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Fernando Roig, el empresario que amaba el fútbol

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Fernando Roig
Javi Mata

Vila-real (Castellón), 14 may (OFFICIAL PRESS-EFE).- El empresario Fernando Roig, que ahora cumple veinticinco años como presidente del Villarreal CF, ha amado el fútbol con pasión desde que cuando era pequeño jugaba con sus hermanos y soñaba con ser futbolista hasta que ha podido cumplirlo en otra vertiente como presidente de un club que surgido casi de la nada ha llegado a lo más alto.

Su relación con el fútbol se centró en el Valencia, del que su hermano Paco fue presidente en los últimos años del pasado siglo, por lo que vivió de cerca una experiencia que le sirvió para conocer de primera mano lo bueno y lo malo de este mundo.

La empresa cárnica familiar

Tras colaborar de joven con la empresa cárnica familiar y abrirse más tarde un hueco personal a nivel profesional, se hizo cargo de Pamesa, a la que llegó hace ahora cincuenta años, y donde ha desarrollado su proyecto más importante.

De su mano, la empresa cerámica afincada en Almazora, ciudad vecina a Via-real, dio un salto definitivo y pasó a ser una de las punteras a nivel mundial.

Este crecimiento le permitió a Roig pensar en una vía alternativa con la que “devolver a la sociedad lo que ganaba en el capítulo empresarial”. Por ello, junto a su hermano Juan, decidió apostar por el baloncesto y entró de lleno en el proyecto Pamesa, equipo representativo de la ciudad de València, del que fue presidente y con el que ganó la Copa del Rey de 1998. Para entonces, ya combinaba baloncesto y fútbol.

Fernando Roig, el empresario que amaba el fútbol

Por lo que respecta al Villarreal, Fernando Roig había optado un año antes por hacerse con las acciones del club de la ciudad vecina a su empresa y para ello es clave entender que el presidente de Pamesa Cerámica era un asiduo en Vila-real, ya que sus amigos y muchos empresarios cerámicos, tienen en esta ciudad su punto de encuentro profesional.

Esa vía, hizo que el mandatario conociera de primera mano la situación del Villarreal, a lo que se sumó, que el Valencia de su hermano Paco, firmó un convenio con los castellonenses para que el club contara con una vía de mejora económica y deportiva, a lo que se sumó el acercamiento a José Manuel Llaneza, consejero del club.

Tras un par de años, en 1997 llegó un momento clave para el Villarreal como entidad, ya que el presidente, Pascual Font de Mora, estaba enfermo, lo que obligó a su familia a tomar decisiones y Roig valoró entrar en un proyecto deportivo en la provincia de Castellón, donde tenía conformada su vida profesional.

Llaneza conoció ese interés y decidió ofrecerle la posibilidad de hacerse con las acciones del Villarreal y mantener con vida el proyecto de Font de Mora. Para Roig el Villarreal era una buena opción, ya que era un club que estaba en Segunda, un proyecto en el que podía llevar a cabo su idea sin tener enfrente a nadie, además de una posibilidad de entrar de lleno en el mundo del fútbol.

Con Llaneza como ejecutivo, Roig se incorporó con el objetivo de llevar al Villarreal a Primera en tres años a base de mejorar la entidad y sus instalaciones y apostar por la cantera. Así empezó su dedicación constante a la entidad que ha dejado de ser únicamente el equipo de una ciudad de 50.000 habitantes para verse implantado a nivel nacional e internacional.

Durante este tiempo, la ciudad de Vila-real decidió hacerle hijo adoptivo como reconocimiento a su aportación a un lugar que ha cambiado mucho en el cuarto de siglo en el que Roig ha hecho crecer al club.

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ANÁLISIS| Una década del desembarco de Peter Lim en el Valencia

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valencia de peter lim
EFE/ Biel Alino

València, 17 mayo (OFFICIAL PRESS- EFE).-El desembarco de Peter Lim en el Valencia a través de la empresa Meriton Holdings cumple este viernes una década, pues hace ahora diez años la Fundación Valencia CF, que contaba con la mayoría accionarial del club, aprobó la venta de su participación en la entidad a la compañía singapurense por cien millones de euros.

El proyecto de Peter Lim ofrecía pagar 94 millones de euros a la Fundación y donar seis millones en sendos años para actividades de la misma, mientras prometía una inversión de hasta sesenta millones de euros el primer año y un préstamo al club de otros doscientos para mejorar su tesorería, en una de las muchas promesas realizadas y que explicó el presidente de la Fundación Valencia CF, Aurelio Martínez, en la rueda de prensa posterior a aprobar la venta.

