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Valencia

La OCU confirma que Valencia tiene el IBI más alto de las grandes ciudades

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El  estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) confirma lo que el Grupo Municipal Popular viene denunciando desde hace más de dos años: Valencia está a la cabeza de las grandes ciudades de España.

Según la OCU, la media en Valencia del IBI es de 578 euros para un piso de un valor catastral de 80.000 euros en la capital valenciana. Valencia está por delante de Madrid (365 euros), Barcelona (528 euros), Málaga (361 euros), Sevilla (541 euros), Zaragoza (330 euros) y Bilbao (153 euros).

Estos datos coinciden con un estudio realizado por el PP del IBI urbano en las grandes ciudades españolas y en el mismo se advierte que Valencia está a la cabeza del ranking de las grandes ciudades españolas con el tipo de gravamen aplicable a inmuebles de naturaleza urbana más alto lo que significa que es donde más se paga IBI.

Por ello, desde el PP vamos  a llevar al pleno una propuesta de rebajas fiscales para 2022 y “esperamos contar con el respaldo del resto de grupos y del gobierno de Ribó y PSOE. Es hora de bajar impuestos y que el dinero este en el bolsillo de los ciudadanos, no en las cuentas municipales, 190 millones de euros acumula Ribó a pesar de subir el paro y la pobreza en la ciudad”.

 

La ciudad tiene el coeficiente del tipo de gravamen o coeficiente del IBI más alto al situarse Valencia en el 0,723 y se sitúa por delante de Madrid, con un 0,456 Barcelona, la ciudad condal con 0,66 está en segunda posición. Otras ciudades, como Zaragoza en el 0,415Sevilla en el 0,675 Santander en un 0,410 Salamanca en el 0,712. Todas ellas, con un coeficiente por debajo de la ciudad de Valencia.

 

El tipo de gravamen es el único instrumento de los Ayuntamientos para subir o bajar el IBI, por eso desde el PP hemos solicitado en varias ocasiones que se bajase el tipo de gravamen en Valencia.

 

Propuesta del PP de rebajas

 

El PP lleva al pleno ordinario de septiembre que se celebra este jueves sus propuestas de rebajas fiscales para 2022. Las medidas propuestas por el PP beneficiaria a todas las viviendas e inmuebles destinados a  actividades económicas con rebajas del tipo de gravamen del IBI del 20% y un 30% para inmuebles que tributan por el uso diferenciado, es decir comercios, hosteleros, autónomos, ocio y pymes.

 

Eliminar para 2022 la tasa por mesas y sillas para los hosteleros y bonificar el 95 % el impuesto de Plusvalías por casos de herencias. Suponen u ahorro para los valencianos de más de 44 millones de euros.

 

La portavoz del PP, María José Catalá, explicó hoy que debería apoyarnos el Gobierno “pues es una forma de compensar el esfuerzo que todas las familias, empresas y autónomos de Valencia están realizando para afrontar la subida de la luz. Más de 650.000 recibos se verían beneficiados por esta medida. Esta rebaja fiscal supondría un ahorro global de familias y negocios de la ciudad de más de 44 millones de euros”.

 

Con ejemplo la propuesta del PP prevé rebajas en el IBI que supondrían para una familia que ahora paga 439 euros por una vivienda en la avenida del Cid con la reducción dejaría de pagar 88 euros. Y en el caso de un restaurante en el Cabanyal que paga ahora 1.400 euros por el IBI se vería beneficiado en más de 420 euros de ahorro en impuestos el año 2022. Estamos hablando que a las clases medias y trabajadoras ahorrarles entre 50 y 100 euros del IBI para 2022.

 

Catalá ha asegurado que “para que quiere el alcalde Ribó tener tanto dinero en los bancos si lo que debe hacer es utilizarlo para mejorar una ciudad que cada día está más sucia, más abandonada y más atascada. No hay viviendas para nuestros jóvenes, la pobreza está en alza en la ciudad y la situación d inseguridad se extiende en muchos barrios. Eso sí, tenemos 190 millones de euros en el banco y el aumento de la plantilla de Policía Local lleva parado más de dos años”. 

 

 

Este aumento del dinero en los bancos tiene dos causas, que cada vez es mayor la presión fiscal del Gobierno de Ribó y PSOE por lo que recaudan más y son incapaces de ejecutar las inversiones, a fecha de septiembre sólo han ejecutado el 15,8 % de lo presupuestado, de más de  226,4 millones de euros, de los cuales, se han ejecutado en estos ocho meses, a fecha 31 de agosto de 2021, un total de 35,8 millones de euros.

