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¿De qué color son mis ojos?

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¿De qué color son mis ojos?
¿De qué color son mis ojos? PIXABAY

El color de los ojos varía considerablemente en todo el mundo y está influenciado por la genética. Los colores más comunes son el marrón, el azul, el verde y el gris. Aquí hay un vistazo a la distribución de los colores de ojos en diferentes partes del mundo:

  1. Marrón: El marrón es el color de ojos más común en el mundo. Se encuentra con mayor frecuencia en personas de ascendencia asiática, africana, americana e incluso europea.
  2. Azul: El azul es más común en personas de ascendencia europea, especialmente en aquellos de Europa del Norte y del Este. También es más prevalente en personas de ascendencia caucásica.
  3. Verde: Los ojos verdes son menos comunes y se encuentran con mayor frecuencia en personas de ascendencia europea, especialmente en Europa Central y del Norte. También pueden aparecer en personas de ascendencia mixta.
  4. Gris: El gris es un color menos común pero puede ser un subconjunto de ojos azules o verdes. Se encuentra en varias poblaciones, pero no es tan prevalente como otros colores.
  5. Ámbar y Avellana: Algunas personas tienen ojos de color ámbar o avellana, que son tonos cálidos que contienen matices de dorado y marrón. Estos colores son más comunes en personas de ascendencia asiática, del Medio Oriente y en ciertos grupos europeos.

Es importante tener en cuenta que la herencia genética juega un papel fundamental en determinar el color de los ojos. Sin embargo, la genética es compleja y la variabilidad es alta, lo que significa que los colores de ojos pueden variar incluso dentro de una misma familia. Además, la exposición a la luz y otros factores ambientales también pueden influir en cómo percibimos el color de los ojos.

Más de la mitad de la población española tiene los ojos verdes o avellana

El color de los ojos en el mundo:

El color de ojos está determinado por la cantidad y el tipo de pigmentos presentes en el iris. Los humanos son los animales que tienen más variaciones fenotípicas en el color de los ojos:

Ojos castaños.Contienen grandes cantidades de melanina dentro del iris que sirven para absorber la luz. La mayoría de los habitantes originales de África, Asia y América tienen ojos castaños. Los ojos castaños también se encuentran en Europa, Oceanía y Norteamérica, aunque dentro de las poblaciones europeas no son predominantes a la misma extensión. Se considera el color más dominante en todo el mundo.

Ojos color miel. El color miel o avellana describe ojos que contienen elementos de ojos verdes-grises y marrones claros. Son encontrados comúnmente en países europeos como Rumania, Francia, España, Suiza, Italia y Eslovenia, y en Canadá y EE UU. También se encuentran presentes, aunque en menor medida, en algunas áreas del Cercano y Medio Oriente, norte de África e Iberoamérica, con cierta frecuencia en países como Argentina, Uruguay, Chile y Brasil.

Ojos verdes. Son el producto de moderadas cantidades de melanina, se puede producir por la mezcla de melanina de los padres si uno posee ojos azules y el otro castaños o avellana. En Europa están presentes en menor medida que los azules y castaños, excepto en Hungría, donde los ojos verdes forman el 20% de la población. Con menos frecuencia todavía es posible hallarlos en poblaciones de Afganistán e Irán, y algunas áreas del Oriente Medio, principalmente Israel y el Líbano.

Ojos azules. Los ojos azules son relativamente comunes en muchas zonas de Europa (un 80% en Suecia, Finlandia o Dinamarca) y fuera de este continente en áreas con poblaciones de ascendencia europea, como Canadá, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. En el resto del mundo son raros, la población mundial con ojos azules no supera los 150 millones. Los ojos azules contienen bajas cantidades de melanina dentro del iris. Se produjeron por una mutación genética de un solo individuo hace entre 6.000 y 10.000 años.

Ojos grises. Los ojos color gris contienen la menor cantidad de melanina que cualquiera de los otros tipos. Un ejemplo de ojos grises puede ser el caso de una persona albina. Son comunes en la Rusia Europea, Escandinavia, y los países bálticos.