Martínez explicó que el magnate ponía a la venta el estadio de Mestalla con un precio de salida de 150 millones de euros y daba dos años para encontrar comprador; de no hacerlo, pondría él esa cantidad para acabar el nuevo campo de la avenida de Las Cortes Valencianas -el Nou Mestalla- y que estuviera para el centenario del club en marzo de 2019, una operación que nunca se concretó.

De hecho, Martínez incidió en que la opción de Meriton era «la más respetuosa con el pequeño accionista», a pesar de que ha pasado de controlar el 70 % de la entidad a ser propietario de más del 90 % debido a las sucesivas ampliaciones de capital realizadas por la entidad para que el club no entrara en causa de disolución por sus pérdidas presupuestarias.

Precisamente un día después de confirmar que el Valencia se quedará fuera de competición europea por quinta campaña consecutiva, este viernes se cumple una década desde que los veintidós patronos de la Fundación Valencia CF votaran a favor de esa propuesta, que se adoptó con el voto favorable de todos los asistentes.

El Valencia de Peter Lim

El patronato estudió los siete proyectos interesados en adquirir el club, que previamente habían sido analizados por una comisión gestora creada al efecto y en la que participaron la Fundación Valencia CF, el Valencia CF, Bankia y la Generalitat.

Finalmente se eligió el proyecto de Lim, que, sin embargo, ha distado mucho de la realidad que se prometió durante esta década, en la que el Valencia ha pasado de ser el octavo mejor equipo europeo, según el ranking UEFA, a posicionarse el número 94, ha pasado a acumular más de 1.500 días sin jugar Europa o ha tenido hasta quince cambios de entrenador.

Muchos de esos técnicos, como Gary Neville, Pako Ayestaran o Albert Celades, han sido primerizos en Primera División, una situación que también se ha repetido en el área ejecutiva del club, donde los dos presidentes, tanto Layhoon Chan como Anil Murthy, no habían tenido experiencia en una entidad de fútbol.

El Valencia, cuarto en la clasificación histórica de la Liga y que llegó a ser tercero antes de la llegada de Lim al club, acumula ya cinco temporadas consecutivas sin pisar Europa y su racha se alargará, como mínimo, hasta los 1.900 días sin competición europea, fruto de la gestión y desinversión del magnate singapurense, que tuvo en el club de Mestalla su segundo intento de hacerse con un club europeo después de haber pujado también por el Liverpool en 2010, aunque en aquella ocasión su propuesta no fue la elegida.

Su presentación en Valencia

Su primera aparición pública en el proceso de venta del club tuvo lugar el 22 de diciembre de 2013, cuando el presidente del club, Amadeo Salvo, convocó una rueda de prensa para explicar que se había recibido una oferta de Lim que consideró muy favorable. Salvo se mostró convencido de que no iba a haber «otra igual, no sólo por el importe económico sino por el proyecto global y por el talante».

La oferta, presentada al banco y explicada a la Generalitat a principios de diciembre, tenía como límite para ser aceptada el 15 de enero, pero nunca recibió una contestación oficial, pues el 10 de diciembre, antes de que ésta fuera pública pero cuando ya había sido efectuada, Bankia propuso un proceso abierto para encontrar un nuevo inversor.

En ese segundo proceso, pese a que parece que llegó a esbozar alguna propuesta, Salvo aseguró que Lim no llegó a participar formalmente «porque no le daba seguridad», pero cuando se inició el tercer y definitivo proceso la propuesta de Lim se activó por tercera vez y fue una de las siete que se recibieron dentro del plazo marcado para ser estudiado por la comisión gestora.

Todavía quedaron varios pasos, como la aprobación definitiva de la venta y la negociación con Bankia por la reestructuración de la deuda -incluida una quita- que se terminó firmando a lo largo del verano, pero el nombre de Peter Lim quedó ya ligado al Valencia.

‘Benvingut Peter Lim’

Ese furor inicial del aficionado valencianista, que se tradujo incluso en el tifo ‘Benvingut Peter Lim’ durante un encuentro en la campaña 2014-15, fue desapareciendo año tras año y, sobre todo, decisión tras decisión, lo que ha llevado a la afición del Valencia a vaciar Mestalla hace un par de años, a lucir carteles amarillos que dicen ‘Lim Go Home’ -Peter, vete ya- y a que Libertad VCF, uno de los grupos opositores de Lim, prepare un nuevo vaciado de Mestalla este próximo domingo ante el Girona para reclamar su marcha y pedir a las instituciones que no pacten con el club por el Nou Mestalla.

La historia de amor que empezó siendo se ha convertido en una auténtica pesadilla para el valencianismo, que censura que el Valencia se empequeñezca año tras año, siga sin entrar en Europa, un lugar habitual para la historia del club, y no pelee por los títulos.

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