Cultura
El periodista Javier Pérez Campos nos cuenta la verdad sobre los fenómenos poltergeist en casas
Publicado
hace 3 añosen
Hay novelas que te atrapan. Esas que desde que ves la portada se produce una atracción hipnótica que hace imposible despegar los ojos de las páginas. Y eso sucede con «Los Intrusos» la última novela del periodista y escritor Javier Pérez Campos.
Muchos reconoceréis su rostro por ser reportero del programa «Cuarto Milenio».
A sus espaldas, centenares de historias y fenómenos extraños, o por lo menos sin una explicación lógica, que ahora recoge en esta obra con la que repasa hechos nuevos que a todos nos resultan familiares, contados con una pasión que te engancha.
Javier Pérez Campos, autor de ‘Los Intrusos’: «La muerte nos angustia porque es un paso hacia lo desconocido»
Tras «Los Otros» y «Los Guardianes», Javier Pérez Campos recopila en «Los Intrusos» las historias más oscuras y fenómenos poltergeist relacionadas con casas y lugares en los que se perciben presencias, sombras; lugares en los que sus habitantes sienten que no están solos.
Estructurada a modo de dossier, cada capítulo te permite acompañar al autor en sus investigaciones, haciendo partícipe al lector de cada caso.
Un hotel por cuyos pasillos se atisba la figura de un niño. Un viejo cortijo que esconde una trampilla tras la que se intuye un secreto.
Un antiguo castillo donde el sonido de un piano que nadie toca rompe el silencio cada noche.
Todos hemos oído historias de lugares encantados, pero… ¿y si ocurrieran en tu propia casa? ¿O en el hotel en el que te alojas? ¿Conoces la historia de esas paredes? ¿Quién las habitó antes? Como nos dice su autor, los edificios esconden secretos, un pasado sombrío, un crimen atroz o un cadáver bajo los cimientos.
Official Press ha entrevistado a Javier Pérez Campos para adentrarnos de su mano en los misterios que guardan las páginas de «Los Intrusos».
Javier Pérez Campos
-¿Cómo surge la idea de escribir una novela como “Los Intrusos”?
En realidad es un ensayo, aunque a veces pueda parecer ficción. Es una obra que surge de mis viajes, mis aventuras y mis inquietudes. Por eso el libro tiene múltiples caras: es una obra que a veces da miedo, pero siempre busca la luz. Y ofrece más preguntas que respuestas.
-¿Cómo empiezas en el mundo del misterio?
De niño siempre me interesaba lo que se salía de lo común. Y con 13 años descubrí el libro Enigmas sin resolver, de Iker Jiménez, en casa de mi tío Agustín. Eso me cambió la vida, pues me hizo ver que uno podía dedicarse al periodismo del misterio. Y me ofreció una perspectiva formal mucho más interesante de estos sucesos. De alguna manera, mis libros son deudores de esa obra.
-En la obra recorres varios lugares cargados de misterio, ¿Cuál es el lugar que más te ha impresionado/aterrado a lo largo de tu carrera?
Posiblemente Rocas Altas, en Ibiza, un lugar donde, tras un accidente de avión en los años 70, muchos empezaron a hablar de fenómenos extraños. Es una zona aislada de monte que me impresionó mucho al visitarla en soledad. Relato la experiencia en mi libro En busca de lo imposible; es una de esas vivencias que impresiona incluso recordar.
-En “Los Intrusos” hablas de “casas infectadas”, ¿cómo podemos saber si nuestra casa tiene alguna presencia?
Las familias perciben que algo convive con ellos, aunque no pueden verlo. Son sensaciones, pero a veces se trata de hechos evidentes: objetos que se mueven solos, luces que se encienden o se apagan solas, e, incluso, la visión clara de sombras o figuras.
-¿Estamos solos en casa?
Lo habitual es que así sea, pero muchos han tenido la incómoda sensación de que algo rondaba sus dormitorios cuando se iban a acostar, o de que algo hacía vida cuando no estaban en casa.
