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Cultura

Carlos Simón, el humorista valenciano del que todo el mundo habla

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El precio de la luz, el volcán de la Palma, Messi suplente. Parece que nuestro mundo está llegando a su final. Carlos Simón es el monologuista del que todo el mundo habla. Porque este valenciano se atreve con todo y con todos a la hora de repasar la actualidad, los personajes y los temas más importantes del momento. Y si son temas más antiguos Carlos nos los acercará con su particular punto de vista cómico.

Un show de comedia e improvisación donde el cómico nos llevará de la mano a través de su perspicacia, genio y humor por distintos escenarios apocalípticos. ¿Qué hicieron en Pompeya cuando erupcionó el Vesubio? ¿Qué conexión tendrán los reguetoneros con los romanos? Con un toque fresco de humor dinámico y unas gotas de improvisación, nos adentraremos el próximo 1 de octubre, a las 22:30h, en el Teatre Talia de València durante una hora en un monólogo que no dejará indiferente a nadie.

En dos líneas, ¿Quién es Carlos Simón?

Un cómico atípico. Me considero productor de vocación y cómico de corazón.

¿Cómo empiezas en esto del humor?

Cuando trabajaba en el departamento de medios de una multinacional de chocolates (Ferrero) en Luxemburgo, me apunté a una comedy night. Vi que un compañero mío se subió al escenario y pensé; Esto mola. ¿por qué yo no?  Así es como arranqué a hacer stand up comedy en inglés con unos amigos y ahí empezó todo un poco a tomar forma.

¿En qué te inspiras a la hora de preparar un show?

Te contesto con una pregunta: ¿Qué cosas te hacen gracia a lo largo del día? Pues yo me apunto todas esas cosas esté donde esté, con la diferencia de que las busco con ahínco. Son nuestra argamasa de donde todo nace. Los cómicos somos francotiradores del humor, buscando la sátira y las incongruencias ahí donde estén. Últimamente me nace mucho material de mis conversaciones de sobremesa con la familia, pero sobre todo cuando cojo un concepto o idea que me hacía gracia y lo desarrollo. Citando a Pablo Picasso “la inspiración existe, pero mejor que te encuentre trabajando”.

¿En el humor está todo permitido? ¿Con qué nunca bromearías?

Es una pregunta que no puede faltar en los últimos tiempos. El origen del humor tal y como lo entendemos hoy en día, nace en la antigua Grecia, donde el bufón era el encargado de entretener en la corte, destapando los tabús que nadie se atrevía a decir en voz alta entre reyes y concubinas.

Entendiendo esto, puedes saber cuál es mi respuesta: no deberían existir los límites del humor. Los cómicos buscamos hacer ruido donde los demás se callan y poner el foco en los temas polémicos. ¿Verdad que en una matanza de una peli de Tarantino entiendes que no debe de haber límites? Porque en este caso queda muy claro el concepto de ficción. Cuando un cómico sube al escenario este se diluye. Siempre habrá críticos y ofendidos, por los siglos de los siglos amén. Los respetaré siempre, pero con igual fuerza siempre me costará entenderles. No considero que mi humor sea particularmente agresivo, pero si hiciese una broma de las personas pelirrojas, considero que tienes que tener un ego desmesurado para molestarte porque entiendes que justamente me refiero a ti, ciudadano de Covarrubias, provincia de Burgos, de pelo pelirrojo. Y lo mismo con todos los demás temas. En esta vida no hay que tomarse las cosas de forma personal, ni aunque a veces lo sean de verdad. Es una lección que aprendí hace tiempo.

¿Qué o quién es lo que te ha hecho más gracia últimamente?

A nivel personal, la gente de mi entorno con la que más me río es con mi novia, mi hermana y mi padre. Mi novia y mi hermana porque tienen un humor espontáneo fantástico y mi padre porque suele mirar el mundo de la actualidad con un ojo muy cómico. Algo se habrá pegado…

A nivel profesional, uno de los cómicos que más están creciendo en redes y me hace mucha gracia por su naturalidad es Darío Eme Hache. A nivel nacional, Goyo Jiménez es para mi uno de los grandes por su amalgama de registros. Pero a nivel de idealización, el humorista con el que he llegado a atragantarme de la risa es Steve Carell en su papel en The Office.

