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Separadas al nacer, se reencuentran 19 años después gracias a un vídeo de TikTok

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Gemelas separadas al nacer se reencuentran gracias a un vídeo de TikTok

Las hermanas gemelas idénticas Amy Khvitia y Ano Sartania fueron separadas al nacer y vendidas en una red de adopción ilegal. Se reencontraron 19 años después gracias a un video de TikTok.

Amy Khvitia y Ano Sartania, hermanas gemelas idénticas, que fueron separadas al nacer y vendidas en una red de adopción ilegal, se han reunido después de 19 años por puro azar. El reencuentro ocurrió gracias a que una de ellas vio a la otra en un vídeo de TikTok.

Separadas al nacer

Amy vio por primera vez a su hermana en ‘Georgia’s Got Talent’ cuando tenía 12 años y notó una chica que se parecía a ella. Años más tarde, Ano recibió un video en TikTok de una chica con cabello azul que parecía idéntica a ella; esa chica era su gemela, Amy.

Amy publicó su historia en un grupo de Facebook para familias de Georgia que creen que sus hijos fueron secuestrados y vendidos.

Las hermanas crecieron a sólo kilómetros de distancia, con Ano en Tbilisi y Amy en Zugdidi. Incluso participaron en el mismo concurso de baile a los 11 años, donde la gente notó su asombroso parecido.

El video de TikTok provocó una impactante revelación y un reencuentro entre Ano y Amy. Pero a medida que profundizaron en su pasado, descubrieron que estaban entre miles de bebés sacados de hospitales de Georgia y vendidos, algunos de ellos en 2005.

Las hermanas separadas al nacer se encontraron hace dos años en el puente Rustaveli en la capital de Georgia, Tbilisi. Este fue su primer lugar de encuentro desde que se separaron casi dos décadas antes. Después de encontrarse, Amy quería encontrar a su madre biológica, pero Ano no estaba segura. Aun así, Amy publicó su historia en un grupo de Facebook para familias de Georgia que creen que sus hijos fueron secuestrados y vendidos.

El grupo de Facebook se llama Vedzeb, que significa «estoy buscando» en georgiano. Las madres a las que les dijeron que sus bebés habían muerto y los niños que buscaban a sus verdaderos padres lo utilizan. Tiene más de 230 mil miembros y ayuda a mostrar una parte triste del pasado de Georgia.

Separadas al nacer, se reencuentran 19 años después gracias a un vídeo de TikTok

Separadas al nacer, se reencuentran 19 años después gracias a un vídeo de TikTok

Una red de búsqueda

Tamuna Museridze, una reportera, se unió al grupo en 2021 después de enterarse de que fue adoptada. Encontró su propio certificado de nacimiento con información incorrecta cuando falleció su madre adoptiva. Ella fundó el grupo para encontrar su propia familia, pero terminó descubriendo un escándalo masivo de tráfico de bebés que afectó a decenas de miles de personas durante muchos años. A pesar de ayudar a cientos de familias a reunirse, ella todavía está buscando la suya.

Después de que Amy y Ano compartieran su historia en el grupo, una mujer en Alemania vio la publicación. Su madre tuvo gemelas en 2002 en un hospital de Georgia y le dijeron que habían muerto. Entonces, pensó que podrían estar vivas. Las pruebas de ADN mostraron que ella era su hermana y todas tenían la misma madre biológica, Aza, en Alemania.

 

Fuente | La Razón

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Un centro de día para personas sin hogar que también cuida de sus mascotas

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Centro de día Valencia mascotas

El centro de día que gestiona en la ciudad de Alicante Cruz Roja para personas sin hogar que padecen adicciones desarrolla un programa pionero que incluye cuidados a los perros y gatos que viven con estos usuarios en la calle.

A espaldas del estadio Rico Pérez, el Centro de Intervención de Baja Exigencia (CIBE) de la institución humanitaria alicantina proporciona piensos, collares y pastillas antiparasitarias, así como un lugar para duchar y asear a las mascotas, champú incluido.

El programa va más allá de la atención material ya que informa a los usuarios (personas sin techo consumidores de alcohol y/o drogas) del contenido de la Ley de Protección Animal y se denuncia ante cualquier indicio de un posible caso de maltrato a las mascotas, algo que no ha ocurrido hasta ahora.

La trabajadora social del CIBE Luisa Martín ha relatado a EFE que quienes duermen en la calle «tienen un vínculo especial con sus animales» y que éstos «les ayudan a conectar con el entorno social», pese a lo cual «hay una carencia absoluta de atención integral a estas personas y a esos perros o gatos».

Ante esta realidad, este centro de Cruz Roja permite que estos animales entren en las instalaciones e, incluso, se da la opción de que puedan quedarse durante unas horas si el usuario tiene que acudir a alguna cita incompatible con la presencia del animal, por ejemplo sanitaria.

La comida para los perros y gatos llega gracias a donaciones de una tienda para mascotas de la ciudad, Madagascar, y con fondos propios se sufragan collares contra las garrapatas, pulgas y para prevenir la leishmaniosis.

«Hay gente que piensa que las personas sin hogar no tienen derecho a tener animales e, incluso, algunos creen que los cuidan mal pero no es cierto sino todo lo contrario», ha asegurado Martín, ya que ésos se responsabilizan «lo mejor que pueden» y convierten a los animales en su vínculo principal con una sociedad que, a menudo, les invisibiliza.

De hecho, los trabajadores sociales han comprobado que tener una mascota aumenta las probabilidades de inserción y mejora el pronóstico de recuperación de las adicciones.

Francisco Javier, de 54 años, vive en la calle con ‘Kika’, una cruce de pincher con ratonero andaluz, y se siente agradecido por la atención que Cruz Roja le ofrece para una perra que ve y trata como si fuera su hija.

«Me cuida más ella a mí y que al revés», ha asegurado este usuario, quien duerme con su perra en una tienda de campaña en los aledaños del CIBE y quien ha comentado que hacerlo juntos le permite conciliar el sueño «más tranquilo» porque sabe sabe que si alguien se acerca, ‘Kika’ avisa».

Ha explicado que la atención que le ofrecen le ayuda sobremanera a tener a la perra en condiciones, por ejemplo con un collar antiparasitario que cuesta entre 30 y 35 euros y que, seguramente, no se podría permitir.

Lo mismo piensa Óscar, quien tiene a ‘Loco’, un perro mestizo de dos años y medio, a quien trata de cuidar por delante de sí mismo. «Antes él que yo», ha recalcado antes de asegurar que la responsabilidad que le supone tener al perro a su cargo hace que diariamente se meta en «menos líos» en la calle y a estar más centrado.

En su día, el CIBE ya fue pionero en una terapia con animales con las personas sin techo y adicciones que funcionó satisfactoriamente aunque se tuvo que interrumpir por falta de presupuesto hasta que hace dos años, con la ayuda de la Fundación La Caixa, se retomó para ofrecer una atención integral a los usuarios con mascota.

El próximo objetivo es tratar de concertar alguna acción con veterinarios para facilitar las vacunas y la atención de urgencias. Hasta ahora, la recolecta del personal del centro y la colaboración desinteresada de voluntarios del centro, como Paloma, ha permitido afrontar este tipo de gastos.

 

 

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