Salud y Bienestar
VÍDEO| Cómo evitar el cáncer de piel, según el Dr. Carlos Guillem
Publicado
hace 5 mesesen
València, 13 jun (OFFICIAL PRESS-EFE).- Reconocer el fototipo cutáneo que cada cual tiene para evitar quemaduras solares, algo especialmente común en personas pelirrojas o rubias y con ojos azules, y la «autoexploración» de manchas y pecas para detectar un posible tumor de forma precoz son dos de la claves preventivas para evitar el cáncer de piel.
Así lo ha asegurado a EFE el director del Instituto Valenciano Dermatología y Estética (IVADE), Carlos Guillem, quien durante 35 años ha sido jefe de Servicio de Dermatología en el Instituto Valenciano de Oncología (IVO) y que, con motivo de la celebración este jueves del Día Mundial contra el Cáncer de Piel, recomienda una revisión dermatológica anual porque si el tumor se detecta en una fase temprana «es fácilmente curable al 100 %».
Tipos de cáncer de piel
Según Guillem, el cáncer de piel más frecuente es el carcinoma basocelular, que no tiene capacidad metastásica al no ser capaz de diseminar sus células a organismos vitales como el cerebro, hígado o riñón, lo que significa que la supervivencia es prácticamente del 100 % cuando se controla y se extirpa la piel suficiente.
El carcinoma epidermoide, similar al basocelular aunque con riesgo de provocar metástasis, aparece especialmente en la piel expuesta al sol sobre las queratosis actínicas o en la mucosa labial, genital u ocular. Si se detecta en fase precoz es curable, pero si no se extirpa a tiempo podría dar metástasis ganglionares y extenderse principalmente al pulmón.
La «estrella» de los cánceres de piel es el melanoma, que procede de los melanocitos, células que fabrican el moreno de la piel, y que aunque tenga un tamaño pequeño es capaz de diseminarse mediante metástatis. Por ello, es en el que se centran todas las campañas de prevención y aunque su incidencia ha crecido, en los últimos dos o tres años está estabilizada y ha llegado a una especie de meseta.
Esto se debe, según destaca Guillem, a la detección precoz gracias a las campañas de prevención, que hacen que las personas acudan al dermatólogo en las fases tempranas del melanoma, un tumor con una incidencia de 16 casos por cada 100.000 personas.
Necesaria fotoprotección
Aunque señala que es difícil determinar si el cambio climático incide en la aparición de un cáncer de piel, lo que sí lo hace es la exposición solar, en especial de personas de fototipos de piel clara, pelirrojas o rubias y de ojos azules. «En las primeras exposiciones siempre se queman», advierte Carlos Guillem.
Con respecto a la protección solar, señala que en la época invernal no es muy necesario usarla porque el cuerpo produce vitamina D, pero cuando ya comienza la temporada estival, especialmente en lugares como Valencia, con muchas horas de insolación, «prácticamente más de doce al día», sí que es necesaria la fotoprotección para evitar quemaduras.
Además de la protección solar, se recomienda el uso de «filtros» como gorras, gafas o camisetas, especialmente en los más pequeños; no exponerse al sol en las horas centrales del día, que es cuando el sol cae de forma más vertical y la insolación es mayor, según Guillem, quien también ha advertido del riesgo de sufrir un cáncer de piel con el uso de los rayos UVA.
También aconseja la «autoexploración» en casa para poder detectar los primeros síntomas porque, afirma, «nadie debería morirse por un melanoma» pues es «fácilmente visible, no hace falta ninguna prueba extraordinaria, simplemente que alguien lo vea con ciertos ojos críticos para ver cuándo ese lunar podría ser malo y extirparlo en pocos minutos».
Así, ante un lunar que se tenga de toda la vida y, de repente, se hace asimétrico, los bordes son irregulares, tiene diversos colores que combinan con negro oscuro e incluso rojizo, el diámetro es mayor de seis milímetros, sangra o pica, es «importantísimo acudir cuanto antes» al especialista.
La memoria de la piel
También destaca que sufrir una quemadura solar en la edad infantil es un factor de riesgo importante para la aparición de un melanoma en la edad adulta porque la piel tiene «memoria» y, aunque hay un sistema de reparación, cuando esa quemadura se repite mucho, llega un momento en que hay un fallo y 20 o 30 años después puede manifestarse en un cáncer de piel.
«Producimos un alteración que puede desembocar en un cáncer de piel», advierte Guillem, quien añade que por eso es esencial no quemarse con el sol y lo primero que preguntan en la consulta es si de pequeño ha sufrido alguna quemadura solar: «Algunos cuentan que se quemaba, la dolía la espalda, se pelaba o se ponía rojo».
Con respecto a los tratamientos, subraya que cuando el cáncer de piel no está muy diseminado «se coge a tiempo y la curación es excelente», y en el caso de los melanomas metastásicos, que hace diez años eran más difíciles de abordar, con la inmunoterapia hace que ese melanoma, antes mortal, ahora se convierta en una enfermedad crónica. Y es en esa dirección en la que va el actual ensayo de una vacuna.