 

La portavoz del PP en el Ayuntamiento, María José Catalá,  ha señalado que “hace dos años el Gobierno de Ribó y PSOE subió los impuestos y tasas municipales, lo que supuso 30 millones más de pago para familias, autónomos, pymes, comercios, hosteleros y ocio. Eso fue en 2020, y en 2021 se mantuvo esta subida a pesar de ser un año con todo el tejido productivo cerrado y muchos vecinos de la ciudad en ERTE”.  

 

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Valencia

El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita

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El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita
El president de la Generalitat, Carlos Mazón. EFE/ Biel Alino/Archivo

La catástrofe desencadenada por la DANA del 29 de octubre de 2024 en la Comunitat Valenciana, que dejó un lacerante saldo de más de 229 víctimas, no puede quedar impune. Más allá del dolor humano y de la reconstrucción material, está la responsabilidad política. Y en ese terreno, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, acumula mentiras, contradicciones y el profundo desgarro de quienes lo perdieron todo. Por dignidad, por ética y por justicia, Mazón debe dimitir.

Una gestión inexcusable

Cuando la alerta roja estaba activada, Mazón estaba ausente del lugar que le correspondía. Según los informes oficiales, llegó al comité de crisis (CECOPI) a las 20:28 horas, cuando ya se había emitido la alerta a la población minutos antes. No fue un “error de agenda”, sino un fallo estructural que costó vidas.

Mientras Valencia vivía una riada devastadora, el presidente se encontraba en una comida privada en lugar de supervisar la emergencia. Su entorno lo justificó como una reunión de trabajo, pero el contexto lo desmiente: fue ausencia, negligencia y falta de liderazgo.

La falta de movilización de efectivos tampoco puede justificarse. Los informes cruzados detectan irregularidades en el número de bomberos y medios activados. Cuando una emergencia reclama transparencia, los datos confusos o manipulados son una afrenta.

Mentiras, contradicciones y silencio

Mazón ha intentado derivar responsabilidades hacia la Agencia Estatal de Meteorología o la Confederación Hidrográfica del Júcar, en lugar de asumir el liderazgo que su cargo exige. Cuando el caos se instala, quien gobierna debe estar al frente, no buscando culpables.

Peor aún, ha ofrecido versiones cambiantes sobre su paradero, sus llamadas y las decisiones adoptadas aquel día. La investigación judicial avanza con pruebas que desmontan la versión oficial. Cuando un líder debe explicar dónde estaba durante una tragedia, el problema ya no es circunstancial: es estructural.

Las víctimas, traicionadas

No basta con lamentar lo sucedido cuando la dignidad exige acción. Las asociaciones de víctimas han expresado su malestar y exigido respeto ante la falta de explicaciones claras. “Estar con las víctimas también implica asumir responsabilidades”, repiten familiares que aún esperan una disculpa sincera.

No es solo la ausencia inicial. Es el desfile de versiones, el silencio, la falta de empatía y la reconstrucción lenta. Mientras las familias siguen llorando, el presidente intenta sostener su imagen pública como si nada hubiera ocurrido.

La única salida digna: la dimisión

Integridad política. Quien incumple los principios básicos de responsabilidad pierde la legitimidad para seguir al frente.

Justicia para las víctimas. Pedir perdón no basta cuando no se explica con claridad, cuando no se asumen errores ni se ofrecen soluciones. Las víctimas merecen que se depuren responsabilidades reales.

Confianza institucional. La credibilidad de la Generalitat se resquebraja cuando su presidente ofrece explicaciones tardías, contradictorias y evasivas. Eso no solo afecta a Mazón, afecta a toda la Comunitat Valenciana.

Renovación del liderazgo. El desastre del 29-O no puede cerrarse con un “sigo al mando”. Hace falta un relevo que reconstruya no solo los territorios inundados, sino también la confianza de los ciudadanos.

La responsabilidad compartida

Los silencios cómplices también pesan. Los partidos que sostienen a Mazón deben preguntarse si su apoyo es ético o meramente político. Cada día que pasa sin rendir cuentas es una herida más para las víctimas y una mancha más para las instituciones.

La dimisión no sería una derrota política, sino un acto de respeto hacia los que sufrieron, hacia los que murieron y hacia toda una sociedad que exige transparencia y verdad.

La tragedia del 29 de octubre no son solo cifras. Son vidas, familias, municipios arrasados y una sociedad herida. Carlos Mazón mantuvo su comida en El Ventorro cuando la provincia se inundaba, cambió versiones cuando se investigaba y continúa en el cargo pese al clamor ciudadano.

Por integridad, por dignidad, por justicia: Carlos Mazón debe dimitir.
Y quienes lo sostienen, deberían preguntarse si su silencio también los convierte en responsables.

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