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Las playas valencianas ya tienen sus banderas azules de excelencia y calidad

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Las playas de la Comunitat Valenciana ya tienen sus banderas azules como símbolo de excelencia turística y calidad ambiental, tras el acto de entrega de estas distinciones por parte de la consellera de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, Elena Cebrián.

Cebrián ha presidido el acto de entrega de las banderas azules de las playas valencianas de 2018 celebrado en Castellón, junto a la vicepresidenta de la Asociación para la Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC), Virginia Yuste, la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, y el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer.

La Comunitat Valenciana ha obtenido en 2018 un total de 146 banderas azules, dos más que en 2017. Han recibido esta distinción 132 playas y 14 puertos deportivos en la Comunitat Valenciana. Por provincias, la de Alicante, con 81 banderas azules (68 en playas y 13 en puertos deportivos) se convierte en la provincia más galardonada. Castellón ha obtenido un total de 34 banderas azules (33 en playas y una en puertos deportivos) y Valencia ha logrado 31 banderas azules en playas.

La consellera se ha referido a las políticas del agua de la propia Generalitat como contribución a la calidad del litoral valenciano que estos galardones reconocen para, acto seguido, poner el acento en la relevancia del trabajo «conjunto, coordinado y cooperativo» de los distintos actores e instituciones para la mejora y adecuación de las playas y los puertos deportivos de la Comunitat. El resultado de este trabajo colectivo es el «liderazgo internacional», ha indicado.

Se trata de «un trabajo realizado desde la ilusión, la fuerza y las ganas de seguir mejorando», ha expuesto la Consellera en relación al esfuerzo que se realiza para cuidar y hacer más atractivas tanto las playas como los servicios, las instalaciones deportivas y su entorno. Cebrián ha apostado por continuar así para seguir siendo «referente» de «buena gestión, calidad, sostenibilidad ambiental y excelencia de playas y puertos». Ha añadido que la calidad ambiental no es una «limitación», sino que debe verse como una «oportunidad».

La Comunitat Valenciana ha conseguido una de cada cinco banderas azules otorgadas al Estado español. Este distintivo que concede la Fundación de Educación Ambiental (FEE), en España a través de ADEAC, identifica las playas y puertos deportivos con una alta calidad ambiental y unos buenos servicios y seguridad para los usuarios, según ha informado el Consell en un comunicado.

Más del 50 por ciento de las banderas azules obtenidas en la Comunitat se encuentran en el entorno de espacios naturales protegidos, lo que también es consecuencia del trabajo de conservación que se realiza en los parques naturales valencianos, ha remarcado la consellera.

EVITAR UN «MAR DE PLÁSTICO»
«Este galardón tiene como objetivo un cambio de actitudes y comportamientos cívico-ambientales y pone de relevancia la calidad de las aguas y la calidad de nuestro mar», ha señalado Cebrián, quien además ha recordado durante el acto «la necesidad y la urgencia de cuidar nuestros océanos para que no se conviertan en un mar de plástico».

La consellera ha recordado la importancia que tienen los océanos, ya que son los «pulmones del planeta, ayudan a regular el clima y son fuente de alimento y medicinas y parte fundamental de la biosfera, por lo que hay que evitar su degradación».

Ha apelado, asimismo, a la solidaridad con quienes arriesgan sus vidas en el mar huyendo de la violencia y el hambre, porque «no se puede ser ajeno a desgracias que tienen como escenario nuestras costas». En el acto celebrado en Castellón también han participado el director general del Agua, Manuel Aldeguer, así como el director territorial de Castellón, Antoni Lluís García, y el subdirector general, José Vicente Benadero.

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Betabloqueantes tras un infarto: un estudio español demuestra que ya no son necesarios en la mayoría de pacientes

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Betabloqueantes infarto
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Un estudio internacional coordinado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) ha revolucionado el abordaje del tratamiento del infarto de miocardio. La investigación concluye que los betabloqueantes, recetados de forma rutinaria desde hace más de 40 años, no aportan beneficios en pacientes que han sufrido un infarto no complicado, es decir, cuando la función contráctil del corazón se mantiene conservada.

