La Fundación Aquae nos da las claves para evitar los tan temidos incendios forestales.
No abandonar residuos que puedan provocar un incendio
Abandonar residuos como botellas y objetos de cristal –que actúan como una lupa–, papeles u otro material combustible puede acabar en tragedia. Fumar en el bosque o en sus alrededores es especialmente peligroso: no se deben arrojar colillas o cerillas, ni siquiera a la carretera por la ventanilla del coche. El viento puede transportarlas y activarlas.
No hacer fuego en época de incendios
El 95% de los incendios forestales son provocados por el ser humano, en su gran mayoría por negligencias. Entre el 1 de junio y el 1 de noviembre es la época de mayor riesgo de incendios y sobre todo, el mediodía y el atardecer y los fines de semana de julio y agosto. Cualquier pequeña chispa o llama pueden causar un desastre. Por ello, no hay que hacer fogatas o barbacoas ni quemar rastrojos o demás restos agroforestales.
Cómo prevenir incendios forestales desde la precaución
En las zonas de riesgo de incendio hay que ser muy precavido. Es recomendable que en las viviendas de dichos lugares no se pongan setos de especies que ardan con facilidad (arizónicas, cipreses, etc.), no se construyan barbacoas en sus límites o no utilizarlas en los días de viento y de mayor riesgo, y depositar los residuos en los contenedores o vertederos habilitados.
Una de las medidas para evitar los incendios forestales podría ser que los propietarios de las viviendas que se encuentren en zona de riesgo aprueben un plan de autodefensa. Esto se consistiría en instalar depósitos de agua e hidrantes en las calles, mantener los caminos aledaños despejados de vehículos y vegetación, etc. Las personas que salgan a la naturaleza deberían conocer bien el entorno y los diferentes caminos, no salirse de los lugares señalizados e intentar ir por zonas con visibilidad.
Evitar el uso del coche o aparatos mecánicos
Los coches o cualquier otro vehículo de combustión deberían aparcarse en aparcamientos habilitados. O, al menos, en zonas despejadas de pastos o matorral. El tubo de escape en contacto con matorrales secos podría generar un incendio. Y no hay que utilizar desbrozadoras, motosierras o cualquier otro aparato mecánico que pueda provocar chispas o calor intenso.
Invertir en gestión forestal
La prevención mediante una correcta gestión forestal evitaría los grandes incendios forestales. Es imprescindible actuar de manera directa sobre las causas que los provocan y evitar que se repitan año tras año. Es necesario una mayor inversión en selvicultura preventiva. La reducción de los incendios forestales pasa por el tratamiento y la gestión de nuestros bosques y paisajes naturales. Los trabajos de prevención, planificación y preservación resultan fundamentales para reducir el número de incendios forestales y, por tanto, su impacto en el entorno.
Aumentar la concienciación ambiental
Como hemos dicho anteriormente, las negligencias por parte del ser humano son una de las principales causas de los incendios forestales. Por tanto, concienciarse de los riesgos y las consecuencias de un incendio forestal puede ser la mejor forma de acabar con ellos. También es importante asumir una actitud activa: compartir con las personas cercanas los consejos para evitar un incendio, avisar a las autoridades públicas de vertidos en el monte y retirar residuos susceptibles de provocar un fuego, apagar bien fogatas abandonadas, etc.
Aplicar la ley y aumentar los controles
La normativa medioambiental se debería aplicar en todo su rigor contra quienes provocan incendios forestales. Asimismo, se necesitan más medios humanos y técnicos para impedir estos delitos. O al menos que no queden impunes. Además, hay que buscar maneras de extinguir este tipo de incendios con el menor impacto posible.
Saber reaccionar ante un incendio
Si se ve un incendio o una columna de humo, el tiempo es vital: hay que telefonear de inmediato al 112 de Emergencias o al 062 de la Guardia Civil. Imprescindible dar el mayor número de datos posible. Para que el incendio no nos dañe, es esencial huir lo más deprisa posible en contra de la dirección del viento o por un lateral. Nunca ladera arriba ni hacia barrancos u hondanadas, sino buscar un claro. Si se va en coche, lo mejor es cerrar las ventanillas. Si se colabora en las labores de extinción, no hay que quedarse solo y hacer siempre caso a los expertos o personal autorizado.
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