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Del ruedo a la política: desde Mazzantini a Vicente Barrera

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Del ruedo a la política
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Javier López

Madrid, 18 jun (OFFICIAL PRESS- EFE).- La designación del diestro Vicente Barrera (Vox) como vicepresidente y consejero de Cultura del futuro Gobierno valenciano vuelve a unir a dos mundos, tauromaquia y política, cuya relación no es del todo actual, pues ya a principio del siglo XX hubo toreros como Luis Mazzantini que decidieron dar el salto a las instituciones después de colgar el traje de luces.

El histórico espada nacido Elgóibar (Gipuzkoa) en 1856 y de ascendencia italiana, fue uno de los más importantes del finales del siglo XIX, rival en el ruedo de los célebres Guerrita, Lagartijo y Frascuelo, reconocido gran estoqueador y un hombre también de una notoria formación académica y cultural que le hizo codearse con la alta sociedad española de la época.

Mazzantini

Apodado como ‘el señorito loco’ porque no entendían la necesidad que un joven que no provenía de una clase social baja y no había pasado el calvario del hambre y la necesidad se dedicara a ser torero, Mazzantini se retiró de los ruedos en 1905, justo después de morir su esposa, y un año más tarde dio el salto a la política.

Fue como concejal del Ayuntamiento de Madrid por el distrito de Chamberí, aunque también llego a ser teniente de alcalde y miembro de la Diputación Provincial, cargos que ocupó hasta que en 1919 fue nombrado gobernador civil de la provincia de Guadalajara y un año después de la provincia de Ávila.

Del ruedo a la política

El caso de Mazzantini no es el único en el que toros y política se dieron la mano en aquellos primeros años del siglo pasado.

«El ángel rojo»

Otro ejemplo lo representa Melchor Rodríguez García, conocido como «el ángel rojo», una figura clave en el Madrid republicano de la Guerra Civil, que, como delegado de prisiones de la ciudad, se jugó la vida para detener las sacas de presos que se estaban haciendo en las cárceles de la capital, la gran mayoría contrarios a su marcada ideología de izquierdas.

«Se puede morir por las ideas, pero nunca matar por ellas», era una frase de Rodríguez que él mismo se aplicó a fondo y llevó hasta las últimas consecuencias.

Sevillano de nacimiento, sindicalista y anarquista de corazón, e inquilino de muchas cárceles, Rodríguez fue también el último y fugaz alcalde republicano de Madrid, cargo que solo ejerció el 28 de marzo de 1939 y desde el que le cupo la tarea de entregar la ciudad a los vencedores de la contienda.

Pero antes de todas estas andanzas, por las que el pasado 15 de mayo el Ayuntamiento de Madrid le entregó a título póstumo una de sus medallas de oro, intentó labrarse su camino como torero, salvoconducto para huir del hambre y la pobreza.

Así, la enciclopedia taurina «El Cossío» le decida un breve epígrafe, en el que recoge que debutó con picadores en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) en 1913, llegó a debutar en la antigua plaza madrileña de la Puerta de Alcalá en 1918, donde sufrió una grave cornada, y pisó ruedos importantes como Sevilla o Salamanca antes de retirarse en 1920.

Otra figura histórica de aquella época fue el sevillano Joaquín Miranda, famoso banderillero de El Algabeño, Marcial Lalanda y Juan Belmonte, que se afilió a la Falange Española y que llegó a ser gobernador civil en Huelva durante la guerra y, ya en los años 50 del siglo pasado, fue miembro del Consejo Nacional del Movimiento y Procurador en las Cortes franquistas.

Antes, durante la II República, el crítico taurino riojano César Jalón, Clarito, llegó a convertirse en ministro de Comunicaciones; y en el otro lado del Atlántico, el célebre diestro mexicano Silverio Pérez llegó a presidente federal y alcalde de Texcoco a finales de los años 50, además de desempeñar otros cargos políticos.

EL TOREO DEL SIGLO XXI, MÁS PRESENTE QUE NUNCA EN LA POLÍTICA

La prohibición de las corridas de toros en Cataluña en 2010 y los ataques que desde cierto sector político e ideológico padece la tauromaquia en la actualidad para tratar de dejar de reconocerla legalmente patrimonio cultural de España y afrontar así su posible abolición, ha hecho que el sector haya entendido que la mejor manera de defender sus intereses es hacerlo desde dentro de las instituciones.

Miguel Abellán

Así, Miguel Abellán se convirtió en el primer torero en dar ese do de pecho cuando fue en las listas del PP que lideraba Pablo Casado a las primeras elecciones generales de 2019. No lo hizo ya en los segundos comicios de ese mismo año, aunque su lealtad al partido se vio premiada con el cargo de director gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, que sigue desempeñando hoy día.

