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Valencia

Estas son las vacunas que se inyectan a cada grupo de edad en la Comunitat Valenciana

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València, 3 may (EFE).- La Conselleria de Sanidad ha comenzado este lunes la vacunación contra la covid-19 a las personas con edades comprendidas entre los 69 y 66 años (nacidas entre 1952 y 1955, ambos incluidos), y se extenderá varias semanas.

La Estrategia de vacunación frente al coronavirus en España establece que esta franja de edad, que estaba pendiente de vacunación, comenzaría el proceso tras la inmunización del grupo de personas de entre 60 y 65 años, ambos inclusive.

Según fuentes sanitarias, como en el resto de grupos que ya han iniciado el proceso, las personas incluidas en este grupo han recibido una invitación por SMS o una llamada telefónica con la información sobre cuándo y dónde deben vacunarse.

Si los datos no están actualizados, se pueden modificar en http://coronavirus.san.gva.es/es/web/vacunacion/datos-contacto, según las fuentes.

Estas son las vacunas que se inyectan a cada grupo de edad en la Comunitat Valenciana

La Conselleria de Sanidad tiene previsto administrar en los próximos siete días 324.190 dosis de las cuatro vacunas que ya están autorizadas en el mercado europeo: Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen.

De Pfizer, la mayor cantidad se destinará a segundas dosis de entre 70 y 79 años (108.908 dosis), mientras que otras 74.730 se inocularán, como primera dosis, a personas entre 69 y 72 años.

El total de dosis de esta farmacéutica que se utilizarán es de 198.350 dosis, según un comunicado de la Generalitat, que indica que en este grupo se vacunará también a las personas de alto riesgo.

De Moderna se inocularán 2.460 dosis, de las que, la mayor parte, irán destinadas a segundas dosis de personas mayores de 70 años.

AstraZeneca se utilizará para primeras dosis en personas de 60 a 65 años (nacidas entre 1956 y 1961), según las fuentes, que indican que aproximadamente 84.280 dosis serán repartidas entre los grandes centros de vacunación y otras 26.100, a las zonas básicas de salud remotas o dispersas.

De Janssen, la Generalitat Valenciana distribuirá 13.000 monodosis en los grandes centros de vacunación y sus destinatarias serán las personas de entre 70 y 72 años.

En total, 112.050 valencianos y valencianas recibirán en los próximos siete días la segunda dosis que les permitirá completar su vacunación, y otros 13.000 alcanzarán el grado óptimo de inmunización con la vacuna unidosis de Janssen.

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Valencia

El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita

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El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita
El president de la Generalitat, Carlos Mazón. EFE/ Biel Alino/Archivo

La catástrofe desencadenada por la DANA del 29 de octubre de 2024 en la Comunitat Valenciana, que dejó un lacerante saldo de más de 229 víctimas, no puede quedar impune. Más allá del dolor humano y de la reconstrucción material, está la responsabilidad política. Y en ese terreno, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, acumula mentiras, contradicciones y el profundo desgarro de quienes lo perdieron todo. Por dignidad, por ética y por justicia, Mazón debe dimitir.

Una gestión inexcusable

Cuando la alerta roja estaba activada, Mazón estaba ausente del lugar que le correspondía. Según los informes oficiales, llegó al comité de crisis (CECOPI) a las 20:28 horas, cuando ya se había emitido la alerta a la población minutos antes. No fue un “error de agenda”, sino un fallo estructural que costó vidas.

Mientras Valencia vivía una riada devastadora, el presidente se encontraba en una comida privada en lugar de supervisar la emergencia. Su entorno lo justificó como una reunión de trabajo, pero el contexto lo desmiente: fue ausencia, negligencia y falta de liderazgo.

La falta de movilización de efectivos tampoco puede justificarse. Los informes cruzados detectan irregularidades en el número de bomberos y medios activados. Cuando una emergencia reclama transparencia, los datos confusos o manipulados son una afrenta.

Mentiras, contradicciones y silencio

Mazón ha intentado derivar responsabilidades hacia la Agencia Estatal de Meteorología o la Confederación Hidrográfica del Júcar, en lugar de asumir el liderazgo que su cargo exige. Cuando el caos se instala, quien gobierna debe estar al frente, no buscando culpables.

Peor aún, ha ofrecido versiones cambiantes sobre su paradero, sus llamadas y las decisiones adoptadas aquel día. La investigación judicial avanza con pruebas que desmontan la versión oficial. Cuando un líder debe explicar dónde estaba durante una tragedia, el problema ya no es circunstancial: es estructural.

Las víctimas, traicionadas

No basta con lamentar lo sucedido cuando la dignidad exige acción. Las asociaciones de víctimas han expresado su malestar y exigido respeto ante la falta de explicaciones claras. “Estar con las víctimas también implica asumir responsabilidades”, repiten familiares que aún esperan una disculpa sincera.

No es solo la ausencia inicial. Es el desfile de versiones, el silencio, la falta de empatía y la reconstrucción lenta. Mientras las familias siguen llorando, el presidente intenta sostener su imagen pública como si nada hubiera ocurrido.

La única salida digna: la dimisión

Integridad política. Quien incumple los principios básicos de responsabilidad pierde la legitimidad para seguir al frente.

Justicia para las víctimas. Pedir perdón no basta cuando no se explica con claridad, cuando no se asumen errores ni se ofrecen soluciones. Las víctimas merecen que se depuren responsabilidades reales.

Confianza institucional. La credibilidad de la Generalitat se resquebraja cuando su presidente ofrece explicaciones tardías, contradictorias y evasivas. Eso no solo afecta a Mazón, afecta a toda la Comunitat Valenciana.

Renovación del liderazgo. El desastre del 29-O no puede cerrarse con un “sigo al mando”. Hace falta un relevo que reconstruya no solo los territorios inundados, sino también la confianza de los ciudadanos.

La responsabilidad compartida

Los silencios cómplices también pesan. Los partidos que sostienen a Mazón deben preguntarse si su apoyo es ético o meramente político. Cada día que pasa sin rendir cuentas es una herida más para las víctimas y una mancha más para las instituciones.

La dimisión no sería una derrota política, sino un acto de respeto hacia los que sufrieron, hacia los que murieron y hacia toda una sociedad que exige transparencia y verdad.

La tragedia del 29 de octubre no son solo cifras. Son vidas, familias, municipios arrasados y una sociedad herida. Carlos Mazón mantuvo su comida en El Ventorro cuando la provincia se inundaba, cambió versiones cuando se investigaba y continúa en el cargo pese al clamor ciudadano.

Por integridad, por dignidad, por justicia: Carlos Mazón debe dimitir.
Y quienes lo sostienen, deberían preguntarse si su silencio también los convierte en responsables.

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