Ojos de varios colores. Se dan por diferencias acusadas de melanina en determinadas zonas del iris. Presenta así un aspecto heterogéneo en el que se ven colores por separado sin mezclarse entre ellos (heterocromia parcial).

Ojos negros. Los ojos negros son muy poco frecuentes ya que se dan por una anomalía llamada aniridia, que es la falta parcial o total del iris.

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Referencia bibliográfica:
Yerena Muiños Díaz, María A. Saornil, Ana Alamaraz, Mari F. Muñoz-Moreno, Ciro García, Ruperto Sanz. “Iris color: validation of a new classification and distribution in a Spanish population-based sample”. European Journal of Ophthalmology / Vol. 19 no. 4, 2009 / pp. 686-689.

Fuente: SINC

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Dermatitis en perros: el enemigo silencioso de tu mascota cuando llega el frío

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Cuando bajan las temperaturas, la piel de tu perro también sufre

Con la llegada del invierno y el descenso de los termómetros, no solo las personas necesitan protegerse del frío. Los perros también pueden verse afectados, muchas veces de forma silenciosa, por las condiciones propias de esta época del año. El frío, el aire seco y los cambios bruscos de temperatura entre el exterior y los hogares con calefacción debilitan la barrera natural de su piel.

Estas condiciones pueden desencadenar problemas cutáneos en perros, como sequedad, enrojecimiento, picor o lesiones persistentes. Lo que inicialmente parece una simple “piel seca de invierno” puede evolucionar hacia una dermatitis canina, afectando a su bienestar y calidad de vida.


¿Qué es la dermatitis canina y por qué el frío la favorece?

La dermatitis en perros no es una única enfermedad, sino un conjunto de afecciones de la piel caracterizadas por inflamación, picor, caída del pelo, enrojecimiento o lesiones. Sus causas pueden ser diversas: alergias, parásitos, infecciones por hongos, contacto con sustancias irritantes o factores ambientales.

Durante el invierno, el riesgo aumenta debido a:

  • Bajas temperaturas

  • Ambientes secos

  • Uso continuado de calefacción

Estos factores alteran la función protectora de la piel, favoreciendo la pérdida de hidratación, la sequedad y una mayor susceptibilidad a infecciones. Además, si el perro sale con el pelo mojado por lluvia, nieve o charcos, la combinación de humedad y frío puede provocar brotes más intensos de dermatitis.


¿Qué perros tienen mayor riesgo en invierno?

Algunos perros son más sensibles a los efectos del frío sobre la piel. Entre los grupos con mayor riesgo se encuentran:

  • Cachorros y perros de edad avanzada, con piel más frágil

  • Perros con poco pelo o sin subpelo denso

  • Animales con antecedentes de alergias o problemas dermatológicos

  • Perros expuestos frecuentemente a humedad, especialmente en patas, vientre y zonas bajas

Si aparecen signos como rascado constante, enrojecimiento, pérdida de pelo, piel seca o agrietada, especialmente tras paseos fríos o húmedos, es recomendable actuar de forma temprana.


Cómo prevenir la dermatitis en perros durante el invierno

Para cuidar la piel del perro en los meses fríos, estas recomendaciones pueden marcar la diferencia:

  • Limpiar y secar bien el pelo y las patas después de cada paseo

  • Utilizar productos de higiene suaves y específicos para pieles sensibles

  • Mantener una rutina regular de cepillado

  • Cuidar la alimentación y la hidratación, ya que los ambientes fríos y secos favorecen la pérdida de agua

  • Evitar ambientes excesivamente secos o con temperaturas muy elevadas debido a la calefacción

  • Ante los primeros síntomas (picor, enrojecimiento, lamido excesivo o caída de pelo), consultar con el veterinario


Cuidado dermatológico sin necesidad de baño

En casos de dermatitis o piel sensible, existen soluciones de aplicación en seco que permiten mantener una rutina constante de cuidado cutáneo sin necesidad de baños frecuentes, que en invierno pueden resultar incómodos o estresantes para el animal. Este tipo de tratamientos facilitan la aplicación localizada en zonas concretas y ayudan a restaurar el equilibrio de la piel, mejorar la hidratación y favorecer su recuperación.

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