Revisión anual con el dermatólogo
A juicio de Carlos Guillem, lo «más importante» es que se acuda a una revisión dermatológica al menos una vez al año, en especial las personas con tienen mayor tendencia a quemarse por el sol o tienen muchos lunares, porque el cáncer de piel «existe y existirá», pero si se detecta en las fases precoces «es fácilmente curable al 100 %».
Preguntado por si considera que es muy elevada la cifra de personas que no ha acudido nunca a revisarse la piel, señala que la gente de menos de 40 o 50 años es la que está más concienciada, mientras que la de más de 70 años, como ha convivido con lunares y manchas toda la vida, «cuando algunos de ellos se transforman no tienen la suficiente conciencia, sobre todo si no está en una parte visible, para ir la médico».
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Los alimentos infalibles para prevenir resfriados
Publicado
hace 4 díasen
20 noviembre, 2024La tradición popular atribuye propiedades curativas a los alimentos con vitamina C, pero ¿sabemos cuáles son los alimentos para prevenir resfriados?
Algunos como el ajo, la sopa de pollo o la miel frente al resfriado, la tos, la congestión o la gripe. Sin embargo, en la actualidad no hay ninguna prueba científica que demuestre que su consumo sea beneficioso para este objetivo.
Según ha explicado la doctora Laura Arranz, profesora del Departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimenación y Gastronomía de la Universidad de Barcelona, lo que realmente contribuye a prevenir estas enfermedades, e incluso a aliviar sus síntomas, es seguir hábitos de vida saludables y una alimentación equilibrada.
La doctora ha precisado que «más allá de la vitamina C hay muchos nutrientes imprescindibles para el sistema inmunitario. Todas las vitaminas, minerales como el zinc, antioxidantes como los polifenoles o los betacarotenos, grasas como los Omega-3 y las fibras (sobre todo de tipo soluble) son básicos en un cóctel de salud».
MINERALES Y VITAMINAS
Las vitaminas A, C y E, el magnesio, el cobre, el manganeso o el hierro son algunos de los elementos clave en los procesos celurares que ayudan a neutralizar los radicales libres y el estrés oxidativo.
La doctora Arranz ha aclarado que «el funcionamiento correcto del metabolismo y de las defensas antioxidantes requiere la presencia de estos nutrientes en cantidades suficientes». La pregunta que subyace es qué alimentos propocionan estos nutrientes.
Según la experta, «los alimentos de origen vegetal son ricos en antioxidantes, pero especialmente la fruta, las hortalizas, las verduras de hoja verde, las semillas y los frutos secos». Además, ha aconsejado «consumir una buena parte de estos vegetales en crudo o con tiempos de cocción adecuado para que la ingesta de antioxidantes se amayor».
EL ZINC COMO REGULADOR DEL SISTEMA INMUNE
La doctora Arranz ha explicado que «el zinc es un oligoelemento esencial que juega un papel clave en más de 300 enzimas y está involucrado en la comunicación celular, además de desempeñar un importante papel en la regulación del sistema inmune».
Ha añadido, además, que «el déficit de zinc, que afecta al 20% de la población mundial, se asocia a la disminución del sistema inmunitario». Entre los alimentos que contienen zinc se encuentran las carnes, el pescado, los moluscos, las espinacas o los frutos secos.
OMEGA-3: GUARDIÁN DE LAS DEFENSAS
Las grasas Omega-3 son importantes para el sistema inmunitario, para la salud cardiovascular y para la salud visual y cerebral pero además intervienen como precursores de las moléculas antiinflamatorias.
La experta ha detallado que «si queremos cuidar las defensas, debemos aumentar la ingesta de frutos secos, especialmente nueces y almendras, para conseguir un aporte diario de dos gramos de ácido alfa-linolénico y pescado azul para conseguir 200 gramos de ácido docosahexaenoico (ácido graso poliinsaturado omega-3)».
LA FIBRA, UNA COMPAÑERA ALIADA
La nutricionista ha revelado que «la fibra ayuda a la nutrición y el bienestar de las bacterías beneficiosas que residen en el intestino y que juegan a un rol principal en el sistema inmunitario, por lo es imprescindible en el día a día».
Además, la fibra dietética proviene de los alimenos de origen vegetal tales como las legumbres, las semillas, los frutas secos, las verduras o las frutas.
Sin embargo, la doctora ha advertido que las legumbres «puedencausar problemas de flatulencia debido a la gran cantidad de fibra que aportan». Por ello, para evitar este problema ha aconsejado «tomar raciones pequeñas tres veces pro semana en lugar del tradicional plato de legumbres solo un día a la semana».
Alimentos para prevenir resfriados
La lista de alimentos que ayudan a prevenir gripes, catarros y resfriados es larga… Educo nos la detalla.
