Salud y Bienestar
El peligro de un exceso de azúcar en la dieta de los niños: Consecuencias y riesgos
Publicado
hace 6 mesesen
El consumo de azúcar en la dieta infantil ha aumentado de manera preocupante en las últimas décadas. Los alimentos ultraprocesados, las bebidas azucaradas y los postres han convertido al azúcar en un ingrediente omnipresente en la alimentación diaria de los niños. Si bien el azúcar puede ser una fuente rápida de energía, su consumo excesivo puede tener graves consecuencias para la salud física y mental de los más pequeños. A continuación, se exploran los principales riesgos asociados a un exceso de azúcar en la dieta infantil.
Uno de los efectos más visibles del consumo excesivo de azúcar es el aumento de peso. El azúcar aporta calorías vacías, es decir, no ofrece nutrientes esenciales como vitaminas o minerales, pero sí aumenta el aporte calórico. Cuando los niños consumen más calorías de las que necesitan para su crecimiento y actividades, estas se almacenan en forma de grasa corporal. Esto puede llevar a un desequilibrio energético y, a largo plazo, contribuir al desarrollo de la obesidad infantil.
La obesidad en los niños no es solo un problema estético, sino que incrementa significativamente el riesgo de desarrollar otras enfermedades graves como diabetes tipo 2, hipertensión y problemas cardíacos a una edad temprana.
El aumento de peso, sumado a una dieta rica en azúcar, puede desencadenar problemas en la regulación de la glucosa en sangre, lo que incrementa el riesgo de diabetes tipo 2 en los niños. Aunque esta enfermedad solía ser considerada exclusiva de los adultos, en los últimos años ha habido un incremento preocupante de casos en menores de edad. El consumo constante de alimentos y bebidas azucaradas provoca picos de glucosa en la sangre, lo que obliga al páncreas a trabajar en exceso para producir insulina. A largo plazo, este esfuerzo excesivo puede conducir a una resistencia a la insulina, el principal factor desencadenante de la diabetes tipo 2.
Uno de los riesgos más conocidos del exceso de azúcar es el daño dental. Los azúcares presentes en los alimentos se descomponen rápidamente en ácidos por las bacterias presentes en la boca, y estos ácidos erosionan el esmalte dental, provocando caries. Las caries no tratadas pueden causar dolor, infecciones y, en casos graves, la pérdida de dientes. Además, los problemas dentales en la infancia pueden tener consecuencias a largo plazo, afectando la salud bucal y la confianza del niño.
Existen estudios que sugieren una relación entre el consumo elevado de azúcar y problemas de comportamiento o dificultades de atención en los niños. Los picos de glucosa en la sangre, seguidos de caídas rápidas, pueden generar irritabilidad, hiperactividad e incluso cambios en el estado de ánimo. Este patrón puede interferir en su capacidad para concentrarse en tareas escolares y afectar su rendimiento académico. Aunque la relación exacta entre el azúcar y el comportamiento aún se está investigando, muchos padres y educadores han notado estos efectos en el comportamiento de los niños tras consumir grandes cantidades de dulces.
Aunque las enfermedades cardíacas suelen estar más asociadas a los adultos, los hábitos alimenticios que se establecen en la infancia pueden tener un impacto en la salud cardiovascular a largo plazo. El consumo elevado de azúcar está relacionado con niveles altos de triglicéridos, un tipo de grasa en la sangre que aumenta el riesgo de enfermedades del corazón. Además, el azúcar en exceso favorece el desarrollo de la obesidad y la diabetes tipo 2, ambos factores de riesgo para la salud cardiovascular.
El consumo excesivo de alimentos ricos en azúcar a menudo desplaza la ingesta de alimentos más nutritivos. Los niños que consumen muchas calorías vacías de productos azucarados pueden perder oportunidades de consumir alimentos ricos en nutrientes esenciales para su desarrollo, como frutas, verduras, proteínas y grasas saludables. Esto puede llevar a deficiencias nutricionales que afecten su crecimiento, su desarrollo cognitivo y su salud en general.
