Casi una década después de su remodelación, todavía queda pendiente el ajardinamiento de cerca de 4.000 metros cuadrados de parcela, en la parte recayente a la Calle del Hospital, a la espera de que el Ejecutivo central ceda su titularidad a la Diputación para dicho propósito. El PP presentó una moción a la comisión de Ecología que fue respaldada por todos los grupos y no se ha hecho nada hasta la fech.
Así lo ha explicado el concejal del Grupo Municipal Popular Carlos Mundina quien ha lamentado que, dos años después de presentar una iniciativa a tal fin, todavía no se hayan realizado las gestiones oportunas para culminar el Jardín del Hospital, el mayor en tamaño de toda Ciutat Vella, según el proyecto del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra.
Como destaca Carlos Mundina, “el Jardín del Hospital sigue estando igualmente falto de un elemento divulgativo, fundamental para la lectura didáctica de este lugar emblemático, así como para la comprensión de su significación histórica para el conjunto de la ciudad, resultando los restos arqueológicos que aún se conservan, en ausencia de este elemento, totalmente ininteligibles para los vecinos y turistas que se acercan a dicho enclave”. Por dicha razón, los populares han vuelto a insistir en lanecesidad de instalar varios paneles informativos dentro del jardín, en la línea de las recomendaciones realizadas por el Consell Valencià de Cultura.
Asimismo, “el Jardín del Hospital sigue presentando en la actualidad algunas de las patologías previas a su reforma: suciedad generalizada, fisuras en algunas esculturas, uso inadecuado del mobiliario urbano como pistas de skate, entre otras muchas”, ha lamentado Carlos Mundina.
Igualmente, las pintadas han vuelto a cubrir muchas de las columnas y de los monumentos del jardín –los dedicados a Esculapio y al historiador Nicolau Primitiu–, principalmente en la zona arqueológica y en los solares pendientes de cesión. Por último, la zona situada por debajo del nivel de la cota de la calle sigue sirviendo en la práctica de refugio a los indigentes de las inmediaciones, existiendo incluso restos de un pequeño conato de incendio.
De acuerdo con el Acta de cesión a la Diputación Provincial de Valencia de las obras de ordenación de los espacios exteriores del MuVIM, de 4 de diciembre de 2012, el Ayuntamiento de Valencia asume desde esa fecha la competencia de la gestión del servicio público del Jardín del Hospital, correspondiendo a la Diputación el mantenimiento de las obras artísticas y de los restos arqueológicos ubicados en el jardín, como propietaria de los mismos.
Como denuncia Mundina, “aunque el Ayuntamiento debe colaborar con la Diputación en su custodia, a través del Servicio municipal de Jardinería y de la Policía Local,informando a esta última de cualquier incidencia, por desgracia, esta estipulación no se está cumpliendo en estos momentos”.
A la vista de lo anterior, Carlos Mundina ha reclamado que se mejore el mantenimiento y la conservación del Jardín del Hospital, replantando los ejemplares arbóreos faltantes, así como las unidades arbustivas en mal estado, y dotando de una mayor frondosidad a la parte más próxima al túnel de Guillem de Castro, a modo de barrera vegetal que amortigüe la contaminación acústica generada por la circulación de vehículos. El edil popular ha solicitado también que se refuerce la presencia policial en la zona, especialmente en horario nocturno, cuando la percepción de una mayor impunidad anima a la comisión de este tipo de actos vandálicos, y que se restauren de inmediato las obras escultóricas actualmente dañadas.
Primer sanatorio mental del Occidente medieval
Como ha recordado Carlos Mundina, el Jardín del Hospital ocupa el solar del antiguo Hospital de los Pobres Inocentes, considerado el primer sanatorio mental del Occidente medieval. Construido en el año 1409 bajo el impulso del Padre Juan Gilabert Jofré, en él se daría por primera vez tratamiento médico hospitalizado a los enfermos mentales, desatendidos desgraciadamente hasta ese momento. Apenas un siglo después de su fundación, el recinto hospitalario sería pasto de las llamas, siendo reconstruido según los planos de Gaspar Gregori en el nuevo estilo de la época. Únicamente la portada de acceso, en la Calle del Hospital, quedaría en pie tras el devastador incendio. La citada institución, precedente del actual Hospital General, pasaría a depender a partir de 1878 de la Diputación Provincial de Valencia.
Más adelante en el tiempo y, en concreto, con la llegada de la II República, se empezaría a hacer patente la necesidad de construir un hospital de mayores dimensiones en las afueras de la ciudad, ante el aumento de la presión demográfica y la obsolescencia de las instalaciones del viejo hospital. Finalizada la Guerra Civil y el periodo de autarquía, la ubicación escogida para el nuevo centro hospitalario sería la Avenida del Cid, una zona en rápida expansión al calor de las nuevas tesis desarrollistas adoptadas por el régimen franquista y donde se proyectarían miles de viviendas baratas para la clase trabajadora. Éste sería inaugurado en 1962, acudiendo una numerosa comitiva presidida por Francisco Franco y por el Gobernador Civil de Valencia.
Para la financiación del nuevo edificio, la Diputación contemplaba la demolición del antiguo complejo hospitalario y la salida a subasta de los solares, una operación no exenta de polémica por su componente especulativo. La enérgica oposición de instituciones como el Ateneo Mercantil, Lo Rat Penat o la Academia de Bellas Artes de San Carlos conseguiría salvar in extremis del derribo algunas partes del conjunto la portada gótica, la Capilla del Capitulet, la Ermita de Santa Lucía y el crucero de la enfermería de Febres, declarados en 1963 Monumento Histórico Artístico Nacional y, varias décadas después, en 2007,Bien de Interés Cultural–, paralizándose igualmente la recalificación de los terrenos, que se destinarían finalmente a zonas verdes.
Con el paso de los años, el Jardín del Hospital iría degradándose a marchas forzadas, ofreciendo al visitante una imagen nada acorde con la importancia histórica de este enclave urbano: zonas verdes convertidas en un auténtico barrizal, acampadas de indigentes, esculturas mutiladas y un largo etcétera.
Aún más grave, los restos arqueológicos procedentes del antiguo hospital se encontraban dispersos por toda su superficie, completamente descontextualizados y carentes de una mínima puesta en valor.
A la vista de lo anterior, en el año 2009 el Ayuntamiento y la Diputación de Valencia encargarían la reordenación y el ajardinamiento de este espacio al arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, autor igualmente del MuVIM, abriéndose de nuevo al público tres años más tarde. Un proyecto que sería galardonado en 2015 con el premio internacional The Plan Award, en la categoría de Espacio Público.
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