horario de verano) y en octubre (para el de invierno).
Durante décadas se argumentó que atrasar o adelantar los relojes ayudaba a aprovechar mejor la luz solar y reducir el consumo energético, especialmente en iluminación.
Sin embargo, expertos como Ricardo Margalejo, cofundador de Gana Energía, señalan que el ahorro real hoy es mínimo, ya que “los avances tecnológicos en eficiencia y los nuevos patrones de consumo han reducido el impacto de esta medida en la factura de la luz”.
Además, el cambio de hora genera otros efectos secundarios: modifica nuestros ritmos de sueño y afecta al reloj biológico, lo que puede provocar fatiga, irritabilidad, insomnio o dificultad de concentración durante algunos días.
El cuerpo humano se rige por un ritmo circadiano, influido directamente por la luz solar. Por eso, el cambio horario puede provocar desajustes temporales, sobre todo en personas mayores o niños pequeños.
Los síntomas más frecuentes son:
Cansancio y somnolencia diurna.
Problemas para conciliar el sueño.
Cambios de humor o irritabilidad.
Falta de concentración.
Los médicos recomiendan adaptarse de forma progresiva: acostarse y levantarse unos minutos antes durante los días previos, evitar pantallas por la noche y aprovechar la luz solar para reajustar el reloj interno.
El debate sobre la eliminación del cambio horario sigue abierto en Europa. En 2019, la Comisión Europea propuso que cada país decidiera si mantener el horario de verano o el de invierno de forma permanente.
Aunque el Parlamento Europeo votó a favor de suprimir los cambios a partir de 2021, el Consejo de la UE no ha alcanzado aún un acuerdo, por lo que la medida sigue en suspenso.
Mientras tanto, España ha publicado un calendario oficial que mantiene los cambios de hora hasta 2026, a la espera de que Bruselas retome la negociación.
Si la Unión Europea aprueba finalmente la eliminación de los cambios de hora, España deberá decidir si mantiene el horario de invierno (UTC+1) o el de verano (UTC+2).
Expertos en cronobiología sugieren que el horario de invierno es el más saludable, ya que se ajusta mejor a los ritmos naturales de luz y descanso, mientras que el de verano prolonga artificialmente la luz del día, afectando al sueño y al rendimiento.
📅 Fecha: la madrugada del domingo 26 de octubre de 2025
⏰ Hora exacta: a las 03:00 habrá que atrasar el reloj a las 02:00
🌅 Efecto: amanecerá y anochecerá antes
😴 Consejo: adapta tu horario unos días antes para evitar el “jet lag social”
El nuevo horario de invierno tiene como efecto que los días sean más cortos, dado que anochece antes y, por tanto, se reduce la luz natural. El objetivo de este cambio es reducir el consumo de energía, haciendo coincidir el comienzo de la jornada laboral con las horas de luz. Una costumbre de modificar la hora, tanto atrasarlo en invierno como adelantarlo en verano, que se empezó a aplicar de forma generalizada en 1974 para poder aprovechar mejor la luz del sol tras la primera crisis del petróleo.
Según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el potencial de ahorro en iluminación en España por el cambio de hora puede llegar a representar un 5 por ciento del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros.
Ofrece numerosas ventajas para la salud, tal y como afirma el doctor Gonzalo Pin, jefe del Servicio de Pediatría y de la Unidad de Sueño del Hospital Quirónsalud Valencia.
Gracias a este nuevo cambio horario, el sol saldrá una hora antes, lo que facilitará un despertar más acorde con los relojes biológicos, proporcionando un inicio de jornada más armónico desde el punto de vista fisiológico. También adelantará nuestros horarios de alimentación y sueño, lo que favorece ir a la cama antes y, por lo tanto, dormir más horas. Anticipar los horarios de comidas puede contribuir a la disminución de la obesidad y la diabetes 2, y un mayor tiempo de descanso favorece la disminución de la tasa de accidentes laborales y de tráfico, muchos de ellos relacionados con el déficit crónico de sueño.
Entre las desventajas de este nuevo horario, que nos acerca más al del sol, el especialista señala la pérdida de una hora de luz por la tarde, «pero solo los meses de mayor número de horas de sol, que comprende desde finales de marzo hasta finales de octubre».
Por sus múltiples ventajas, el doctor Pin abogaría por mantener este horario a lo largo del año, «ya que los cambios no solo se producen en nuestros relojes, sino también en nuestros estilos de vida; y sus consecuencias, en nuestra salud».
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