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Compromís no ve claro la investidura de Puig y advierte: «Una cosa es ser generosos y otra humillarse»

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VALÈNCIA, 11 Jun. (EUROPA PRESS) – La portavoz adjunta de Compromís en Les Corts Aitana Mas ha afirmado este martes que en estos momentos están «abiertas todas las posibilidades» en relación al debate de investidura de Ximo Puig –que se celebra este miércoles– porque por lo que se le está comentando desde la mesa negociadora la situación continúa como este lunes, cuando los representantes de la coalición se levantaron de la mesa «decepcionados».

«Consideramos que hemos sido generosos, hemos manteniendo en todo momento nuestra lealtad, pero una cosa es mantener la lealtad y ser generosos y otra recibir humillaciones», ha advertido en la rueda de prensa posterior a la junta de portavoces al ser preguntada sobre el estado de las negociaciones para el Botànic II y si en estos momentos cobra fuerza la posibilidad de que la investidura no prosperase.

Mas ha asegurado que este lunes no salieron de la reunión, que se prolongó durante toda la jornada en la sede de Compromís, «con ninguna buena vibración, sino todo lo contrario, decepcionados» y decidieron levantarse de la mesa.

No obstante, por la voluntad de alcanzar finalmente un acuerdo han acudido a la reunión de este martes en la sede del PSPV porque su objetivo es «salir hoy con un acuerdo» para un nuevo Consell progresista que ponga en marcha «políticas valientes». «Hay ganas de cerrar el acuerdo», ha dicho, mostrando su esperanza de que así sea.

«Hoy debe ser el día en que tengamos cerrado ese acuerdo, pero Compromís no quiere humillarse, no quiere ser el que ceda en todo momento, el que sea más solidario, el más generoso, el más leal, pero el que se lleva todos los palos», ha apuntado, porque hay tres fuerzas y las tres deben negociar. «Y negociar supone que ceda todo el mundo, no que solo lo haga una fuerza», ha agregado.

Preguntada por dónde pasa esa humillación, Aitana Mas ha indicado que «si empiezas a ceder ciertas cosas y se te pide más, y más, y más, y hay otras fuerzas que no ceden absolutamente nada» al final parece que solo lo debe hacer Compromís, cuando «ni la primera tiene mayoría absoluta ni la tercera fuerza está en su mejor momento».

«Nosotros hemos cedido en la medida en que hemos perdido solo dos diputados y lo que no puede ser es que nos practiquen un harakiri a nosotros cuando no somos los únicos que estamos negociando», ha incidido, y Compromís no va a pasar «unas ciertas líneas».

Ahora, ha remarcado, «toca responsabilidad y que otras fuerzas también sepan dónde están y en qué momento están, el ‘seny’ y el sentido común lo tenemos que tener todos».

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Maquillaje y contouring para aparentar derrota: la puesta en escena más cínica de Pedro Sánchez

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Maquillaje Pedro Sánchez
Pedro Sánchez visiblemente maquillado

El presidente del Gobierno apareció con un rostro visiblemente maquillado y gesto compungido en su comparecencia tras el informe de la UCO sobre corrupción en el PSOE.

La comparecencia de Pedro Sánchez el pasado jueves en la sede del PSOE en Ferraz no fue simplemente una rueda de prensa: fue una puesta en escena medida al milímetro. El presidente del Gobierno y secretario general de los socialistas apareció con semblante serio, voz apagada y un gesto que quería transmitir preocupación y abatimiento. Pero hubo un detalle que no pasó desapercibido para nadie: su rostro, visiblemente maquillado, usó técnicas de contouring propias del maquillaje profesional, con las que, lejos de embellecerse, buscaba aparentar desgaste, tristeza y preocupación.

Comunicación política o maquillaje emocional

En política, la imagen lo es todo. La forma en la que un líder comunica —ya sea con palabras, gestos o presencia escénica— puede ser tan poderosa como el contenido de su mensaje. En esta ocasión, Pedro Sánchez parecía haberlo entendido a la perfección. Frente a las cámaras, lució un tono de piel bronceado que contrastaba con el maquillaje oscuro aplicado en los pómulos, mandíbula y sienes, una técnica conocida como contouring, utilizada para dar profundidad y esculpir el rostro.

Pero, en lugar de proyectar una imagen cuidada, este maquillaje generó un efecto contraproducente: su rostro apareció demacrado, con rasgos marcados, ojeras acentuadas y un rictus dramático. Una imagen que, unida a su discurso en tono bajo y afectado, buscaba transmitir un mensaje muy concreto: soy una víctima más de la traición y la corrupción que me rodea.

