Psicología
Estilo hygge, la última tendencia para ser más feliz

Publicado
hace 1 añoen
El término «hygge» (pronunciado «hu-ga») proviene del danés y noruego y es un concepto que no tiene una traducción directa al español, pero se puede entender como «confort», «acogedor» o «bienestar». Hygge es mucho más que una palabra; es una filosofía de vida que se ha convertido en una tendencia global, especialmente en los últimos años, como una forma de buscar la felicidad y el bienestar en la vida cotidiana. Analizamos el estilo hygge, la última tendencia para ser más feliz
La idea de hygge tiene sus raíces en las culturas nórdicas, particularmente en Dinamarca. Este país, conocido por sus inviernos largos y oscuros, ha desarrollado a lo largo del tiempo una serie de prácticas y estilos de vida que buscan contrarrestar las inclemencias del clima y promover el bienestar personal y comunitario. En Dinamarca, hygge se ha practicado durante siglos como una manera de crear momentos de felicidad y tranquilidad, a menudo en la comodidad del hogar y en compañía de seres queridos.
Uno de los aspectos más importantes del hygge es la creación de ambientes acogedores y confortables. Esto incluye el uso de velas, mantas suaves, iluminación cálida y muebles cómodos. Los daneses creen que la atmósfera de un espacio puede influir significativamente en el estado de ánimo de las personas, por lo que se esfuerzan por crear entornos que inviten a la relajación y al disfrute.
Hygge se trata de encontrar alegría en las cosas simples de la vida. Esto puede incluir disfrutar de una taza de té caliente, leer un buen libro, escuchar música suave, o simplemente pasar tiempo con amigos y familiares. La clave está en estar presente y apreciar los momentos cotidianos.
La comunidad y las relaciones personales son fundamentales en la filosofía hygge. Compartir comidas, charlar alrededor de una fogata, o simplemente pasar tiempo juntos sin la distracción de dispositivos electrónicos son maneras de fortalecer los lazos con las personas cercanas.
Hygge también implica cuidar de uno mismo. Esto puede ser a través de prácticas como el mindfulness, la meditación, o simplemente tomarse un tiempo para uno mismo. La idea es recargar energías y mantener un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal.
Practicar hygge puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. Crear un ambiente acogedor y disfrutar de los pequeños placeres puede tener un efecto positivo en tu estado de ánimo y bienestar general.
Al centrarse en las conexiones personales y pasar tiempo de calidad con los demás, el hygge puede fortalecer las relaciones y crear un sentido de comunidad.
Los daneses, que han sido consistentemente clasificados entre los países más felices del mundo, atribuyen parte de su bienestar a la práctica del hygge. Encontrar alegría en las pequeñas cosas y crear un entorno acogedor puede contribuir a una vida más feliz.
El estilo hygge es más que una tendencia; es una forma de vida que busca encontrar la felicidad y el bienestar en lo cotidiano. Al implementar los principios del hygge en tu vida, puedes crear un ambiente más acogedor, disfrutar de los pequeños placeres, fortalecer tus relaciones y, en última instancia, ser más feliz. Así que, enciende unas velas, acurrúcate con una manta y disfruta del momento presente. ¡Bienvenido al mundo del hygge!
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Publicado
hace 1 semanaen
7 septiembre, 2025Cada 10 de septiembre se conmemora el Día Internacional para la Prevención del Suicidio, una jornada que busca visibilizar un problema que sigue siendo un tabú social y que provoca cada año miles de muertes evitables en todo el mundo. En España, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, más de 4.000 personas se quitan la vida cada año, lo que convierte el suicidio en la primera causa de muerte externa, muy por encima de los accidentes de tráfico.
El lema elegido para 2025 es “Changing the Narrative on Suicide” (Cambiando la narrativa sobre el suicidio). El objetivo es claro: romper con el silencio, desmontar mitos y generar un diálogo abierto que ayude a prevenir y a acompañar a quienes atraviesan un sufrimiento intenso.
Los psicólogos valencianos Enric Valls y Gracia Vinagre insisten en la importancia de hablar abiertamente sobre el suicidio. Valls recalca que no se trata de inducir, sino de informar, sensibilizar y concienciar: “Hablar es abrir salidas de emergencia. Si preguntamos y escuchamos, estamos dando a la persona la oportunidad de expresar su sufrimiento”.