¿Es más fácil hacer reír o hacer llorar?

Hacer reír de calle. ¿Sabes de que se murió el perro de Scottex? Pues de un mal rollo.

Por malo que sea este chiste (y ya sé que bastante) seguro que te ha sacado una sonrisa. Para hacerte llorar me tocaría emplearme a fondo.

El próximo 1 de octubre te veremos en el Teatre Talia de València… ¿Qué encontrará el público que vaya a verte?

Pues serán testigos de la evolución del humor y como los monólogos se están adaptando con las nuevas generaciones. La mayoría no venimos de escuelas convencionales de teatro y tampoco entendemos la santidad del formato. Nos gusta improvisar y jugar con el público a la vez que entretenemos con un material trabajado. Pero vamos, un show fresco y espontáneo que hará reír a diversos perfiles del público y que no se limita al guion. No es más que pegarle una vuelta de tuerca al formato americano de stand up comedy para no dejar de sorprender.

Todos tenemos referentes a la hora de trabajar. ¿Cuáles son los tuyos?

Te diría que bastantes, desde compañeros de profesión hasta mi padre por su disciplina y pasión por lo que hace. Pero al final del día mi mayor referente es mi yo de ayer. Tampoco puedo llegar a saber todos los entresijos de las metodologías de trabajado de cada uno. Pero lo que si puede es entender las mías e intentar mejorarlas día a día.

¿Cómo ves el futuro del arte de hacer reír?

Pues contrariamente a lo que la mayoría pueda pensar, le auguro un futuro bastante optimista. Sobre todo, por la diversificación de formatos. Si entras en plataformas como Twitch o Tik Tok con millones de visualizaciones cada segundo, te das cuenta de que el 90% del contenido es humor puro y duro. No hay mejor entretenimiento de pan y agua que ese. Aún con la pandemia las producciones de entretenimiento están creciendo a un ritmo vertiginoso. Siempre habrá impedimentos y deficiencias, pero no hay mejor señal que una industria creciente.

¿Es más fácil hacer reír ahora o en el pasado? ¿Crees que estamos volviendo un poco a la censura?

Para nada. Ahora hay más conciencia de los límites del humor en parte por la ideologización política, pero sobre todo por la era de la hiperconectividad en la que vivimos.  Cada comentario por minúsculo que sea tiene su eco y repercusión. Antiguamente, era simplemente impensable soltar un chiste con tildes republicanos en un sector franquista, por ponerte un ejemplo muy en boga hoy en día. Pregúntale a tus mayores si hace 60 años había o no había censura y te darás cuenta de que hoy en día tendemos cierta propensión por la exageración.

Qué está preparando Carlos Simón (planes, próximos shows…)

Pues aprendiendo cada día de mi trabajo y organizando determinados proyectos con mucha ilusión. Lo bonito del humor es que tiene una repercusión enorme y sus salidas, al igual que las bromas de un guion, tienen los límites que tú imaginación decida ponerle. Pero sin dejar nunca de hacer stand up convencional que es lo que me hace vibrar y mantiene mis cinco sentidos despiertos.

 

 

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Cultura

Muere a los 55 años Esther Uria, actriz de ‘Hospital Central’ y ‘Cuéntame cómo pasó’ 

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Esther Uria
Esther Uria, en una imagen del sindicato vasco de actores. (Euskal Aktoreen Batasuna)

El mundo de la interpretación y la cultura vasca llora la pérdida de Esther Uria, actriz y pedagoga donostiarra conocida por sus papeles en series de televisión tan emblemáticas como Hospital Central, Cuéntame cómo pasó, Doctor Mateo o El comisario.
La intérprete falleció el pasado jueves 23 de octubre a los 55 años, en el Hospital Donostia, tras sufrir una breve enfermedad que sorprendió a familiares, compañeros de profesión y antiguos alumnos.

