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Salud y Bienestar

Cómo evitar el contagio de la gripe

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Con la llegada del frío y los cambios de temperatura estamos en las fechas de mayor riesgo de contagio de la gripe.Como todos sabemos, la gripe es una enfermedad común pero potencialmente grave que afecta a millones de personas en todo el mundo cada año. Entendiendo esta idea, prevenir la gripe es fundamental para mantener la salud personal y comunitaria, especialmente en épocas de brotes estacionales.

En el siguiente artículo, desde el Hospital de Manises, exploraremos todos los aspectos clave sobre cómo prevenir la gripe, desde las medidas básicas de higiene y vacunación hasta consejos prácticos para fortalecer tu sistema inmunológico y reducir el riesgo de contagio. ¡Sigue leyendo!

¿Cómo se contagia la gripe?

El virus de la gripe se transmite de una persona a otra a través de las gotitas de saliva que emitimos al hablar o estornudar, y también al entrar en contacto con objetos que previamente están contaminados por el virus, tocándonos a continuación la nariz, la boca o los ojos.

Es importante saber que las personas pueden ser contagiosas un día antes de mostrar síntomas y hasta una semana después. La vacunación de la gripe anual y las medidas de higiene, como lavarse las manos y cubrirse la boca al toser, son cruciales para prevenir la gripe.

Síntomas de la gripe

Generalmente, los síntomas de la gripe responden a fiebre alta, tos seca, dolor muscular y articular, malestar en garganta o secreción nasal. El proceso puede alargarse varias semanas y, en ocasiones, puede ser bastante molesto e incluso suponer un riesgo serio para nuestra salud.

A menudo, algunos de los síntomas de la gripe, como la tos o la congestión nasal, pueden llevar a confusión entre la gripe y un resfriado común, pero no hay que equivocar ambas patologías. La gripe provoca fiebre alta, dolor muscular y de articulaciones, dolor de cabeza e incluso diarrea.

Síntomas de la gripe

Cuánto dura la gripe

A la pregunta cuánto dura la gripe, lo cierto es que la respuesta puede variar de persona a persona, ya que depende de varios factores, como la cepa del virus, la salud general del individuo y si se busca tratamiento médico adecuado.

Por lo general, la gripe suele durar entre una semana y diez días. Los síntomas más intensos, como fiebre alta, dolores musculares y fatiga extrema, generalmente se presentan durante los primeros días de la enfermedad y disminuyen con el tiempo. Sin embargo, la tos y la debilidad pueden persistir durante varias semanas en algunas personas.

Es importante destacar que, si se presenta una complicación grave, como una infección bacteriana secundaria o una neumonía, la recuperación puede llevar más tiempo y requerir tratamiento médico adicional. En casos leves, el reposo, la hidratación y los medicamentos para aliviar los síntomas, como los analgésicos y antipiréticos, suelen ser suficientes para superar la gripe. Si experimentas síntomas graves o prolongados, es importante buscar atención médica.

Cómo evitar el contagio de la gripe

Hay algunos consejos sencillos que podemos aplicar a nuestro día a día y que responden a la pregunta de cómo prevenir la gripe. Desde Hospital de Manises queremos acercaros los más importantes:

  • Tápate la boca y la nariz al estornudar
  • Utiliza pañuelos desechables y tíralos tras cada uso
  • Lávate las manos con frecuencia
  • No compartas alimentos ni utensilios
  • Evita cambios bruscos de temperatura
  • Aliméntate e hidrátate adecuadamente

Cómo prevenir la gripe

Además, en el caso de la población mayor de 65 años, se recomienda la vacunación contra la gripe ayudando así a la prevención de la enfermedad y a reducir la gravedad de sus síntomas. Personal sanitario, profesoras, cuidadores de ancianos o conductores de transporte público son algunos de los sectores profesionales a los que se recomienda la vacuna.

Tratamiento de la gripe

El tratamiento de la gripe se centra principalmente en aliviar los síntomas, ya que la mayoría de las personas con gripe se recuperan por sí solas. A continuación te dejamos algunas recomendaciones para el tratamiento de la gripe:

  1. Descanso
  2. Hidratación
  3. Antivirales recetados
  4. Cuidado personal
  5. Aislamiento para evitar la propagación del virus
  6. Consulta médica

Tratamiento de la gripe

Recuerda que la prevención, a través de la vacunación anual contra la gripe, es la forma más efectiva de evitar esta enfermedad.

Gripe en niños

La gripe en niños es común y puede causar síntomas similares a los de los adultos, incluyendo fiebre, tos y congestión.

Los niños, especialmente los menores de 5 años, están en riesgo de complicaciones graves. La vacunación anual es crucial para prevenir la gripe en niños, y se recomienda para aquellos a partir de los 6 meses de edad. Además, enseñarles medidas de higiene y cuidado personal, como lavarse las manos y cubrirse al toser, es importante.

Si un niño contrae la gripe, el tratamiento se enfoca en aliviar los síntomas y se pueden usar medicamentos de venta libre bajo la supervisión de un médico. El aislamiento en casa es esencial para prevenir la propagación del virus en la comunidad.

Si tienes cualquier duda o sientes los primeros síntomas, puedes consultar al personal sanitario de tu centro de salud u hospital más cercano. Y recuerda, nunca te automediques, siempre consulta a un profesional antes.

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¿Por qué nos ponemos malos en vacaciones?

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¿Por qué nos ponemos malos en vacaciones?
¿Por qué nos ponemos malos en vacaciones?