Ese mismo año fueron muchos los toreros que trataron de dar el salto a la política: Serafín Marín (número 3 de Vox al Congreso por Barcelona), Salvador Vega (cerraba la lista del PP por Málaga), el banderillero José María Tejero, hermano del actor Fernando Tejero (número 3 de Vox en Córdoba), el también banderillero Pablo Ciprés (número 1 de Vox en Huesca), y el novillero El Dani (número 1 de Vox al Senado por Álava).

Ninguno de ellos logró escaño, en cambio sí han conseguido representación municipal tras el 28M los matadores de toros retirados Julio Campano y Miguel Rodríguez, concejales de Vox y PP en las localidades de Las Navas del Marqués (Ávila) y Moraleja de Enmedio (Madrid), respectivamente.

También el escritor y periodista taurino Paco Cañamero ha sido elegido alcalde por el PSOE de la localidad salmantina de La Fuente de San Esteban, cargo que desempeñó en su día el subalterno Javier Gómez Pascual en Guarrate (Zamora), éste por el PP.

Pero el gran protagonista de los últimos días ha sido Vicente Barrera (Valencia, 1968) torero de exitosa trayectoria, licenciado en Derecho, que hizo sus pinitos políticos en el PP de Francisco Camps y UPyD, y que ahora se convertirá en vicepresidente y consejero de Cultura del futuro Gobierno valenciano, con Vox.

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Meteored alerta de un “tren siberiano” que podría dejar nieve en Valencia

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La posibilidad de nieve en Valencia genera siempre expectación, especialmente cuando las previsiones meteorológicas sitúan la cota de nieve en torno a los 600 metros. Aunque la capital valenciana, situada a nivel del mar, rara vez ve nevar, el interior de la provincia sí puede registrar episodios de nieve en cotas relativamente bajas cuando se dan las condiciones adecuadas.

¿Es posible que nieve en Valencia a 600 metros?

Sí. Cuando se producen entradas de aire frío, combinadas con precipitaciones y temperaturas bajas, la cota de nieve puede descender hasta los 600 metros en zonas del interior de la Comunitat Valenciana. Este escenario no es habitual, pero tampoco excepcional durante episodios invernales intensos.

Las áreas más propensas a recibir nieve a esa altitud son las zonas montañosas del interior, donde la altitud, la orientación y el frío acumulado favorecen la aparición de nieve frente a la lluvia.

Zonas donde podría nevar con cota de 600 metros en Valencia

Con una cota de nieve situada en torno a los 600 metros, los puntos con mayor probabilidad de ver copos o acumulaciones ligeras son:

  • El Rincón de Ademuz, una de las zonas más frías de la provincia

  • Municipios del interior norte y oeste de Valencia, como las comarcas de Los Serranos o el Alto Turia

  • Sierras interiores con altitudes cercanas o superiores a los 600–700 metros

En estos lugares, la nieve puede cuajar especialmente durante la madrugada o primeras horas del día, cuando las temperaturas son más bajas.

Por qué baja la cota de nieve hasta los 600 metros

La cota de nieve desciende cuando coinciden varios factores meteorológicos:

  • Aire frío en capas bajas

  • Temperaturas cercanas o inferiores a 0 ºC en altura

  • Precipitaciones persistentes

  • Viento que favorece la entrada de masas de aire más frías

Cuando estos elementos se combinan, la lluvia puede transformarse en nieve a altitudes más bajas de lo habitual en la Comunitat Valenciana.

¿Puede nevar en la ciudad de Valencia?

Es muy poco probable que nieve en la ciudad de Valencia, incluso con una cota de 600 metros, debido a su cercanía al mar y a las temperaturas más suaves. Sin embargo, no se descartan episodios de aguanieve en situaciones muy concretas, aunque serían excepcionales y sin acumulación.

Precaución en carreteras del interior

Cuando la cota de nieve baja a 600 metros, las carreteras del interior valenciano pueden verse afectadas por nieve o hielo, especialmente en puertos de montaña y tramos elevados. Se recomienda extremar la precaución, consultar el estado de las vías y evitar desplazamientos innecesarios en zonas altas.

Un fenómeno poco frecuente, pero posible

La nieve en Valencia a 600 metros no es habitual, pero forma parte de los episodios invernales más destacados. Cada vez que se produce, suele dejar imágenes poco comunes en pueblos del interior y un notable descenso térmico en toda la provincia.

 

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