En el hotel de El Resplandor
-En la novela hablas del mítico hotel de El Resplandor y cómo fue la experiencia inspiradora de Stephen King en ese lugar relatada por el propio escritor y además cuentas con el testimonio de M. Night Shyamalan. Cuéntanos un poco…
En mi libro exploro de forma evidente cómo la realidad ha marcado la ficción. Hablo del caso real que inspiró Poltergeist, El Resplandor o El sexto sentido. Siempre me ha interesado la delgada línea que separa la realidad de la ficción. Y en esta obra cuento cómo los lugares que habitamos tienen la capacidad de condicionarnos e, incluso, de inspirarnos. Cuento las noches que Stephen King pasó en el hotel Stanley, que le sirvió de inspiración para una de sus obras maestras. O entrevisto a M. Night Shyamalan, que me confiesa una experiencia personal que sería fundamental para el guion de El sexto sentido.
-Después de leer tu libro nos surge una duda, ¿estamos seguros en casa?
Hogar deriva del latín, Focus. Fuego. El sitio donde se preparaba la hoguera, donde las familias se calentaban, cocinaban… Donde se sentían a salvo.
El problema viene cuando algunas personas se sienten inseguras en el lugar que debería ser su fortaleza.
-“Los Otros”; “Los Guardianes” y ahora “Los Intrusos”, ¿Qué diferencias hay entre esta obra y las anteriores?
Los casos, pero el espíritu es el mismo. Es una trilogía que puede leerse en el orden que uno prefiera, y que en el fondo es una compilación de mis aventuras, de mis ideas, de mis obsesiones, de mis dudas y de mi universo.
-¿Has vivido alguna vez una experiencia “paranormal”?
Alguna vez he vivido cosas que no podría explicar, y que relato sin ningún pudor en mis libros. Escuchar pasos en sitios vacíos, o llegar a ver algo en un lugar donde no había nadie. Eso te hace empatizar aún más con los testigos.
¿Vida después de la muerte?
-¿Qué hay después de la vida?
Nunca lo sabremos, y es la magia del misterio. Que da lugar a la filosofía, a la duda e, incluso, a la poesía. La muerte nos angustia porque es un paso hacia lo desconocido.
-¿Qué lee Javier Pérez Campos?
Leo de todo. Me encantan autores como Don Winslow, Stephen King, Cormac McCarthy, Murakami, Richard Matheson…
-¿Cómo es trabajar con todo un referente como Iker Jiménez?
Aprendizaje constante y entusiasmo en vena. Un lujo auténtico.
-¿Qué historia te hubiera gustado investigar y resolver?
Los avistamientos del mothman, en Point Pleasant, Estados Unidos, 1966. Durante todo un año, diferentes vecinos de un pueblo manifestaron ver a una figura de gran tamaño y alas enormes, similares a una polilla, que parecía anunciar el derrumbamiento del puente Silver Bridge, que daba acceso al pueblo. Fue un fenómeno sociológico a gran escala que me habría encantado vivir.
-¿Eres de los que antes de irte a dormir miras en el armario o debajo de la cama?
No, aunque de niño era muy miedoso. Me aterraba la soledad, la oscuridad, los ruidos de la noche… Quizá mi labor de hoy en día sea una forma de revelarme contra esos miedos que te paralizan.
-Con tantas vivencias de este tipo, ¿cómo puedes dormir por la noche?
A rienda suelta, especialmente desde que nacieron mis hijos… Cualquier momento de silencio y de calma es perfecto para dormir.
-El próximo proyecto de Javier Pérez Campos.
Seguir haciéndome preguntas y contagiando a quienes quieran escuchar.
Comparte esto:
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
Relacionado
Te podría gustar
Cultura
El misterio del nicho 1501 del cementerio de Valencia
Publicado
hace 7 díasen
29 octubre, 2024El Cementerio General de València esconde una curiosa historia en la que el amor, la desgracia, el terror y la fortuna se dan la mano. La historia de un nicho, el nicho de Emilia. Un enigmático caso que parece salido de la mente de Edgar Allan Poe o Lovecratf, pero que es real y nos vuelve a confirmar que la realidad supera siempre a la ficción.
Para conocer quien descansa en el nicho 1501 y la historia olvidada que allí yace, debemos trasladarnos hasta finales del siglo XIX. Vicente García Valero era un actor y autor teatral nacido a mediados del siglo XIX que se enamoró perdidamente de Emilia Vidal Esteve. A pesar de su juventud, él contaba con 15 años y ella con 13 no tardaron mucho en casarse.