El azúcar puede afectar negativamente los patrones de sueño en los niños. Los niveles elevados de azúcar en la sangre pueden provocar hiperactividad, haciendo que los niños estén más inquietos y les cueste conciliar el sueño. La falta de un descanso adecuado afecta el crecimiento y desarrollo infantil, además de aumentar la irritabilidad y dificultar la concentración durante el día.
Para evitar las consecuencias negativas del exceso de azúcar, es esencial que los padres y cuidadores supervisen la alimentación de los niños y tomen medidas para reducir el consumo de azúcar:
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Publicado
hace 9 horasen
3 noviembre, 2025
Investigadoras del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA-CSIC) han demostrado que el kéfir, una bebida fermentada a base de leche, modula receptores intestinales implicados en la respuesta inmunitaria. El estudio, publicado en la revista científica Food Research International, analizó once kéfires comerciales y los comparó con cuatro probióticos farmacéuticos, revelando diferencias significativas en su composición microbiana y su impacto sobre el sistema inmune.
Los resultados mostraron que el kéfir presenta un efecto inmunomodulador más complejo y diverso que el de otros probióticos. Según el IATA-CSIC, esta característica se debe a la interacción entre las bacterias y los hongos que coexisten en la bebida.
El kéfir se elabora mediante la fermentación de leche con una combinación de bacterias y levaduras, lo que lo diferencia del yogur, fermentado solo por bacterias. En el análisis, se observó una alta variabilidad microbiana entre los kéfires, tanto bacteriana como fúngica.
Entre las bacterias predominantes destacaron Lactococcus lactis y Streptococcus thermophilus, habituales en la fermentación láctea y con efectos beneficiosos para la salud intestinal. También se identificaron levaduras como Kluyveromyces marxianus y Saccharomyces cerevisiae, asociadas a la producción de compuestos con propiedades antioxidantes e inmunomoduladoras.
“La composición de los kéfires comerciales varía notablemente y eso influye en sus efectos sobre las vías de señalización inmune intestinal”, explica Marta Arroyo, investigadora del IATA-CSIC y autora principal del estudio. “Contar con datos claros sobre su composición ayudaría a los consumidores a elegir productos de forma más informada”.
Las vías de señalización inmune actúan como canales de comunicación entre microorganismos, compuestos bioactivos y células intestinales. A través de complejas reacciones bioquímicas, estas vías permiten al organismo reconocer amenazas externas, coordinar defensas y mantener el equilibrio inmunológico.
Para evaluar la capacidad del kéfir de sobrevivir a la digestión y su impacto en el sistema inmune, las investigadoras simularon un proceso de digestión gastrointestinal y analizaron los efectos de las muestras en modelos celulares. Algunos kéfires mostraron una mayor resistencia a las condiciones digestivas, lo que podría favorecer la llegada de microorganismos vivos al intestino.
El estudio también determinó que la diversidad microbiana del kéfir influye directamente en su capacidad para modular distintas vías de señalización intestinal. Una mayor diversidad bacteriana se relacionó con una activación más intensa de los receptores AhR y TLR, ambos fundamentales en la regulación de la respuesta inmunitaria.
Por el contrario, una mayor diversidad de levaduras se asoció con respuestas más moderadas.
Según Silvia Moriano, investigadora postdoctoral del IATA-CSIC y primera autora del estudio, “el equilibrio entre bacterias y hongos parece ser determinante en la capacidad del kéfir para modular las vías de señalización intestinales”.
El equipo científico subraya la importancia de caracterizar con precisión los microorganismos presentes en los productos fermentados, ya que bajo una misma denominación comercial pueden existir grandes diferencias. Además, recomienda que los fabricantes incluyan en el etiquetado información sobre la composición microbiana y la viabilidad de los microorganismos, tanto en kéfires como en otros alimentos fermentados.
Actualmente, el IATA-CSIC trabaja en identificar las cepas microbianas y los metabolitos responsables de estos efectos, con el objetivo de realizar ensayos clínicos en humanos que confirmen su relevancia fisiológica y su impacto sobre la salud intestinal.
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