Salud y Bienestar
¿Cuándo dejan los niños de ir al pediatra?
Publicado
hace 6 díasen
El cuidado de la salud infantil es una prioridad para cualquier familia. Desde que un bebé llega al mundo, los padres comienzan a recibir visitas periódicas al pediatra, un médico especializado en la salud de los niños. Estas consultas son esenciales para el seguimiento del desarrollo físico y emocional, la vacunación, y la prevención de enfermedades. Sin embargo, con el paso de los años, surge la pregunta: ¿cuándo dejan los niños de ir al pediatra? A continuación, te ofrecemos una guía sobre este proceso y todo lo que debes saber acerca de la transición a la atención médica para adultos.
El papel del pediatra en la infancia
El pediatra es fundamental durante los primeros años de vida del niño. En sus consultas, no solo se encarga de las revisiones físicas, sino que también realiza un seguimiento del desarrollo emocional y cognitivo. Entre las principales funciones del pediatra se encuentran:
- Control de crecimiento y desarrollo: El pediatra evalúa el desarrollo motor, cognitivo y emocional del niño. Esto incluye la observación de hitos como caminar, hablar y socializar.
- Vacunación: Asegura que el niño reciba todas las vacunas necesarias para prevenir enfermedades graves.
- Diagnóstico y tratamiento de enfermedades comunes: Los pediatras tratan desde resfriados y fiebre hasta problemas más complejos como infecciones o enfermedades crónicas.
- Consejos sobre la salud y el bienestar: Los pediatras brindan orientación sobre la alimentación, el sueño, la actividad física y otros aspectos del cuidado general del niño.
¿Hasta qué edad es recomendable seguir visitando al pediatra?
Aunque la recomendación general es que los niños sigan siendo atendidos por un pediatra hasta los 14 o 15 años, esta edad puede variar dependiendo del país, la cultura y las necesidades individuales de cada niño. La transición a un médico de adultos, como un médico de familia o un internista, puede realizarse gradualmente a medida que el niño crece. Aquí te presentamos los momentos clave:
1. Hasta los 2 años: Consultas frecuentes
Los bebés y niños pequeños requieren visitas al pediatra con mayor frecuencia, debido a su rápido desarrollo y a la necesidad de seguir el calendario de vacunas. Entre los 0 y los 2 años, las consultas son habituales, ya que el pediatra monitorea el crecimiento, las enfermedades comunes y las etapas de desarrollo.
2. De 2 a 6 años: Visitas periódicas
Durante la infancia temprana, las visitas al pediatra siguen siendo necesarias, aunque no tan frecuentes. El pediatra continúa controlando el crecimiento, las enfermedades, la nutrición y el desarrollo físico. También se realizan revisiones periódicas a medida que el niño comienza la escolarización. El calendario de vacunación sigue siendo una prioridad.
3. De 6 a 12 años: Visitas anuales
A medida que el niño entra en la escuela primaria, las consultas al pediatra suelen ser anuales, salvo que haya problemas de salud que lo requieran. Durante este período, el pediatra también revisa el desarrollo social, emocional y físico, y se asegura de que el niño se esté desarrollando adecuadamente en todas las áreas. También se trata el control de enfermedades comunes y se sigue con el esquema de vacunación.
4. De 12 a 14 años: Adolescencia temprana
Cuando los niños entran en la adolescencia, las visitas al pediatra continúan siendo importantes. A esta edad, los pediatras están acostumbrados a tratar problemas relacionados con la pubertad, cambios hormonales, salud mental y orientación sobre hábitos saludables. La adolescencia es un momento crítico para la prevención de problemas como el acné, trastornos de la conducta alimentaria o problemas de salud mental.
5. ¿Cuándo se transita a un médico de adultos?
Alrededor de los 14 o 15 años, algunos pediatras sugieren que es el momento de realizar la transición a un médico de adultos, en parte debido a los cambios fisiológicos que ocurren durante la pubertad. Sin embargo, este paso no es obligatorio y depende de las necesidades específicas del adolescente. En algunos casos, especialmente si el niño tiene una afección crónica o un problema médico significativo, el pediatra puede seguir siendo el médico principal hasta los 18 años.
Consideraciones para la transición al médico de adultos
El paso del pediatra a un médico de adultos no siempre es fácil. Aquí hay algunos factores a tener en cuenta:
- La relación con el pediatra: Muchos niños y adolescentes se sienten cómodos con su pediatra, que ha sido parte de su vida durante años. La transición puede ser emocionalmente difícil para algunos, ya que pueden sentirse inseguros al cambiar de médico.
- El tipo de atención médica necesaria: Si el niño o adolescente tiene una condición crónica (como asma, diabetes o problemas cardíacos), es posible que necesite un seguimiento más cercano y especializado. En este caso, el pediatra podría seguir involucrado en el tratamiento hasta la edad adulta.
- La disponibilidad de un médico de adultos: La transición también depende de la disponibilidad de un médico de adultos en la localidad, especialmente si el niño vive en una zona rural o tiene un acceso limitado a servicios médicos.
¿Qué sucede si el niño tiene problemas de salud a una edad avanzada?
Algunos adolescentes pueden enfrentar problemas de salud a medida que entran en la adolescencia. El pediatra sigue siendo la mejor opción en estos casos debido a su experiencia con problemas específicos de la adolescencia, como trastornos hormonales o emocionales, aunque los médicos de familia también están capacitados para tratar estos problemas.
¿Es posible que el niño no pase directamente al médico de adultos?