1. Pescados, un gran aporte de Omega-3
Los pescados, entre los que destaca el pescado azul, aportan proteínas y Omega-3 al organismo. Estas sustancias ayudan al organismo a proteger los pulmones de las infecciones respiratorias al sintetizar anticuerpos. Ya ves: incluye pescado en el menú semanal. Dos porciones semanales de salmón ayudarán a levantar tus defensas.
2. Cítricos, el consejo de la abuela
¡Y cuánta razón tiene la abuela! Los cítricos son ricos en vitamina C, un nutrientes que puede ayudar a frenar el avance de un resfriado. ¿Lo mejor? Alternar los cítricos consumiendo naranja (muy rica en vitamina C), mandarina (rica en betacarotenes) y limón (gran valor antiséptico que lo convierte en un remedio natural contra el dolor de garganta y la tos).
3. Huevos: proteínas, vitaminas y minerales
Los huevos son un comodín en la cocina, no dudes en prepararlos un par de veces por semana. Un huevo contiene casi 7 gramos de proteína, pero además aporta al organismo vitaminas y minerales, entre los que destacan las vitaminas B6 y B12, el selenio y el zinc, ¡fundamentales para mantener fuerte el sistema inmunológico!
4. Yogur, el poder de los probióticos
Hoy en día se habla mucho de probióticos en la publicidad, pero ¿qué son? Los yogures tienen cultivos vivos que ayudan al sistema inmunológico a evitar que las bacterias malas progresen dentro del cuerpo. ¿Cómo? Muy fácil: si las bacterias buenas son más que las malas, ¡la guerra por la salud está ganada!
5. Verduras de hojas oscuras para reducir el tiempo de la enfermedad
La mayoría de nosotros piensa en un zumo de naranja para ingerir vitamina C. ¿Qué me dirías si te digo que las espinacas, las coles de Bruselas, la lechuga y el brócoli tienen más vitamina C que los cítricos? Incluye estas verduras en la dieta de los peques y si los niños se niegan a comer verduras, ¡disfrázalas! En el enlace te damos ideas al respecto.
6. Calabaza, la reina del beta-caroteno
El betacaroteno es esencial para el organismo ya que cuando éste lo absorbe, se transforma en vitamina A, un nutriente que mejora las defensas y ayuda a prevenir enfermedades. Dale a tus hijos calabaza asada, en crema, mezclada con arroz o en puré, ¡es rica y súper nutritiva! Si a tu hijo no le gusta la calabaza pero sí la zanahoria, ¡a por ella! Las zanahorias también tienen mucho beta-caroteno, motivo por el cual su acción es similar a la de la calabaza.
7. Kiwi, vitamina C al por mayor
Un kiwi aporta al cuerpo más vitamina C que una naranja. Es cierto que puede ser más difícil para los peques comer un kiwi que beber un zumo pero ¡con intentar no se pierde nada!
8. Cebolla y ajo, antibióticos naturales
Tanto la cebolla como el ajo ayudan a prevenir y curar la gripe y los resfriados. Ambos tienen propiedades mucolíticas que ayudan a expulsar secreciones. ¿Un consejo? A los peques suele molestarles más la textura que el sabor de estos alimentos, por eso te recomendamos trocearlos y cocinarlos hasta que no sean perceptibles en el paladar. No abuses de ellos y verás que los peques los comen sin casi darse cuenta.
9. Miel, efecto antitusivo ¡y preventivo!
Incluir la miel en el desayuno de los niños mayores (recuerda que los niños menores de 3 años no deben consumir miel por el riesgo de botulismo) puede ser una gran idea. La miel tiene un efecto preventivo al aumentar las defensas naturales y antitusivo, aliviando la molesta picazón de garganta. Sírvele a tu hijo una tostada con miel o coloca un poco de miel en la leche, ¡le encantará!
10. Frutos secos y legumbres para mantener el calor corporal
Parece una locura pero no lo es: en invierno, perdemos fácilmente el calor corporal, exponiéndonos a toda clase de enfermedades. Los alimentos híper calóricos como las legumbres y los frutos secos aportan la energía necesaria para mantener la temperatura corporal correcta, manteniendo a raya a las enfermedades. Además, tanto los unos como los otros aportan hierro y antioxidantes, fundamentales para mantener el sistema inmunológico fuerte.
11. Frutos rojos, vitamina C en pequeñas dosis
Los frutos rojos aportan vitamina C aunque para que sean realmente efectivos es necesario consumir gran cantidad. Los mencionamos porque ¡son fáciles de incluir en la dieta y a los peques les encantan! ¿Quién puede resistirse a las fresas, las moras y los arándanos? Incorpóralos al yogur o haz un rico batido de frutos rojos con leche.
12. Setas, propiedades antibacterianas
Las diversas setas, hongos y champiñones tienen propiedades antibacterianas que ayudan a combatir las enfermedades. Utilízalos en tostadas, cremas o como acompañamiento para carnes. Una buena alimentación es tan importante como un buen abrigo. Este invierno no lo dudes y prepara un menú equilibrado que incluya estos alimentos para prevenir gripes, catarros y resfriados.
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