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Salud y Bienestar

Descubre los beneficios de congelar el pan: esto dicen los nutricionistas

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¿Es bueno para la salud congelar el pan?
¿Es bueno para la salud congelar el pan?-PIXABAY

Descubre los sorprendentes beneficios de congelar el pan. Según la nutricionista Beatriz González, este hábito mejora la digestión gracias al almidón resistente.


Congelar el pan: mucho más que una cuestión de conservación

Congelar el pan es una práctica habitual para evitar que se endurezca o se eche a perder, especialmente en hogares donde no se consume diariamente. Sin embargo, lo que muchas personas desconocen es que este hábito tiene un beneficio adicional para la salud digestiva. Según la nutricionista Beatriz González, el proceso de congelación transforma el almidón del pan en un tipo de almidón especial llamado almidón resistente, que puede mejorar la digestión y favorecer el equilibrio de la flora intestinal.


¿Qué es el almidón resistente y cómo se forma?

El almidón es uno de los principales componentes del pan, pero cuando se somete a procesos de congelación y posterior descongelación o recalentamiento, una parte de este almidón se convierte en almidón resistente. Este tipo de almidón no se descompone ni se digiere en el intestino delgado, sino que llega intacto al colon, donde es fermentado por las bacterias intestinales.

Este proceso genera butirato, un ácido graso de cadena corta con importantes propiedades antiinflamatorias. El butirato contribuye a la salud intestinal, mejorando la digestión, reduciendo la inflamación y favoreciendo la protección contra enfermedades digestivas.


Beneficios de consumir pan con almidón resistente

  1. Mejora de la digestión:
    El almidón resistente actúa como un prebiótico, alimentando a las bacterias beneficiosas del intestino, lo que promueve un sistema digestivo saludable.
  2. Propiedades antiinflamatorias:
    El butirato generado por la fermentación del almidón resistente ayuda a reducir la inflamación intestinal, protegiendo contra enfermedades como el síndrome del intestino irritable o colitis.
  3. Control del índice glucémico:
    El almidón resistente tiene un menor impacto en los niveles de azúcar en sangre, lo que puede beneficiar a personas con diabetes o que buscan controlar su peso.
  4. Mayor saciedad:
    Al no ser completamente digerido, el almidón resistente aumenta la sensación de saciedad, ayudando a controlar el apetito y evitar el consumo excesivo de calorías.

Cómo congelar y descongelar el pan correctamente

Si deseas aprovechar estos beneficios, es importante seguir algunos pasos para congelar y descongelar el pan adecuadamente:

  1. Congelación:
    • Envuelve el pan en film transparente o en bolsas herméticas para evitar la formación de escarcha y la pérdida de humedad.
    • Es recomendable cortarlo en porciones para facilitar su descongelación posterior.
  2. Descongelación:
    • Deja el pan a temperatura ambiente hasta que recupere su textura.
    • Para una mejor experiencia, puedes calentarlo ligeramente en el horno o en la tostadora.
  3. Evitar congelar pan relleno:
    • Si el pan contiene ingredientes como embutidos o salsas, la calidad puede verse afectada tras la descongelación.

¿Es mejor congelar pan integral o blanco?

Ambos tipos de pan se benefician del proceso de congelación, pero el pan integral tiene un contenido más alto en fibra, lo que lo hace aún más saludable. La combinación de fibra y almidón resistente potencia los efectos positivos sobre la digestión y el control glucémico.


¿Es necesario recalentar el pan descongelado?

Recalentar el pan descongelado no es obligatorio, pero puede ayudar a mejorar su textura y sabor. Además, el recalentamiento puede aumentar ligeramente la cantidad de almidón resistente, según algunos estudios. Sin embargo, es importante no abusar de temperaturas muy altas para evitar la formación de sustancias nocivas en la corteza del pan.


Otras recomendaciones para una buena salud digestiva

Además de aprovechar el almidón resistente del pan congelado, la nutricionista Beatriz González aconseja mantener una alimentación equilibrada que incluya otros alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. También es fundamental mantenerse bien hidratado y realizar actividad física regularmente para favorecer el tránsito intestinal.


Conclusión: congelar el pan mejora más que su conservación

Congelar el pan no solo es una manera práctica de conservarlo, sino que también puede aportar beneficios importantes para la salud digestiva. El almidón resistente que se genera durante este proceso actúa como un aliado para mejorar la digestión, reducir la inflamación y controlar los niveles de azúcar en sangre. Incorporar este hábito en tu rutina diaria es una forma sencilla y efectiva de cuidar tu bienestar intestinal.