En algunos casos, los pediatras pueden seguir atendiendo a niños mayores de 15 años si la situación lo requiere, especialmente si el niño tiene condiciones médicas complejas que necesitan seguimiento. Además, en algunos países, existen clínicas de atención para adolescentes donde se puede seguir recibiendo atención especializada, pero no necesariamente bajo el marco de la pediatría tradicional.
Conclusión
El momento de dejar de ir al pediatra depende de varios factores, incluidos el desarrollo físico y emocional del niño, así como la salud y el tipo de atención médica que necesite. Aunque la mayoría de los niños hacen la transición a un médico de adultos entre los 14 y 15 años, este proceso puede ser flexible, dependiendo de las circunstancias. Lo importante es asegurarse de que el niño o adolescente reciba el seguimiento médico adecuado en todas las etapas de su vida para garantizar su bienestar.
Es fundamental que los padres y cuidadores estén atentos a las necesidades de salud de sus hijos, y si tienen dudas sobre cuándo hacer la transición o cómo, pueden consultar con su pediatra para determinar la mejor opción para el futuro de la salud de su hijo.
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13 noviembre, 2024La reciente DANA que afectó a gran parte de la Comunidad Valenciana ha dejado áreas inundadas donde los riesgos para la salud pública, especialmente por la proliferación de mosquitos y roedores, han aumentado considerablemente. A continuación, abordamos las recomendaciones y estrategias que las autoridades y asociaciones de sanidad han puesto en marcha para prevenir enfermedades en las zonas más afectadas.
Implementación del plan de vectores de sanidad
Con el fin de minimizar el riesgo de enfermedades transmitidas por insectos, el Ministerio de Sanidad y la Conselleria de Sanidad de la Comunidad Valenciana han activado un plan urgente de control de vectores, centrado en los mosquitos. Las áreas inundadas representan un entorno perfecto para la reproducción de mosquitos, que podrían ser portadores de enfermedades peligrosas. En un esfuerzo de contención, este plan tiene un plazo crítico de implementación de una a dos semanas.
El riesgo del mosquito ‘Culex’ y la fiebre del Nilo Occidental
Uno de los principales vectores de preocupación es el mosquito común, Culex pipiens, que puede transmitir la fiebre del Nilo Occidental, además de otras enfermedades como el Usutu y la fiebre del Valle del Rift. Andalucía ha experimentado un aumento de casos de fiebre del Nilo este año, elevando el nivel de alerta en toda la región y en particular en las áreas valencianas que ahora presentan agua estancada. Las autoridades buscan evitar que esta situación de alto riesgo se traduzca en un aumento de casos.
Impacto del cambio climático en la proliferación de mosquitos
El cambio climático, con temperaturas más cálidas de lo habitual en esta época del año, juega un papel clave en la proliferación de mosquitos. El director de Salud Pública, Pedro Gullón, señala que estas temperaturas anómalas pueden prolongar el ciclo de vida de los mosquitos, aumentando el riesgo de transmisión de enfermedades hasta bien entrado el otoño. Además del mosquito común, se monitorean otros vectores, incluyendo el mosquito tigre, conocido por su capacidad para transmitir enfermedades como el dengue.
Estrategias de vigilancia y protección individual
Las autoridades han desplegado una serie de herramientas de vigilancia, como la aplicación Mosquito Alert, que permite a los ciudadanos reportar la presencia de mosquitos en sus zonas, facilitando así la identificación de focos de riesgo mediante inteligencia artificial. En paralelo, se han implementado métodos de control como trampas y larvicidas en los puntos críticos.
Recomendaciones para la población:
Para evitar picaduras y el contacto directo con los mosquitos, se recomienda a los residentes de áreas afectadas cubrirse con ropa de manga larga y usar repelentes en las zonas expuestas de piel. Además, en zonas donde la acumulación de agua no pueda eliminarse, es crucial mantenerla cubierta y bien protegida.
Riesgos inmediatos de salud pública
Enfermedades por contacto con aguas contaminadas:
Además del riesgo derivado de los vectores, el contacto con aguas estancadas plantea un peligro inmediato de infecciones. La exposición al agua contaminada puede causar gastroenteritis, infecciones respiratorias e incluso infecciones cutáneas. Para prevenir estos riesgos, se ha activado un sistema de vigilancia epidemiológica en los centros de salud y hospitales de la región.
Medidas preventivas para evitar la proliferación de plagas
La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla) ha emitido una serie de recomendaciones específicas para reducir la proliferación de mosquitos y roedores en las áreas afectadas. Jorge Galván, director general de Anecpla, subraya que la acumulación de agua y las altas temperaturas crean un «caldo de cultivo» ideal para la reproducción de estos vectores. Las medidas recomendadas incluyen:
- Evitar acumulaciones de agua en recipientes u otros objetos que puedan retener agua en patios o terrazas.
- Colocar mosquiteras en ventanas y puertas para evitar la entrada de insectos en el hogar.
- Usar ropa de manga larga en las áreas afectadas para reducir la exposición a las picaduras.
- Almacenar alimentos de forma segura y proteger la basura en bolsas bien cerradas para reducir la atracción de roedores.
- Reportar avistamientos de grandes poblaciones de mosquitos o presencia de roedores a los servicios municipales.
Respuesta coordinada y compromiso público
Desde el inicio de la emergencia, Anecpla ha coordinado con diferentes niveles de la administración pública para asesorar en temas de sanidad ambiental. Estas acciones conjuntas buscan reducir al máximo el riesgo de brotes de enfermedades, resaltando la importancia de la colaboración ciudadana para reportar posibles focos de mosquitos o roedores y adoptar las medidas de precaución recomendadas.
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