El objetivo: generar empatía

El caso de Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE y señalado en un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil por su supuesta implicación en un cobro de comisiones, ha golpeado directamente al núcleo duro del sanchismo. Y Sánchez ha reaccionado con una estrategia que combina distanciamiento institucional y victimismo personal. Ha pedido perdón a los militantes del partido y a la ciudadanía, ha admitido que confiaba en Cerdán hasta el último momento y ha asegurado que no tenía conocimiento previo del informe policial.

Sin embargo, este mensaje no ha calado como él esperaba. Las redes sociales ardieron en críticas, memes y comentarios que denunciaban la artificialidad de su puesta en escena. El hashtag #MaquillajeDeFerraz se convirtió en tendencia, y usuarios y analistas coincidieron en señalar que el presidente había querido parecer más afectado de lo que realmente está.

El sudor del poder

Durante la intervención, otro detalle llamó especialmente la atención: la sudoración excesiva en el rostro de Sánchez. A medida que avanzaba la rueda de prensa, los brillos en la frente, el labio superior y los pómulos se hicieron más visibles. Un efecto que, lejos de humanizar su imagen, incrementó la sensación de nerviosismo y teatralidad. ¿Sudaba por tensión real o por un maquillaje mal aplicado bajo los focos?

El resultado fue una escena que muchos tildaron de “tanatorio político”, con un líder que quiso proyectar desolación, pero que terminó generando escepticismo. Incluso periodistas y profesionales del maquillaje han comentado en redes que la ejecución del contouring fue excesiva y poco natural, logrando el efecto contrario al deseado: una imagen artificiosa.

La estética al servicio de la estrategia

Esta no es la primera vez que la imagen de Pedro Sánchez es objeto de análisis. Desde su llegada a La Moncloa, ha mostrado un especial cuidado por su apariencia pública. De hecho, fuentes oficiales han reconocido que el gasto en peluquería, maquillaje y asesoría de imagen del presidente ha aumentado de forma notable desde 2020. Según datos publicados, el presupuesto de imagen se duplicó en esta legislatura, lo que evidencia que, para Sánchez, la estética también es política.

En esta ocasión, la puesta en escena fue más allá del maquillaje. La elección de Ferraz como escenario, el contraste del traje oscuro con la camisa blanca, el tono sombrío de su discurso y la decisión de comparecer sin el logo oficial del Gobierno buscaban un único propósito: salvar la figura institucional del presidente y dejar claro que lo que está en entredicho es el partido, no el Ejecutivo.

¿Víctima o estratega?

El debate está servido: ¿fue Pedro Sánchez víctima de la traición de su entorno o un estratega que quiso aprovechar la ocasión para reafirmar su liderazgo ante la tormenta? Lo cierto es que, al despedir a Cerdán, ha lanzado un mensaje claro de corte de cabezas, intentando transmitir que no le temblará el pulso frente a la corrupción. Pero al mismo tiempo, se aferra al poder y descarta cualquier cambio profundo o elecciones anticipadas. Su objetivo, como él mismo ha declarado, es gobernar hasta 2027.

A ojos de la ciudadanía, sin embargo, este movimiento puede resultar insuficiente. Las explicaciones dadas hasta ahora, tanto en lo político como en lo penal, siguen generando muchas dudas. Y la puesta en escena de Sánchez, con maquillaje dramático incluido, ha sido percibida por muchos como una maniobra de distracción más que como un gesto sincero.

Reacciones en redes: del meme al escándalo

En pocas horas, la imagen de Pedro Sánchez se convirtió en blanco de burlas y críticas. Usuarios como @manuel_llamas o @EL00LEON compararon su aspecto con personajes de ficción y criticaron duramente lo que consideran una farsa política: “El PSOE ha contratado al equipo de maquillaje de The Walking Dead para esta rueda de prensa”, ironizaba uno de ellos. Otros señalaban el uso del maquillaje como “una técnica manipuladora” para generar lástima.

Analistas políticos también han cuestionado el momento elegido para la comparecencia: justo después de que se conociera el informe de la UCO que implica al núcleo de confianza del presidente en posibles tramas de adjudicación de obras públicas a cambio de comisiones. En ese contexto, la imagen compungida de Sánchez parecía, para muchos, una cortina de humo.

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