Por su parte, Vinagre recuerda que el mito de que hablar del suicidio aumenta el riesgo es falso: “Cuando no se habla, quienes tienen ideas suicidas no se atreven a contarlo por miedo al juicio. Eso les deja aún más aislados y sin ayuda”.
La presidenta de la Federación de Salud Mental de la Comunitat Valenciana, Rosa Bayarri, advierte que el suicidio no responde a una única causa ni afecta a un solo grupo social. Entre las situaciones con mayor prevalencia se encuentran:
Jóvenes que no ven futuro ni oportunidades.
Personas desempleadas o en situación de calle.
Reclusos y personas privadas de libertad.
Víctimas de violencia machista.
Niños y adolescentes víctimas de acoso escolar.
Personas que sufren homofobia, racismo o discriminación.
Quienes padecen trastornos de salud mental graves.
Las señales de alarma incluyen cambios drásticos de conducta, aislamiento social, verbalizaciones sobre la muerte, pérdida de interés en actividades cotidianas, consumo abusivo de alcohol o drogas y conductas de riesgo.
Enric Valls explica que, desde el punto de vista cognitivo, el suicidio no significa querer morir, sino “acabar con una situación insoportable de dolor”. Por eso, recalca, la clave está en mostrar que hay alternativas y muchas formas de aliviar el sufrimiento: ampliar redes sociales, pedir ayuda profesional o incluso ayudar a otros para encontrar sentido.
Gracia Vinagre añade que simplemente escuchar puede ser un acto preventivo: “Si alguien habla de suicidio y la otra persona responde con silencio o indiferencia, la sensación de aislamiento se multiplica. Pero si se aborda el tema con comprensión, se abre una puerta a la esperanza”.
El Ministerio de Sanidad elaboró en 2020 una guía de recomendaciones para el tratamiento del suicidio en los medios. En ella se insiste en dos ideas clave:
El silencio informativo no es una opción, porque invisibiliza el problema.
El sensacionalismo tampoco lo es, ya que puede generar un efecto imitación.
Los expertos apuntan al efecto Papageno: mostrar testimonios de personas que han superado crisis suicidas y han encontrado alternativas puede tener un potente efecto preventivo.
Las asociaciones insisten en que el suicidio no puede entenderse como un problema exclusivo del individuo o de su familia, sino como un problema social que requiere respuestas colectivas. La prevención pasa por reforzar los servicios de salud mental, garantizar atención inmediata en situaciones de crisis y promover campañas de sensibilización permanentes.
En 2025, el Gobierno de España ha puesto en marcha el Plan Nacional de Prevención del Suicidio 2025-2027, que incluye la creación de un registro nacional de datos, un observatorio estatal, autopsias psicológicas y protocolos de intervención en colegios, centros de salud y residencias. Además, se han destinado más de 17 millones de euros a programas específicos de prevención.
Los expertos advierten de un reto emergente: el uso de inteligencia artificial y chatbots por parte de adolescentes y jóvenes en crisis. Aunque pueden ofrecer compañía, a veces refuerzan las ideas suicidas en lugar de contrarrestarlas. Por ello, se pide que estas herramientas estén programadas para derivar a recursos profesionales y no para validar decisiones de riesgo.
La prevención del suicidio empieza en lo cotidiano. Los especialistas recomiendan:
Escuchar sin juzgar a la persona en crisis.
Preguntar directamente si tiene pensamientos suicidas.
Ofrecer apoyo emocional con gestos sencillos: mirar a los ojos, abrazar, acompañar.
No minimizar su dolor ni responder con frases hechas.
Facilitar recursos de ayuda profesional.
Las personas en crisis y sus allegados pueden recurrir a diferentes recursos de apoyo disponibles las 24 horas del día:
Teléfono 024: línea de atención nacional para la prevención del suicidio.
112: número de emergencias para situaciones de riesgo inminente.
Teléfono de la Esperanza: 717 00 37 17.
El Día Internacional para la Prevención del Suicidio 2025 nos recuerda que nadie quiere morir, sino dejar de sufrir. Hablar, escuchar y actuar son las claves para ofrecer alternativas y esperanza. Romper el tabú es el primer paso para que miles de personas encuentren una salida distinta al dolor.
✅ Metadescripción SEO: El 10 de septiembre se celebra el Día Internacional para la Prevención del Suicidio 2025. Expertos en salud mental reclaman hablar del suicidio sin tabúes, detectar señales de alarma y ofrecer apoyo. En España, más de 4.000 personas se quitan la vida cada año.
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