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Salud y Bienestar

¿Sueles tener los pies fríos? Estas son las enfermedades que pueden estar detrás

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pies fríos causas
Análisis de pies - ULE - Archivo

VALÈNCIA, 11 Dic. (EUROPA PRESS) – El Ilustre Colegio Oficial de Podología de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) ha resaltado que problemas circulatorios, neuropatía periférica, enfermedad de Raynaud, hipotiroidismo o anemia son algunas enfermedades que pueden generar sensación de pies fríos, así como el tabaquismo. Estas son las causas.

La causa más común: problemas circulatorios

En primer lugar, la patología más común es tener problemas circulatorios. “Esta patología suele progresar de forma silenciosa con la edad y la insuficiencia venosa dificulta el retorno de la sangre al corazón. Las venas pierden elasticidad y tienen dificultades para hacer subir la sangre contra la gravedad. Este estancamiento venoso enfría progresivamente los pies y provoca sensación de pies fríos”, ha explicado el podólogo y miembro de la junta directiva del ICOPCV, Jorge Escoto.

La arteriosclerosis, el endurecimiento de las arterias, también reduce su capacidad para transportar sangre caliente a las extremidades. Para ayudar a evitar los pies fríos por problemas circulatorios, los podólogos recomiendan estimular la circulación con ejercicios sencillos como flexionar los dedos de los pies o rotar los tobillos.
Estos movimientos activan la bomba muscular y favorecen el retorno venoso, evitando el círculo vicioso de que cuanto más frío se siente, menos se mueve la persona, ralentizando aún más la circulación.
Junto a ello, es “importante” eliminar hábitos tóxicos como el tabaquismo, ya que fumar endurece, inflama y obstruye las arterias.

Enfermedad de Raynaud: ataques isquémicos transitorios

En segundo lugar, la enfermedad de Raynaud es otra patología que podría estar detrás de esta sintomatología. Se trata de un ataque isquémico transitorio, es decir, un periodo breve en el que se detiene el flujo de sangre hacia los pies por obstrucción de las arterias, generando sensación de frío en los miembros inferiores.

En quienes la padecen, la llegada del frío acentúa la enfermedad: los vasos sanguíneos se contraen, los pies pueden verse blanquecinos o azulados, y aparece entumecimiento. Para aliviar los síntomas, el ICOPCV aconseja realizar ejercicios, usar medias que favorezcan la circulación y reducir la nicotina en personas fumadoras.

También se recomienda evitar braseros y fuentes de calor directo, ya que los cambios bruscos de temperatura agravan la clínica. Es esencial apostar por calzado con buena capacidad de aislamiento térmico y calcetines de lana de merino durante el invierno.

Neuropatía periférica: pies fríos que no están fríos al tacto

Otra enfermedad que genera sensación de pies fríos es la neuropatía periférica, originada por daño en los nervios que detectan la temperatura.
“Es importante destacar que, en estos casos, los pies se sienten fríos, pero al tocarlos en realidad no lo están. Esto es muy común en personas diabéticas y, por ello, se deben extremar las precauciones”, ha explicado Escoto.

La neuropatía reduce la capacidad para percibir calor o frío reales, lo que incrementa el riesgo de quemaduras o congelaciones sin que la persona lo perciba. Por este motivo, se recomienda:

  • Revisar los pies regularmente.

  • Evitar braseros y fuentes de calor directo.

  • Optar por baños con agua tibia.

  • Realizar revisiones podológicas periódicas para controlar el estado de las uñas, el calzado y las ortesis plantares.

  • No caminar descalzo y examinar los pies a diario en busca de cortes, ampollas o enrojecimiento, usando un espejo o ayuda familiar de ser necesario.

Además, es fundamental secar correctamente los espacios interdigitales, hidratar la piel y realizar un masaje suave tras el lavado diario.

Hipotiroidismo y anemia: patologías sistémicas que también enfrían los pies

Por último, tener los pies fríos de forma constante puede ser consecuencia de hipotiroidismo o anemia.

En el hipotiroidismo, la glándula tiroides no produce suficientes hormonas T3 y T4, esenciales para controlar el metabolismo y la producción de calor en las células. Esto provoca frialdad y sequedad en los pies.

En la anemia, la deficiencia de hierro limita la oxigenación y la capacidad del cuerpo para generar calor, produciendo una circulación sanguínea deficiente.

Escoto subraya la importancia de que los podólogos formen parte de unidades multidisciplinares, ya que una consulta podológica puede detectar patologías sistémicas o, a la inversa, muchas enfermedades generales tienen manifestaciones en los pies que requieren atención especializada.

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