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Valencia

La respuesta del CGPJ ante las firmas para la excarcelación de Zaplana

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MADRID/VALÈNCIA, 17 Ene. (EUROPA PRESS) – El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha respondido al expresidente de Nuevas Generaciones de Valencia José Luis Bayo, quien el pasado 10 de enero presentó en este órgano 10.000 firmas instando la excarcelación del exministro y ‘expresident’ Eduardo Zaplana -enfermo de leucemia y en prisión preventiva por el caso Erial-, que tiene «vedado» dictar instrucciones a los jueces «sobre la aplicación o interpretación jurídica que llevan a cabo en el ejercicio de su función jurisdiccional».

El asunto ha sido tratado en la Comisión Permanente del CGPJ celebrada este jueves, que ha tomado conocimiento del escrito solicitando la excarcelación del exmandatario. No obstante el órgano de gobierno de los jueces recuerda a los promotores de la recogida de firmas que tanto el artículo 117 de la Constitución como el 12 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (CGPJ) le prohíben dictar instrucciones de carácter general o particular dirigidas a jueces o tribunales.

Las firmas aportadas al consejo fueron recogidas en la plataforma Change.org instando al órgano de gobierno de los jueces a interceder ante la juez de instrucción número 8 de Valencia para que ponga en libertad al expresidente de la Generalitat Valenciana Eduardo Zaplana, en situación de prisión preventiva por el caso Erial y que sufre una leucemia que le ha puesto en riesgo de perder la vida.

Bayo realizó unas manifestaciones a los medios de comunicación a las puertas del CGPJ señalando que la defensa de Zaplana ha presentado hasta cinco informes médicos en los que el jefe de Hematología del Hospital de la Fe de Valencia acredita el riesgo que existe si Zaplana, actualmente en el centro médico, s vuelve a ingresar en la prisión de Picassent.

«Creemos que por cuestiones humanitarias, y sin entrar en otras cuestiones, se debe poner en libertad y considerar que el expresidente Zaplana pueda estar en arresto domiciliario o en lo que considere oportuno el titular del Juzgado número 8 de Valencia» indicó, para añadir que seguiría ,recogiendo firmas de apoyo a esta campaña en la plataforma digital.

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Valencia

El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita

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El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita
El president de la Generalitat, Carlos Mazón. EFE/ Biel Alino/Archivo

La catástrofe desencadenada por la DANA del 29 de octubre de 2024 en la Comunitat Valenciana, que dejó un lacerante saldo de más de 229 víctimas, no puede quedar impune. Más allá del dolor humano y de la reconstrucción material, está la responsabilidad política. Y en ese terreno, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, acumula mentiras, contradicciones y el profundo desgarro de quienes lo perdieron todo. Por dignidad, por ética y por justicia, Mazón debe dimitir.

Una gestión inexcusable

Cuando la alerta roja estaba activada, Mazón estaba ausente del lugar que le correspondía. Según los informes oficiales, llegó al comité de crisis (CECOPI) a las 20:28 horas, cuando ya se había emitido la alerta a la población minutos antes. No fue un “error de agenda”, sino un fallo estructural que costó vidas.

Mientras Valencia vivía una riada devastadora, el presidente se encontraba en una comida privada en lugar de supervisar la emergencia. Su entorno lo justificó como una reunión de trabajo, pero el contexto lo desmiente: fue ausencia, negligencia y falta de liderazgo.

La falta de movilización de efectivos tampoco puede justificarse. Los informes cruzados detectan irregularidades en el número de bomberos y medios activados. Cuando una emergencia reclama transparencia, los datos confusos o manipulados son una afrenta.

Mentiras, contradicciones y silencio

Mazón ha intentado derivar responsabilidades hacia la Agencia Estatal de Meteorología o la Confederación Hidrográfica del Júcar, en lugar de asumir el liderazgo que su cargo exige. Cuando el caos se instala, quien gobierna debe estar al frente, no buscando culpables.

Peor aún, ha ofrecido versiones cambiantes sobre su paradero, sus llamadas y las decisiones adoptadas aquel día. La investigación judicial avanza con pruebas que desmontan la versión oficial. Cuando un líder debe explicar dónde estaba durante una tragedia, el problema ya no es circunstancial: es estructural.

Las víctimas, traicionadas

No basta con lamentar lo sucedido cuando la dignidad exige acción. Las asociaciones de víctimas han expresado su malestar y exigido respeto ante la falta de explicaciones claras. “Estar con las víctimas también implica asumir responsabilidades”, repiten familiares que aún esperan una disculpa sincera.

No es solo la ausencia inicial. Es el desfile de versiones, el silencio, la falta de empatía y la reconstrucción lenta. Mientras las familias siguen llorando, el presidente intenta sostener su imagen pública como si nada hubiera ocurrido.

La única salida digna: la dimisión

Integridad política. Quien incumple los principios básicos de responsabilidad pierde la legitimidad para seguir al frente.

Justicia para las víctimas. Pedir perdón no basta cuando no se explica con claridad, cuando no se asumen errores ni se ofrecen soluciones. Las víctimas merecen que se depuren responsabilidades reales.

Confianza institucional. La credibilidad de la Generalitat se resquebraja cuando su presidente ofrece explicaciones tardías, contradictorias y evasivas. Eso no solo afecta a Mazón, afecta a toda la Comunitat Valenciana.

Renovación del liderazgo. El desastre del 29-O no puede cerrarse con un “sigo al mando”. Hace falta un relevo que reconstruya no solo los territorios inundados, sino también la confianza de los ciudadanos.

La responsabilidad compartida

Los silencios cómplices también pesan. Los partidos que sostienen a Mazón deben preguntarse si su apoyo es ético o meramente político. Cada día que pasa sin rendir cuentas es una herida más para las víctimas y una mancha más para las instituciones.

La dimisión no sería una derrota política, sino un acto de respeto hacia los que sufrieron, hacia los que murieron y hacia toda una sociedad que exige transparencia y verdad.

La tragedia del 29 de octubre no son solo cifras. Son vidas, familias, municipios arrasados y una sociedad herida. Carlos Mazón mantuvo su comida en El Ventorro cuando la provincia se inundaba, cambió versiones cuando se investigaba y continúa en el cargo pese al clamor ciudadano.

Por integridad, por dignidad, por justicia: Carlos Mazón debe dimitir.
Y quienes lo sostienen, deberían preguntarse si su silencio también los convierte en responsables.

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