Su muerte ha provocado un hondo pesar en el sector audiovisual y educativo, donde era muy querida por su doble faceta como actriz y docente.


Una artista con alma de educadora

Nacida en San Sebastián, Esther Uria se formó en Arte Dramático y dedicó buena parte de su vida a unir dos de sus grandes pasiones: el teatro y la educación.
En el escenario, destacó por su talento natural, su versatilidad y su compromiso con los textos clásicos y contemporáneos. Participó en obras como La cacatúa verde y La importancia de llamarse Ernesto, donde demostró una sólida técnica interpretativa.

Su rostro también se hizo familiar en la pequeña pantalla, con participaciones en algunas de las series más populares de la televisión española.
Entre ellas, Cuéntame cómo pasó, El comisario, Doctor Mateo y Hospital Central, donde interpretó a personajes secundarios cargados de humanidad y cercanía.


Una nueva etapa dedicada a la investigación y la enseñanza

En 2008, en el punto álgido de su carrera artística, decidió dar un giro radical y retomar sus estudios universitarios. Su inquietud intelectual la llevó a obtener el Premio Extraordinario en Educación Especial y la Licenciatura en Psicopedagogía con Premio Fin de Carrera.
Posteriormente, cursó un Máster de Formación del Profesorado en Secundaria (2012) y una beca internacional en la Universidad de Victoria (Canadá) para desarrollar una tesis sobre el teatro como herramienta pedagógica para fomentar la convivencia en las aulas.

Esa investigación culminó en 2018 con su doctorado en la Universidad del País Vasco (EHU/UPV), bajo el título:
Diseño, desarrollo y evaluación de un programa basado en las técnicas del sistema teatral para el fomento de la convivencia positiva en el alumnado de secundaria del País Vasco.

Con este trabajo, Esther Uria consolidó una línea de investigación pionera sobre el poder del teatro como motor educativo y emocional.


Teatro, pedagogía y vida: su legado

Pese a su dedicación a la docencia, Esther Uria nunca abandonó del todo los escenarios. En 2013, junto a su pareja y colaborador artístico Edu Errondosoro, estrenó la obra Cada día es solo una vez al día, un montaje íntimo y reflexivo sobre la importancia de la risa, el amor y el presente.

En una entrevista concedida a El Diario Vasco, Uria resumía su filosofía vital con una frase que hoy resuena con fuerza:

“No nos lamentamos del pasado, tenemos el presente y una forma muy positiva de vivirlo es empezar a hacerlo con humor reflexivo. Vivamos el presente con humor y amor.”

Esta obra representaba fielmente su manera de entender la existencia: optimismo, resiliencia y humanidad. A través de su trabajo, defendía que el teatro no solo debía emocionar, sino también educar y sanar.


Una figura querida en Donostia y en el ámbito cultural vasco

En el País Vasco, su figura trascendía el ámbito artístico. Esther Uria fue reconocida por su compromiso con la cultura local, la enseñanza inclusiva y la promoción del arte como herramienta de convivencia.
Sus compañeros de la Universidad del País Vasco la definen como “una mujer brillante, entusiasta y profundamente humana”.

También numerosos intérpretes que coincidieron con ella en platós y escenarios han expresado su tristeza en redes sociales, recordando su sonrisa constante, su humildad y su forma de hacer del teatro un espacio de encuentro.


El adiós a una vida dedicada al arte y la educación

La muerte de Esther Uria deja un vacío en el panorama cultural español, pero también un legado de inspiración para nuevas generaciones de actores, docentes y creadores.
Su vida fue una lección sobre cómo reinventarse sin perder la esencia, y cómo el arte puede convertirse en una herramienta de transformación personal y social.

El funeral se celebrará en Donostia-San Sebastián en la más estricta intimidad familiar, aunque sus allegados no descartan organizar más adelante un acto público de homenaje para celebrar su vida y su obra.

A los 55 años, Esther Uria se despide dejando tras de sí una huella imborrable: la de una mujer que hizo del teatro una forma de entender el mundo y del humor una forma de resistirlo.

Las tragedias de los protagonistas de la serie Hospital Central

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