Cuando llegan las vacaciones todos soñamos con descansar, desconectar del trabajo y disfrutar del tiempo libre. Sin embargo, muchas personas experimentan justo lo contrario: resfriados, problemas digestivos, dolores de cabeza, alergias o incluso bajones anímicos. Este fenómeno, tan habitual como molesto, tiene una explicación médica y psicológica. Te contamos por qué nos ponemos malos en vacaciones y qué hacer para evitarlo.


El síndrome del ocio o del descanso: la base del problema

Los especialistas lo llaman “síndrome del ocio” o “síndrome del descanso”, un fenómeno que aparece cuando, tras un periodo de alta exigencia física o mental, el cuerpo se relaja bruscamente y aparecen síntomas de enfermedad.

Durante los meses de trabajo o estudio, el organismo mantiene un nivel elevado de cortisol y adrenalina, hormonas relacionadas con el estrés. Estas sustancias ayudan a mantenernos activos, aunque también reducen la eficacia del sistema inmunológico. Cuando llega el descanso, los niveles de estrés caen en picado y el cuerpo aprovecha para mostrar todo aquello que llevaba tiempo acumulando.


Factores que explican por qué enfermamos en vacaciones

1. Bajada de defensas tras el estrés

El estrés crónico provoca que las defensas trabajen a menor rendimiento. Durante semanas o meses aguantamos gracias a la tensión diaria, pero cuando el cuerpo se relaja es más vulnerable a virus y bacterias. De ahí que sea común pillar un resfriado o una infección leve justo al inicio de las vacaciones.

2. Cambios bruscos de rutina

En vacaciones solemos alterar horarios de sueño, alimentación y ejercicio. Dormir menos o demasiado, saltarse comidas, consumir más alcohol o comidas copiosas, y la falta de actividad física repercuten directamente en el bienestar. El cuerpo, acostumbrado a un ritmo regular, reacciona con malestares digestivos, cansancio o dolor de cabeza.

3. Viajes y exposición a nuevos entornos

El hecho de viajar implica cambios de clima, altitud, huso horario y contacto con bacterias y virus diferentes. Todo ello supone un desafío para el organismo, que debe adaptarse rápidamente. Por eso, diarreas, alergias y problemas respiratorios son más frecuentes en vacaciones.

4. El “efecto rebote” del estrés acumulado

Muchos trabajadores llegan al periodo vacacional en estado de agotamiento físico y mental. Al desconectar, el cuerpo interpreta que ya puede bajar la guardia, lo que se traduce en un “reajuste” que en algunos casos se manifiesta como malestar general, dolores musculares o incluso ansiedad.

5. Problemas psicosomáticos

La salud mental también influye. La llegada de las vacaciones, con más tiempo libre y menos obligaciones, puede hacer que afloren preocupaciones que antes se mantenían en segundo plano. Esto se traduce en síntomas físicos como insomnio, dolores de estómago, migrañas o tensión muscular.


Enfermedades más frecuentes en vacaciones

  • Resfriados y gripes leves: fruto de la bajada de defensas.

  • Problemas digestivos: gastroenteritis, diarrea del viajero, indigestiones o acidez.

  • Dolores musculares y de espalda: consecuencia del estrés acumulado y cambios en la rutina de ejercicio.

  • Alergias: al polvo de hoteles, al polen en nuevas zonas geográficas o a ciertos alimentos.

  • Problemas dermatológicos: como quemaduras solares, reacciones alérgicas o eccemas.

  • Trastornos del sueño: derivados de los cambios de horario, viajes largos o exceso de actividad nocturna.


Cómo prevenir ponernos malos en vacaciones

Mantener hábitos saludables antes y durante el descanso

Lo ideal es no esperar a las vacaciones para cuidar el cuerpo. Mantener una alimentación equilibrada, dormir lo suficiente y practicar ejercicio con regularidad ayuda a que el sistema inmunológico no sufra tanto el cambio de ritmo.

Evitar los excesos

Aunque es normal disfrutar de comidas especiales, alcohol o trasnochar, conviene hacerlo con moderación. Los excesos son una de las principales causas de problemas digestivos y fatiga durante el verano.

Preparar los viajes con antelación

Si el destino implica cambios de clima, altitud o alimentación, es recomendable llevar un botiquín básico, hidratarse con frecuencia y dar tiempo al cuerpo para adaptarse. En destinos internacionales, conviene revisar las vacunas necesarias.

Escuchar al cuerpo

Muchas veces el organismo avisa antes de caer enfermo. Síntomas como cansancio extremo, insomnio, irritabilidad o dolores de cabeza recurrentes son señales de que necesitamos parar antes de que aparezca una enfermedad.

Proteger la piel y el sistema respiratorio

El uso de crema solar, ropa adecuada y medidas de higiene básicas (lavado de manos, evitar agua contaminada) reducen el riesgo de problemas en vacaciones.


Vacaciones como oportunidad de resetear el cuerpo

Aunque resulte paradójico, ponerse malo en vacaciones puede ser la forma que tiene el cuerpo de “resetearse”. El descanso permite que afloren desequilibrios que estaban escondidos bajo la rutina del estrés. Lo importante es entender este fenómeno, cuidarse y no verlo como una mala suerte, sino como una llamada de atención a la necesidad de equilibrar trabajo y salud durante todo el año.


Conclusión: disfrutar de las vacaciones sin enfermar es posible

Ponerse enfermo en vacaciones es más habitual de lo que pensamos, y no se debe únicamente a la casualidad. El estrés acumulado, los cambios de rutina y la bajada de defensas son factores clave que explican este fenómeno. La buena noticia es que, con una preparación adecuada y hábitos saludables, se puede reducir considerablemente el riesgo y disfrutar de un descanso reparador.

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