El estudio Reboot cambia las guías clínicas del infarto

Los resultados proceden del ensayo clínico Reboot, en el que han participado 8.505 pacientes de 109 hospitales en España e Italia. El trabajo, publicado en dos de las revistas médicas más prestigiosas —The New England Journal of Medicine y The Lancet—, se ha presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología en Madrid.

“Nuestro trabajo va a cambiar el tratamiento del infarto en todo el mundo. Más del 80% de los pacientes con infarto no complicado reciben betabloqueantes al alta, pero no hay evidencia de que les aporten beneficio”, explica Borja Ibáñez, director científico del CNIC e investigador principal del estudio.

Por qué se recetaban betabloqueantes tras un infarto

Desde los años 80, los betabloqueantes se recetaban tras un infarto porque reducen la frecuencia cardíaca, la presión arterial y el consumo de oxígeno del corazón, protegiéndolo frente a arritmias y complicaciones.

Sin embargo, con la llegada de tratamientos más efectivos como la angioplastia coronaria y la colocación de stents, que abren la arteria obstruida en cuestión de minutos, el papel protector de estos fármacos ha quedado obsoleto en muchos casos.

El CNIC ya lo adelantó en su polipíldora cardiovascular (que combina aspirina, un antihipertensivo y un medicamento para el colesterol), de la que se excluyeron los betabloqueantes por su cuestionada utilidad.

Beneficios de eliminar los betabloqueantes

Según el estudio Reboot, dejar de prescribir betabloqueantes de forma rutinaria tras un infarto no complicado supondrá:

  • Menos efectos secundarios: cansancio, bradicardia (ritmo cardíaco bajo) y disfunción sexual.

  • Mayor adherencia al tratamiento, al reducirse el número de pastillas diarias.

  • Ahorro económico para el sistema sanitario, al disminuir la prescripción innecesaria.

Un riesgo especial para las mujeres

Uno de los hallazgos más relevantes del ensayo es la diferencia en el efecto de los betabloqueantes según el sexo.

  • En las mujeres, el estudio encontró un mayor riesgo de muerte, reinfarto y hospitalización por insuficiencia cardiaca cuando recibían betabloqueantes en comparación con aquellas que no los tomaban.

  • En los varones, en cambio, no se detectaron estos efectos adversos significativos.

Este resultado pone de manifiesto la importancia de tener en cuenta el sesgo de género en las enfermedades cardiovasculares, algo históricamente poco considerado en la investigación clínica.

Una advertencia para los pacientes que ya los toman

A pesar de los resultados, los cardiólogos insisten en que nadie debe suspender por su cuenta la medicación.

“Si un paciente está leyendo esta información y toma betabloqueantes, no debe interrumpirlos sin hablar antes con su médico. Es el especialista quien debe decidir si mantenerlos o no en cada caso”, advierte Ibáñez.

El infarto en España: cifras y contexto

  • Cada año, alrededor de 70.000 personas sufren un infarto en España.

  • El 70% de los pacientes sobreviven con la función cardíaca intacta, el grupo donde los betabloqueantes no ofrecen beneficio.

  • Hasta ahora, más del 80% de los pacientes eran dados de alta con esta medicación.

Con los nuevos datos, se espera una actualización de las guías clínicas internacionales de cardiología, lo que cambiará la práctica médica en hospitales de todo el mundo.


Conclusión: un cambio histórico en el tratamiento del infarto

El ensayo Reboot marca un antes y un después en la cardiología. Los betabloqueantes dejan de ser necesarios para la mayoría de los pacientes que superan un infarto sin complicaciones, reduciendo riesgos, efectos adversos y costes.

Se trata de un cambio de paradigma comparable al que supuso en su día la introducción de los stents coronarios, y que impactará en la vida de miles de pacientes cada año.

 

 

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