El trabajo de Vicente le llevó a trasladarse a Madrid, donde un día la alegría se transformó en desgracia cuando la joven falleció 1876 por un brote de fiebres tifoideas.
El misterio del nicho 1501
Su cuerpo fue enterrado en una fosa común debido a que la familia no podía costear los gastos, pero el actor quiso recuperar el cuerpo de su amada costara lo que costara y finalmente logró exhumarla de manera clandestina casi dos años más tarde en el día de Nochebuena de 1877. Cuentan que Vicente tuvo que sobornar con dinero al sacerdote que pocas semanas atrás había enterrado a la chica.
Cuando abrió el féretro, Vicente relató que la joven «parecía como dormida». Tal vez lo viera así fruto de su enamoramiento ya que por el tiempo transcurrido su estado debía ser el de putrefacción y descomposición.
250 pesetas fue el precio que le tocó pagar, sin duda toda una pequeña fortuna para la época, para hacerse con el nicho número 1501 a perpetuidad. Y allí en el Cementerio General de València descansa desde entonces.
El tiempo pasó y Vicente se casó con Ángela, la hermana de su difunta esposa. Pero la historia no queda ahí, ya que el matrimonio tuvo una hija, a la que curiosamente llamaron Emilia, el mismo nombre que el amor de su vida.
Porque Vicente seguía obsesionado con su primera mujer. No la podía olvidar, y así lo demostraba cada año, mandando todos los 1 de noviembre dinero al cementerio para que limpiaran el nicho y lo adornaran de flores, hechos que relata él mismo en su libro ‘Páginas del pasado’.
Pero la desgracia volvió de nuevo a su vida con la muerte de su hija a la edad de 4 años y la de su esposa. Duro es el testimonio de un cartero, que fue testigo de la muerte de la pequeña cuando acudió a la casa para entregar un correo y le abrió la puerta Vicente con su hija en brazos. El cartero pensó que la niña estaba dormida y García Valero le respondió «no, está muy dormida, esta muerta.»
Pero en la mente de Vicente permanecía Emilia. No podía olvidar su recuerdo y tal vez fuera por eso que se volviera a casar con la otra hermana, Amparo. ¿Buscaba en ellas a su amada?
El décimo 1501
Si el relato hasta el momento es ya sorprendente todavía faltaba una última vuelta de tuerca. Un nuevo giro que hace de esta, una historia increíble pero cierta. Vicente, dedicó su vida al teatro, repartiendo su tiempo entre Madrid y València, pero tomando como residencia la capital de España. Allí le inundó la pena y tristeza por estar tan lejos del nicho de su amor a pesar de encargarse desde la distancia de su cuidado.
Hasta que un día dejó de enviar dinero. Era el 1 de noviembre de 1911 y su situación económica había empeorado por lo que no pudo hacer que limpiaran la lápida y le colocaran flores. Pero por fin a Vicente García Valero le iba a sonreír la suerte. El destino o lo que ahora llaman karma o tal vez, quien sabe si su amor, le iba a devolver todo el cariño que le había dedicado Vicente durante años.
Caminando por una administración de lotería próxima al teatro Apolo, Vicente vio un décimo y lo compró. Era el 1501. En el sorteo del 10 de octubre de 1912 su número fue premiado con 6000 pesetas de la época. “Tantos años enviando dinero a mi amada y ahora es ella la que me lo devuelve”, exclamó Vicente según narra en su libro de memorias.
Ahora Vicente podía seguir pagando los arreglos y cuidados de la lápida cada 1 de noviembre. Y así lo hizo hasta que le llegó la muerte en Madrid el 12 de octubre de 1927. Y allí lejos de su amada se piensa que está enterrado.
Hoy en día nadie se acuerda ya del nicho 1501. La inscripción de la lápida está casi borrada por el paso del tiempo. “Recuerdo de V. García Valero” se puede leer.
Pero desde hace unos años, alguien coloca flores en el nicho 1501…
Comparte esto:
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
Tienes que estar registrado para comentar Acceder